“Un acuerdo nacional se escribe en letras constituyentes”: presidente Petro

Por segunda vez desde que llegó a la Casa de Nariño, el presidente Gustavo Petro salió a las calles de Bogotá para participar en una movilización convocada por sectores que defienden sus políticas de gobierno, en este caso los sindicatos que tradicionalmente marchan cada primero de mayo, Día del Trabajo. Por la Carrera Séptima, el mandatario recorrió el kilómetro que hay entre la Calle 19 y la Plaza de Bolívar para alcanzar una tarima y una multitud que lo esperaban para su anunciado discurso.

Por segunda vez desde que llegó a la Casa de Nariño, el presidente Gustavo Petro salió a las calles de Bogotá para participar en una movilización convocada por sectores que defienden sus políticas de gobierno, en este caso los sindicatos que tradicionalmente marchan cada primero de mayo, Día del Trabajo. Por la Carrera Séptima, el mandatario recorrió el kilómetro que hay entre la Calle 19 y la Plaza de Bolívar para alcanzar una tarima y una multitud que lo esperaban para su anunciado discurso.

El recorrido duró poco más de 20 minutos, en los cuales el jefe de Estado estuvo rodeado, además de su robusto equipo de seguridad, por muy pocas personas cercanas: dos de sus hijos, Antonella Petro y Nicolás Alcocer; la directora del Dapre, Laura Sarabia; el consejero empresarial Juan Fernández y, probablemente quien más llamó la atención, la senadora María José Pizarro, quien siempre estuvo a su lado luciendo una camisa con la frase “somos pueblo”.

Los demás funcionarios de primer nivel y congresistas del Pacto Histórico marcharon en otros puntos del centro de la ciudad, con excepción de dos ministros, el del Interior, Luis Fernando Velasco, que estuvo en cabeza del Puesto de Mando Unificado (PMU); y el canciller encargado, Luis Gilberto Murillo, quien se movilizó desde Quibdó, capital de su departamento natal, Chocó.

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Ya en tarima se sumaron el papá del mandatario, Gustavo Petro Sierra; la ministra de Trabajo, Gloria Inés Ramírez, y los líderes de las centrales obreras: la Confederación General del Trabajo (CGT), la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), la Confederación de Trabajadores de Colombia (CTC), entre otras. Fueron ellos quienes acompañaron al mandatario durante su hora de discurso.

Los ánimos siempre estuvieron arriba, pero el mandatario los caldeó aún más cuando anunció algo que nadie tenía previsto: la ruptura de las relaciones diplomáticas con Israel desde este jueves. “No se puede volver a la época del genocidio (...) si muere Palestina, muere la humanidad. No la vamos a dejar morir”, aseguró el mandatario tras recalcar que Israel tiene “un gobierno y un presidente genocida”. De ahí en adelante, su intervención estuvo acompañada cada tanto por arengas como “Petro, amigo, el pueblo está contigo”, “Petro se queda” y varios “vivan las reformas”. Estas últimas fueron, precisamente, el primer eje de su discurso.

Defensa férrea a las reformas sociales

Según el mandatario, así como en Bogotá, en más de 60 ciudades las plazas públicas se llenaron de personas que reclamaron específicamente los cambios con los que su gobierno se eligió en 2022. Por esa razón, abordó una a una sus llamadas reformas sociales (laboral, salud y pensional), para destacar sus bondades y cuestionar a quienes no las han respaldado.

Aquí lanzó su primer dardo, contra el expresidente Álvaro Uribe, a quien se refirió más de una vez, lo que de alguna manera dejó la sensación de que lo estaba graduando como uno de sus principales opositores. Petro cuestionó un video que el jefe del Centro Democrático grabó en la mañana del miércoles criticando la reforma laboral y explicando cuál sería el camino que debería tomar el país en esa materia.

Según el presidente, la postura que defendió Uribe es la de pagar menos salarios para generar más empleo, la cual, a su criterio, se traduce en una forma de “esclavitud” a los trabajadores. “Es una mentira, somos el país de la OCDE que tiene la jornada más larga de todos los países y al mismo tiempo el que tiene la productividad económica más baja (...) se debe a que las fuerzas económicas y políticas que apoyaron el proyecto uribista se equivocaron de cabo a rabo”, argumentó.

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En este punto insistió en que la élite política colombiana es “nostálgica de la esclavitud” y los llamó “premodernos, anacrónicos, vetustos, atrasados que quieren mantener el atraso en Colombia”. Así, explicó que su propuesta es acortar la jornada laboral y revivir otros derechos que se han perdido con diferentes reformas.

A renglón seguido defendió su modelo de salud preventiva. “Dicen que no está bien que el médico y la enfermera se monte en un caballo, en una mula, en una lancha, en una avioneta, en un Jeep por las trochas de Colombia a llevar la vacuna y la medicina en las lejanas casas de los territorios excluidos del país”. Agregó que por eso se oponen a su reforma a la salud, porque algunos quieren concentrar el sistema “donde están los cajeros electrónicos”.

Por último, habló de su reforma pensional, la única que sigue viva en el Congreso, pero que pronto se enfrentará al debate de subir de 2,3 a cuatro el umbral de cotización en Colpensiones. “Tampoco quieren que la pensión llegue al viejo. Hicieron de las pensiones y del derecho a pensionarse un negocio de banqueros, solo dos banqueros manejan la mayor parte del ahorro cotizante de los jóvenes”. dijo.

Sigue el pulso por las calles

Todas esos mensajes contra quienes se oponen a sus reformas los encadenó con el tema de las marchas del pasado 21 de abril, en las que miles de ciudadanos salieron a las calles para manifestarse contra su gestión. Así, dijo que la movilización del Día del Trabajo era una respuesta a esas marchas y se sumó a la pelea por definir qué sector tiene mayor poder de convocatoria.. “No llenamos la Plaza de Bolívar, llenamos el centro de Bogotá”, aseguró.

“Salieron a marchar, a decir oiga ese gobierno comunista del guerrillero de Petro, hp, decían. Salieron a decir que no haya cambios, que todo está bien, que este es un paraíso, que no importan esos 6.402 jovencitos que fueron fusilados con el dinero público y las armas del Estado (...) se vinieron marchando por la Séptima los que se visten de centro, pero caminan al lado del ataúd gritando que muera el presidente”, agregó.

En un nuevo intento por reducir el sector que se movilizó hace dos semanas en su contra, dijo que ese día salieron los “señores de Keralty”, a quienes él y varios integrantes del Pacto Histórico han acusado de financiar las campañas políticas de congresistas que hoy se oponen a las reformas.

Además, agregó que a los que marchan les da “rabia” que un presidente “no tenga el apellido de los brillantes hijos de los esclavistas”. “No les gusta que no me llame Pastrana, Ospina, Lleras, Santos, pero es que yo no pertenezco a esa oligarquía colombiana, no pertenezco a esa pseudo aristocracia ignorante vestida de esclavista que hoy no conocen la realidad del mundo, que se han separado de la realidad pensando que el país no ha cambiado”, agregó.

En este punto aprovechó para lanzar una pulla contra el expresidente Julio César Turbay, a quien señaló de promover el Estatuto de Seguridad que desató persecuciones contra los sindicalistas. Según Petro, Turbay fue un “Netanyahu” que, de acuerdo con reportes recientes de la inteligencia de Estados Unidos, fue uno de los “capos” del narcotráfico en Colombia.

Antes de cerrar insistió en que quienes marcharon el 21 de abril no querían hablar sino pedir su cabeza. “No llegaron a decir vamos a dialogar, no llegaron a decir ustedes están equivocados en este punto y se puede mejorar con este otro; llegaron a decir que el presidente de Colombia se tenía que ir porque no es de ellos o se tenía que morir, por eso trajeron los ataúdes, constituyeron la marcha de los ataúdes, la marcha de la muerte”.

Así, concluyó que la manifestación de este miércoles festivo fue una respuesta a la anterior. “La marcha de la muerte hoy es respondida, ustedes la han respondido, esta es nuestra respuesta”, dijo con su voz más fuerte.

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Petro insistió en el “golpe blando”

Tal y como lo mencionó la primera vez que salió a marchar en las calles, el 7 de junio de 2023, el presidente Petro insistió en que se está fraguando una suerte de “golpe” en su contra, pero advirtió que no es de los que se producen con “tanques” frente a la Casa de Nariño, sino a los que se organizan desde las instituciones.

Dijo que por esa razón acudirá al respaldo popular que, según explicó, responderá como aquel 19 de abril de 1970 en el que denunciaron el robo de las elección a la Anapo de Gustavo Rojas Pinilla, lo que a su vez dio origen al nacimiento de la guerilla del M-19, en la cual el hoy mandatario militó.

“No podemos permitir eso, lo que creemos es que hay que levantar la bandera del poder constituyente (...) mientras se tenga el pueblo no hay que temerle a nada, y hay que saberlo con certeza, detener el golpe que están cocinando”, dijo. Además, señaló que una de las formas con las que quieren sacarlo del poder es con las investigaciones sobre la financiación de su campaña, las cuales, dijo, no tienen fundamento.

Según él, fueron otros los que compraron los votos con la corrupción de Odebrecht o, en la campaña de Iván Duque, con los dineros del “Ñeñe” Hernández. “Mientras no investigaron allá, ahora sí investigan acá”, dijo señalando que buscan llevarlo a un juicio político.

Antes de cerrar ese punto, aseguró que detrás de todo hay una intención de “silenciar” o meter en el “ataúd” la voluntad del 2022, por lo que volvió a pedir el respaldo de la ciudadanía e incluso de sus funcionarios, a quienes les hizo una llamativa advertencia. “Aún hay ministros y ministras que les da miedo, temen, otros van adelante (...) ministro o ministra que le dé miedo, dé un paso al costado y deje que otro lo pueda hacer”.

Así va la propuesta de una Constituyente

El mandatario cerró su discurso tratando de matizar todo lo que dijo y señalando que no se trata de “una confrontación”, por lo cual rescató otro de los conceptos que ha mencionado en los últimos meses, el de un acuerdo nacional. Dijo que su Gobierno está dispuesto al diálogo, pero que no serán “ingenuos”, pues lo que plantean es una conversación “de tú a tú”, “no se trata de avasallarlos allá ni de avasallarnos acá, se trata de entendernos”, explicó.

“Es momento de un acuerdo nacional, pero no con el engaño en el que creían que era volver a hacer lo mismo que ellos hacían (...) un acuerdo nacional se escribe en letras constituyentes, es desatar el poder Constituyente, la capacidad de la población de decidir”, concluyó el mandatario.

El mensaje, sin embargo, no caló en la oposición, que rápidamente reaccionó a su discurso. “Los discursos de Petro que buscan polarizar son una forma de tapar su incapacidad de gobernar. Para no asumir su fracaso como gobernante vuelve a la búsqueda de los enemigos y culpables”, destacó la senadora Paloma Valencia, del Centro Democrático.

Por otra parte, el senador David Luna, de Cambio Radical, cuestionó el mensaje general del mandatario y el tono que utilizó. “Ha cruzado una línea roja hoy. Mientras habla de un “acuerdo nacional”, incita a una guerra civil. ¿Cuál acuerdo nacional? Si no ha propuesto nada. ¿Cuál acuerdo nacional? ¿Una constituyente para reelegirse?”, dijo en uno de sus trinos.

Incluso habló el expresidente Uribe, quien respondió a todas las menciones que le hizo Petro. Se ratificó, en un video publicado en sus redes sociales, en que la reforma laboral “eliminará muchas oportunidades” y que la pensional “acabará con el ahorro”. Así mismo, dijo que es un “maltrato” que lo responsabilicen por los falsos positivos e incluso destacó la labor del expresidente Turbay.

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