Este sábado, en el Caquetá, se llevó a cabo un encuentro entre miembros de las disidencias de las extintas Farc y una delegación del Gobierno, liderada por el comisionado de Paz, Danilo Rueda. La reunión exploratoria se hizo en el marco de lo que esta administración ha denominado la “Paz Total”, que busca acercamientos de paz con todos los grupos armados ilegales del país.
Además de los cuatro representantes del grupo armado y de los funcionarios encomendados por Gustavo Petro, al encuentro asistieron Raúl Rosende, jefe adjunto de la Misión de Verificación de las Naciones Unidas en Colombia, y el vocero del Gobierno noruego, Dag Nagoda, que ha hecho acompañamiento al proceso de paz de la Habana y ha mostrado interés en hacer parte de las negociaciones con el Eln.
El encuentro exploratorio tiene como meta llegar a una mesa diálogo. Según un comunicado conjunto que se emitió tras el encuentro, ambas partes coincidieron en la voluntad de negociar y que se necesita un cese al fuego bilateral para este fin. De acuerdo con la comunicación, el comisionado de Paz expuso a qué se refiere el Gobierno con la Paz Total y los criterios con los que busca llevarla a cabo.
“Un asunto central en la respuesta del Gobierno en la Paz Total son las demandas ciudadanas sustanciales vinculantes y los derechos que deben ser garantizados para transitar al Estado social y ambiental de derecho”, habría sido uno de los puntos expuestos por Rueda.
Por otro lado, la representación de las disidencias habría llevado cuatro puntos sobre la Paz Total y las posibles negociaciones. Entre esos puntos está que una de las condiciones para la paz está eliminar la condiciones “generadoras del conflicto social y armado”. En este sentido, hicieron énfasis en que para tener una segunda reunión de acercamiento se debe trabajar en un cese bilateral. Asimismo, comentaron que unas negociaciones con el Gobierno deben ser consultadas con sus estructuras y pidieron que haya terceros neutrales “como garantía en los diálogos”.
En la reunión se llegaron a unos acuerdos que incluyen firmar un protocolo de confidencialidad para una reunión con los mandos de las disidencias. “Consideramos que como nunca antes, en la historia de nuestro país, se están generando las condiciones para dejar atrás por siempre décadas de violencia fratricida”, habría sido la conclusión global a la que llegaron.
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