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En la tarde de este miércoles, el gobierno de Gustavo Petro incluyó la reforma a la salud en el listado de proyectos que pueden ser debatidos durante las sesiones extraordinarias, que se comenzaron desde el 7 de febrero y se prolongarán hasta el 15 de marzo. El ministro del Interior, Alfonso Prada, radicó el decreto con el que se habilita la discusión de esta iniciativa en este periodo de sesiones por fuera de lo que contempla oficialmente la Constitución.
“Acabamos de radicar el decreto que adiciona las sesiones extraordinarias para poder avanzar en el estudio del sistema de salud que proponemos. De tal manera se fija posición en el contenido de la ley. Es una en esencia ley ordinaria que desarrolla la ley estatutaria la 1751 de 2015. No modifica la definición o los principios del derecho fundamental de salud”, expresó el ministro del Interior.
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Tal como dijo el ministro, con la inclusión de la reforma a la salud en las sesiones extras, el gobierno se mantiene en su posición de que no están tramitando una reforma estatutaria. Esto debido a que jurisprudencia de la Corte Constitucional ha señalado que no se puede debatir leyes estatutarias por fuera de los períodos ordinarios de labor legislativa.
Además del debate por lo controvertida que puede llegar a ser la propuesta de sistema de salud del gobierno Petro, la discusión de los últimos días frente a la reforma ha girado en cuanto a su naturaleza. El gobierno ha insistido en que es una ley ordinaria y que su discusión debe asumirse de esa forma por el Legislativo. En cambio, distintos sectores del Congreso han señalado que el texto radicado por gobierno modifica elementos básicos del derecho a la salud, por lo que debe sí o sí tramitarse como estatutaria.
Aunque parece un tema de simple mecánica parlamentaria, la naturaleza del proyecto puede también entrar a jugarle en contra a la propuesta gubernamental. El Ejecutivo insiste en que es una ley ordinaria puesto que facilita su trámite y posible aprobación. Además, de llegar a considerarse una ley estatutaria, los tiempos y cantidad de votos le jugarían en contra a este proyecto.
Por un lado, las leyes ordinarias tienen hasta dos años para tramitarse, solo necesitan mayoría simple para aprobarse, pueden debatirse en sesiones extraordinarias y entran en vigencia de inmediato tras la promulgación presidencial. En cambio, las leyes estatutarias apenas cuentan con un año para tramitarse, necesitan mayoría absoluta (50+1) para aprobarse sus artículos y ponencia, solo pueden estudiarse en las sesiones ordinarias -que en esta primera parte del año apenas será un periodo de tres meses- y pasan a control automático de la Corte Constitucional.
Más allá de este debate, varios congresistas han insistido en que sí o sí debe tramitarse la reforma a la salud como estatutaria. De no llegarse a hacer de esa forma, aseguran que el gobierno de Gustavo Petro podría correr el riesgo de que la ley, en caso de que se apruebe, se podría hundir por mero vicio en el trámite. Sin embargo, como se señaló más arriba, el Ejecutivo ya sentó posición al incluir en las extraordinarias el debate de este proyecto. De esta forma, el mensaje es que es una ley ordinaria y el gobierno no teme en que se esté incurriendo en un vicio de trámite.