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Desde que Rodolfo Hernández perdió la elección presidencial en segunda vuelta y tuvo la oportunidad de asumir como senador, según lo establece el Estatuto de la Oposición, muchos dudaron que el ingeniero realmente fuera a posesionarse. Sin embargo, cuando lo hizo, él mismo ya había manifestado que no se sentía “cómodo” y que ese no era su espacio.
Por eso, la renuncia ya estaba cantada y solo faltaba que la confirmara, como lo hizo el pasado miércoles 21 de septiembre. “No puedo dar toda mi capacidad ejecutiva a los colombianos que demandan verdaderos cambios. En los próximos días definiré la fecha en la que presentaré el documento al Congreso”, dijo.
Si bien quienes le apoyaron en la campaña presidencial pudieron sentir decepción al recibir la noticia, especialmente porque no asumió la tarea de representar a esas voces que no votaron por Petro, la verdad es que, como él lo ha dicho, el Congreso de la República no es su principal interés.
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“Rodolfo Hernández nunca quiso liderar la oposición; quería ocupar la Presidencia y, al no darse esa opción, seguramente preferirá el ejercicio de otro cargo uninominal en la Gobernación de Santander o la Alcaldía de Bucaramanga”, dice Patricia Muñoz Yi, investigadora y docente de Ciencia Política de la Universidad Javeriana.
Precisamente, Hernández ya anunció que su objetivo es participar en las elecciones territoriales del próximo año (2023) y, además, hacerlo a través de su propio partido, que apareció recientemente en el mapa político de manera formal tras recibir la personería jurídica por el Consejo Nacional Electoral (CNE): la Liga de Gobernantes Anticorrupción (LIGA).
Inicialmente fue ese el grupo significativo de ciudadanos que a través de la consecución de firmas avaló la campaña presidencial de Hernández, así como la de su fórmula vicepresidencial, Marelen Castillo, y de una lista cerrada a la Cámara, con la que Érika Sánchez y Juan Manuel Cortés obtuvieron sus curules como representantes por Santander.
Ese movimiento ahora es partido tras obtener la personería jurídica al superar el umbral del 3% de “forma indirecta”, con una votación de más de diez millones de apoyos en las elecciones presidenciales. Es por ello que los representantes Sánchez y Cortés han dicho que se sienten “traicionados”, pues su trabajo no fue tenido en cuenta y se solicitó la personería a través de Hernández y Castillo, dejándolos sin partido y bancada: el grupo por el que ellos fueron elegidos se extinguió el día de las elecciones legislativas.
“Se olvidó de los más de diez millones de colombianos que confiaron en él, por quienes debía ejercer una oposición vehemente en el Congreso. Eso deja ver que solo está pensando en él, en sus intereses y en los de su familia, que son los que están manejando el partido LIGA”, dice el representante Juan Manuel Cortés.
Para el congresista, la renuncia de Hernández, a poco tiempo de que su partido hubiera recibido la personería jurídica, deja un mensaje claro: su interés era estar vigilante de que efectivamente se diera la creación del partido. “La votación terminó por beneficiar directamente al candidato, pero no aportó nada al ejercicio de control y oposición”, agrega a su vez la docente Muñoz Yi.
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De acuerdo con Cortés, “Rodolfo Hernández está tomando malas decisiones, pues presentó los estatutos del partido por debajo de cuerda, sin decirle nada a nadie y sin consultarnos. Además, la directora nacional del partido es la señora Socorro Oliveros, su esposa, que no creo que sea la persona idónea para dirigirlo”.
Según fuentes cercanas a la LIGA, consultadas por El Espectador, el excandidato presidencial quería que se obtuviera la personería jurídica para tener la posibilidad de entregar avales para las elecciones locales y regionales de 2023, algo que solo lo pueden hacer los partidos políticos constituidos.
Si bien el ingeniero tiene un amplio poder económico, como él lo ha dicho, y también político por su trabajo como alcalde de Bucaramanga y, tras la sorpresiva votación que obtuvo en las presidenciales, tener en su bolígrafo la opción de entregar avales para los comicios territoriales le podría permitir consolidar a futuro una importante estructura política regional en Santander.
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“No lo tendría fácil, porque hay unos poderes fuertes con los que tiene que competir, pero qué mejor para poder hacerlo que con candidatos propios a varias alcaldías, a concejos municipales, a la Asamblea departamental y, por supuesto, a la Gobernación, que es el cargo al que él dice que va a aspirar”, recalca Muñoz Yi.
Por lo anterior, ya muchos insinúan que querría consolidar ese poder alrededor de relaciones familiares. De hecho, el comité directivo de la LIGA está conformado por Socorro Oliveros Hernández (esposa) y Rodolfo José Hernández (hijo), además de varias personas cercanas que han acompañado al ingeniero en su empresa constructora.
“La verdadera pelea no es en la Gobernación de Santander, es aquí en el Congreso de la República”, dice Cortés, quien además asegura que si Hernández decide presentarse a la Gobernación, no ganará: “Él no recorrió ningún municipio en Santander, lo hicimos mi compañera Érika y yo para lograr esas dos curules de la Cámara. Nosotros conocemos la realidad de las personas y se sienten traicionadas. Yo sé que la gente no le va a votar”, agrega.
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Por el momento, Rodolfo Hernández no ha presentado la renuncia, pero una fuente le aseguró a este diario que buscará hacerlo lo antes posible. Y cabe recordar que, al dejar el Congreso, las investigaciones que tiene abiertas por presunta corrupción mientras fue alcalde de Bucaramanga pasarán otra vez a manos de la justicia ordinaria, es decir, de la Fiscalía. Recordemos que cuando se posesionó como senador, habían quedado en la Corte Suprema de Justicia, que tiene competencia sobre los congresistas.