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Después de la polémica investigación revelada por la Revista Semana, en la que se indica que existiría un centro clandestino en la capital en la que se estaría espiando a los negociadores de paz del Gobierno con las Farc, que actualmente se encuentran en La Habana, el Gobierno ordenó una investigación inmediata para esclarecer los hechos.
El ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón Bueno, a través de su cuenta de Twitter, indicó que le pidió “al @COMANDANTE_EJC que investigue situación de supuestas 'chuzadas' a equipo negociador en La Habana".
Por su parte el ministro del Interior, Aurelio Iragorri Valencia, en entrevista con Blu Radio, señaló que desconoce si es cierto que se esté espiando a los negociadores de paz. Sin embargo, aseveró que “la denuncia es muy grave y debe aclararse el tema para determinar qué es lo que sucede”.
Agregó Iragorri, además, ante el cuestionamiento sobre si desde la Casa de Nariño se realizó una orden para interceptar a los negociadores con las Farc que estaba seguro de que “jamás una orden de esas seria hecha por el Gobierno Nacional”.
“Hay que investigar si se trata de una rueda suelta, la denuncia es muy grave y la investigación da a entender que hay una situación que hay que aclarar rápidamente (…) No hay ninguna instrucción tampoco en el sentido de espiar a dirigentes de la oposición. Si están espiando a los negociadores podría uno pensar que nos están chuzados todos (…) No hay una explicación hasta el monto lógica del tema. Nos preguntamos si eso es cierto cómo es posible que esto se esté presentando y hasta donde están llegando con este tipo de revelaciones”, señaló el ministro.
‘Andrómeda' sería el nombre clave que el Ejército Nacional le habría otorgado a una fachada de espionaje militar que habría tenido como blanco a los negociadores de paz del gobierno.
Las tareas para encontrar el sitio clandestino que- aseguran- está ubicado en el sector de la capital conocido como Galerías, tardaron cerca de 15 meses. Tal como manifiesta la publicación de Semana, se asesoraron de fuentes militares de inteligencia y contrainteligencia, así como de altos mandos del estado y servicios de inteligencia estadounidense, entre otros.
Al interior de ‘Andrómeda’ se ofrecerían cursos sobre seguridad informática y espionaje, instrucciones sobre cómo prevenir ciber-ataques y realizarlos, entre otras cosas. Todo un entrenamiento de espionaje en la web, que tiene como fachada un restaurante que está registrado ante la Cámara de Comercio desde septiembre de 2012 como un lugar de expendio de comidas.
Un capitán, cuyo nombre se reserva la revista, sería el líder del lugar de espionaje y pertenece al batallón de Inteligencia Técnica del Ejército, una de las columnas vertebrales de la dirección de inteligencia militar.
Sin embargo 'Andrómeda' no tendría solamente miembros del ejército a su interior, hackers civiles reclutados en los llamados ‘campus parties’ también colaborarían en la tareas. De la misma forma se habría espiado a miembros de la oposición, sin embargo no se revela quien es el destinatario final de las tareas de espionaje