“Hay que lanzar una emergencia feminista en el continente”: María José Pizarro
La senadora lideró el Encuentro Iberoamericano de Mujeres Progresistas, que se realizó este fin de semana en Bogotá, en el que participaron lideresas políticas de Colombia, Argentina, Perú, Costa Rica, Chile, Brasil y España.
En este fin de semana se dieron varios avances en la lucha contra la violencia machista en Colombia y la región. La realización del Encuentro Iberoamericano de Mujeres Progresistas, en el que se reunieron 300 lideresas de siete países, y la firma de un memorando de cooperación entre Colombia y España para articular esfuerzos en pro de las mujeres, fueron muestra de ello.
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Consolidar un bloque iberoamericano basado en la unión y la hermandad fue la principal consigna del encuentro que se realizó en el centro de Bogotá, en el que lideresas políticas de Colombia, Argentina, Perú, Costa Rica, Chile, Brasil y España pusieron sobre la mesa los índices de violencias contra las mujeres en toda la región y las formas de enfrentarlos.
La consejera presidencial para la Equidad de la Mujer, Clemencia Carabalí, y congresistas del Pacto Histórico como Isabel Zuleta y María José Pizarro, fueron algunas de las representantes colombianas en el encuentro, en el que Pizarro alertó sobre el “momento crítico de violencia en el continente y en el mundo en contra de las mujeres” y afirmó que “entre más mujeres exigen libertades, más las violentan”.
Por eso, dijo Pizarro “hay que lanzar una emergencia feminista en el continente” para hacerle frente a la “larga tradición de exclusión y de violencias en pleno Siglo XXI y menos cuando el continente es progresista”.
La senadora del Pacto Histórico aconsejó a las mujeres que “han tomado la decisión o que están en el camino de fortalecer su liderazgo político” sobre el difícil camino que hay para la participación en estos escenarios, aunque destacó que hoy hay un 30 % de representación femenina en el Congreso “por la decisión del Pacto Histórico de presentar listas cerradas paritarias y cremallera”.
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Isabel Zuleta, expresó a su vez sobre el difícil momento para las mujeres que “no nos quieren dejar hablar”, y planteó que es un situación similar a la que viven en los demás países de la región, donde existe un patrón en la política que es el peso del patriarcado.
En eso coincidieron voces como las de Karol Cariola, diputada chilena, quien puso como ejemplo el veto político que le impidió acceder a la presidencia de la Cámara de Diputados de su país, o Irene Montero, ministra de la Igualdad de España, quien reconoció que “cuánto más avanzamos, son más contundentes las violencias a causa de género”.
La ministra española de Igualdad, quien firmó junto a la vicepresidenta Francia Márquez y la consejera Carabali, el acuerdo para promover la equidad y la igualdad, reconoció que los gobiernos de Iberoamérica “son deudores de esa lucha popular” e hizo énfasis en que si bien las mujeres pueden llegar a posiciones de representación, no han podido ejercer el poder “Nos permiten estar, pero no ejercer el poder necesario para transformar nuestras estructuras como sociedad”, dijo.
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En el Encuentro Iberoamericano de Mujeres Progresistas, que sería la primera de varias ediciones que se esperan adelantar, participaron además de la ministra española Montero y la diputada chilena Cariola, otras lideresas como Elizabeth Victoria Gómez (Argentina), Sylvia Siquiera Campos (Brasil), Constanza Schönhaut (Chile), Verónika Mendoza (Perú) y Priscilla Vindas (Costa Rica).
Además de abordar varias estrategias para fortalecer los liderazgos de las organizaciones de mujeres y feministas en la región, así como las posibles soluciones para combatir la violencia machista, en el encuentro se trataron temas como la protección del medio ambiente y el reconocimiento de las diversidades, que para varias participantes son inherentes a las agendas feministas.
Declaratoria de emergencia de género
Como conclusión del panorama que se hizo en el panel, la senadora Pizarro insistió en su idea de “lanzar una emergencia feminista” y, como para ella “ya no bastan las buenas intenciones”, propuso declarar una “emergencia de género en el país”, que se trabajaría de la mano con la alta Consejería de Equidad para la Mujer.
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La idea de esta propuesta de Pizarro es que, con este marco, el Congreso pueda avanzar en proyectos más contundentes para frenar las violencias basadas en género. De hecho, esta iniciativa será llevada por la senadora a la Comisión de Equidad de la Mujer, que sesionará este miércoles 16 de noviembre en respuesta a los recientes casos de violencia contra las mujeres.
Acuerdo para promoción de equidad e igualdad
Este sábado se firmó el memorando de cooperación entre Colombia y España, entre la ministra española Montero y la vicepresidenta Márquez, con el fin de articular esfuerzos en pro de las mujeres, la comunidad LGBTIQ+ y la población con discapacidad. Según la vicepresidenta, el convenio es una forma de avanzar hacia “la igualdad y la equidad entre todas las identidades de género”.
El acuerdo consta de cinco puntos y su finalidad principal es encontrar formas de prevenir y erradicar las distintas formas de violencia machista, pero también eliminar prácticas de exclusión de todo tipo: por sexo, origen étnico-racial, religión o ideología, orientación sexual, edad, capacidad especial o cualquier otra condición o circunstancia personal, social o cultural.
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Consolidar un bloque iberoamericano basado en la unión y la hermandad fue la principal consigna del encuentro que se realizó en el centro de Bogotá, en el que lideresas políticas de Colombia, Argentina, Perú, Costa Rica, Chile, Brasil y España pusieron sobre la mesa los índices de violencias contra las mujeres en toda la región y las formas de enfrentarlos.
La consejera presidencial para la Equidad de la Mujer, Clemencia Carabalí, y congresistas del Pacto Histórico como Isabel Zuleta y María José Pizarro, fueron algunas de las representantes colombianas en el encuentro, en el que Pizarro alertó sobre el “momento crítico de violencia en el continente y en el mundo en contra de las mujeres” y afirmó que “entre más mujeres exigen libertades, más las violentan”.
Por eso, dijo Pizarro “hay que lanzar una emergencia feminista en el continente” para hacerle frente a la “larga tradición de exclusión y de violencias en pleno Siglo XXI y menos cuando el continente es progresista”.
La senadora del Pacto Histórico aconsejó a las mujeres que “han tomado la decisión o que están en el camino de fortalecer su liderazgo político” sobre el difícil camino que hay para la participación en estos escenarios, aunque destacó que hoy hay un 30 % de representación femenina en el Congreso “por la decisión del Pacto Histórico de presentar listas cerradas paritarias y cremallera”.
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En eso coincidieron voces como las de Karol Cariola, diputada chilena, quien puso como ejemplo el veto político que le impidió acceder a la presidencia de la Cámara de Diputados de su país, o Irene Montero, ministra de la Igualdad de España, quien reconoció que “cuánto más avanzamos, son más contundentes las violencias a causa de género”.
La ministra española de Igualdad, quien firmó junto a la vicepresidenta Francia Márquez y la consejera Carabali, el acuerdo para promover la equidad y la igualdad, reconoció que los gobiernos de Iberoamérica “son deudores de esa lucha popular” e hizo énfasis en que si bien las mujeres pueden llegar a posiciones de representación, no han podido ejercer el poder “Nos permiten estar, pero no ejercer el poder necesario para transformar nuestras estructuras como sociedad”, dijo.
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Además de abordar varias estrategias para fortalecer los liderazgos de las organizaciones de mujeres y feministas en la región, así como las posibles soluciones para combatir la violencia machista, en el encuentro se trataron temas como la protección del medio ambiente y el reconocimiento de las diversidades, que para varias participantes son inherentes a las agendas feministas.
Declaratoria de emergencia de género
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El acuerdo consta de cinco puntos y su finalidad principal es encontrar formas de prevenir y erradicar las distintas formas de violencia machista, pero también eliminar prácticas de exclusión de todo tipo: por sexo, origen étnico-racial, religión o ideología, orientación sexual, edad, capacidad especial o cualquier otra condición o circunstancia personal, social o cultural.
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