Las duras críticas de Petro al proceso de reconstrucción de Providencia
El mandatario hizo un balance de lo que ha sido el proceso de reconstrucción de la isla desde noviembre de 2020 cuando fue azotada por el huracán Iota. Aseguró que no se tuvo en cuenta a los raizales y que hubo un sobrecosto en las viviendas.
Tras una visita a la isla de Providencia, el presidente Gustavo Petro entregó un balance de los principales hallazgos sobre lo que ha sido en los últimos años la reconstrucción de Providencia tras el paso del huracán Iota, en noviembre de 2020.
Según explicó el mandatario, cada casa reconstruida -edificaciones en promedio de 70 metros cuadrados- costó alrededor de $600 millones, una cifra que, sostiene, hubiera sido inferior si se hubiera tenido en cuenta en el proceso a la comunidad raizal. “¿Por qué un valor tan sorprendente? ¿cómo puede valer en Providencia una casa de concreto $600 millones? Pregunté a quiénes se han encargado del proceso y me dijeron básicamente que era por el costo de trasladar los materiales en barcazas a la isla de Providencia aunque parte de ese costo fue asumido por la misma Armada Nacional que ayudó en el traslado. Ese valor explica lo que ha pasado allí. Ni se tuvo en cuenta a la comunidad raizal, ni en su cultura arquitectónica (...) La reconstrucción fue básicamente una imposición”.
De acuerdo con el Jefe de Estado, la llegada de la fuerza de trabajo foránea para el proceso de reconstrucción ocasionó una crisis económica profunda que preocupa: “Hoy un huevo en la isla vale más de mil pesos. La canasta familiar es sustancialmente más alta que la de cualquier familia porque se importa todo. En la reconstrucción no se vio la necesidad de fortalecer los cultivos y la pesca, pero con la crisis mundial alimenticia y los niveles de dinero que llegaron en manos de contratistas, los precios de los alimentos y arriendos se elevaron sustancialmente. Desde esa perspectiva la isla tiene una zozobra profunda económica y un problema de inseguridad alimentaria. Si se hubiera pensado en el ser humano, se hubiera podido reconstruir antes que nada la economía de la isla para poder comer”.
Para la ministra de Vivienda, Catalina Velasco, el reto es tener un nuevo modo de construir la isla. “Hemos conversado con el alcalde para tener un mecanismo que, con mano de obra local, y con recursos del Ministerio de Vivienda, se pueda hacer una construcción autóctona. Que esto permita generar fortalezas y capacidades en los trabajadores de la isla”, señaló.
En cuanto a los problemas de agua que persisten en la isla, Velasco sostuvo que se encontraron “enormes costos en la planta de desalinización: 10 o 12 veces más que otras empresas en el país. Y esto va a tener impacto en las tarifas” y agregó que, además, urge tomar medidas en cuanto al manejo de escombros y la situación del relleno sanitario, que presenta niveles de saturación.
Petro explicó que durante la jornada sostuvo una reunión con la autoridad raizal y diferentes organizaciones y se trazó una hoja de ruta para la construcción de entre 100 y 200 viviendas que faltan. La idea es que ese proceso se realice bajo los criterios de arquitectura de la isla y con la fuerza de trabajo de la isla. “Los órganos de control deben abrir una investigación alrededor de los costos unitarios, es indudable que una casa de esas no vale $600 millones así haya que importar el material. Lo que acaba de suceder es absolutamente excepcional. A nosotros nos corresponde variar el rumbo, y demostrar que se puede hacer mejor y mucho más barato”, detalló.
La ministra de Salud, a su turno, se refirió al retraso que hay en la reconstrucción del hospital, cuyo proceso comenzó hace solo un par de semanas. “Es sorpresivo que entre las prioridades de reconstrucción no se haya tenido en cuenta el hospital. Tenemos un hospital de campaña en una zona vulnerable. Es todo lo que no se debe hacer. El hospital, que está empezando a hacerse, debe estar terminado para el 29 de diciembre, dice el convenio. Pero el contratista dice que no alcanzará por problemas con los materiales”, sostuvo la ministra Carolina Corcho.
Señaló que ya hubo conversaciones con la Fuerza Aérea para tener una ambulancia medicalizada disponible las 24 horas que pueda hacer traslados de emergencia, aunque el problema radica en que la pista no está completamente iluminada.
Respecto a qué tan preparada se encuentra la isla para afrontar un eventual fenómeno natural, el Director de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD), Javier Pava Sánchez, sostuvo no existen capacidades instaladas para atender un evento similar y que la situación es preocupante pues este año, de acuerdo con los pronósticos, el país podría estar enfrentando nuevos huracanes que podrían pasar cerca a San Andrés y Providencia. “Aún tenemos cosas por terminar. Se elaboró un plan de acción para la recuperación basado en un tema de una serie de proyectos de infraestructura, pero no pensado en un tema de participación y vinculación de las comunidades. Nuestro deber es pasar en este momento a ese enfoque de derechos. Por eso hemos hecho un llamado a que todos los comités, los consejos departamentales y municipales de gestión de riesgo estén integrados en más del 50% por comunidades, de tal suerte que remediemos este error que vimos acá”, insistió Sánchez.
La importancia de la pesca
El primer mandatario pidió a las autoridades locales restringir las licencias de pesca exclusivamente a los pescaderos raizales de la región. “Si deja meter los industriales, está quitándole la base económica al maritorio”, sostuvo al señalar la urgencia de iniciar una labor de fortalecimiento de la cooperativa de pescadores y la industrialización de la pesca pero en manos de los locales, eliminando la intermediación.
Petro hizo referencia a la designación de embajadores raizales que ayuden a construir una influencia en las Antillas y una “unidad de la cultura propia raizal de estas islas que se extiende hacia varios lugares de tal manera que aparezca un nuevo sujeto en la discusión sobre los derechos sobre el mar: los de la comunidad maizal. Y en medio de eso, fortalecer un tejidos político- comercial en todo el caribe con una participación protagónica de nuestras islas con la pesca como ligamento comercial”, puntualizó.
Según explicó el ministro de Relaciones Álvaro Leyva, en el fondo se trata de la reconstrucción de un pueblo que tiene varias raíces y conforma una unidad desde Belice, pasando por Nicaragua, Costa Rica, Panamá, Jamaica, etc.: “Esa es una identidad fundamental que no solamente es pesquera sino económica y que tiene una tradición desde los años 1500-1600. Es algo que significa casi que la conformación de un subcontinente en este continente americano. Yo creo que es uno de los argumentos que vamos a llevar como novedad a la Corte Internacional de Justicia porque consideramos que hay argumentos nuevos para revisar lo que está ocurriendo. Es algo que todavía estamos preparando”.
Tras una visita a la isla de Providencia, el presidente Gustavo Petro entregó un balance de los principales hallazgos sobre lo que ha sido en los últimos años la reconstrucción de Providencia tras el paso del huracán Iota, en noviembre de 2020.
Según explicó el mandatario, cada casa reconstruida -edificaciones en promedio de 70 metros cuadrados- costó alrededor de $600 millones, una cifra que, sostiene, hubiera sido inferior si se hubiera tenido en cuenta en el proceso a la comunidad raizal. “¿Por qué un valor tan sorprendente? ¿cómo puede valer en Providencia una casa de concreto $600 millones? Pregunté a quiénes se han encargado del proceso y me dijeron básicamente que era por el costo de trasladar los materiales en barcazas a la isla de Providencia aunque parte de ese costo fue asumido por la misma Armada Nacional que ayudó en el traslado. Ese valor explica lo que ha pasado allí. Ni se tuvo en cuenta a la comunidad raizal, ni en su cultura arquitectónica (...) La reconstrucción fue básicamente una imposición”.
De acuerdo con el Jefe de Estado, la llegada de la fuerza de trabajo foránea para el proceso de reconstrucción ocasionó una crisis económica profunda que preocupa: “Hoy un huevo en la isla vale más de mil pesos. La canasta familiar es sustancialmente más alta que la de cualquier familia porque se importa todo. En la reconstrucción no se vio la necesidad de fortalecer los cultivos y la pesca, pero con la crisis mundial alimenticia y los niveles de dinero que llegaron en manos de contratistas, los precios de los alimentos y arriendos se elevaron sustancialmente. Desde esa perspectiva la isla tiene una zozobra profunda económica y un problema de inseguridad alimentaria. Si se hubiera pensado en el ser humano, se hubiera podido reconstruir antes que nada la economía de la isla para poder comer”.
Para la ministra de Vivienda, Catalina Velasco, el reto es tener un nuevo modo de construir la isla. “Hemos conversado con el alcalde para tener un mecanismo que, con mano de obra local, y con recursos del Ministerio de Vivienda, se pueda hacer una construcción autóctona. Que esto permita generar fortalezas y capacidades en los trabajadores de la isla”, señaló.
En cuanto a los problemas de agua que persisten en la isla, Velasco sostuvo que se encontraron “enormes costos en la planta de desalinización: 10 o 12 veces más que otras empresas en el país. Y esto va a tener impacto en las tarifas” y agregó que, además, urge tomar medidas en cuanto al manejo de escombros y la situación del relleno sanitario, que presenta niveles de saturación.
Petro explicó que durante la jornada sostuvo una reunión con la autoridad raizal y diferentes organizaciones y se trazó una hoja de ruta para la construcción de entre 100 y 200 viviendas que faltan. La idea es que ese proceso se realice bajo los criterios de arquitectura de la isla y con la fuerza de trabajo de la isla. “Los órganos de control deben abrir una investigación alrededor de los costos unitarios, es indudable que una casa de esas no vale $600 millones así haya que importar el material. Lo que acaba de suceder es absolutamente excepcional. A nosotros nos corresponde variar el rumbo, y demostrar que se puede hacer mejor y mucho más barato”, detalló.
La ministra de Salud, a su turno, se refirió al retraso que hay en la reconstrucción del hospital, cuyo proceso comenzó hace solo un par de semanas. “Es sorpresivo que entre las prioridades de reconstrucción no se haya tenido en cuenta el hospital. Tenemos un hospital de campaña en una zona vulnerable. Es todo lo que no se debe hacer. El hospital, que está empezando a hacerse, debe estar terminado para el 29 de diciembre, dice el convenio. Pero el contratista dice que no alcanzará por problemas con los materiales”, sostuvo la ministra Carolina Corcho.
Señaló que ya hubo conversaciones con la Fuerza Aérea para tener una ambulancia medicalizada disponible las 24 horas que pueda hacer traslados de emergencia, aunque el problema radica en que la pista no está completamente iluminada.
Respecto a qué tan preparada se encuentra la isla para afrontar un eventual fenómeno natural, el Director de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD), Javier Pava Sánchez, sostuvo no existen capacidades instaladas para atender un evento similar y que la situación es preocupante pues este año, de acuerdo con los pronósticos, el país podría estar enfrentando nuevos huracanes que podrían pasar cerca a San Andrés y Providencia. “Aún tenemos cosas por terminar. Se elaboró un plan de acción para la recuperación basado en un tema de una serie de proyectos de infraestructura, pero no pensado en un tema de participación y vinculación de las comunidades. Nuestro deber es pasar en este momento a ese enfoque de derechos. Por eso hemos hecho un llamado a que todos los comités, los consejos departamentales y municipales de gestión de riesgo estén integrados en más del 50% por comunidades, de tal suerte que remediemos este error que vimos acá”, insistió Sánchez.
La importancia de la pesca
El primer mandatario pidió a las autoridades locales restringir las licencias de pesca exclusivamente a los pescaderos raizales de la región. “Si deja meter los industriales, está quitándole la base económica al maritorio”, sostuvo al señalar la urgencia de iniciar una labor de fortalecimiento de la cooperativa de pescadores y la industrialización de la pesca pero en manos de los locales, eliminando la intermediación.
Petro hizo referencia a la designación de embajadores raizales que ayuden a construir una influencia en las Antillas y una “unidad de la cultura propia raizal de estas islas que se extiende hacia varios lugares de tal manera que aparezca un nuevo sujeto en la discusión sobre los derechos sobre el mar: los de la comunidad maizal. Y en medio de eso, fortalecer un tejidos político- comercial en todo el caribe con una participación protagónica de nuestras islas con la pesca como ligamento comercial”, puntualizó.
Según explicó el ministro de Relaciones Álvaro Leyva, en el fondo se trata de la reconstrucción de un pueblo que tiene varias raíces y conforma una unidad desde Belice, pasando por Nicaragua, Costa Rica, Panamá, Jamaica, etc.: “Esa es una identidad fundamental que no solamente es pesquera sino económica y que tiene una tradición desde los años 1500-1600. Es algo que significa casi que la conformación de un subcontinente en este continente americano. Yo creo que es uno de los argumentos que vamos a llevar como novedad a la Corte Internacional de Justicia porque consideramos que hay argumentos nuevos para revisar lo que está ocurriendo. Es algo que todavía estamos preparando”.