“El presidente pasa del acuerdo nacional a la guerra”: Humberto de la Calle
El senador Humberto de la Calle, en conversación con El Espectador, hizo un duro diagnóstico del Gobierno de Gustavo Petro. Se mostró crítico con el doble discurso del presidente de promover un acuerdo, a la vez que habla de supuestos ataques para que no acabe su mandato. También se refirió a proyectos como la jurisdicción agraria y a la paz total, que calificó de “mediocre”. De la Calle se ha consolidado como una de las voces fuertes del Capitolio, no solo por dirigir el proceso de paz con las FARC en 2016, sino también por ser uno de los congresistas con más experiencia en la actualidad.
Leonardo Botero Fernández
El gobierno de Gustavo Petro logra conjurar en pocos días el paro caminero. Pero logra esto y por el otro lado está el presidente Petro habla de conspiraciones en su contra, ¿cómo lee usted lo que está pasando en el panorama nacional?
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El gobierno de Gustavo Petro logra conjurar en pocos días el paro caminero. Pero logra esto y por el otro lado está el presidente Petro habla de conspiraciones en su contra, ¿cómo lee usted lo que está pasando en el panorama nacional?
Petro es muy contradictorio. No es nuevo que encontremos en el panorama nacional estos cambios. Entonces él pasa del acuerdo nacional a decir que todos somos descendientes de esclavistas, que la historia de Colombia son 200 años de corrupción, que aquí nadie ha hecho nada. Es un líder al que es difícil seguirle el paso porque tiene muchos mensajes.
Miremos el paro. Por primera vez Petro, al producir un propósito de saneamiento del déficit creado por el subsidio a los combustibles, generó casi unanimidad entre la academia de los economistas. Tomó las primeras decisiones o las anuncia bien y entonces llega el paro. Lo terminó solucionando a través del diálogo, lo cual está bien. Entonces es un punto a favor de él. Pero luego utilizó una retórica muy rara, porque lo que hizo fue decir que los que estaban en paro eran los ricos. O sea, él convirtió al paro en un huevo de dos yemas y una de esas yemas la utiliza en su retórica belicosa contra los que tienen un camión o dos o cinco.
¿Y cómo ve que, mientras por un lado el presidente logra acuerdos, por el otro critica directamente a instituciones como el CNE y el Consejo de Estado y habla de un intento de frenar su administración?
Ahí sí me parece una cosa extraordinariamente excesiva, exagerada y contraproducente que le termina haciendo daño al mismo gobierno. ¿Qué quiere decir? Dice que hay organismos, instituciones que están investigando al presidente. Pero es que estos organismos actúan en función de su competencia. Incluso no hay ninguna decisión.
Por otro lado, lo que dijo el Consejo de Estado es que el Consejo Electoral tiene competencia para examinar todas las campañas, incluida la del presidente ganador. Pero también que esa investigación de carácter administrativo no puede implicar la remoción del presidente, porque eso sí solo corresponde exclusivamente por el fuero a la Cámara de Representantes y al Senado. ¿Cómo es posible que el presidente diga “el Consejo de Estado me está dando un golpe” cuando lo que ha dicho es que con él no se pueden meter?
Senador, toda esta retórica que menciona se da además en un momento en el que el mismo gobierno está hablando del acuerdo nacional. ¿Cómo se consigue un acuerdo en medio de un presidente que decide decir que lo están atacando y están vulnerando su fuero presidencial?
Esa es la realidad que estamos viendo. Es, dijéramos, unos cambios de lenguaje súbitos e injustificados que desconciertan a la gente. El presidente pasa del acuerdo nacional a la guerra, incluso diciendo que es una apelación al pueblo basada en la fuerza del pueblo. Eso lo dijo al otro día del famoso discurso de Cali cuando habló de la constituyente. A mí me parece que por fortuna, hasta ahora, ha sido retórica. Pero ese sí es un golpe muy duro a la separación de poderes porque realmente uno no sabe dónde está la verdadera ruta del gobierno.
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¿En ese contexto, qué tal ha sido la interlocución con Juan Fernando Cristo, que, en la práctica, es el que se sienta a hablar con las bancadas?
A mí me ha satisfecho mucho el diálogo propuesto y las expresiones de Juan Fernando Cristo, que ha venido hablando del diálogo. Pero hay serias diferencias entre lo que dice Juan Fernando y lo que dice el presidente.
Cuando el presidente habló de constituyente dijo que era una constituyente por fuera de la constitución. El ministro Cristo dijo no, primero tiene que haber un acuerdo político, después una constituyente de acuerdo con la constitución. Cuando Juan Fernando estaba desmontando el fast track, el presidente, en el discurso del 20 de julio, insistió en esto. Todo es como un juego de caleidoscopio, donde es imposible saber cuál es la ruta real.
Hablemos de algunos proyectos específicos del Gobierno. Por ejemplo, está el proyecto de la jurisdicción agraria. Le quisiera preguntar si hay riesgo que con este proyecto haya expropiación exprés. ¿Es un temor infundado? ¿Es un temor justificado?
Ya tenemos la reforma constitucional y la ley estatutaria. Yo creo que se necesita una ley de procedimientos. Es elemental. No nos puede pasar que dimos los pasos grandes y nos enredemos en los pequeños. Ahora bien, con eso lo que le quiero decir es: mi voz será a favor del proyecto, sin perjuicio en mi posición independiente, de mirar algunos artículos que generan preocupaciones.
Con la llamada expropiación exprés se han dicho cosas que realmente no son ciertas. Eso no pasa en la jurisdicción agraria porque saca un bien privado para dárselo a otro privado. Eso no se puede decir. La reforma agraria es de interés común, es de utilidad pública, luego, el problema no es la expropiación.
Donde hay algo en lo que yo creo que podemos buscar soluciones es en el papel de la justicia. En el articulado sí se da la lectura de que la Agencia de Tierras toma las decisiones y que solo hay una revisión posterior. Eso hay que corregirlo.
Como lo contó El Espectador, en el gobierno se está dando la discusión respecto al marco jurídico de la paz total. Ya que hablamos de los temas de tierras, ¿usted cómo ve las negociaciones?
Yo arranco dándole la razón en cierta parte del diagnóstico a Gustavo Petro. En el 2016 cuando firmamos con las FARC, la situación realmente era distinta. El gobierno por lo tanto encontró un territorio distinto al que encontramos nosotros y eso le da solidez a la decisión de Gustavo Petro de innovar, de buscar caminos nuevos. A mí no me parece que eso esté mal porque sigue existiendo el deseo de la paz. Pero hasta ahora el resultado ha sido muy mediocre y en algunas ocasiones ha significado un retroceso.
En el terreno de las acciones agresivas de los violentos ha habido una marcha atrás. Eso es indiscutible. En segundo lugar, el problema del cese del fuego es el más dramático, pero también el más delicado. Si usted acelera de manera precoz los ceses del fuego, el Estado termina perdiendo su capacidad de negociación. La pérdida de dominio territorial en Colombia es inédita. Hoy tenemos una situación en todo el Pacífico, en la frontera con Venezuela, es decir, Arauca, Catatumbo, donde ya hay zonas en poder ya no de grupos políticos, sino de delincuentes. A eso ha contribuido la adopción de ceses de fuego sin las debidas condiciones.
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¿Cómo está el centro para 2026? Porque ya la campaña presidencial está andando.
Con una dificultad seria. Es una paradoja porque todas las encuestas y la intuición misma muestra que los colombianos están básicamente en el centro. Que no quieren excesos ni de izquierda ni de derecha. Y me parece que la gente está hasta fatigada de la agresividad y de la confrontación. Pero desde el punto de vista organizacional estamos viendo un centro muy disperso. Y tuvimos la experiencia de 2022, que fue muy mala.
¿Cómo entonces hacer un proceso respetado por todos para ir perfeccionando quién puede ser él o los candidatos?. Ese es un problema no resuelto. Yo creo que las consultas populares han perdido como brillo. Hay otros partidos que han usado más bien encuestas, una cosa parecida como a la película Los Juegos del Hambre, cuando el uribismo cada viernes sacaba alguno basado en encuestas.
Falta es como la fisiología de cómo lograr eso en un llamado claro a la cooperación. Todo el que se mete en política pues tiene un ego. El que no ambiciona no se metería. La política es tan dura que exige ambición porque de lo contrario la gente saldría huyendo. Pero eso hay que manejarlo con una perspectiva para darle viabilidad a esto.
¿Y a la oposición de derecha cómo la ve?
Hay facciones de una derecha más acentuada, no violenta pero sí extrema, que me parece que las ideas de agrupar a todo el no petrismo en una coalición universal yo creo que no son viables.
Y en la oposición veo una carencia. Me parece que ahí se golpea el gobierno muchas veces con razón. Se hace la política de oposición. Pero para 2026 no se necesita solo eso. Se necesita una ilusión. Es lo he llamado yo el cambio en el cambio. ¿Cómo es la sociedad post-petro? Porque la gente no va a querer regresar al pasado. Me parece que el que tenga ese diagnóstico está equivocado. Luego falta ilusión.
Es lo que realmente el centro puede ofrecer en el 2026. En eso hay que trabajar más porque lo veo un poco diluido todavía.
Vea la entrevista en video al senador Humberto de la Calle.
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