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La cultura es lo primero
Las batallas más significativas que se dan en la arena política son las culturales. Ahí está en juego la resignificación de los símbolos, de los hechos históricos, de los personajes y eventos que han dado paso a nuestra nación. El actual gobierno de Gustavo Petro parece tener claro este asunto.
Este artículo propone una lectura de una serie de reivindicaciones, de orden cultural, que dejarían sentadas las bases para una discusión que debe darse, teniendo en cuenta la premisa de que la cultura no es algo rígido, sino, por el contrario, algo que se está moviendo y reacomodando constantemente en lo que yo he denominado tensiones y contradicciones culturales.
Y de eso sí que Colombia, desde hace más de dos siglos de fundación, está llena de ejemplos. De manera que abordaremos algunos de estos para dilucidar la batalla cultural que el gobierno del cambio se ha propuesto desde que asumió el poder.
La espada de Bolívar
Desde el acto de posesión del gobierno de Petro, la espada de El Libertador fue uno de los símbolos más significativos de esta batalla cultural.
El gobierno saliente de Duque no había autorizado que la espada se mostrara en el acto de posesión. Pero una vez posesionado ante el pueblo, el nuevo presidente ordenó a la Guardia Presidencial traer la espada.
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Desde esta acción casi performática, donde todos vimos cómo la espada en su urna era transportada por la Guardia Presidencial justo al lado del presidente Petro, se desató la batalla cultural como centro de la discusión política.
Ya no en el terreno de la guerra, sino en consonancia con la búsqueda de la paz. Una espada tan importante para Petro y el M-19, la guerrilla de la cual él había hecho parte, y cuya desmovilización le permitió tener una bancada importante en la Constituyente de 1991. Por este motivo la Espada de Bolívar se convertiría en pocos minutos en el símbolo de esta nueva batalla cultural.
La espada del Libertador es un símbolo cultural indiscutible de las luchas de independencia, y esto no pasa desapercibido para el resto de la sociedad.
El galeón San José
Otro símbolo que han generado polémica es el tesoro del galeón español San José.
Esta embarcación de la época colonial, que fue hundida cerca de las costas de Colombia por piratas enemigos de la Corona Española, es otro símbolo cultural muy relevante para este gobierno. Retomando algo que venía desde del gobierno Santos, decide tomar cartas en el asunto y reclamar lo que considera patrimonio nacional.
España alega que el galeón y su contenido son de su propiedad. El gobierno colombiano afirma lo contrario y decide emprender un reconocimiento de lo que existe en lo más profundo del océano. ¿Pero qué ha pasado? Al parecer, la Armada Nacional no ha encontrado lo que se esperaba y se rumora que el galeón fue saqueado por los piratas contemporáneos vinculados con los dos gobiernos anteriores.
Lo que sí es cierto es que el tesoro del galeón español, según los reclamos del gobierno, debe estar en manos de la Nación. Se hará, según se ha planteado, todo lo posible para recuperarlo de las aguas donde reposa desde hace siglos. No se ha vuelto a hablar de este importante tesoro que, por lo que se sabe, tiene o tenía grandes cantidades de lingotes de oro, entre otras riquezas.
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Esperar que lo que se encuentre después de todo esto no sean unas cuantas vasijas de metal oxidado que nada tienen que ver con lo que realmente contenía el galeón. Si lo del saqueo es real, esto sería un duro golpe y una batalla perdida en esta gesta cultural.
El hospital San Juan de Dios
El complejo arquitectónico, pilar de la salud pública, sería el gran ejemplo de la reforma de la salud que el gobierno se ha propuesto. Una reforma deseable y controversial por el modelo de la Ley 100, que privatizó la salud.
La actual discusión sobre las EPS da cuenta de esta tensión que está lejos de solucionarse. El hospital y su recuperación arquitectónica no solo se quedan en el edificio, sino en el debate que merece la sociedad sobre uno de los sectores más importantes y olvidados de la nación: la salud. El San Juan de Dios es uno de los principales retos planteados en materia de patrimonio por el gobierno del Cambio.
De concretarse la reforma de la salud, cosa muy difícil hasta ahora, sería uno de los logros más significativos de esta pugna cultural. El hospital se convertiría en un monumento histórico viviente, con mucha trascendencia y utilidad pública.
Las corridas de toros
Desde que se planteó el proyecto de la Bogotá Humana, las corridas de toros fueron otro escenario para la batalla cultural que se prolonga hasta hoy.
La prohibición de dichas corridas es una apuesta para hacer frente a una práctica cultural que se considera barbárica, ya además enfrenta al gobierno con uno de los sectores económicos más fuertes del país: los ganaderos.
Los ganaderos, sobre todo hacia el norte del país, tuvieron mucho que ver con el conflicto armado. En respuesta al boleteo de las guerrillas, estos organizaron los grupos paramilitares con la consecuencia para la población civil: desplazamiento forzado y apropiación ilegal de tierras. En el fondo de este asunto no ésta solo la defensa del pobre toro de lidia, que, entre otras cosas, es criado para las corridas de toros, sino hacer visible ese conflicto social, lo cual se hace necesario dentro del proyecto de la paz total.
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No es una coincidencia que uno de los representantes de Fedegan se haya sentado a la mesa de negociaciones con el ELN, invitado por el Gobierno Nacional. El asunto de compras de tierras para la restitución también tiene que ver con esto. La prohibición de las corridas de toros, aunque se vuelvan a instaurar como sucedió tras la Bogotá Humana, quedará en la historia como una huella imborrable de esta batalla cultural.
Los restos del general Melo
Otro reto que este gobierno se ha planteado es la repatriación de los restos de José María Melo, que reposan en México. ¿Por qué es una prioridad para el presidente?
El prócer, que luchó al lado de Bolívar, fue uno de los que acogió las tesis del liberalismo socialista y luchó por varios ideales, que iban desde la liberación de los esclavos hasta las reivindicaciones de los artesanos. Melo encabezó un golpe de Estado en 1854, con apoyo de los artesanos y sus Milicias Democráticas, e instaló uno de los primeros gobiernos liberales.
Melo fue derrocado por los esclavistas de la República de la Nueva Granada, particularmente de la provincia del Cauca, donde el cultivo de caña y algodón dependía de esclavos. Melo ya estaba impregnado de las corrientes socialistas que reivindicaban el trabajo y el desarrollo industrial, y por lo tanto debía ratificar lo que Bolívar había planteado con la abolición de la esclavitud. Su apoyo a la presidencia de José Hilario López fue muy importante. Tras la caída de su gobierno, tiene que exiliarse al caer Bogotá de nuevo en las manos de los esclavistas y hacendados del altiplano. De allí surgiría en su momento la hegemonía conservadora que impone la Constitución de 1886 de la mano de Rafel Núñez y su ideólogo Miguel Antonio Caro.
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Las luchas libertarias de Melo terminan desde el exilio en otros horizontes, como cuando luchó al lado de Benito Juárez en México. Finalmente, es fusilado y honrado con honores por el país centroamericano.
El hecho de que el presidente esté decidido a repatriar los restos, con el beneplácito del presidente López Obrador, es muestra decisiva del sentido del giro cultural que pretende logar Petro. La idea es asignarle un lugar a estas luchas en nuestra nación, donde Melo es un perfecto desconocido para la ciudadanía. Pues la historia, generalmente hecha por los vencedores, está aún por escribirse.
El Tesoro Quimbaya
La recuperación del tesoro Quimbaya va en la misma línea de los anteriores y muy conectado con Melo.
Quién con apoyo de los esclavistas de la provincia del Cauca y de los hacendados del altiplano cundiboyacense derroca al general Melo y lo obliga al exilio fue Carlos Holguín Mallarino, un influyente intelectual y político que dirige varios periódicos como el Filotémico que reunía a los jóvenes intelectuales conservadores que no dudaron en atacar al socialismo y al comunismo como un cáncer que atenta contra los valores de la nación: Dios, familia y propiedad.
Otros escenarios
A estos ejemplos de la batalla cultural se suma la creación del Museo de lo Negro, donde la vicepresidenta Francia Márquez tiene mucho que ver.
La pugna por la Universidad Nacional de Colombia también está en esta encrucijada.
En suma, la batalla cultural revela las tensiones y contradicciones sociopolíticas de nuestra nación.
*Doctor en Artes y Ciencias del Arte de la Universidad de Paris 1, docente investigador de la Escuela de Artes Plásticas, Facultad de Artes de la Universidad Nacional, miembro de AICA internacional.
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