Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
El alto comisionado para la Paz de Gustavo Petro, Danilo Rueda, confirmó este miércoles que efectivamente mantuvo una reunión con Iván Márquez, jefe del grupo de disidencias de las FARC-EP autodenominado como la Segunda Marquetalia.
En ese encuentro, Rueda buscaba explorar la situación del líder de esa organización y estudiar la posibilidad de que se acojan a la “paz total” del Gobierno.
(Lea: “El Espectador le explica en qué va la reforma tributaria”)
Si bien Rueda no señaló en dónde se reunieron, sí aseguró que Márquez está “lúcido y vivo. Todo esto es una fase de exploración, por tanto, no podemos decir que hay una mesa, pero estamos en verificación mutua de voluntades”, dijo a Blu Radio.
Adicionalmente, Rueda señaló que también se reunió con el comandante del frente “Alfonso Cano” de las disidencias, que según él tienen voluntad de paz.
(Lea también: “‘Por primera vez un presidente conmemora el día de la resistencia’: Petro en Cauca”)
“Estoy sorprendido de que hay una comunicación fluida con sus máximos comandantes, una disposición a hacer parte de la paz total. Hemos hablado de la claridad que va a regir cualquier tipo de conversación con cualquier grupo armado y unas exigencias de gestos humanitarios que se van a reflejar en los próximos días”, dijo el comisionado a la emisora.
Si bien el Gobierno está adelantado acercamientos con las disidencias, que al parecer tienen la intención de dialogar, recordemos que de acuerdo con el proyecto de prorroga y modificación a la ley de orden público, que se tramita en el Congreso y que daría los mecanismos y la ruta para la “paz total”, sería toda una apuesta dialogar con las disidencias.
>Lea más sobre el Congreso, el Gobierno Petro y otras noticias del mundo político
Estos grupos armados ya tuvieron la oportunidad de pactar con el Gobierno de Juan Manuel Santos en 2016 y al abandonar su compromiso con esos acuerdos, el país tendría que estudiar si aún mantienen su naturaleza política, como lo establece ese proyecto.
De ser aprobada, la reforma a la ley 418 del Gobierno abriría dos procesos: uno de negociaciones de paz que hasta el momento solo aplicaría para el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y otro de acogimiento a la justicia para organizaciones de crimen organizado, por lo que, el Gobierno decidirá si dialogará otra vez con las disidencias. Al menos desde el Congreso, y, especialmente la oposición liderada por el Centro Democrático, han advertido que no debería hacerse.