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Intensidad del conflicto no baja

Entre 2002 y 2012 las Farc perdieron presencia en el centro del país, pero se fortalecieron en la periferia.

Alfredo Molano Jimeno
07 de marzo de 2013 - 10:00 p. m.
Intensidad del conflicto no baja
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En un informe de casi 100 páginas, la Corporación Nuevo Arco Iris explica la actual geografía del conflicto armado, analizando la presencia guerrillera y neoparamilitar, la intensidad y particularidad de las acciones armadas y los cambios en la forma de operar de los grupos armados. El estudio se enfoca en las Farc, el Eln y las mal llamadas bandas criminales . La tesis general del informe es que la política de Seguridad Democrática marginalizó el mapa del conflicto armado, desplazando las acciones subversivas del centro a la periferia, pero que la intensidad no ha disminuido.

El estudio adelantado sostiene que desde que terminó el proceso de paz con el gobierno Pastrana, en 2002, hasta hoy, las Farc han modificado su estrategia como respuesta a los golpes que han recibido por parte de la Fuerza Pública. Sin embargo, la intensidad del la guerra que libra está guerrilla no ha disminuido. Las Farc abandonaron como estrategia militar la toma de cabeceras municipales, los combates a campo abierto y las emboscadas de gran magnitud, para adelantar hostigamientos, ataques de alta precisión, atentados contra la infraestructura mineroenergética y la utilización de explosivos y minas antipersonales.

Las Farc pasaron de controlar 336 municipios en 2002 a 251 en 2012. Perdiendo presencia en Cundinamarca, Boyacá, Santander, norte del Meta, norte del Tolima y Casanare. En cuanto a la intensidad de las acciones militares realizadas, se pasó de 1.115 en 1997 a 2.148 en 2011, en las que en 2002 tuvo su pico máximo con 2.063 acciones guerrilleras.

Finalmente, el informe sostiene que, contrario a los rumores sobre divisiones en las filas de las Farc, el acatamiento de la tregua unilateral declarada entre noviembre de 2012 y enero de 2013 demuestra que no es así. Igualmente, la reducción en el número de desmovilizados, que pasaron de 1.333 en 2011 a 821 en 2012.

Nuevo Arco Iris resalta que el Eln es una guerrilla más organizada y con mayor iniciativa que hace 12 años —a pesar de que en 1995 era casi tan grande como las Farc—. La causa de la disminución de la presencia del Eln se debe a la guerra que libró con los paramilitares y la Fuerza Pública en el norte del país, de la cual salió derrotado. Perdieron el control en el oriente y el nordeste antioqueño, el Cesar, el bajo Cauca y algunas zonas del sur de Bolívar. En 2000 esta guerrilla contaba con 7.500 combatientes y dos años después, al inició del gobierno de Álvaro Uribe, tenía cerca de 2.000.

Entre 2002 y 2008 el Eln se mantuvo relativamente al margen del conflicto y vivió una etapa de “hibernación”. Pero a finales de 2008 retomó sus actividades operativas y fortaleció su presencia en Arauca, Catatumbo, sur de Bolívar, Chocó, Cauca y Nariño. Desde 2012 viene retomando el control en el bajo Cauca y el nordeste y oriente antioqueño y el sur del Cesar.

En 2011 realizó 232 acciones bélicas, mientras el año pasado fueron 273. Participaron en 24 combates, realizaron 19 emboscadas, 46 hostigamientos, 24 ataques a la infraestructura minero-energética. Arauca sigue siendo su principal zona de influencia. El frente Domingo Laín se ha opuesto a la construcción del Oleoducto Bicentenario, por lo que los trabajos se encuentran parados desde hace ocho meses. En conclusión, a pesar de que el Eln ha disminuido su tamaño e influencia, aún sigue siendo una guerrilla fuerte, con un activo accionar y poder operativo.

Hoy la pelea entre el nuevo paramilitarismo es la vieja guerra entre el cartel de Medellín y el cartel de Cali. Los Urabeños harían parte de la primera casa criminal, más violentos y territoriales, y Los Rastrojos son los herederos del cartel del norte del Valle, interesados esencialmente en el control económico de las rentas criminales. La guerra actualmente se inclina en favor de Los Urabeños, ya que no sólo dominan el narcotráfico en el Pacífico, sino que controlan más territorio.

En 2012 se identificó la presencia armada de este grupo en 336 municipios, mientras que en 2011 estaban en 209 municipios. Según Arco Iris Los Urabeños se han impuesto a través de su estrategia terrorista y la manera “empresarial” de su accionar. El sector de la defensa del Estado se ha quedado corto en comprender la magnitud de este fenómeno y la interrelación de estos grupos con los poderes políticos y económicos locales y particularmente con integrantes del Ejército. En conclusión, para Nuevo Arco Iris la gran amenaza a la seguridad nacional son estos grupos de neoparamilitares.

Por Alfredo Molano Jimeno

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