“Hay que superar el eterno debate de las Farc”: Jorge Robledo
El senador más votado del país habla sobre las dos corrientes que se enfrentarán por el poder en 2018. Para él, están distrayendo con la paz para meter de contrabando un modelo económico neoliberal, caracterizado por el libre comercio, las privatizaciones y el sometimiento al FMI.
Germán Gómez Polo
Jorge Enrique Robledo madrugó para las presidenciales y desde octubre del año pasado presentó su nombre como precandidato del Polo Democrático. Es consciente de que se necesita una gran convergencia para llegar al poder y desbancar a quienes siempre han estado, en la que no caben ni la Unidad Nacional ni el Centro Democrático. Sin embargo, está deseoso de que sea él quien pueda asumir las riendas del país desde la Casa de Nariño.
Ha sido elegido cinco veces como el mejor senador por parte de los líderes de opinión y desde su curul mantiene una fuerte oposición al Gobierno de Juan Manuel Santos, a todo lo que huela a derecha y a partido tradicional, convencido de que son las prácticas que estos han adoptado durante décadas las que han convertido a Colombia en uno de los países más corruptos del mundo.
¿Por qué es el momento para aspirar a la Presidencia?
Un partido como el Polo aspira al poder y debe presentar candidatos porque, además, nuestro programa es distinto al de otras opciones. Tengo una trayectoria larga en la lucha política y unos resultados electorales que hacen que sea una aspiración que no está por fuera de una lógica. (Vea en video la entrevista a Jorge Robledo)
¿Contra quiénes se enfrentará dentro del Polo?
De momento no he sabido de nadie más que levante la mano. Ya llegará ese momento, pero lo que sí hemos decidido es la política del Polo para las elecciones de 2018, conformada por cinco criterios: nos mantenemos en oposición al Gobierno de Santos, la ministra de Trabajo no nos representa, no haremos acuerdos ni con el Centro Democrático ni con la Unidad Nacional, tener candidatos propio y promover el más amplio acuerdo nacional y mantener respaldo al acuerdo con las Farc y al proceso que se inicie con el ELN.
¿Cuáles son las principales diferencias al interior del partido?
Hay una notabilísima: ¿el Polo es parte o no de la Unidad Nacional? Es evidente que Clara López tomó la decisión de excluirse del partido, cambió el programa del Polo por el de la Unidad Nacional y está amarrada a las decisiones políticas de ese Gobierno. Espero que la totalidad del Polo entienda que ese el camino de la destrucción del partido.
¿Y cree que le harán falta los votos de Clara López?
Soy optimista en que la gente que votó por las concepciones programáticas que respaldaron esa candidatura entiendan que aquí se vota por programas y que ese programa es de quienes defendemos los criterios fundacionales de esta organización. Es decir, el Polo de Carlos Gaviria no va a desaparecer. La gente debe entender que la política tiene que tener una base mínima ética de coherencia.
¿Cómo desvincular al Polo de los hechos de corrupción de quienes han sido sus miembros?
Esos son hechos lamentables y hemos pedido excusas. Fue gravísimo lo que sucedió y no ha debido ocurrir así, pero un miembro del Polo que hace eso traiciona el ideario del partido. Si nosotros tuviéramos la corrupción como criterio principal no hubiéramos creado el Polo y yo sería de un partido tradicional. Allá me recibirían con las puertas abiertas.
Los orígenes de la corrupción están en las prácticas clientelistas de los partidos tradicionales. Este es un país en el que el presidente de la República defiende la ‘mermelada’ y eso no genera un debate. La ‘mermelada’ es un acto de corrupción que se roba la plata de los colombianos.
Se enfrenta también con partidos que quieren volver al poder. ¿Cree que de la división del acuerdo de paz la derecha salió más fortalecida?
Hay que hacer una precisión. Desde nuestro punto de vista, la derecha es la suma de la Unidad Nacional y el Centro Democrático (CD). Ese cuentico que Juan Manuel Santos no es de derecha es un chiste para idiotas. Nosotros vamos a cumplir el acuerdo de La Habana, a luchar porque cese la utilización del problema de la lucha armada para meter de contrabando el modelo económico neoliberal. Que no vengan con el cuento de que los mismos con las mismas se autoeligen con el pretexto de la paz.
¿Y cómo va a enfrentar esa maquinaria?
Yo aspiro a que el Polo pueda tramitar los desacuerdos para terminar fuertemente unidos con el propósito de ganar la Presidencia, en medio de una inmensa convergencia. Creo que estamos dotados para eso porque los colombianos estamos mamados de los mismos. Si usted mira cómo están votando las leyes la Unidad Nacional y el CD, distintas al tema del proceso de paz, las votan como hermanitos gemelos.
¿Habría espacio para una coalición con el futuro partido de las Farc?
El Polo irá tomando decisiones dentro de la idea de la gran convergencia. Cuando el Polo se creó dijimos no a la lucha armada y sí al proceso de paz. Bienvenidas, entonces, las Farc a la vida civil pero ellos son un proyecto político diferente al Polo, toda la vida lo han sido. Lo que ellos están proponiendo es un acuerdo con la Unidad Nacional, eso que han llamado gobierno de transición, y no veo allí cómo sea posible coincidir.
Algunos lo critican de manera personal. Lo califican de sectario, de soberbio…
Es natural que haya contradictores, pero yo tengo una ventaja: nadie tiene un cargo grave para hacerle al senador Robledo. No lo agarran traicionando, ni robando, ni engañando, ni mintiendo, ni aplicándole violencia a nadie. Tengo mi carácter y mis convicciones y las defiendo, pero nadie en Colombia viene proponiendo unidades tan amplias como el Polo.
Hay algo que me aburre, pero tengo que decirlo: soy el senador que más votos sacó en las elecciones pasadas, no solo del Polo, sino de todos los orígenes políticos y sociales, y he sido escogido cinco veces como el mejor senador por la encuesta de líderes de opinión.
¿Cómo se plantea un eventual gobierno del Polo?
Sería un proyecto de convergencia nacional y ya veremos quiénes hacen parte. En el programa va, sin duda, el respeto por los acuerdos de paz, pero hay que superar esa parte. Al país no pueden seguir enredándolo con el debate eterno de las Farc, y la pelea eterna de los mismos en el tema de la paz cuando son hermanos en cuanto al modelo económico neoliberal, el libre comercio, las privatizaciones o el sometimiento al Fondo Monetario Internacional (FMI).
Los que se van a enfrentar en 2018 son quienes quieren mantener el statu quo, en la versión de la Unidad Nacional en la versión del Centro Democrático, y quienes creemos que hay que hacer un cambio profundo. Al país lo están volviendo inviable.
Al próximo presidente también le toca lidiar con Donald Trump…
Si yo hubiese sido ciudadano norteamericano no hubiese votado ni por Trump ni por Hillary. Uno no debe escoger entre el sida y la hepatitis B. Ganó Trump y es una desgracia para el mundo, al igual que si hubiese ganado Hillary.
Trump ganó aprovechándose maliciosamente del gran descontento que hay contra el libre comercio en EE. UU., el gran descontento contra la globalización, pero engañando a esos electores porque él hace parte de eso. No me hago ilusiones. Si hay cambios en la política económica global de los Estados Unidos será para empeorar las condiciones de países como México y Colombia.
Jorge Enrique Robledo madrugó para las presidenciales y desde octubre del año pasado presentó su nombre como precandidato del Polo Democrático. Es consciente de que se necesita una gran convergencia para llegar al poder y desbancar a quienes siempre han estado, en la que no caben ni la Unidad Nacional ni el Centro Democrático. Sin embargo, está deseoso de que sea él quien pueda asumir las riendas del país desde la Casa de Nariño.
Ha sido elegido cinco veces como el mejor senador por parte de los líderes de opinión y desde su curul mantiene una fuerte oposición al Gobierno de Juan Manuel Santos, a todo lo que huela a derecha y a partido tradicional, convencido de que son las prácticas que estos han adoptado durante décadas las que han convertido a Colombia en uno de los países más corruptos del mundo.
¿Por qué es el momento para aspirar a la Presidencia?
Un partido como el Polo aspira al poder y debe presentar candidatos porque, además, nuestro programa es distinto al de otras opciones. Tengo una trayectoria larga en la lucha política y unos resultados electorales que hacen que sea una aspiración que no está por fuera de una lógica. (Vea en video la entrevista a Jorge Robledo)
¿Contra quiénes se enfrentará dentro del Polo?
De momento no he sabido de nadie más que levante la mano. Ya llegará ese momento, pero lo que sí hemos decidido es la política del Polo para las elecciones de 2018, conformada por cinco criterios: nos mantenemos en oposición al Gobierno de Santos, la ministra de Trabajo no nos representa, no haremos acuerdos ni con el Centro Democrático ni con la Unidad Nacional, tener candidatos propio y promover el más amplio acuerdo nacional y mantener respaldo al acuerdo con las Farc y al proceso que se inicie con el ELN.
¿Cuáles son las principales diferencias al interior del partido?
Hay una notabilísima: ¿el Polo es parte o no de la Unidad Nacional? Es evidente que Clara López tomó la decisión de excluirse del partido, cambió el programa del Polo por el de la Unidad Nacional y está amarrada a las decisiones políticas de ese Gobierno. Espero que la totalidad del Polo entienda que ese el camino de la destrucción del partido.
¿Y cree que le harán falta los votos de Clara López?
Soy optimista en que la gente que votó por las concepciones programáticas que respaldaron esa candidatura entiendan que aquí se vota por programas y que ese programa es de quienes defendemos los criterios fundacionales de esta organización. Es decir, el Polo de Carlos Gaviria no va a desaparecer. La gente debe entender que la política tiene que tener una base mínima ética de coherencia.
¿Cómo desvincular al Polo de los hechos de corrupción de quienes han sido sus miembros?
Esos son hechos lamentables y hemos pedido excusas. Fue gravísimo lo que sucedió y no ha debido ocurrir así, pero un miembro del Polo que hace eso traiciona el ideario del partido. Si nosotros tuviéramos la corrupción como criterio principal no hubiéramos creado el Polo y yo sería de un partido tradicional. Allá me recibirían con las puertas abiertas.
Los orígenes de la corrupción están en las prácticas clientelistas de los partidos tradicionales. Este es un país en el que el presidente de la República defiende la ‘mermelada’ y eso no genera un debate. La ‘mermelada’ es un acto de corrupción que se roba la plata de los colombianos.
Se enfrenta también con partidos que quieren volver al poder. ¿Cree que de la división del acuerdo de paz la derecha salió más fortalecida?
Hay que hacer una precisión. Desde nuestro punto de vista, la derecha es la suma de la Unidad Nacional y el Centro Democrático (CD). Ese cuentico que Juan Manuel Santos no es de derecha es un chiste para idiotas. Nosotros vamos a cumplir el acuerdo de La Habana, a luchar porque cese la utilización del problema de la lucha armada para meter de contrabando el modelo económico neoliberal. Que no vengan con el cuento de que los mismos con las mismas se autoeligen con el pretexto de la paz.
¿Y cómo va a enfrentar esa maquinaria?
Yo aspiro a que el Polo pueda tramitar los desacuerdos para terminar fuertemente unidos con el propósito de ganar la Presidencia, en medio de una inmensa convergencia. Creo que estamos dotados para eso porque los colombianos estamos mamados de los mismos. Si usted mira cómo están votando las leyes la Unidad Nacional y el CD, distintas al tema del proceso de paz, las votan como hermanitos gemelos.
¿Habría espacio para una coalición con el futuro partido de las Farc?
El Polo irá tomando decisiones dentro de la idea de la gran convergencia. Cuando el Polo se creó dijimos no a la lucha armada y sí al proceso de paz. Bienvenidas, entonces, las Farc a la vida civil pero ellos son un proyecto político diferente al Polo, toda la vida lo han sido. Lo que ellos están proponiendo es un acuerdo con la Unidad Nacional, eso que han llamado gobierno de transición, y no veo allí cómo sea posible coincidir.
Algunos lo critican de manera personal. Lo califican de sectario, de soberbio…
Es natural que haya contradictores, pero yo tengo una ventaja: nadie tiene un cargo grave para hacerle al senador Robledo. No lo agarran traicionando, ni robando, ni engañando, ni mintiendo, ni aplicándole violencia a nadie. Tengo mi carácter y mis convicciones y las defiendo, pero nadie en Colombia viene proponiendo unidades tan amplias como el Polo.
Hay algo que me aburre, pero tengo que decirlo: soy el senador que más votos sacó en las elecciones pasadas, no solo del Polo, sino de todos los orígenes políticos y sociales, y he sido escogido cinco veces como el mejor senador por la encuesta de líderes de opinión.
¿Cómo se plantea un eventual gobierno del Polo?
Sería un proyecto de convergencia nacional y ya veremos quiénes hacen parte. En el programa va, sin duda, el respeto por los acuerdos de paz, pero hay que superar esa parte. Al país no pueden seguir enredándolo con el debate eterno de las Farc, y la pelea eterna de los mismos en el tema de la paz cuando son hermanos en cuanto al modelo económico neoliberal, el libre comercio, las privatizaciones o el sometimiento al Fondo Monetario Internacional (FMI).
Los que se van a enfrentar en 2018 son quienes quieren mantener el statu quo, en la versión de la Unidad Nacional en la versión del Centro Democrático, y quienes creemos que hay que hacer un cambio profundo. Al país lo están volviendo inviable.
Al próximo presidente también le toca lidiar con Donald Trump…
Si yo hubiese sido ciudadano norteamericano no hubiese votado ni por Trump ni por Hillary. Uno no debe escoger entre el sida y la hepatitis B. Ganó Trump y es una desgracia para el mundo, al igual que si hubiese ganado Hillary.
Trump ganó aprovechándose maliciosamente del gran descontento que hay contra el libre comercio en EE. UU., el gran descontento contra la globalización, pero engañando a esos electores porque él hace parte de eso. No me hago ilusiones. Si hay cambios en la política económica global de los Estados Unidos será para empeorar las condiciones de países como México y Colombia.