Muchos se preguntan si, después de tantas polémicas, el presidente Gustavo Petro logrará recuperar la gobernabilidad.
Foto: Mauricio Alvarado Lozada
Al presidente Petro le llegó un mal momento. Precipitado, sin duda, porque en la tradición se pensaba que el primer año de los mandatarios era de luna de miel, apoyo popular y alta capacidad de gestión. Es el tiempo del presidente, se decía, y al final del cuatrienio se construía el período de la oposición: el sol en las espaldas del saliente y las esperanzas acumuladas en los aspirantes que competirían por llegar a lo más alto y reemplazar al vigente.