La “emperadora” del Valle del Cauca

Sin embargo, este pequeño traspié no se compara con los graves problemas judiciales que esta médica especializada en reumatología ha enfrentado en su carrera en el sector público.

En 2008 Toro fue incluida por la Corte Suprema de Justicia entre los congresistas investigados por el sonado caso de la “parapolítica” y desde 2012 el alto tribunal la investiga por presunto lavado de activos, razón por la cual estuvo detenida un año en el Centro de Estudios Superiores de la Policía. En agosto de 2013 recuperó su libertad, aunque los procesos penales en su contra avanzan, razón por la cual se especuló con el fin de su carrera política. Pero pesaron más sus 30 años de trabajo político. Entonces, Toro se transformó en “la mujer que quiere al Valle” y con ese eslogan ganó la gobernación del departamento, consolidando su poder burocrático y electoral en la región.

El “imperio” que Toro lidera nació en 1984, cuando a los 25 años alcanzó su primer cargo público tras ser elegida concejal de Guacarí, su pueblo natal, por el Movimiento Nacional Conservador, una corriente del partido azul. Fue de la mano de su abuelo, el liberal Hernán Toro (alcalde de Guacarí en seis ocasiones) y con la ayuda de su primo, Carlos Herney Abadía, que la hoy gobernadora impulsó su carrera.

Así fue como en 1992, con el partido Liberal, alcanzó la alcaldía de dicha población. A mitad de la década es designada Secretaria de Salud del Valle por el gobernador Germán Villegas (conservador), a quien enfrentaría en las elecciones regionales de 2000, cuando perdió en su primer intento por dirigir los destinos del departamento.

En 1998 se casa con el liberal Julio César Caicedo Zamorano, quien trabajó con Manuel Francisco Becerra y fue investigado cuando estalló el Proceso 8.000, ese sonado escándalo por la financiación de la campaña que llevó a Ernesto Samper a la presidencia con dineros de la mafia caleña. Por este caso, su primo y mentor, Carlos Herney Abadía fue condenado.

En 2002 Toro es elegida senadora por el partido del “trapo rojo”. En 2006 es reelegida por el Partido de la U. Conserva su curul en el Senado hasta febrero de 2013, cuando renunció para evitar ser juzgada por la Corte Suprema y quedar en manos de la Fiscalía.

Ayer, en otra demostración de poder, ganó la Gobernación del Valle, entre otras razones, gracias a que su grupo manejaba 11 alcaldías, contaba con cinco diputados, tres concejales en Cali y más de un centenar sumando en los demás municipios del Valle.Además, contó con el respaldo de varias fuerzas políticas con importantes votaciones como los conservadores de Ubeimar Delgado, el actual gobernador del Valle, y Heriberto Sanabria, entre otros disidentes azules.

También obtuvo el apoyo de un sector liberal conformado por Carlos Clavijo, exconcejal de Cali, y su polémico primo, Juan Carlos Abadía, exgobernador destituido por la Procuraduría precisamente por participación indebida en política. Otros liberales que la acompañaron fueron la actual presidenta del Concejo de Cali, Clementina Vélez, y el exdiputado Sigifredo López.

Una facción de Cambio Radical, liderada por José Luis Pérez, el Representante a la Cámara que fue el gestor, cuatro años atrás, del triunfo obtenido por el actual alcalde de Cali, Rodrigo Guerrero.

Sin embargo, este pequeño traspié no se compara con los graves problemas judiciales que esta médica especializada en reumatología ha enfrentado en su carrera en el sector público.

En 2008 Toro fue incluida por la Corte Suprema de Justicia entre los congresistas investigados por el sonado caso de la “parapolítica” y desde 2012 el alto tribunal la investiga por presunto lavado de activos, razón por la cual estuvo detenida un año en el Centro de Estudios Superiores de la Policía. En agosto de 2013 recuperó su libertad, aunque los procesos penales en su contra avanzan, razón por la cual se especuló con el fin de su carrera política. Pero pesaron más sus 30 años de trabajo político. Entonces, Toro se transformó en “la mujer que quiere al Valle” y con ese eslogan ganó la gobernación del departamento, consolidando su poder burocrático y electoral en la región.

El “imperio” que Toro lidera nació en 1984, cuando a los 25 años alcanzó su primer cargo público tras ser elegida concejal de Guacarí, su pueblo natal, por el Movimiento Nacional Conservador, una corriente del partido azul. Fue de la mano de su abuelo, el liberal Hernán Toro (alcalde de Guacarí en seis ocasiones) y con la ayuda de su primo, Carlos Herney Abadía, que la hoy gobernadora impulsó su carrera.

Así fue como en 1992, con el partido Liberal, alcanzó la alcaldía de dicha población. A mitad de la década es designada Secretaria de Salud del Valle por el gobernador Germán Villegas (conservador), a quien enfrentaría en las elecciones regionales de 2000, cuando perdió en su primer intento por dirigir los destinos del departamento.

En 1998 se casa con el liberal Julio César Caicedo Zamorano, quien trabajó con Manuel Francisco Becerra y fue investigado cuando estalló el Proceso 8.000, ese sonado escándalo por la financiación de la campaña que llevó a Ernesto Samper a la presidencia con dineros de la mafia caleña. Por este caso, su primo y mentor, Carlos Herney Abadía fue condenado.

En 2002 Toro es elegida senadora por el partido del “trapo rojo”. En 2006 es reelegida por el Partido de la U. Conserva su curul en el Senado hasta febrero de 2013, cuando renunció para evitar ser juzgada por la Corte Suprema y quedar en manos de la Fiscalía.

Ayer, en otra demostración de poder, ganó la Gobernación del Valle, entre otras razones, gracias a que su grupo manejaba 11 alcaldías, contaba con cinco diputados, tres concejales en Cali y más de un centenar sumando en los demás municipios del Valle.Además, contó con el respaldo de varias fuerzas políticas con importantes votaciones como los conservadores de Ubeimar Delgado, el actual gobernador del Valle, y Heriberto Sanabria, entre otros disidentes azules.

También obtuvo el apoyo de un sector liberal conformado por Carlos Clavijo, exconcejal de Cali, y su polémico primo, Juan Carlos Abadía, exgobernador destituido por la Procuraduría precisamente por participación indebida en política. Otros liberales que la acompañaron fueron la actual presidenta del Concejo de Cali, Clementina Vélez, y el exdiputado Sigifredo López.

Una facción de Cambio Radical, liderada por José Luis Pérez, el Representante a la Cámara que fue el gestor, cuatro años atrás, del triunfo obtenido por el actual alcalde de Cali, Rodrigo Guerrero.