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"Las metas se van a cumplir": director de Unidad de Restitución de Tierras

Ricardo Sabogal habla de los logros y las dificultades en un proceso fundamental para la paz.

Felipe Morales Mogollón / Camilo Segura Álvarez
26 de abril de 2015 - 02:42 a. m.
Según Sabogal, el censo agropecuario servirá para visibilizar temas de desplazamiento y retorno, donde aún no hay cifras consolidadas. / Cristian Garavito
Según Sabogal, el censo agropecuario servirá para visibilizar temas de desplazamiento y retorno, donde aún no hay cifras consolidadas. / Cristian Garavito
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La restitución de tierras del Gobierno pasó esta semana al tablero en el Congreso. En un debate de control político, el senador Armando Benedetti cuestionó la lentitud del proceso, dijo que a diciembre de 2014 se esperaban 360.000 reclamos y sólo habían sido radicados unos 75.000 y que a marzo de este año se habían expedido apenas 1.041 sentencias por 94.000 hectáreas. Según su pronóstico, para cumplir la meta de seis millones de hectáreas restituidas se necesitarían 543 años. (Lea: En Colombia se necesitarían más de 500 años para acabar restitución de tierras)

En diálogo con El Espectador, Ricardo Sabogal, director de la Unidad de Restitución de Tierras, responde a los cuestionamientos y revela el panorama actual de un proceso que, como reconoce, padece duras dificultades en las zonas donde aún se siente el rigor del conflicto. Acepta también que se puede ser más ágil en la tarea y asegura que la firma de la paz con las Farc en La Habana permitirá atender el 100% de las demandas. “Vamos a cumplir”, dice.

Hablaron de ocho departamentos en los que, al final de 2015, van a cumplir con el 100% de las metas de restitución. ¿Cuántos reclamantes y cuantas hectáreas implica?

En esas zonas nos están reclamando 26.000 colombianos. Ya hemos mapeado y lo que estimamos es que son un poco más de 280.000 hectáreas. Hay que tener en cuenta que esos departamentos son de microfundio y minifundio: Atlántico, Magdalena, Cesar, Sucre, Bolívar, Cundinamarca, Santander y el Eje Cafetero.

¿Por qué allí sí se puede avanzar y en el resto del país no?

Porque allí la seguridad está consolidada, podemos entrar en lógica de barrido y en todos los municipios se van a resolver los procesos de restitución. En las otras zonas, si bien estamos presentes, necesitamos consolidar la seguridad para poder restituir. Por ejemplo, en el Meta tenemos una intervención fuerte, pero tenemos municipios donde persiste el conflicto. Lo mismo ocurre con zonas donde hay rezagos de la guerra, como territorios minados. Allí no se puede restituir.

Entonces, ¿qué hacer mientras se firma la paz con las Farc?

Hay zonas muy específicas a donde no se puede llegar y, como allí está el conflicto, concentran muchas reclamaciones. Pero esperamos que las Fuerzas Militares nos vayan abriendo el espacio mientras llega la paz.

Es claro que aún con un acuerdo persistirán los fenómenos violentos...

Con respecto a nuevas expresiones de criminalidad, la Corte Constitucional las ha reconocido y nos ha ordenado atender los despojos hechos por las denominadas bacrim, bajo la sombrilla de la Ley de Víctimas. Vamos a atender el 100% de las demandas cuando haya paz.

¿Y se podrá hacer eso de aquí a 2021, cuando acaba la ejecución de la Ley de Víctimas?

Hoy tenemos 100.000 hectáreas con sentencia restitutiva y 300.000 en los juzgados; eso nos indica que el sistema está funcionando. Hasta ahora han llegado 75.000 reclamaciones. Puede que vengan más, pero creo que la cifra no variará mucho. Hemos intervenido el 40% del problema y más del 10% del total de las demandas han sido resueltas por jueces o por la Unidad.

Pero si ya vamos en la mitad de la ejecución de la ley y apenas se ha resuelto el 10% de las demandas...

Reconocemos que podemos ser más ágiles, pero no creemos que el número de reclamaciones vaya a cambiar mucho. Eso nos indica que ahora puede acelerarse el ritmo de sentencias y estamos pensando en la posibilidad de ampliar el número de magistrados y despachos. Pero, con la experiencia adquirida y los ajustes institucionales que hemos hecho, le aseguro que vamos a cumplir en 2021.

¿Hay un fenómeno masivo de reclamaciones fraudulentas?

Hemos identificado que, como este es un modelo de justicia que llega a la vereda y trabaja con unos plazos, mucha gente trata de resolver sus problemas de tierras mediante la Unidad. Y muchas veces nos encontramos con que no son restituciones. Lo que hemos concluido es que es necesario llevar la justicia a las zonas rurales y en eso estamos trabajando.

¿Por qué el senador Benedetti dice que hay 360.000 reclamaciones?

Es una confusión de las cifras. Se habló inicialmente de 360.000 familias que habrían sido afectadas en sus derechos sobre la tierra, no necesariamente despojadas. Lo que sí dijo el Gobierno es que no tenía una línea base clara de la cantidad de hectáreas a restituir. Estamos trabajando sobre 75.000 demandas, que son las que han llegado. Otra cosa es si vamos a poder resolver esas peticiones. Si no limpiamos el país de minas y si no se resuelve el conflicto, probablemente no se podrá hacer.

¿Por qué no hay una línea base sobre las hectáreas?

Ese es un tema complejo sobre el que hemos tenido que abstenernos de hablar. Por ejemplo, hay familias que reclaman el mismo predio y el sistema no discrimina que son diferentes reclamos, y en la sumatoria salen distorsionadas las cifras. Hay otro factor: la gente no sabía cuánto media el predio y tienden a sobredimensionarlo. Eso obedece a la informalidad en el tema de tierras. Por eso las cifras que doy es que tenemos 100.000 hectáreas fuera de los juzgados, ya plenamente identificadas, y más de 300.000 en los despachos de los jueces.

Benedetti dice que se van a demorar más de 500 años...

Él llega a la conclusión a partir de datos errados. El mensaje que yo le doy es que esté tranquilo porque las metas se van a cumplir.

En caso de un acuerdo en La Habana, ¿hay un aparato institucional para la restitución?

La Unidad tendría que reformar su estructura. En las zonas de conflicto no se ha podido avanzar como queremos. Con la paz se va a poder trabajar mejor, tal como se está haciendo en el norte del país, donde se ve más claro el fenómeno del paramilitarismo.

¿Qué implica implementar la restitución en medio del conflicto?

Si miramos los acuerdos de La Habana, queda claro que hemos tenido un desinterés por los campesinos en Colombia y tenemos que saldar esa deuda histórica. Al presidente le hubiera quedado más fácil dejar la restitución para después de firmar un acuerdo, pero la mejor decisión fue asumir este “chicharrón” que nos permite ver qué es lo que hay en el territorio y cómo resolverlo.

¿La firma de la paz incrementará las solicitudes de restitución?

La zonas densamente pobladas que fueron afectadas por las Farc están siendo atendidas y estamos trabajando en las reclamaciones. Tendríamos que concentrarnos en zonas que no están densamente pobladas, donde hay personas que no han podido reclamar, seguramente por temor.

¿Existe un ejército antirrestitución?

A ese tema venimos haciéndole seguimiento y hemos encontrado, dicho por las víctimas, que no es el ejército antirrestitución el que está amenazando, es el que robó el predio y se hace llamar Águilas Negras o Grupo Antirrestitución. Buscan es amedrentar. Claro, no podemos negar que ha habido reacciones duras cuando una persona reclama la tierra. Tenemos siete hechos de sangre, algunos comprobados que fue por la reclamación, y no es de poca monta. Por eso tenemos programas de protección.

¿Con conflicto se pueden cumplir las metas?

No, es imposible. Mientras haya gente armada desplazando campesinos, esta política tendrá que continuar. Si logramos la paz esto será menos costoso económicamente y en vidas.

 

Por Felipe Morales Mogollón / Camilo Segura Álvarez

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