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Nada fácil será llevar a cabo la propuesta del exministro Álvaro Leyva de propiciar un encuentro entre el expresidente Álvaro Uribe Vélez y el máximo jefe de las Farc, Timochenko. Así lo dio a entender el exmandatario, quien en respuesta a Leyva sostuvo que sus preocupaciones sobre el proceso de paz ya han sido puestas por escrito y entregadas a distintas personas —incluido el exconstituyente— para que sean transmitidas a la mesa de diálogos de La Habana. (Lea: Álvaro Leyva intervendrá para que sea “realidad” encuentro entre Uribe y 'Timochenko')
De alguna manera, el senador Uribe, sin dar un no como respuesta, dejó ver que no tiene interés alguno en darle rienda suelta a Leyva Durán, quien a través de un comunicado de prensa dio a conocer que el jueves de la semana pasada se reunió con el expresidente y le expresó su interés en promover el encuentro. (Lea: Uribe dice no a encuentro con 'Timochenko')
“Le manifesté al expresidente mi opinión sobre el valor y utilidad para el país de la pronta realización de ese encuentro. Es necesario e inaplazable buscar un gran acuerdo político nacional que nos permita encontrar aires renovados”, dijo Leyva sobre el diálogo con el exmandatario, que se realizó el pasado 26 de mayo.
Ante la reiteración de Leyva para realizar el encuentro, Uribe comentó ayer que “el competente para negociar en nombre del Estado colombiano es el Gobierno. Nosotros hemos entregado todas nuestras observaciones. Tanto Álvaro Leyva como Bernie Aronson y Kofi Annan conocen nuestras preocupaciones y pueden transmitirlas”. Con esta respuesta se puede decir que, por ahora, descarta reunirse con Timochenko.
Y aunque el expresidente no se negó directamente, el no rotundo vino de sus militantes en el Centro Democrático. El senador Alfredo Rangel aseguró que “ni el expresidente Uribe ni los miembros del Centro Democrático vamos a hablar con terroristas si no se han desmovilizado, no han entregado las armas y saldado las cuentas con la justicia pagando penas mínimas de cárcel por los delitos de lesa humanidad que han cometido durante decenios”.
De hecho, en el uribismo hay quienes creen que no hay nada de qué hablar con Timochenko, porque Uribe seguirá interviniendo en el Congreso de la República, la plaza pública, los medios y la academia exponiendo sus inamovibles respecto al proceso de negociación. “Ese encuentro es innecesario para el país, porque es poner al expresidente a enfrentarse con una persona como Timochenko, que ha demostrado sólo cinismo. Una reunión simplemente para tomarse fotos y hacer titulares no es lo adecuado frente a la paz que debe firmarse en Colombia. No somos partidarios de ningún show mediático”, dijo el senador Alfredo Ramos Maya.
De momento, la posición de Uribe se mantiene en que no se opone a la posibilidad de que se firme la paz con las Farc, sino a su eficacia, su sostenibilidad y el riesgo para la democracia a futuro. Y, descartando un posible acercamiento con el jefe de las Farc, hace unas semanas manifestó que sus preocupaciones y alternativas sobre el proceso están por escrito desde el inicio de las negociaciones en 2012.
Lo cierto es que en el ambiente queda de manera preponderante la oposición a este encuentro por parte del Centro Democrático hasta que se cumplan varios de los postulados que tendrá la “resistencia civil”: cero impunidad para los máximos comandantes de la guerrilla, cero participación en política de los responsables de crímenes de lesa humanidad y que la indemnización de las víctimas sea con el dinero de las actividades ilícitas de las Farc.
Lo que ahora está en juego es una verdadera reconciliación nacional donde estén todos los sectores, inclusive el Centro Democrático de Uribe. Por lo pronto, no es claro cómo lograr un entendimiento del uribismo con la fórmula de paz pactada entre el Gobierno y las Farc en Cuba.
Mientras tanto, Leyva seguirá buscando acercar posiciones. “Mi próxima tarea, entonces, será buscar las formas adecuadas para convertir en realidad el encuentro y diálogo que se propone. No se debe postergar ni un minuto más”, concluyó el político conservador. Una tarea que el presidente Santos ve con buenos ojos, pues se declara a la espera de que el expresidente se “suba al bus de la paz”.