“Hay un gran interés del gobierno de EE. UU. en el gobierno Petro”: Murillo
El embajador de Colombia en Washington, Luis Gilberto Murillo, dice que la relación está en su mejor momento, que se busca no centrarla solo en antinarcóticos y que los republicanos están más receptivos, aunque expectantes.
William Acero Arango / ESPECIAL PARA EL ESPECTADOR
Es claro que Colombia es un aliado clave de Estados Unidos y que hay muchas expectativas con la llegada de Gustavo Petro al poder. ¿Cómo están hoy realmente las relaciones?
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Es claro que Colombia es un aliado clave de Estados Unidos y que hay muchas expectativas con la llegada de Gustavo Petro al poder. ¿Cómo están hoy realmente las relaciones?
En el mejor de los momentos y esto tiene que ver con que en Colombia se están haciendo unas transformaciones muy importantes. El fenómeno electoral del presidente Gustavo Petro y de la vicepresidenta Francia Márquez fue de gran connotación en Estados Unidos. Tanto Antony Blinken, el secretario de Estado, como el presidente Joe Biden fueron los primeros en llamar una vez elegidos. Después llegó una comisión del más alto nivel para dialogar con el presidente Petro, que estuvo encabezada por Juan González, director de Asuntos para el Hemisferio Occidental de la Casa Blanca, y Brian Nichols, subsecretario de Estado para el Hemisferio Occidental. Son muchos los funcionarios de alto nivel que han llegado para hablar con él, como respaldo a cada paso de las políticas que se están implementando.
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¿Cuál ha sido su papel en esta nueva etapa de esas relaciones?
Mi trabajo es diplomático. Ahora, la historia de la relación mía con los norteamericanos es de más de 22 años y la relación con los congresistas de los dos partidos es larga y buena, así como con muchos de los funcionarios del gobierno Biden. Eso ayuda mucho, sin duda, pero lo determinante es el interés que tiene el gobierno estadounidense por el gobierno Petro. Eso sí, yo tengo tareas desde el momento en que asumí esta responsabilidad, en lo que tiene que ver con la promoción de temas como el medio ambiente y la biodiversidad, la protección de la selva amazónica, la transición energética, la paz total, la implementación del acuerdo con las Farc y las negociaciones con el Eln. También en asuntos relacionados con la migración y, asociado a esto, el tema de las drogas: claridad en esos ajustes, revisión en lo que tiene que ver en términos de justicia, seguridad, defensa e inteligencia. Hay que hacer mucha interdicción para poder desmantelar a los verdaderos dueños de las redes criminales y las bandas multicrimen, el tema de lavado de activos, enriquecimiento ilícito, cambiar los eslabones... Otro punto: el Tratado de Libre Comercio hay que revisarlo para ajustarlo de la mejor manera.
Ha habido declaraciones duras de algunos congresistas republicanos en contra de varios anuncios y posturas del presidente Petro. Por ejemplo, el senador Ted Cruz habló de promover la “ley de precaución”, para condicionar la plata que recibe Colombia a los intereses de seguridad y lucha contra las drogas de Estados Unidos...
La relación bilateral es muy amplia y en oportunidades muy compleja, porque toca casi todos los temas. El esfuerzo que estamos haciendo es que no se centre exclusivamente en antinarcóticos y que se refleje mejor en la variedad que tiene el contexto colombiano y de los mismos Estados Unidos. Hay que mirar todos los desafíos y las soluciones. Sabemos que hay mucho interés del Congreso de los Estados Unidos en Colombia y no podemos desconocer que el país ha tenido un tratamiento muy especial allá. Por eso, el propósito es mantener el carácter bipartidista de la colaboración. Desde mi llegada a la embajada he dialogado con todos los espectros políticos, demócratas y republicanos, siempre de manera muy constructiva. Hay mucha expectativa y reconozco que en algunos sectores hay preocupación, pues hay mucha desinformación sobre quién es el presidente Petro y cuáles son sus políticas; algo que hemos ido aclarando con todos. Conversé con el senador Ted Cruz, crítico del presidente, y me dijo; “A mí me interesan los temas de seguridad y migración”. Quedó claro que compartimos objetivos y que está de acuerdo con la paz que queremos y poder eliminar el narcotráfico. Tenemos muchas diferencias en las estrategias, pero lo que sí consideramos es que debe haber más resultados.
¿Se puede decir que los republicanos están más receptivos y han entendido que Colombia tiene una nueva dinámica en el tema político?
Los republicanos han estado más aterrizados y receptivos con las presentaciones que hemos hecho. Tras nuestro diálogo, el senador Cruz quedó más tranquilo, más expectante. Una de las congresistas, María Salazar, quien ha sido muy dura con el presidente Petro, nos atendió también y creemos que ya tiene un concepto distinto. Nos dijo: “Muy bien si les funciona el tema de la paz total, tanto que seré la primera en salir a reconocer los logros del Gobierno colombiano”. Lo más importante es que tenemos un diálogo y ese es el paso más importante. En la conversación con el senador Lindsey Graham, uno de los republicanos más críticos, le hablamos de la propuesta del presidente Petro de trabajar con algunos sectores para sustituir los cultivos ilícitos de coca por cultivos productivos y así aportar a la defensa de la Amazonia y del cambio climático, y para que las familias sigan sacando sus productos legales. Nos dijo que iban a apoyarlo y que sus asesores estarían trabajando para que en 2023 estas políticas tengan más recursos desde el Congreso de los Estados Unidos. Lo que sí creemos es que se requiere mucha mesura, mucha diplomacia. Necesitamos ser muy prudentes en la manera como abordamos esta relación.
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¿Cómo se ha abordado el tema de los cultivos de coca, teniendo en cuanta además que la premisa es no fumigar con glifosato?
El presidente Petro ha planteado ajustes en la política de drogas en el país y nos ha enfatizado y focalizado en que aquí tenemos que concentrarnos en los dueños y no en los obreros del negocio, quienes no tienen alternativa para subsistir: campesinos y gentes que viven es de eso para poder comer.
¿Pero entonces no va a haber aspersión con glifosato?
Ya la Corte Constitucional en un fallo lo dijo: no puede haber aspersión aérea con glifosato. Eso está prohibido.
¿Y el gobierno de Estados Unidos está de acuerdo?
Ellos aceptan que eso es una decisión soberana de Colombia y que hay una prohibición legal. Lo que se ha planteado es que se tendrá un proceso de erradicación, que planteó el ministro Néstor Osuna [de Justicia] en su visita a Washington, que debe ser acordado con las comunidades y que será manual. Y que en los sitios donde no funcionen estos acuerdos se debe hacer erradicación forzosa, al igual que con los cultivos industrializados que se estarán clasificando.
El presidente Petro ha dicho que algunas familias que tienen el sustento de la coca pueden ser beneficiarias en recursos iguales a los que derivan de sus cultivos ilícitos. Esto ya lo hablamos con el Congreso norteamericano y funcionarios del gobierno Biden; están de acuerdo con esta necesidad y nos quieren ayudar y apoyar, con el fin de que estas familias hagan la transición en 10 o 15 años a cultivos distintos y que les permitan vivir dignamente.
Un tema que le interesa mucho a la gente es el de la visa para entrar a Estados Unidos, ¿eso en qué va?, ¿es realmente viable?
En esto tenemos cómo mostrarle al mundo que hemos acogido más de dos millones y medio de personas con nacionalidad venezolana. Están aquí y están llegando más migrantes de otros países, como Haití. Lo que ha dicho el presidente Petro es que mantenemos esa política, la profundizamos, la expandimos para la gente. Así las cosas, Colombia es modelo para el mundo y tenemos toda la autoridad moral para plantear una nueva política migratoria. Hoy tenemos agilidad total en el trámite de las visas y estamos trabajando para que haya excepciones para turistas colombianos que viajen a los Estados Unidos. Y tenemos noticias para los más de 300.000 colombianos indocumentados: les estamos trabajando un alivio migratorio de por lo menos 18 meses para que vivan dignamente y puedan regresar al país.
¿Pero quitar la visa es una posibilidad real? Porque acá lo ven como una utopía…
La respuesta se la acabo de dar: el visado se estaba demorando dos y tres años y hoy son solo 60 días. Se está trabajando para que las visas de primera vez sean mucho más ágiles. El secretario de Seguridad, Alejandro Mayorkas, quien acaba de estar en Colombia, dijo: “Hay que aprovechar toda la coyuntura y las buenas relaciones entre las dos naciones, y tenemos un buen momento político. Colombia reune la gran mayoría de requisitos, faltan unos cuantos, pero eso lo podemos trabajar”. Este es un proceso largo, pero lo podemos lograr. La tasa de rechazo de visas está en un 27 % y pretendemos que baje al 3 %.
La Embajada en Washington y la Secretaría de Seguridad Nacional de los Estados Unidos estamos trabajando en estos temas. Aquí en Colombia creamos un comité interinstitucional coordinado por la Cancillería para que todas las instituciones relacionadas con estos temas avancen y llenar los requisitos que nos hacen falta. Eso nos llevará un tiempo prudencial, pero estamos muy optimistas de que, si cumplimos paso a paso las tareas, la población colombiana no requerirá visa para ingresar a los Estados Unidos. Los turistas estarían exentos de ella.
¿Cuándo va a estar el presidente Petro de visita oficial en los Estados Unidos?
Eso lo estamos trabajando los dos gobiernos. Lo que sí le adelanto es que en 2023 se dará ese encuentro con el presidente Biden. Y quiero anunciarle que la vicepresidenta Francia Márquez podría tener un encuentro con su homóloga de los Estados Unidos, Kamala Harris, en marzo. Y no descarte que el presidente Biden, en una de sus giras, llegue el año entrante a Colombia o que el presidente Petro haga lo propio. Estamos trabajando y la meta es que esto se materialice el año entrante.
Usted sí estuvo dialogando con el presidente Biden en la Casa Blanca, ¿cómo le fue?
Fue una charla muy cálida. El presidente Biden aprecia mucho a Colombia y lo primero que le dije fue que teníamos un presidente alternativo, a la primera vicepresidente afrodescendiente de nuestra historia y que nuestra diplomacia estaba cambiando. Hoy tenemos un embajador negro en Washington, primera vez en esta dignidad. Me dijo: “Yo sé todo lo que está pasando”, y le manifesté que necesitábamos todo su apoyo para la paz. “Yo he apoyado a Colombia y la voy a seguir apoyando; dígale al presidente Petro que cuentan conmigo”, me contestó.