La lucha por regular la marihuana debería ser de toda la región: senadora mexicana
La presidenta de la Comisión de Salud del Senado en México, Lilia Margarita Valdéz, habló con El Espectador sobre los retos que hay en Latinoamérica por cambiar el enfoque de la lucha contra las drogas. Aseguró que Colombia es quien podría dar un paso decisorio para la regulación este año.
Valentina Parada Lugo
En los últimos meses, el eterno debate por la regularización del cannabis de uso recreativo ha sido tema de agenda legislativa. tanto de Colombia, como de México, dos países clave en la lucha antidrogas por su historia (y su presente) de narcotráfico en Latinoamérica. No es una realidad a la que el Senado mexicano sea ajeno. De hecho, desde 2018, a través de una ponencia de la senadora Olga Sánchez Cordero, han buscado que el Estado regule y apruebe el uso recreativo de la marihuana, como parte de la estrategia para hacerle frente a las rentas ilícitas.
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En los últimos meses, el eterno debate por la regularización del cannabis de uso recreativo ha sido tema de agenda legislativa. tanto de Colombia, como de México, dos países clave en la lucha antidrogas por su historia (y su presente) de narcotráfico en Latinoamérica. No es una realidad a la que el Senado mexicano sea ajeno. De hecho, desde 2018, a través de una ponencia de la senadora Olga Sánchez Cordero, han buscado que el Estado regule y apruebe el uso recreativo de la marihuana, como parte de la estrategia para hacerle frente a las rentas ilícitas.
El panorama en ambos países, hoy por hoy, es similar. En México, la iniciativa de regular el cannabis recreativo está estancado en la Comisión de Justicia desde comienzos de año. Aunque la Suprema Corte de México, en junio de 2021, eliminó los artículos de la Ley General de Salud que prohibían el consumo de cannabis, todavía no hay quién legisle sobre la siembra y la comercialización de la planta. El Espectador habló con Margarita Valdéz Martínez, médica y presidenta de la Comisión de Salud del Senado mexicano, quien aseguró que este es el momento para que los gobiernos de izquierda de Latinoamérica avancen en el debate y logren darle un giro a la lucha contra las drogas.
¿En qué va la discusión por regular el cannabis recreativo en México? Acá en Colombia hace una semana la iniciativa se hundió en el Congreso, una vez más...
Con el proyecto de reforma de esta Nación, que hace 10 añois se ha ido acentuando más, surge la idea de regular el cannabis de uso adulto. La diferencia que tenemos con ustedes, con Colombia, es que nuestra lucha acá no es sólo por el tema recreativo, sino también para el uso medicinal, porque no tenemos legislatura vigente del cannabis en uso científico. Y no sólo para temas de salud o recreativos, acá estamos convencidos de que la fibra del cannabis puede ser un insumo importantísimo para fabricar telas y materiales textiles, para confeccionar. Pero, lamentablemente, en este momento la iniciativa se quedó en stand by. Se quedó en el limbo. En marzo de 2021, se aprobó en el Senado la ley. De allí, pasó a la Cámara de Diputados y fue allí donde hubo una serie de cambios, de trabas, de demoras, que hizo que el proyecto tuviera que regresar al Senado. Y de ahí no ha avanzado. En este momento, está en la Comisión de Justicia, pero no se ha priorizado.
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En 2021, la Suprema Corte de México despenalizó el consumo de marihuana, ¿eso qué significó para ustedes como congresistas, en medio del debate del proyecto de ley?
Sin duda, un avance. Pero lo más importante que ha hecho la Corte son varios llamados de atención para que este proyecto avance de manera legislativa. En este momento, de hecho, el Senado tiene una orden de desacato de la Corte por no avanzar en el proyecto. En 2020 nosotros apenas empezamos a hablar de cannabis medicinal. En todo este tiempo, hemos hecho debates, análisis, propuestas legislativas. Las fuerzas conservadoras, que ahora son oposición, fueron quienes no permitieron que se aprobara el debate. Lo triste es que ahora, en 2023, el proyecto sigue congelado porque la presidenta de la Comisión de Justicia no ha tomado la iniciativa, a pesar de que en la Comisión de Salud tenemos cerca de 40 iniciativas de prevención para respaldar la iniciativa de regularización del cannabis.
¿Cómo está planteado el proyecto de ley de ustedes? ¿Qué contempla?
El proyecto de regulacion de la cannabis es bueno porque no sólo se aborda la protección a los consumidores, sino también quién la va a sembrar, los tipos de semilla que deben tener y la calidad que la va regir. Queremos impulsar mucho a las mujeres campesinas, porque ellas ya son quienes están sembrando, entonces sabemos que debemos legislar para ellas. Y no sólo por la matica, sino también para poner sobre la mesa la discusión del cáñaño y los usos que puede tener.
En el proyecto, por ejemplo, dice que puedes tener hasta ocho plantas de marihuana sembradas en tu casa. En este momento eso no está permitido. También planteamos que se prohíba consumir o fumar la marihuana delante de menores de edad y tampoco en espacios públicos. También dijimos que debía crearse un Instituto Nacional de Investigación del Cannabis, que sería una entidad independiente al Gobierno, autónomo, que sea quien ponga las normas sobre quién y en dónde la van a distribuir, los estándares de calidad y que haga estudios sobre la planta, en temas medicinales y de prevención.
¿Qué tanto tienen de referente el modelo estadounidense para plantear ese proyecto?
En mi opinión, el modelo gringo todavía está muy desordenado porque cada Estado decide si regula o no, pero no hay un modelo para todo el país. En un Estado te permiten plantar dos o tres hectáreas, y en otros ninguno. Creo que debemos tomar más comor referente el modelo holandés, que fue de los primeros que permitieron el uso, la venta e industrialización de la marihuana a nivel nacional. Allá a la gente le venden la marihuana y tienen derivados en paletas, pasteles, comida. Lo importante es que allá hay un orden y un regulador máximo que el Estado.
Una de las razones para regular la marihuana es porque se dice que sería una forma de hacerl frente al narcotráfico y a las ventas ilegales que hay ahora. ¿Cómo ven ustedes eso, teniendo en cuenta su cercanía con países como Estados Unidos?
Tan convencida estoy de que sí sería una herramienta poderosa para hacerle frente al narcotráfico, que creo que ese es uno de los motivos por el cual está frenado. Cuando esto se regularice, va a dejar de ser negocio. El otro día leía en una de las notas de un periodista mexicano que ahora vender, comprar y sembrar marihuana ya no es negocio. Y que ha subido el uso del fentanilo y de drogas duras. En México, al igual que en Colombia, tenemos la experiencia de que el narcotráfico nos ha generado mucha violencia. En nuestras sierras y quebradas hay muchas conflictividades entre carteles todavía.
Ahora que varios países de la región tienen gobiernos de izquierda con ideas más progresistas y abiertas a este tema. ¿Cree que debería haber una unión de la región para poner estos temas sobre la mesa?
Creo que sí se puede hacer sinergia entre los países latinoamericanos para combatir y poner políticas públicas que permitan que un país ayude al otro, que un país esté pendiente de lo que pasa en el otro. Por ejemplo, sabemos que México es un país de paso, que además tenemos la frontera gringa al lado, y eso hace que nuestros problemas sean bien diferentes a los de ustedes. Pero convergen: mientras en México nuestro problema más grande no son los cultivos de marihuana ni de coca, en Colombia sí.
Frente al tema de la frontera estadounidense, ¿qué tan difícil es legislar a favor de la legalización del cannabis, teniendo en cuenta que Estados Unidos tiene unas posturas más conservadoras y son sus vecinos?
Congeniar con los intereses de Estados Unidos está en chino porque ellos quieren que se hagan las cosas como ellos digan, como ellos quieren. En eso tiene razón nuestro presidente: Estados Unidos es el mayor consumidor de drogas de cualquier tipo. Entonces bueno, yo les digo a ellos, ¿qué han hecho, qué política pública tienen para evitar que sus jóvenes y adolescentes usen tanta droga? EE.UU. ha tenido, desde hace muchos años, diferentes canales y guías para imponer formas de regir al mundo. O es a la fuerza, o es a través de la prensa o de grupos conservadores y financiados para que se socialicen teorías y formas de gobierno que no van con nosotros. Una de ellas es el conservadurismo. La gente conservadora todavía ve como malo que la gente use la marihuana.
El año pasado estuve en un foro de legisladores con casi todos los países latinoamericanos, hasta Brasil. Dijimos que teníamos que tener políticas públicas afines para la no criminalización del uso de la marihuana. La lucha por regular la marihuana debería ser de toda la región. Pero estoy convencida de que como países latinos tenemos que estar muy pendientes de lo que Estados Unidos quiera disponer sobre este tema, porque al final ¿dónde se quedan las ganancias de miles de millones de dólares por la venta de drogas? Allá con ellos, no con nosotros.
Como presidenta de la Comisión de Salud, ¿qué han legislado para el tema de prevención de consumo de drogas?
En materia de salud, justo ahora una de las drogas que más nos están generando problemas de salud pública es el fentanilo, ya no es la marihuana. Nuestros jóvenes buscan ahora drogas más duras. Uno de los proyectos que sacamos adelante fue el de la noloxona, que es un antídoto cuando se presenta intoxicación por fentanilo. Ese medicamento, antes, no se vendía sin orden médica y no era de fácil acceso, ahora se consigue de manera libre en farmacias. La noloxona se inhala o se pone intravenosa y con eso se puede salvar a alguien de una crisis. Ese es uno de los más recientes.
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¿Cuáles son las problemáticas que más ven ustedes en la frontera con Estados Unidos?
El tráfico de fentanilo está desmesurado. No sólo por temas de rentas ilícitas, sino por la cantidad de personas adictas que están viéndos afectadas en zona fronteriza. Lo más grave ahora es que el consumo está aumentando en mujeres, y estamos viendo en esas zonas que dejan a niños solos en las calles. Es una problemática difícil.
¿Y en materia de prevención?
El proyecto legislativo de regulación del cannabis contemplaba una política pública integral de salud, no sólo en salud física sino también mental. Sabemos que un joven en paz, con buena salud mental, no tiene necesidad de usar el tabaco, ni el alcohol ni ningún tipo de drogas. Yo no promuevo las drogas ni la marihuana, pero sí creo que debemos abordarlo como un tema cotidiano para prevenir casos de adicción. Por ejemplo, si el proyecto de ley se aprueba en México, sguramente tendremos que invertir más recursos en mejorar la alimentación escolar, en que se construyan y mejores los parques para que los jóvenes hagan deporte y puedan recrearse. Mejorar los programas educativos y afianzar una educación que rechace la cultura del narcotráfico. Un niño que crezca viendo esas narconovelas, no va tener garantizada su salud mental. Todo eso sin caer en la prohibición.
¿Cómo hacer que esos programas funcionen en realidad, en países donde el consumo de drogas empieza a tan temprana edad?
Es dificil porque acá se pisan muchos cayos. Si pudiera haber un mecanismo en el que los países de Latinoamérica nos pusiéramos de acuerdo, el tema prioritario debería ser en políticas de salud pública. Quizás si lo hiciéramos a nivel regional, podríamos lograr mejores resultados. Listo, si quieren no toquemos el negocio de los capos, pero entonces hagamos lo que nos corresponde en materia de salud integral en nuestros países.
¿Cómo ha sido para ustedes enfrentarse a la oposición conservadora, como usted la llama?
Aquí mientras tengamos una oposición tan conservadora, se nos va dificultar porque todo lo poltizan. Si en Latinoamérica seguimos con ese conservadurismo, no vamos a poder avanzar. Nos pasó con la prohibición del glifosato, lo volvieron político y no un asunto de salud para proteger a nuestros campesinos. En eso sí creo que Colombia nos lleva una ventaja.
¿Qué tan lejos ve usted que en Latinoamérica se logre ese cambio en la lucha antidrogas? ¿Lo ve cercano?
Creo que todavía estamos lejos en la región. Para cuánto tiempo no sé, probablemente 10 años. Si en Colombia su presidente hace las cosas bien y no deja que se le suba la oposición, vamos a avanzar. Si en Chile Gabriel Boric se amarra el pantalón, vamos avanzando. Si en Perú son más fuertes que la oposición, vamos avanzando. Si México sigue por el mismo camino del cambio, vamos a seguir avanzando. Lo tenemos más pesado nosotros porque tenemos a Estados Unidos más cerquita.