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Además de la defensa de las reformas sociales y las advertencias sobre un supuesto “golpe blando” en su contra, el presidente Gustavo Petro aprovechó las marchas de este miércoles para incluir en su discurso varios mensajes para sus funcionarios más cercanos. Frente a la Plaza de Bolívar, el mandatario aseguró que les llegó el momento de tomar decisiones, incluyendo al pueblo a través de asambleas populares.
El jefe de Estado le pidió al nuevo presidente del Senado, Alexander López Maya, a la vicepresidenta, Francia Márquez, y a sus ministros, organizar asambleas populares en todos los municipios del país, para discutir y gobernar. “Todo ministro o ministra debe obedecer el mandato popular, el que no haga caso, se va”, aseguró.
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Sus palabras generaron aplausos de los asistentes a las marchas y risas entre algunos de los ministros que lo acompañaban en la tarima, como la ministra de Minas, Irene Vélez; el ministro de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo; el ministro de Comercio, Germán Umaña; y el ministro encargado de Cultura, Jorge Zorro.
“Es el cumplimiento del programa de gobierno, ustedes lo vigilarán. Cada asamblea popular, reunida periódicamente en todos los municipios, debe tomar decisiones sobre su región, su territorio, la paz y la capacidad para movilizarse (...) la fase que sigue es el gobierno popular y vamos a demostrar cómo se hace”, dijo el mandatario.
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Petro también aseguró que su administración está cerrada para los intermediarios y para quienes creen que puede llegar a ganar plata. “Este es nuestro país y no nos lo vamos a dejar quitar de ningún politiquero mafioso ni de ningún potentado que cree que nos puede conducir a ser esclavos”, agregó.
La advertencia del mandatario a sus ministros recuerda los dos remezones que ha hecho hasta el momento en su gabinete, ambos relacionados con el trámite de las reformas. En el primero sacó de su equipo a Patricia Ariza (Cultura), María Isabel Urrutia (Deportes) y Alejandro Gaviria (Educación). Este último había expuesto varias críticas a la reforma a la salud, lo que para algunos fue la causa de la pérdida de su puesto.
En el segundo remezón cambió a ministros como José Antonio Ocampo (Hacienda) y Cecilia López (Agricultura), quienes en algunos espacios pidieron mesura al Gobierno y llegaron algunos de los proyectos claves. Con los cambios, el presidente consolidó un gabinete más cercano a su pensamiento y dejó por fuera a algunos funcionarios considerados como independientes, liberales o técnicos.
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