Impacto de la captura de Ramos

La orden de captura proferida por la Corte Suprema de Justicia contra el exgobernador de Antioquia Luis Alfredo Ramos ha sido estudiada desde la perspectiva jurídica. Sin embargo, los alcances de esta decisión produjeron —y siguen haciéndolo— una fuerte tormenta  dentro de su círculo político e incluso ha impactado en el nivel regional y local. Nadie duda en calificar a Ramos Botero como uno de los grandes barones electorales del Partido Conservador y una de las más prominentes figuras de la vida política de Antioquia.

La privación de la libertad de Ramos Botero, que se hizo efectiva el pasado jueves, dividió el mundo político en dos sectores: los defensores del exgobernador y sus más enconados detractores que, básicamente se clasifican entre os líderes cercanos al expresidente Álvaro Uribe y sus enemigos políticos. Por eso, el expresidente fue el primero en salir a defender a Ramos, afirmando que es un hombre probo y decente. Del otro lado, los aplausos se oyeron desde la tribuna del actual gobernador de Antioquia, Sergio Fajardo, y del exalcalde de Medellín, Alonso Salazar, quien no dudó en señalar que finalmente se había hecho justicia con “un intocable de la política antioqueña. Un hombre que materializó los lazos entre política y criminalidad”.

Para el analista político César Caballero, director de la firma encuestadora Cifras y Conceptos, la captura del exgobernador y excongresista antioqueño tiene tres niveles de afectación: uno en la política de Antioquia, otro dentro del Partido Conservador y uno tercero en el uribismo.

“En Antioquia es uno de los grande barones electorales y estaba adelantando una alianza con Uribe para proyectar sus fuerzas hacia la campaña a la Presidencia. En el Partido Conservador era la figura dominante que estaba llevando a la colectividad fuera de la Unidad Nacional. En el uribismo, era la ficha dura que electoralmente tenía más posibilidades, según las encuestas. Además reactivó los reflectores sobre las relaciones entre paramilitarismo y política, especialmente en relación con los hombres cercanos al expresidente Álvaro Uribe, cuyas personas más cercanas han sido condenadas por sus alianzas con sectores ilegales”, explicó Caballero.

Precisamente, en la entraña del uribismo, la captura de Ramos se siente como un baldado de agua fría, pues en gran medida las aspiraciones electorales del Centro Democrático estaban puestas en la figura del político conservador. Según la senadora Liliana Rendón —también antioqueña y muy cercana a Ramos—, la decisión de la Corte le quitó la posibilidad de tenerlo como candidato a la Presidencia. “Era un hecho que él iba a ganar la consulta, después de eso no había quien le ganara en las elecciones a la presidencia. Yo lo digo, respeto las decisiones de la justicia y espero que Luis Alfredo sea escuchado y que todo salga bien. Sería muy bueno que pudiera estar habilitado para continuar en este proceso electoral”, refirió la parlamentaria paisa.

Rendón reconoce a Ramos como su jefe político y afirma que deja un vacío en su aspiración a ser gobernadora de Antioquia en las próximas elecciones. Prefiere no hablar del impacto político que causa en el Centro Democrático el proceso en contra de Ramos y sostiene: “Estamos pendientes de él, de su situación personal, luego reuniremos el equipo y tomaremos decisiones, pero no crea que esto quedó ahí, nosotros lo que sabemos es hacer política y vamos a seguir, ante todo, con fidelidad al doctor Ramos”.

Y añade: “Hay gente que ha manifestado abiertamente su satisfacción con la decisión de la Corte. A esos los dejamos porque no es nuestra forma de hacer política. Pero vea usted que Alonso Salazar tiene muerte política y Sergio Fajardo tiene un proceso muy grave en la Procuraduría porque le dio una importante concesión minera al esposo de su secretaria”.

El también senador Antioqueño Juan Carlos Vélez no oculta el impacto que tiene la decisión del alto tribunal en las filas del uribismo. “Era un candidato que en las encuestas mostraba opción para ganarse la candidatura presidencial. Esto implica una reorganización de las fuerzas de las diferentes precandidaturas y ahora hay que esperar qué camino cogen los equipos que había organizado. No se pueden hacer cábalas y en los próximos días se sabrá qué va a pasar”, explicó Vélez Uribe.

El Espectador pudo establecer que mañana se hará una reunión con las principales figuras del uribismo para determinar cómo se va a enfrentar la situación política, cómo se van a reorganizar las fuerzas y qué camino va a tomar el movimiento del expresidente Uribe, que tenía todo apostado al exgobernador Luis Alfredo Ramos Botero.

Exitosa historia de un hombre cuestionado

La vida política de Luis Alfredo Ramos ha sido tan exitosa como cuestionada. En 1970 salió elegido como concejal de Sonsón  (Antioquia). Cuatro años después obtuvo un asiento en la Asamblea Departamental. Desde ese momento su trabajo político estuvo ligado a promover las ideas del Partido Conservador. En 1982 consiguió una curul en la Cámara de Representantes, diez años después fue alcalde de Medellín. Durante el gobierno Samper fue ministro de Comercio. En 2002 fue elegido senador de la República y en 2007 obtuvo la Gobernación de Antioquia.

A pesar de este extenso recorrido por cargos públicos, su historia también ha pasado por fuertes cuestionamientos. Sus más cercanos compañeros políticos han estado acusados o condenados por parapolítica. Es el caso de Mario Uribe, Óscar Suárez Mira y Álvaro Araújo,  con quienes impulsó la creación de Alas Equipo Colombia. Hoy la justicia lo tiene en la mira por diferentes testimonios de paramilitares que afirman que lo apoyaron en sus aspiraciones electorales.

amolano@elespectador.com

@alfredomolanoji

La orden de captura proferida por la Corte Suprema de Justicia contra el exgobernador de Antioquia Luis Alfredo Ramos ha sido estudiada desde la perspectiva jurídica. Sin embargo, los alcances de esta decisión produjeron —y siguen haciéndolo— una fuerte tormenta  dentro de su círculo político e incluso ha impactado en el nivel regional y local. Nadie duda en calificar a Ramos Botero como uno de los grandes barones electorales del Partido Conservador y una de las más prominentes figuras de la vida política de Antioquia.

La privación de la libertad de Ramos Botero, que se hizo efectiva el pasado jueves, dividió el mundo político en dos sectores: los defensores del exgobernador y sus más enconados detractores que, básicamente se clasifican entre os líderes cercanos al expresidente Álvaro Uribe y sus enemigos políticos. Por eso, el expresidente fue el primero en salir a defender a Ramos, afirmando que es un hombre probo y decente. Del otro lado, los aplausos se oyeron desde la tribuna del actual gobernador de Antioquia, Sergio Fajardo, y del exalcalde de Medellín, Alonso Salazar, quien no dudó en señalar que finalmente se había hecho justicia con “un intocable de la política antioqueña. Un hombre que materializó los lazos entre política y criminalidad”.

Para el analista político César Caballero, director de la firma encuestadora Cifras y Conceptos, la captura del exgobernador y excongresista antioqueño tiene tres niveles de afectación: uno en la política de Antioquia, otro dentro del Partido Conservador y uno tercero en el uribismo.

“En Antioquia es uno de los grande barones electorales y estaba adelantando una alianza con Uribe para proyectar sus fuerzas hacia la campaña a la Presidencia. En el Partido Conservador era la figura dominante que estaba llevando a la colectividad fuera de la Unidad Nacional. En el uribismo, era la ficha dura que electoralmente tenía más posibilidades, según las encuestas. Además reactivó los reflectores sobre las relaciones entre paramilitarismo y política, especialmente en relación con los hombres cercanos al expresidente Álvaro Uribe, cuyas personas más cercanas han sido condenadas por sus alianzas con sectores ilegales”, explicó Caballero.

Precisamente, en la entraña del uribismo, la captura de Ramos se siente como un baldado de agua fría, pues en gran medida las aspiraciones electorales del Centro Democrático estaban puestas en la figura del político conservador. Según la senadora Liliana Rendón —también antioqueña y muy cercana a Ramos—, la decisión de la Corte le quitó la posibilidad de tenerlo como candidato a la Presidencia. “Era un hecho que él iba a ganar la consulta, después de eso no había quien le ganara en las elecciones a la presidencia. Yo lo digo, respeto las decisiones de la justicia y espero que Luis Alfredo sea escuchado y que todo salga bien. Sería muy bueno que pudiera estar habilitado para continuar en este proceso electoral”, refirió la parlamentaria paisa.

Rendón reconoce a Ramos como su jefe político y afirma que deja un vacío en su aspiración a ser gobernadora de Antioquia en las próximas elecciones. Prefiere no hablar del impacto político que causa en el Centro Democrático el proceso en contra de Ramos y sostiene: “Estamos pendientes de él, de su situación personal, luego reuniremos el equipo y tomaremos decisiones, pero no crea que esto quedó ahí, nosotros lo que sabemos es hacer política y vamos a seguir, ante todo, con fidelidad al doctor Ramos”.

Y añade: “Hay gente que ha manifestado abiertamente su satisfacción con la decisión de la Corte. A esos los dejamos porque no es nuestra forma de hacer política. Pero vea usted que Alonso Salazar tiene muerte política y Sergio Fajardo tiene un proceso muy grave en la Procuraduría porque le dio una importante concesión minera al esposo de su secretaria”.

El también senador Antioqueño Juan Carlos Vélez no oculta el impacto que tiene la decisión del alto tribunal en las filas del uribismo. “Era un candidato que en las encuestas mostraba opción para ganarse la candidatura presidencial. Esto implica una reorganización de las fuerzas de las diferentes precandidaturas y ahora hay que esperar qué camino cogen los equipos que había organizado. No se pueden hacer cábalas y en los próximos días se sabrá qué va a pasar”, explicó Vélez Uribe.

El Espectador pudo establecer que mañana se hará una reunión con las principales figuras del uribismo para determinar cómo se va a enfrentar la situación política, cómo se van a reorganizar las fuerzas y qué camino va a tomar el movimiento del expresidente Uribe, que tenía todo apostado al exgobernador Luis Alfredo Ramos Botero.

Exitosa historia de un hombre cuestionado

La vida política de Luis Alfredo Ramos ha sido tan exitosa como cuestionada. En 1970 salió elegido como concejal de Sonsón  (Antioquia). Cuatro años después obtuvo un asiento en la Asamblea Departamental. Desde ese momento su trabajo político estuvo ligado a promover las ideas del Partido Conservador. En 1982 consiguió una curul en la Cámara de Representantes, diez años después fue alcalde de Medellín. Durante el gobierno Samper fue ministro de Comercio. En 2002 fue elegido senador de la República y en 2007 obtuvo la Gobernación de Antioquia.

A pesar de este extenso recorrido por cargos públicos, su historia también ha pasado por fuertes cuestionamientos. Sus más cercanos compañeros políticos han estado acusados o condenados por parapolítica. Es el caso de Mario Uribe, Óscar Suárez Mira y Álvaro Araújo,  con quienes impulsó la creación de Alas Equipo Colombia. Hoy la justicia lo tiene en la mira por diferentes testimonios de paramilitares que afirman que lo apoyaron en sus aspiraciones electorales.

amolano@elespectador.com

@alfredomolanoji