Las dudas que deja el texto final de la reforma política
La propuesta tiene varios puntos que se vienen pidiendo desde hace años, pero hay aspectos que son cuestionados por su conveniencia y efectividad.
Con casi dos semanas de retraso, el Poder Ejecutivo, representado por el ministro del Interior, Alfonso Prada, radicó en el Congreso el texto final del proyecto para la reforma política. El texto venía con amplia expectativa, pues un primer borrador ya se había conocido hace unas semanas. En este se dejaron consignados principios básicos como lo son las listas cerradas, la financiación estatal, la democracia interna de los partidos, nuevas formas de entregar personerías jurídicas y unas serias reformas a la organización electoral. No obstante, en menos de 15 días, hubo importantes modificaciones. Algunos de los puntos esenciales se mantuvieron, otros se perdieron en el camino y hubo adiciones.
El cambio más fuerte es que de un texto a otro se borró toda seña de una posible reforma al órgano electoral. El borrador inicial hablaba de la eliminación del Consejo Nacional Electoral (CNE) para crear una corte electoral y el Consejo Electoral Colombiano, pero esto desapareció del todo. No solo hubo retiros, al proyecto le aparecieron algunos artículos que prometen generar controversia debido a los posibles beneficiados. Uno de ellos señala que los partidos que llegan en coalición al Senado pueden pedir que su personería jurídica se unifique. Esto pueden hacerlo todas las colectividades partícipes de la alianza o solo las que lo consideren pertinente. Otro, que ha pasado de agache, entra a modificar el régimen de incompatibilidades de los congresistas al eliminar el punto que extiende estas restricciones por un año sobre aquellos que decidan renunciar a su curul antes de acabar su período.
Como se dijo anteriormente, se mantuvo un núcleo fundamental sobre el que no hay dudas (financiación estatal de las campañas, listas cerradas, paridad y democracia interna), pero hay otros asuntos que generan controversia y sobre los que ya se piden cambios. Al consultar a expertos en el tema político y electoral, estos concuerdan que el tema más reprochable del texto final es el que modifica el régimen de incompatibilidades de los congresistas. “Es una situación inconstitucional”, expresa la académica Carolina Rico, de la Universidad Externado. En su concepto, se estaría rompiendo la “separación y la independencia de poderes”, debido a que se permite que el Congreso sea cooptado por el Gobierno, ya que habilita un tránsito sin escalas del Legislativo al Ejecutivo. “El régimen de incompatibilidades tiene como razón garantizar la independencia de los poderes”, señala la docente.
En este mismo sentido se pronunció el exmagistrado del CNE Armando Novoa. “Eso es un artículo que tiene nombre propio. Borra la independencia del Congreso frente al Ejecutivo, vuelve a la puerta giratoria de que siendo congresista se puede ir al gobierno. Desaparece el control político, porque pueden nombrar a congresistas en el gabinete”. Novoa alertó que esto también podría ocurrir con el sector privado. A su vez, desde la Misión de Observación Electoral (MOE), a través de Camilo Mancera, también señalaron que se podría estar gestando una relación menos sana con el Ejecutivo, pues se podría presionar apoyos a cambio de pasar a ser ministros. A pesar de las reservas, el representante Heráclito Landínez, uno de los que participó en el texto de la reforma, defendió la propuesta bajo el argumento de que en el Congreso a veces se encuentran los más capaces de los partidos, por lo que deberían poder saltar al Ejecutivo. Además, aseguró que la presión por cargos ya existe, aún con la prohibición actual.
Por otro lado, también se han presentado objeciones en cuanto a que los partidos en coalición puedan unir en una sola sus personerías. Para muchos, este artículo tiene nombre propio y es el Pacto Histórico, pues con las actuales reglas de juego no podría presentarse en 2026 debido a que superaron el 15 % de los votos en las legislativas de este año, lo que implicaría que deberían irse de forma individual. El artículo sería la receta para mantenerse unidos en los próximos comicios. En este punto hay opiniones encontradas. Para la MOE, este apartado puede ser importante debido a que se respeta la voluntad del electorado que votó por una sola coalición. Novoa cree que es una propuesta que les serviría tanto al Pacto como a la Coalición Centro Esperanza y podría llegar a ser positiva en cuanto a que se estarían reunificando partidos, de esta manera se frenaría el exceso de colectividades y se apostaría por partidos más fuertes.
También hay cuestionamientos sobre la decisión de eliminar todo rastro de la reforma al órgano electoral. El representante Landínez justificó la medida en que ya hay otros textos que se están tramitando en el Congreso y que tratan sobre estos cambios al CNE: “Son discusiones que se están dando de forma paralela”. Algunos de los autores de estos proyectos confirmaron que desde el Gobierno les informaron que se llevarán a cabo tres reformas paralelas (política, organismos de control y la del órgano electoral), en las que se incluiría la idea de un tribunal electoral. Aun así, expresaron su temor a que esta diferenciación termine significando que no se atenderá la modificación al CNE.
Esta duda fue expresado por varios expertos. Desde la MOE reconocieron que ya existen dos proyectos para acabar con el CNE y crear nuevas figuras, por lo que no es necesario que se incluya en la reforma del Gobierno. Sin embargo, agregó Mancera, “es posible que se esté dando el mensaje de que una reforma en ese camino no tiene respaldo del Ejecutivo”. Carolina Rico fue más vehemente al decir que de nada sirven los cambios introducidos “si la figura del CNE sigue”: “El corazón de la reforma política debía ser el cambio de la arquitectura electoral. Se queda coja sin esto”. Novoa se expresó en este mismo sentido: “Hoy lo fundamental es garantizar una depuración de la organización electoral para lograr mayores garantías para los actores políticos y electorales. Había que empezar la discusión por ahí”, enfatizó.
Además de los cambios introducidos en los últimos días, hay otros puntos del texto que ya venían desde antes que también generan debate. “La reforma no es coherente”, señala Rico para cuestionar que se trate de apostar al fortalecimiento de los partidos con listas cerradas, democracia interna y reunificación y al mismo tiempo se trate de introducir las afiliaciones como una nueva forma de entregar la personería jurídica, aunque este caso a una nueva figura denominada movimientos políticos. “Existe un riesgo de explosión de partidos. La lista única quiere fortalecer los partidos, pero al mismo tiempo hacen eso. No tiene un norte la reforma política”, concluye la académica.
El exmagistrado Armando Novoa también expresó algunas reservas en este punto en cuanto a que trata de cumplir con lo ordenado en los acuerdos de la Habana, de relajar la norma para acceder a la personería jurídica, cuando ya no es necesario debido a que en los últimos años se ha llegado a consolidar hasta 30 partidos. Por otro lado señaló que el tema de los afiliados puede llegar a ser muy complejo. “Me parece que en el contexto colombiano es muy difícil. El nivel de desprestigio de los partidos colombianos no le alcanza para acreditar esa cantidad de afiliados. Ningún partido puede acreditarlos”, concluyó.
Con casi dos semanas de retraso, el Poder Ejecutivo, representado por el ministro del Interior, Alfonso Prada, radicó en el Congreso el texto final del proyecto para la reforma política. El texto venía con amplia expectativa, pues un primer borrador ya se había conocido hace unas semanas. En este se dejaron consignados principios básicos como lo son las listas cerradas, la financiación estatal, la democracia interna de los partidos, nuevas formas de entregar personerías jurídicas y unas serias reformas a la organización electoral. No obstante, en menos de 15 días, hubo importantes modificaciones. Algunos de los puntos esenciales se mantuvieron, otros se perdieron en el camino y hubo adiciones.
El cambio más fuerte es que de un texto a otro se borró toda seña de una posible reforma al órgano electoral. El borrador inicial hablaba de la eliminación del Consejo Nacional Electoral (CNE) para crear una corte electoral y el Consejo Electoral Colombiano, pero esto desapareció del todo. No solo hubo retiros, al proyecto le aparecieron algunos artículos que prometen generar controversia debido a los posibles beneficiados. Uno de ellos señala que los partidos que llegan en coalición al Senado pueden pedir que su personería jurídica se unifique. Esto pueden hacerlo todas las colectividades partícipes de la alianza o solo las que lo consideren pertinente. Otro, que ha pasado de agache, entra a modificar el régimen de incompatibilidades de los congresistas al eliminar el punto que extiende estas restricciones por un año sobre aquellos que decidan renunciar a su curul antes de acabar su período.
Como se dijo anteriormente, se mantuvo un núcleo fundamental sobre el que no hay dudas (financiación estatal de las campañas, listas cerradas, paridad y democracia interna), pero hay otros asuntos que generan controversia y sobre los que ya se piden cambios. Al consultar a expertos en el tema político y electoral, estos concuerdan que el tema más reprochable del texto final es el que modifica el régimen de incompatibilidades de los congresistas. “Es una situación inconstitucional”, expresa la académica Carolina Rico, de la Universidad Externado. En su concepto, se estaría rompiendo la “separación y la independencia de poderes”, debido a que se permite que el Congreso sea cooptado por el Gobierno, ya que habilita un tránsito sin escalas del Legislativo al Ejecutivo. “El régimen de incompatibilidades tiene como razón garantizar la independencia de los poderes”, señala la docente.
En este mismo sentido se pronunció el exmagistrado del CNE Armando Novoa. “Eso es un artículo que tiene nombre propio. Borra la independencia del Congreso frente al Ejecutivo, vuelve a la puerta giratoria de que siendo congresista se puede ir al gobierno. Desaparece el control político, porque pueden nombrar a congresistas en el gabinete”. Novoa alertó que esto también podría ocurrir con el sector privado. A su vez, desde la Misión de Observación Electoral (MOE), a través de Camilo Mancera, también señalaron que se podría estar gestando una relación menos sana con el Ejecutivo, pues se podría presionar apoyos a cambio de pasar a ser ministros. A pesar de las reservas, el representante Heráclito Landínez, uno de los que participó en el texto de la reforma, defendió la propuesta bajo el argumento de que en el Congreso a veces se encuentran los más capaces de los partidos, por lo que deberían poder saltar al Ejecutivo. Además, aseguró que la presión por cargos ya existe, aún con la prohibición actual.
Por otro lado, también se han presentado objeciones en cuanto a que los partidos en coalición puedan unir en una sola sus personerías. Para muchos, este artículo tiene nombre propio y es el Pacto Histórico, pues con las actuales reglas de juego no podría presentarse en 2026 debido a que superaron el 15 % de los votos en las legislativas de este año, lo que implicaría que deberían irse de forma individual. El artículo sería la receta para mantenerse unidos en los próximos comicios. En este punto hay opiniones encontradas. Para la MOE, este apartado puede ser importante debido a que se respeta la voluntad del electorado que votó por una sola coalición. Novoa cree que es una propuesta que les serviría tanto al Pacto como a la Coalición Centro Esperanza y podría llegar a ser positiva en cuanto a que se estarían reunificando partidos, de esta manera se frenaría el exceso de colectividades y se apostaría por partidos más fuertes.
También hay cuestionamientos sobre la decisión de eliminar todo rastro de la reforma al órgano electoral. El representante Landínez justificó la medida en que ya hay otros textos que se están tramitando en el Congreso y que tratan sobre estos cambios al CNE: “Son discusiones que se están dando de forma paralela”. Algunos de los autores de estos proyectos confirmaron que desde el Gobierno les informaron que se llevarán a cabo tres reformas paralelas (política, organismos de control y la del órgano electoral), en las que se incluiría la idea de un tribunal electoral. Aun así, expresaron su temor a que esta diferenciación termine significando que no se atenderá la modificación al CNE.
Esta duda fue expresado por varios expertos. Desde la MOE reconocieron que ya existen dos proyectos para acabar con el CNE y crear nuevas figuras, por lo que no es necesario que se incluya en la reforma del Gobierno. Sin embargo, agregó Mancera, “es posible que se esté dando el mensaje de que una reforma en ese camino no tiene respaldo del Ejecutivo”. Carolina Rico fue más vehemente al decir que de nada sirven los cambios introducidos “si la figura del CNE sigue”: “El corazón de la reforma política debía ser el cambio de la arquitectura electoral. Se queda coja sin esto”. Novoa se expresó en este mismo sentido: “Hoy lo fundamental es garantizar una depuración de la organización electoral para lograr mayores garantías para los actores políticos y electorales. Había que empezar la discusión por ahí”, enfatizó.
Además de los cambios introducidos en los últimos días, hay otros puntos del texto que ya venían desde antes que también generan debate. “La reforma no es coherente”, señala Rico para cuestionar que se trate de apostar al fortalecimiento de los partidos con listas cerradas, democracia interna y reunificación y al mismo tiempo se trate de introducir las afiliaciones como una nueva forma de entregar la personería jurídica, aunque este caso a una nueva figura denominada movimientos políticos. “Existe un riesgo de explosión de partidos. La lista única quiere fortalecer los partidos, pero al mismo tiempo hacen eso. No tiene un norte la reforma política”, concluye la académica.
El exmagistrado Armando Novoa también expresó algunas reservas en este punto en cuanto a que trata de cumplir con lo ordenado en los acuerdos de la Habana, de relajar la norma para acceder a la personería jurídica, cuando ya no es necesario debido a que en los últimos años se ha llegado a consolidar hasta 30 partidos. Por otro lado señaló que el tema de los afiliados puede llegar a ser muy complejo. “Me parece que en el contexto colombiano es muy difícil. El nivel de desprestigio de los partidos colombianos no le alcanza para acreditar esa cantidad de afiliados. Ningún partido puede acreditarlos”, concluyó.