“Lamento haber incurrido en el secuestro”: exguerrillero Pedro Trujillo
Ante víctimas de secuestro en la Comisión de la Verdad, Pedro Trujillo, excombatiente del Bloque Caribe de las Farc, manifestó que a través del reconocimiento de la responsabilidad de la otrora guerrilla en este delito, entendió que las familias de las víctimas “llevaron la peor parte” de la guerra.
“Lamento haber incurrido en esa práctica [de secuestro]. He entendido que las familias son quienes llevaron la peor parte, que no sabían si sus seres queridos durmieron, comieron, si estaba vivos”. Con esa frase, Pedro Trujillo, excombatiente de la antigua guerrilla de las Farc, inició su intervención sobre ante la Comisión de la Verdad y algunas víctimas de uno de los crímenes más dolorosos realizados en el marco del conflicto armado.
Trujillo se incorporó a la extinta insurgencia el 23 de marzo de 1979, en Caquetá y luego de la firma del Acuerdo de Paz se desempeña como consejero político del hoy Partido Comunes, en Santander. Este miércoles, en el primer acto público de la Comisión en el que los exguerrilleros reconocen su responsabilidad en los secuestros cometidos durante la guerra, Trujillo reflexionó sobre su papel en dichas atrocidades y reiteró su deber para que se construya paz de cara a las víctimas.
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“No hay palabras para describir la emoción que me invade, son muchas las cosas que no debieron existir y una de ellas y la más dolorosa, el secuestro. Ahora que llegamos a esta profunda reflexión, hemos llegado a la conclusión de que esto fue muy doloroso, esto no debió suceder nunca, un dolor del que no fuimos conscientes, que no quisimos causar pero del que hoy somos responsables”, señaló Trujillo.
En ese sentido, el excombatiente explicó que entendió el dolor que causó gracias al testimonio de las víctimas y familiares de secuestro, en especial a Diana Daza, esposa de Roberto Lacouture, quien estuvo en cautiverio durante tres meses en 1989, y a quién conoció hace dos días en un encuentro por la paz de la Comisión de la Verdad. “Sus palabras ejemplifican el sufrimiento de muchos de quienes tuvieron familiares secuestrados. Ese fue el catalizador de una profunda reflexión personal. Reciban mi sincero deseo de contribuir a la verdad, a la sanación de tanto dolor, ese es mi anhelo y deber. Nuestro compromiso con la paz sigue intacto”, concluyó.
En ese mismo espacio de contribución a la verdad participaron justamente Roberto Lacouture y Diana Daza. Como dijeron otras víctimas y victimarios durante la guerra, ambos reconocieron que contar su dolor sobre el secuestro no era fácil. Sus palabras transcurrieron en medio de pausas e invetibales lágrimas por volver a los hechos que en 1989 les quitaron la paz.
“Soy católico, conservador, uribista, y estoy aquí tratando de que las personas que tanto daño nos hicieron digan la verdad”, expresó Lacouture en este encuentro histórico para el país. Recordó que durante su cautiverio permaneció un tiempo amarrado y que luego de su liberación ocurrieron 15 secuestros y un asesinato en su familia, en el marco del conflicto en el Cesar, y quienes piensan que, si bien no están de acuerdo con lo pactado en 2016 en Cuba, consideran que el Acuerdo debe seguir adelante.
Vea Rodrigo Londoño a las víctimas de secuestro: “Esperamos que alguna vez puedan perdonarnos”
“Estoy aquí por mi familia, por todos mis primos, por mis hermanos, para decir que no estuvimos de acuerdo con este proceso de paz que se armó. Nosotros queríamos que los responsables fueran a la cárcel, que no fueran al Congreso. Todavía pensamos firmemente que ellos necesitan tener un castigo por toda la violencia generada en los últimos 70 años. Pero eso [el Acuerdo] debe continuar como lo armaron. Ustedes no pueden regresar a las armas”, mencionó. En ese momento, Lacouture hizo alusión al pedido de otra víctima en el Encuentro por la Verdad: dejar el discurso de las armas.
“Ese discurso todavía lo utilizan en el Congreso y en cada una de las declaraciones. La paz del verbo también es necesaria hacerla. Nosotros las víctimas fuimos olvidados en este proceso y lo digo porque se nos hizo a un lado y se dedicaron a complacer a las Farc. Fueron muchos años en los cuales el departamento del Cesar, La Guajira, sufrimos con el secuestro y la persecución. Volaron nuestras fincas, nuestros negocios, mataron nuestras vacas y a nuestros trabajadores”, señaló.
También: Armando Acuña entregó los libros de su cautiverio a miembros de exFarc.
No obstante, pese al secuestro que vivió, y la tristeza que, dijo, lo embarga, Lacouture manifestó que “es necesario seguir adelante”: “Que todos los colombianos nos llenemos de amor por nosotros mismos y nuestras familias, por el bien de Colombia. Yo de pronto no puedo o puedo perdonar. No sé qué va a pasar. Lo que sí no puedo hacer es olvidar las atrocidades y horrores que uno después conoció con sus mismos guerrilleros”, expuso.
Como él, frente a los exguerrilleros presentes también habló Diana Daza, su esposa, quien dio la versión del secuestro desde los familiares que se quedaron en casa esperando a sus seres queridos. “Estoy aquí porque quiero sanar mi corazón, buscando perdonar a las personas que ocasionaron este sufrimiento, este hecho que dejó tantas secuelas en nosotros. Y después de 21 años todavía nos preguntamos por qué [ocurrieron los secuestros]”, expresó.
Para Daza, dar su testimonio ante la Comisión de la Verdad y de cara a los excombatientes de las Farc, hoy en la legalidad, es su granito de arena para que las nuevas generaciones no sufran los hechos que causaron tantos dolores en su familia. “¿Cómo estará Roberto? ¿Estará comiendo, vivo, lo picaría un animal? ¿Qué hago con mi hijo de dos años?”, fueron las preguntas que ella se hizo en esos meses de secuestro de su esposo y que en esta ocasión compartió con los presentes. “Después de 31 años creo q no he terminado de hacer el duelo del secuestro. Cada vez que hablo de esto lloro”, reiteró.
“Lamento haber incurrido en esa práctica [de secuestro]. He entendido que las familias son quienes llevaron la peor parte, que no sabían si sus seres queridos durmieron, comieron, si estaba vivos”. Con esa frase, Pedro Trujillo, excombatiente de la antigua guerrilla de las Farc, inició su intervención sobre ante la Comisión de la Verdad y algunas víctimas de uno de los crímenes más dolorosos realizados en el marco del conflicto armado.
Trujillo se incorporó a la extinta insurgencia el 23 de marzo de 1979, en Caquetá y luego de la firma del Acuerdo de Paz se desempeña como consejero político del hoy Partido Comunes, en Santander. Este miércoles, en el primer acto público de la Comisión en el que los exguerrilleros reconocen su responsabilidad en los secuestros cometidos durante la guerra, Trujillo reflexionó sobre su papel en dichas atrocidades y reiteró su deber para que se construya paz de cara a las víctimas.
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“No hay palabras para describir la emoción que me invade, son muchas las cosas que no debieron existir y una de ellas y la más dolorosa, el secuestro. Ahora que llegamos a esta profunda reflexión, hemos llegado a la conclusión de que esto fue muy doloroso, esto no debió suceder nunca, un dolor del que no fuimos conscientes, que no quisimos causar pero del que hoy somos responsables”, señaló Trujillo.
En ese sentido, el excombatiente explicó que entendió el dolor que causó gracias al testimonio de las víctimas y familiares de secuestro, en especial a Diana Daza, esposa de Roberto Lacouture, quien estuvo en cautiverio durante tres meses en 1989, y a quién conoció hace dos días en un encuentro por la paz de la Comisión de la Verdad. “Sus palabras ejemplifican el sufrimiento de muchos de quienes tuvieron familiares secuestrados. Ese fue el catalizador de una profunda reflexión personal. Reciban mi sincero deseo de contribuir a la verdad, a la sanación de tanto dolor, ese es mi anhelo y deber. Nuestro compromiso con la paz sigue intacto”, concluyó.
En ese mismo espacio de contribución a la verdad participaron justamente Roberto Lacouture y Diana Daza. Como dijeron otras víctimas y victimarios durante la guerra, ambos reconocieron que contar su dolor sobre el secuestro no era fácil. Sus palabras transcurrieron en medio de pausas e invetibales lágrimas por volver a los hechos que en 1989 les quitaron la paz.
“Soy católico, conservador, uribista, y estoy aquí tratando de que las personas que tanto daño nos hicieron digan la verdad”, expresó Lacouture en este encuentro histórico para el país. Recordó que durante su cautiverio permaneció un tiempo amarrado y que luego de su liberación ocurrieron 15 secuestros y un asesinato en su familia, en el marco del conflicto en el Cesar, y quienes piensan que, si bien no están de acuerdo con lo pactado en 2016 en Cuba, consideran que el Acuerdo debe seguir adelante.
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“Ese discurso todavía lo utilizan en el Congreso y en cada una de las declaraciones. La paz del verbo también es necesaria hacerla. Nosotros las víctimas fuimos olvidados en este proceso y lo digo porque se nos hizo a un lado y se dedicaron a complacer a las Farc. Fueron muchos años en los cuales el departamento del Cesar, La Guajira, sufrimos con el secuestro y la persecución. Volaron nuestras fincas, nuestros negocios, mataron nuestras vacas y a nuestros trabajadores”, señaló.
También: Armando Acuña entregó los libros de su cautiverio a miembros de exFarc.
No obstante, pese al secuestro que vivió, y la tristeza que, dijo, lo embarga, Lacouture manifestó que “es necesario seguir adelante”: “Que todos los colombianos nos llenemos de amor por nosotros mismos y nuestras familias, por el bien de Colombia. Yo de pronto no puedo o puedo perdonar. No sé qué va a pasar. Lo que sí no puedo hacer es olvidar las atrocidades y horrores que uno después conoció con sus mismos guerrilleros”, expuso.
Como él, frente a los exguerrilleros presentes también habló Diana Daza, su esposa, quien dio la versión del secuestro desde los familiares que se quedaron en casa esperando a sus seres queridos. “Estoy aquí porque quiero sanar mi corazón, buscando perdonar a las personas que ocasionaron este sufrimiento, este hecho que dejó tantas secuelas en nosotros. Y después de 21 años todavía nos preguntamos por qué [ocurrieron los secuestros]”, expresó.
Para Daza, dar su testimonio ante la Comisión de la Verdad y de cara a los excombatientes de las Farc, hoy en la legalidad, es su granito de arena para que las nuevas generaciones no sufran los hechos que causaron tantos dolores en su familia. “¿Cómo estará Roberto? ¿Estará comiendo, vivo, lo picaría un animal? ¿Qué hago con mi hijo de dos años?”, fueron las preguntas que ella se hizo en esos meses de secuestro de su esposo y que en esta ocasión compartió con los presentes. “Después de 31 años creo q no he terminado de hacer el duelo del secuestro. Cada vez que hablo de esto lloro”, reiteró.