Las diferencias entre María Fernanda Cabal y Ángela Merkel
Fue Tomás Uribe, hijo del expresidente Álvaro Uribe, quien dijo que la senadora podría ser la próxima Ángela Merkel colombiana, en referencia a la canciller alemana. La declaración se convirtió en tendencia en redes sociales, donde muchos expusieron las diferencias ideológicas de ambas dirigentes políticas.
Todo comenzó por una columna de María Andrea Nieto en Semana sobre la aspiración presidencial de María Fernanda Cabal, en la que destacó las posiciones fuertes de la senadora del Centro Democrático, su apoyo irrestricto a la Fuerza Pública, su crítica acérrima a la izquierda y su personalidad sin matices. Esto dio pie a que Tomás Uribe, hijo del expresidente Álvaro Uribe, compartiera el contenido asegurando que “Cabal puede ser la Ángela Merkel colombiana”.
Cualquier tema que incluya a la senadora es polémico y las redes no esperaron para armar la discusión, cuestionando la comparación hecha por Tomás Uribe y su supuesto desconocimiento sobre quién ideológicamente es Merkel. Algo tiene razón. En caso de que la senadora resulte siendo la candidata única por el Centro Democrático y electa presidenta, sería la primera mujer en llegar a la Casa de Nariño, tal como Merkel, en 2005, se convirtió en la primera canciller alemana.
Le puede interesar: María Fernanda Cabal se lanza como precandidata presidencial.
Sin embargo, son muchas las diferencias, y de fondo, las que separan a la una de la otra, políticamente hablando. La vida de Merkel ha sido reservada, pero eso no ha impedido que la prensa haya recabado sobre su pasado, especialmente en lo que tiene que ver con su nacimiento y crianza en la República Demócrata Alemana, el lado comunista del país germano cuando se dividió durante la Guerra Fría. Aunque se inclinó por una carrera en las ciencias exactas, su adolescencia estuvo inmersa en las juventudes socialistas. En el libro “La primera vida de Ángela M.” se asegura que fue secretaria de Agitación y Propaganda de esa organización, cosa que ella no ha confirmado, pero tampoco negado.
Y como se sabe, a la hora de hacer una comparación con María Fernanda Cabal, esta es una acérrima opositora del comunismo, el socialismo y todo lo que huela a izquierda. De diferentes formas se ha dirigido a esta doctrina, desde un “cáncer difícil de extirpar”, hasta el “peor mal”. Y en la ratificación de su postura radical, incluso ha desconocido hechos lamentables ocurridos en el país, como la masacre de las bananeras.
“La masacre de las bananeras es otro de los mitos históricos de la narrativa comunista”, dijo, asegurando que la narración de Gabriel García Márquez era el relato mágico de este hecho que marcó la historia de Colombia. Aunque Cabal nunca ha mencionado nada con respecto al Holocausto, perpetrado por el Nazismo, historiadores han destacado que su mirada se compagina con lo que se conoce como el “negacionismo”, postura de algunos sectores en Europa que niegan el genocidio a la comunidad judía durante la Segunda Guerra Mundial.
Más: La historia detrás del poder de Angela Merkel (I).
Mirada que no comparte en lo absoluta la canciller alemana, quien ha insistido en la importancia de la memoria para la no repetición y ha aceptado la responsabilidad de su país sobre esos dolorosos hechos, que son una cicatriz para la historia de la humanidad. “Auschwitz era un campo de exterminio alemán. Nunca debemos olvidar, nunca puede haber un borrón y cuenta nueva, nunca se debe minimizar”, dijo en 2019 Merkel, cuando visitó por primera vez el campo de concentración. Así mismo, ha sostenido un discurso a favor de los derechos humanos y en contra de los crímenes de odio.
Mientras tanto, durante el paro nacional de 2021, la senadora uribista le pidió al presidente Iván Duque, en una carta, que no se deje presionar por los organismos de derechos humanos sobre la respuesta estatal a la protesta social. Esto cuando a nivel internacional, incluyendo el Parlamento Alemán, pedían y exigían la protección y garantía de los derechos humanos a los manifestantes.
Por último, hay que destacar la carrera política de ambas. Ángela Merkel entró a la política como viceportavoz del último primer ministro de la República Democrática Alemana, Lothar de Maiziere. Desde entonces, militó en la Unión Cristiana Demócrata. De ahí pasó a ser ministra de Medio Ambiente y Seguridad de los Reactores, cuando Helmut Kohl estaba en el poder. Más adelante, empezó a crecer dentro de su partido, convirtiéndose en la secretaria general y luego su presidenta. Fue la líder de la oposición en el Parlamento, hasta que en 2005 logró consolidar una coalición para convertirse en la primera canciller de Alemania. Desde entonces, se ha ratificado como la cabeza del Estado elección tras elección.
Más: La historia detrás del poder de Angela Merkel (II).
A diferencia de Merkel, que hizo una carrera política para convertirse en canciller, María Fernanda Cabal aspira a llegar a la Casa de Nariño con solo ocho años de experiencia política. Antes de ser congresista, su experiencia reposa, en su mayoría, en el sector empresarial. En 2006 fue nombrada por el fiscal Mario Iguarán como directora de Asuntos Internacionales del ente acusador y en 2014 aspiró a la Cámara de Representantes por lista cerrada. En 2018 llegó al Senado con casi 38.000 votos, en lista abierta.
Con estas diferencias es que muchos usuarios de las redes sociales han cuestionado la comparación realizada, entre una política curtida y una que empezó su camino en lo público de forma reciente; de una que mide sus palabras y sus apariciones en medios, a una que constantemente genera polémica; de una que es pragmática y abierta, a una de convicciones inamovibles. Hasta ahora, Cabal no ha hecho alusión al mensaje de Tomás Uribe y el parecido que este le encuentra con la canciller alemana, pero teniendo de presente sus orígenes ideológicos, ¿estará cómoda con dicha relación?
Todo comenzó por una columna de María Andrea Nieto en Semana sobre la aspiración presidencial de María Fernanda Cabal, en la que destacó las posiciones fuertes de la senadora del Centro Democrático, su apoyo irrestricto a la Fuerza Pública, su crítica acérrima a la izquierda y su personalidad sin matices. Esto dio pie a que Tomás Uribe, hijo del expresidente Álvaro Uribe, compartiera el contenido asegurando que “Cabal puede ser la Ángela Merkel colombiana”.
Cualquier tema que incluya a la senadora es polémico y las redes no esperaron para armar la discusión, cuestionando la comparación hecha por Tomás Uribe y su supuesto desconocimiento sobre quién ideológicamente es Merkel. Algo tiene razón. En caso de que la senadora resulte siendo la candidata única por el Centro Democrático y electa presidenta, sería la primera mujer en llegar a la Casa de Nariño, tal como Merkel, en 2005, se convirtió en la primera canciller alemana.
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Sin embargo, son muchas las diferencias, y de fondo, las que separan a la una de la otra, políticamente hablando. La vida de Merkel ha sido reservada, pero eso no ha impedido que la prensa haya recabado sobre su pasado, especialmente en lo que tiene que ver con su nacimiento y crianza en la República Demócrata Alemana, el lado comunista del país germano cuando se dividió durante la Guerra Fría. Aunque se inclinó por una carrera en las ciencias exactas, su adolescencia estuvo inmersa en las juventudes socialistas. En el libro “La primera vida de Ángela M.” se asegura que fue secretaria de Agitación y Propaganda de esa organización, cosa que ella no ha confirmado, pero tampoco negado.
Y como se sabe, a la hora de hacer una comparación con María Fernanda Cabal, esta es una acérrima opositora del comunismo, el socialismo y todo lo que huela a izquierda. De diferentes formas se ha dirigido a esta doctrina, desde un “cáncer difícil de extirpar”, hasta el “peor mal”. Y en la ratificación de su postura radical, incluso ha desconocido hechos lamentables ocurridos en el país, como la masacre de las bananeras.
“La masacre de las bananeras es otro de los mitos históricos de la narrativa comunista”, dijo, asegurando que la narración de Gabriel García Márquez era el relato mágico de este hecho que marcó la historia de Colombia. Aunque Cabal nunca ha mencionado nada con respecto al Holocausto, perpetrado por el Nazismo, historiadores han destacado que su mirada se compagina con lo que se conoce como el “negacionismo”, postura de algunos sectores en Europa que niegan el genocidio a la comunidad judía durante la Segunda Guerra Mundial.
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Mirada que no comparte en lo absoluta la canciller alemana, quien ha insistido en la importancia de la memoria para la no repetición y ha aceptado la responsabilidad de su país sobre esos dolorosos hechos, que son una cicatriz para la historia de la humanidad. “Auschwitz era un campo de exterminio alemán. Nunca debemos olvidar, nunca puede haber un borrón y cuenta nueva, nunca se debe minimizar”, dijo en 2019 Merkel, cuando visitó por primera vez el campo de concentración. Así mismo, ha sostenido un discurso a favor de los derechos humanos y en contra de los crímenes de odio.
Mientras tanto, durante el paro nacional de 2021, la senadora uribista le pidió al presidente Iván Duque, en una carta, que no se deje presionar por los organismos de derechos humanos sobre la respuesta estatal a la protesta social. Esto cuando a nivel internacional, incluyendo el Parlamento Alemán, pedían y exigían la protección y garantía de los derechos humanos a los manifestantes.
Por último, hay que destacar la carrera política de ambas. Ángela Merkel entró a la política como viceportavoz del último primer ministro de la República Democrática Alemana, Lothar de Maiziere. Desde entonces, militó en la Unión Cristiana Demócrata. De ahí pasó a ser ministra de Medio Ambiente y Seguridad de los Reactores, cuando Helmut Kohl estaba en el poder. Más adelante, empezó a crecer dentro de su partido, convirtiéndose en la secretaria general y luego su presidenta. Fue la líder de la oposición en el Parlamento, hasta que en 2005 logró consolidar una coalición para convertirse en la primera canciller de Alemania. Desde entonces, se ha ratificado como la cabeza del Estado elección tras elección.
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A diferencia de Merkel, que hizo una carrera política para convertirse en canciller, María Fernanda Cabal aspira a llegar a la Casa de Nariño con solo ocho años de experiencia política. Antes de ser congresista, su experiencia reposa, en su mayoría, en el sector empresarial. En 2006 fue nombrada por el fiscal Mario Iguarán como directora de Asuntos Internacionales del ente acusador y en 2014 aspiró a la Cámara de Representantes por lista cerrada. En 2018 llegó al Senado con casi 38.000 votos, en lista abierta.
Con estas diferencias es que muchos usuarios de las redes sociales han cuestionado la comparación realizada, entre una política curtida y una que empezó su camino en lo público de forma reciente; de una que mide sus palabras y sus apariciones en medios, a una que constantemente genera polémica; de una que es pragmática y abierta, a una de convicciones inamovibles. Hasta ahora, Cabal no ha hecho alusión al mensaje de Tomás Uribe y el parecido que este le encuentra con la canciller alemana, pero teniendo de presente sus orígenes ideológicos, ¿estará cómoda con dicha relación?