Se agravó la crisis que puso a temblar la relación entre Congreso y Presidencia
Petro acusó al Capitolio de responder a intereses de privados. Name le exigió pruebas y no “envilecer la democracia”.
Esta semana quedó claro que ni el presidente Gustavo Petro les bajará el tono a sus arremetidas contra el Congreso ni el líder del poder legislativo, el senador Iván Name (Alianza Verde), está dispuesto a ceder ante los ataques de la Casa de Nariño y su presión para que la agenda se mueva en torno a sus intereses. Eso se traduce en un choque institucional que –al menos en el corto plazo– tiende a tener cada vez mayor tensión.
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Esta semana quedó claro que ni el presidente Gustavo Petro les bajará el tono a sus arremetidas contra el Congreso ni el líder del poder legislativo, el senador Iván Name (Alianza Verde), está dispuesto a ceder ante los ataques de la Casa de Nariño y su presión para que la agenda se mueva en torno a sus intereses. Eso se traduce en un choque institucional que –al menos en el corto plazo– tiende a tener cada vez mayor tensión.
El martes pasado, cuando el Gobierno fue derrotado en la Comisión Séptima de Senado con el hundimiento de su reforma a la salud, el jefe de Estado culpó a los legisladores de supuestamente responder a lo ordenado con capitales extranjeros que posiblemente habían financiado sus campañas.
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Incluso, su dardo fue más duro cuando advirtió que eso pone en riesgo a la democracia colombiana y que, desde su óptica, es lo que motivó la intervención de su administración en un sector que desde hace varios meses venía advirtiendo de la inminencia de una crisis.
“Nos derrotó Keralty por ahora. No es cualquier cosa. Nos derrotaron no unos cuantos parlamentarios financiados por unos extranjeros. Nos derrotó una violación flagrante de la constitución y la ley”, precisó Petro al señalar que esa firma española, que está detrás de la intervenida EPS Sanitas, habría inyectado capital en las campañas de los legisladores.
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Name, como cabeza del Capitolio, no dudó en remarcar su distancia con la Casa de Nariño y le exigió al presidente pruebas de los señalamientos para no “envilecer la democracia”. Y advirtió: “Petro está agravando algunas razones que no tienen fundamento para desbaratar nuestros modelos (…), con esa voz altisonante y con ese tono amenazante el país está enrutándose por una inconveniente relación de los poderes públicos”.
Así, con dos declaraciones públicas y sin canales de interlocución fuertes entre las cabezas del Congreso y la Presidencia, el país quedó notificado de que el choque de poderes se está calentando. Esto, sumado a las escasas mayorías del Gobierno en el Capitolio, dejan abierta la puerta a nuevas derrotas.
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Si bien la reforma pensional tuvo un respiro con la negación de la ponencia que pedía su archivo en el segundo debate esta misma semana, al estar en trámite en la plenaria del Senado –que comanda Name– es un hecho que vendrán algunos movimientos que, apoyados por la oposición (Centro Democrático, Cambio Radical, Partido Conservador, Mira y algunos verdes y liberales), dilatará la discusión, lo que aprieta los tiempos.
Además, cerrando el semestre pasado, Petro acusó a los congresistas –sin referirse a ninguno en particular– de estar cooptados por sectores narcotraficantes, lo que también generó el rechazo inmediato de Name.
En medio de ese tire y afloje, hay un sector dentro del gabinete ministerial que le insistió al jefe de Estado que intente matizar sus declaraciones, ya que los constantes dardos que lanza contra los integrantes del Capitolio dificultan la construcción de acuerdos. Incluso, según fuentes de la Casa de Nariño, el tema ha sido abordado en los consejos de ministros, pero sin mayores ecos en el presidente; también lo han tocado en los comités de los lunes, cuando Petro se reúne con un reducido círculo que le ayuda a analizar la coyuntura.
El senador de Cambio Radical David Luna le dijo recientemente a este diario que cuando Petro lanzó su propuesta de acuerdo nacional, él y otros miembros de su bancada de oposición estuvieron atentos del llamado, el cual –dijo– nunca se produjo: “Vemos a un presidente que solo quería un contrato de adhesión: o se está de acuerdo con él o se está contra él; así es imposible construir”.
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Pero, desde la otra orilla, la percepción es distinta. Eduardo Noriega, delegado de la Colombia Humana ante el Pacto Histórico, aseguró que “no se puede hablar de un gran acuerdo” cuando los congresistas de oposición –a su juicio– “echan al cesto de la basura” el trabajo de diálogo por parte del Gobierno.
La siguiente fase de este escalamiento de la polarización entre Congreso y Presidencia puede derivar en que Petro haga uso de los recursos legales que tiene a la mano para echar a andar sus reformas sin necesidad de pasar por el Capitolio, como ya hizo con la intervención a varias EPS y lo que, aunque la Corte Constitucional lo frenó en noviembre pasado, intentó con la declaratoria de emergencia en La Guajira.
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“No señores y señoras, como en salud, tenemos uno de los peores sistemas pensionales del mundo”, declaró Petro esta semana para notificar que, si su proyecto se cae en el Congreso, él seguirá adelante con lo que considera es lo conveniente para intervenir el sistema pensional como ya hizo con el de salud.
Ahora bien, Petro no está del todo solo en el Capitolio. El presidente de la Cámara, Andrés Calle (Partido Liberal), ha sido más benevolente con la Casa de Nariño y sus intereses, al punto que sorteó toda la polémica de la ahora hundida reforma a la salud y ayudó a sacarla adelante, cuando, según la oposición, al jefe de Estado no hacía caso de la financiación de sectores privados a los congresistas que en ese momento apoyaron su iniciativa.
Calle, en un claro respaldo a Petro, salió con fuerza a criticar a Name: “Quien dirige al Senado es la antípoda del Rey Midas, todo lo que toca lo vuelve escombro. Ha convertido en chatarra oxidada las más valiosas pretensiones del pueblo soberano. No es mito, es una triste realidad. Le devolveremos su valor”.
Y aquí entra en juego otra apuesta que puede ayudar a fortalecer la polarización o a dejar las cargas en tablas. El reemplazo de Calle le corresponde a Alianza Verde, el partido de Name, que se debate entre si mantener el respaldo a la representante Katherine Miranda para que asuma esa dignidad, o si prefiere impulsar un candidato que no esté en confrontación directa con la Casa de Nariño como Duvalier Sánchez o Santiago Osorio.
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En todo este panorama es clave lo que suceda con el Ministerio del Interior, pues ahora mismo está en cabeza de Luis Fernando Velasco, quien no logró amarrar las mayorías necesarias para salvar la reforma a la salud y ve peligrar las que tiene para la pensional. Desde hace un tiempo suena un posible relevo en esa cartera, pero ese paso no se concreta y tampoco hay aún un sonajero claro para su eventual reemplazo.
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