Jaque a la ola verde
A menos que el voto de opinión, los abstencionistas y los nuevos aliados sumen a su caudal electoral, Antanas Mockus la tiene muy difícil. El presidente Álvaro Uribe y sus políticas son también ganadores de la jornada electoral.
Redacción Política
La segunda vuelta electoral estaba cantada. Lo que no estaba previsto y tampoco lo advirtieron las encuestas fue la apreciable ventaja con que quedó Juan Manuel Santos para decidir la Presidencia de Colombia. A menos que el candidato del Partido Verde, Antanas Mockus, logre concertar fuertes alianzas con los movimientos y candidatos que salieron de la pelea política, todo apunta a que el candidato del Partido de la U, con una cómoda posición para ganar adherentes y ofrecer alianzas, tiene muy cerca la victoria.
Es más, sumando los votos de los cuatro candidatos que ayer salieron de la carrera a la primera magistratura del Estado, y suponiendo que todos apoyaran a Antanas Mockus en la segunda vuelta, apenas el candidato del Partido Verde quedaría dando una apretada pelea a Juan Manuel Santos. En cambio, al candidato de la U le bastaría el apoyo de alguno de los candidatos perdedores para obtener ventaja y ganar en segunda vuelta. A menos que suceda un error craso o una reacción del electorado que se abstiene, la lógica del censo electoral no augura mayores cambios.
Este camino parece más sólido si se evalúa qué puede pasar con las alianzas. Los votos no son endosables y menos en Colombia. Eso quiere decir que así los candidatos derrotados señalen a quién se debe apoyar en segunda vuelta, es difícil que logren imponer una disciplina absoluta. Por ejemplo, en las toldas del Partido Conservador, la orientación de su candidata Noemí Sanín ya no compromete a sus electores. Va a pesar más la tendencia que ha traído la colectividad azul en los últimos tiempos.
Cabe recordar que Noemí Sanín le ganó la candidatura en una forma muy apretada al ex ministro de Agricultura Andrés Felipe Arias, acérrimo defensor del presidente Uribe y sus políticas. Es lógico ahora pensar que esa masa electoral llegue más fácil a fortalecer el caudal del candidato Santos, quien al fin y al cabo representa la opción del uribismo para seguir en el poder. Si se tiene en cuenta que con Uribe en la Presidencia cobró un segundo aire el conservatismo, es más fácil que esa reciprocidad se configure en votos para Santos.
Si ese mismo análisis se evalúa respecto a Germán Vargas Lleras y su partido Cambio Radical, también hay que mirar antecedentes. Esta colectividad fue uno de los soportes del presidente Uribe en el Congreso y en las urnas, tanto en 2002 como en 2006. Las discrepancias surgieron cuando los uribistas y la propia Casa de Nariño promovieron la idea de un tercer mandato. Pero es una base electoral de pasado uribista, que podría estar más cerca de apoyar a Santos que cambiar de frente y sumar en la propuesta de Antanas Mockus.
Claro está que en el desarrollo de la campaña electoral, Germán Vargas Lleras fue muy crítico con ciertos hechos del Gobierno y al propio Santos le enrostró casos como los falsos positivos o el errático manejo del DAS. En política suele suceder que terminadas las campañas se olvidan las pullas. Por eso, a la idea de unidad nacional que ha venido planteando el candidato Santos, seguramente no le van a faltar algunos votos, o quizá muchos, de Cambio Radical con o sin Vargas Lleras.
En cuanto a los votantes del Polo Democrático y del Partido Liberal, donde la lógica indica que podrían estar los eventuales aliados de Antanas Mockus para una segunda vuelta, tampoco es probable que sea un apoyo absoluto. La campaña demostró que para algunos hay diferencias insalvables entre el Polo y el Partido Verde. Y por los lados del liberalismo, hay quienes a la sombra siguen añorando los tiempos de un partido unificado y victorioso.
Así las cosas, el vencedor de la jornada electoral de este domingo, una vez más, es el presidente Álvaro Uribe Vélez y sus políticas de gobierno. Hoy, su ex ministro de Defensa y elegido sin guiño abierto, Juan Manuel Santos, quedó a las puertas de asegurarse el triunfo el próximo 20 de junio. No hay enemigo pequeño, y ante la ola verde, cualquier cosa aún puede pasar. Pero el resultado de este domingo deja pocos márgenes de cambio. Santos se acerca a la Presidencia de Colombia.
La segunda vuelta electoral estaba cantada. Lo que no estaba previsto y tampoco lo advirtieron las encuestas fue la apreciable ventaja con que quedó Juan Manuel Santos para decidir la Presidencia de Colombia. A menos que el candidato del Partido Verde, Antanas Mockus, logre concertar fuertes alianzas con los movimientos y candidatos que salieron de la pelea política, todo apunta a que el candidato del Partido de la U, con una cómoda posición para ganar adherentes y ofrecer alianzas, tiene muy cerca la victoria.
Es más, sumando los votos de los cuatro candidatos que ayer salieron de la carrera a la primera magistratura del Estado, y suponiendo que todos apoyaran a Antanas Mockus en la segunda vuelta, apenas el candidato del Partido Verde quedaría dando una apretada pelea a Juan Manuel Santos. En cambio, al candidato de la U le bastaría el apoyo de alguno de los candidatos perdedores para obtener ventaja y ganar en segunda vuelta. A menos que suceda un error craso o una reacción del electorado que se abstiene, la lógica del censo electoral no augura mayores cambios.
Este camino parece más sólido si se evalúa qué puede pasar con las alianzas. Los votos no son endosables y menos en Colombia. Eso quiere decir que así los candidatos derrotados señalen a quién se debe apoyar en segunda vuelta, es difícil que logren imponer una disciplina absoluta. Por ejemplo, en las toldas del Partido Conservador, la orientación de su candidata Noemí Sanín ya no compromete a sus electores. Va a pesar más la tendencia que ha traído la colectividad azul en los últimos tiempos.
Cabe recordar que Noemí Sanín le ganó la candidatura en una forma muy apretada al ex ministro de Agricultura Andrés Felipe Arias, acérrimo defensor del presidente Uribe y sus políticas. Es lógico ahora pensar que esa masa electoral llegue más fácil a fortalecer el caudal del candidato Santos, quien al fin y al cabo representa la opción del uribismo para seguir en el poder. Si se tiene en cuenta que con Uribe en la Presidencia cobró un segundo aire el conservatismo, es más fácil que esa reciprocidad se configure en votos para Santos.
Si ese mismo análisis se evalúa respecto a Germán Vargas Lleras y su partido Cambio Radical, también hay que mirar antecedentes. Esta colectividad fue uno de los soportes del presidente Uribe en el Congreso y en las urnas, tanto en 2002 como en 2006. Las discrepancias surgieron cuando los uribistas y la propia Casa de Nariño promovieron la idea de un tercer mandato. Pero es una base electoral de pasado uribista, que podría estar más cerca de apoyar a Santos que cambiar de frente y sumar en la propuesta de Antanas Mockus.
Claro está que en el desarrollo de la campaña electoral, Germán Vargas Lleras fue muy crítico con ciertos hechos del Gobierno y al propio Santos le enrostró casos como los falsos positivos o el errático manejo del DAS. En política suele suceder que terminadas las campañas se olvidan las pullas. Por eso, a la idea de unidad nacional que ha venido planteando el candidato Santos, seguramente no le van a faltar algunos votos, o quizá muchos, de Cambio Radical con o sin Vargas Lleras.
En cuanto a los votantes del Polo Democrático y del Partido Liberal, donde la lógica indica que podrían estar los eventuales aliados de Antanas Mockus para una segunda vuelta, tampoco es probable que sea un apoyo absoluto. La campaña demostró que para algunos hay diferencias insalvables entre el Polo y el Partido Verde. Y por los lados del liberalismo, hay quienes a la sombra siguen añorando los tiempos de un partido unificado y victorioso.
Así las cosas, el vencedor de la jornada electoral de este domingo, una vez más, es el presidente Álvaro Uribe Vélez y sus políticas de gobierno. Hoy, su ex ministro de Defensa y elegido sin guiño abierto, Juan Manuel Santos, quedó a las puertas de asegurarse el triunfo el próximo 20 de junio. No hay enemigo pequeño, y ante la ola verde, cualquier cosa aún puede pasar. Pero el resultado de este domingo deja pocos márgenes de cambio. Santos se acerca a la Presidencia de Colombia.