La licencia menstrual llegó al Congreso y en Colombia se abre el debate
En los últimos días en redes sociales se han viralizado publicaciones contra esta iniciativa, recién radicada en el legislativo. Aunque en el país hasta ahora se abre la discusión, España acaba de aprobar la licencia y fue aplaudida incluso por Naciones Unidas.
Una fotografía del rostro de la representante a la Cámara Mafe Carrascal ha circulado decenas de veces en redes sociales durante los últimos días. En uno de los mensajes que se han publicado junto con la foto un usuario escribió: “Mujeres, acá tienen a su peor enemiga”, y en otra publicación sostuvo que el proyecto de ley que abandera hoy la parlamentaria, para garantizarles la licencia menstrual a las mujeres que la necesitan, terminará jugándoles en contra en el mercado laboral. Otra publicación similar la hizo una cuenta que lleva por nombre ‘Médicos de Colombia’, que cuenta con más de 37.000 seguidores en Twitter pero que no representa oficialmente a ningún gremio: “lo de la licencia menstrual es el adefesio antifeminista más equivocado que se pueda concebir. Le resta competencia a las mujeres por un tema fisiológico”.
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Una fotografía del rostro de la representante a la Cámara Mafe Carrascal ha circulado decenas de veces en redes sociales durante los últimos días. En uno de los mensajes que se han publicado junto con la foto un usuario escribió: “Mujeres, acá tienen a su peor enemiga”, y en otra publicación sostuvo que el proyecto de ley que abandera hoy la parlamentaria, para garantizarles la licencia menstrual a las mujeres que la necesitan, terminará jugándoles en contra en el mercado laboral. Otra publicación similar la hizo una cuenta que lleva por nombre ‘Médicos de Colombia’, que cuenta con más de 37.000 seguidores en Twitter pero que no representa oficialmente a ningún gremio: “lo de la licencia menstrual es el adefesio antifeminista más equivocado que se pueda concebir. Le resta competencia a las mujeres por un tema fisiológico”.
Contexto: Radicaron proyecto de ley que crearía una licencia menstrual laboral remunerada
Esas publicaciones y otras decenas que se han emitido en los últimos días sobre el tema se refieren al proyecto de ley que la representante Carrascal y el representante Pedro Suárez Vacca, ambos del Pacto Histórico, radicaron el 28 de marzo pasado en el Congreso con un propósito: que en Colombia se garantice la licencia menstrual obligatoria.
Uno de sus 17 artículos estipula agregar uno al Código Sustantivo del Trabajo que diga: “las trabajadoras y personas menstruantes tienen derecho a una licencia remunerada de un día por mes calendario ante la imposibilidad de llevar a cabo su jornada laboral debido a los síntomas generados por su periodo menstrual. Esta licencia remunerada no afectará su ingreso salarial, antigüedad, pago de primas, vacaciones, bonos, incentivos u otro derecho laboral adquirido”.
Mafe Carrascal, quien ha sido objeto de las críticas contra la medida, en realidad celebra que el debate, al menos, se esté dando: “Ya ganamos; ya planteamos un debate muy importante que es que se resignifique y se normalice que las mujeres y otras personas menstruamos. Queremos que se normalice como un proceso natural, biológico, que tenemos en nuestra etapa reproductiva, pues la naturalización de esto también permitirá que los hacedores de política pública, en este caso los congresistas, nos encarguemos de que las mujeres, las niñas, las adolescentes tengan la información oportuna, tengan al alcance los elementos de higiene y se les atienda y se les dé dignidad en el trabajo, que es lo que busca específicamente este proyecto”, dijo en conversación con El Espectador.
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Para la parlamentaria, la iniciativa no es otra cosa que poner al día las normas laborales a las realidades actuales de las mujeres: “En la medida en que las mujeres hemos venido insertándonos en el campo laboral y hemos venido ocupando lugares que antes no ocupábamos – ya salimos de los hogares, tenemos un mercado laboral en el que nos estamos insertando desde hace décadas – se hace urgente que el derecho laboral nos proteja y se modifique y se modernice a la par de nuestras necesidades. Los espacios laborales, donde antes nosotras no nos empleábamos, han sido construidos a la medida de los hombres”.
En eso coincide Mariana Sanz de Santamaría, fundadora y directora de Poderosas Colombia, colectivo dedicado a la educación en derechos sexuales y reproductivos. Para ella, lo clave del proyecto es su valor simbólico y cultural, que representa una manera distinta de abordar la menstruación: “No puede ser que estemos en 2023 y aún la menstruación siga siendo un tema tan escondido; que hasta ahora estemos dándonos cuenta que el mundo está pensado para hombres y que lo que se han inventado para las mujeres han sido productos para que no se entere nadie, nunca, que nosotras menstruamos: toallas que huelan rico, que no se vea, porque qué vergüenza tener un cuerpo menstruante”.
La iniciativa no es inédita. En Colombia, al menos desde 2021 se han hecho un puñado de intentos legislativos que tienen que ver con la gestión menstrual, entre ellos uno presentado por Victoria Sandino, entonces senadora del Partido Comunes, que hablaba ya de licencia menstrual. En el plano internacional, las miradas en las últimas semanas se han dirigido a España, que aprobó un paquete legislativo liderado por Irene Montero, la ministra de la Igualdad:
El pasado 16 de febrero, el Congreso de ese país aprobó la reforma a la ley del aborto, en cuyo articulado se incluyó el tema de la salud menstrual. En concreto, la ley aprobada estipula bajas de tres días bajo supervisión médica, con capacidad de ampliar a cinco, para quienes tengan menstruaciones incapacitantes: dolores intensos, calambres, cólicos, náuseas, mareos y vómitos. Así, España se convirtió en el primer país de Europa en aprobar la licencia menstrual.
De hecho, días después de la aprobación de dicha ley, un comité de expertas de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) saludó las nuevas medidas y celebró que España haya sido el primer país europeo en introducir la licencia menstrual. “La historia del feminismo es una historia de persistencia frente a la injusticia social”, dijo el comité.
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Licencias de ese tipo existen incluso desde mediados del siglo XX en países asiáticos como Japón, Corea del Sur, Indonesia o Taiwán. Y, según la justificación del proyecto de ley de Carrascal y Suárez, empresas privadas como Nike, Somato, Coexist, Gozoop o Victorian Women’s Trust contemplan esa licencia para sus empleadas.
La representante Carrascal explica que la medida no es para todas las mujeres. “Se trata de las personas que menstrúan con dolores incapacitantes, porque hay dolores tan fuertes que llegan a síntomas como vómitos, desmayos, hay mujeres que literalmente no se pueden parar de la cama, hay sangrados y hemorragias tan fuertes que les impiden poder ejercer sus labores diarias con autonomía”, sostiene. Para ello, el proyecto contempla la expedición de los certificados médicos necesarios a solicitud de la persona trabajadora.
Sin embargo, Mariana Sanz tiene dos reservas con el proyecto. La primera, que “el dolor menstrual no debería ser incapacitante; la razón por la cual llega a serlo es porque la gran mayoría de mujeres que tienen irregularidades menstruales no han sido diagnosticadas a tiempo, o no lo han sido nunca, y sufren de una vida insostenible de dolor incapacitante. Hay un desconocimiento y una misoginia sistémica en la que no se reconoce el dolor de la mujer, se invisibiliza o se asume que así debe ser, cuando lo que tiene la mujer, es por ejemplo, una endometriosis o miomas en los ovarios o son ovarios poliquísticos”.
Pero también teme que, como de hecho muchos han resaltado en redes sociales, la medida termine siendo un argumento de empresas y empleadores para privilegiar la contratación de hombres sobre mujeres. “Me preocupa que termine siendo usado y tergiversado para ahondar la brecha que ya es suficientemente grande entre hombres y mujeres en cuanto a desempleo, y que configure una traba más en la diferencia de ingresos entre hombres y mujeres”.
Sin embargo, en la norma aprobada en España, por ejemplo, para hacerle frente a esas críticas, el costo de dichos días de incapacidad no lo asumirá la compañía, sino el Estado. Para Mafe Carrascal, ese puede ser un tema de debate durante el trámite legislativo, en el que también se pueden contemplar modelos mixtos, entre la empresa y el Estado. Para la parlamentaria, lo clave es que “esta es la apertura a una política pública de menstruación segura más amplia”. Paralelamente, y aunque quizá nadie se ha percatado, la medida quedó contemplada también dentro del proyecto de reforma laboral radicada en el Congreso, específicamente en el artículo 36, en el que se estipula como una de las obligaciones especiales del empleador conceder a sus trabajadoras esa licencia ante ciclos menstruantes incapacitantes.