Las apuestas de Petro con Venezuela: liderazgo regional y normalizar relaciones
Colombia es el principal interesado en que en Venezuela haya un régimen democrático, por eso, priorizar las relaciones binacionales no es una novedad; uno de los intereses es el asunto migratorio. ¿Qué hay detrás del Petro mediador?
Desde que Gustavo Petro asumió como presidente de Colombia las relaciones bilaterales con Venezuela se han convertido en una apuesta central: después de una ruptura diplomática que duró alrededor de tres años en el gobierno de Iván Duque, Petro designó a uno de sus cercanos, Armando Benedetti, como embajador; ordenó la reapertura de los puentes Simón Bolívar y Francisco de Paula Santander (frontera con Norte de Santander); se ha reunido en cuatro ocasiones con el mandatario venezolano Nicolás Maduro y últimamente, convocó una conferencia internacional en Bogotá para promover el diálogo y resolver la crisis política en ese país.
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Desde que Gustavo Petro asumió como presidente de Colombia las relaciones bilaterales con Venezuela se han convertido en una apuesta central: después de una ruptura diplomática que duró alrededor de tres años en el gobierno de Iván Duque, Petro designó a uno de sus cercanos, Armando Benedetti, como embajador; ordenó la reapertura de los puentes Simón Bolívar y Francisco de Paula Santander (frontera con Norte de Santander); se ha reunido en cuatro ocasiones con el mandatario venezolano Nicolás Maduro y últimamente, convocó una conferencia internacional en Bogotá para promover el diálogo y resolver la crisis política en ese país.
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Lo cierto es que priorizar las relaciones Colombia-Venezuela no es una novedad, pues son múltiples los intereses; solo por el hecho de compartir una frontera territorial. Ahora, pareciera que, en los últimos años, con la crisis política, económica y social, las relaciones disfuncionales se convirtieron en la norma, al tiempo que el Gobierno tuvo que balancear su discurso respecto a la perspectiva de Estados Unidos (EE. UU.) frente a la situación interna venezolana. Sin embargo, los temas comunes y por resolver se han multiplicado: las consecuencias de la oleada migratoria, una preocupante situación humanitaria, el debilitamiento de la inversión, problemas de seguridad en las fronteras, entre otros.
Al respecto, Petro ha sido claro en sus propósitos para Colombia con Venezuela; ha manifestado la necesidad de fortalecer la relación comercial, trabajar en proyectos de infraestructura para conectividad, resolver problemas de seguridad relacionados con la presencia de grupos armados y de economías ilegales en municipios fronterizos y trochas, así como el apoyo de Venezuela a la “paz total”, igual que su posición como país garante de los diálogos de paz con el Ejército de Liberación Nacional (ELN).
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Para la investigadora y experta en Relaciones Internacionales de la U. de los Andes, Sandra Borda, las prioridades de Petro no son con el régimen venezolano, sino con normalizar una relación de años. “Colombia tiene mucho interés en que haya un cambio político en Venezuela, por ejemplo, es clave el asunto migratorio, que es resultado justamente de la crisis venezolana. La única forma de que acabe ese flujo y que exista repatriación es que haya un cambio político y económico en ese país”.
Que “no haya sanciones y mucha más democracia”, dijo el presidente Petro desde Nueva York, al término de su intervención en el Foro para las Cuestiones Indígenas de las Naciones Unidas (ONU); al mismo tiempo que aseguró que “sin entrometerme en la discusión política interna venezolana (…) el camino del diálogo y de la democracia es clave. He invitado al gobierno venezolano a reintegrarse al Sistema Interamericano de Derechos Humanos. Que el pueblo venezolano, libre y sin presiones, decida sobre su futuro inmediato”.
Esta semana, Petro recortó su visita a EE. UU., solo con el objetivo de reunirse con la oposición venezolana en los próximos días y concretar detalles sobre la cumbre que tendrá lugar el próximo 25 de abril. A ese encuentro asistirán varios países invitados; se ha confirmado la asistencia de delegaciones como las de Estados Unidos, Reino Unido, España, Noruega, Canadá, Chile, Argentina, Brasil, Bolivia, México, entre otros. El objetivo es desatascar las negociaciones entre el oficialismo y la oposición a Maduro; claro, con el interés de que lo más pronto posible haya un régimen funcional.
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¿Líder regional?
Aunque para Borda, los intereses de Petro van más allá de la consolidación de un liderazgo regional: “Ayudar a desatascar los diálogos, le serviría también para posicionarse”. En ese mismo sentido, el profesor de la Universidad del Rosario, experto en estudios internacionales y geopolítica, Mauricio Jaramillo, considera que el posicionamiento regional y los intereses de Colombia son “codependientes (...) En la medida en que Venezuela se recupere económicamente, habrá más comercio, estabilidad y seguridad en la frontera”.
Así las cosas, la mediación en Venezuela puede concluir en un liderazgo regional de Petro, especialmente si logra “servir de interlocutor con EE.UU. Casi que ningún presidente colombiano ha logrado algo así, ni siquiera Juan Manuel Santos”, dice Jaramillo.
Petro visita EE. UU. y se reunirá el próximo jueves, 20 de abril, con el presidente Joe Biden. “Vamos a dialogar de temas mundiales (...) tiene que ver con que América no sea un espacio de sanciones económicas, ni de violencia”, dijo el mandatario, quien confirmó que uno de los temas a tratar con Biden será la situación venezolana.
Para Jaramillo, las sanciones no han servido para presionar al régimen venezolano y restaurar la democracia, por eso, en el contexto actual, Petro podría resolver el problema. “EE. UU. puede hacer una concesión, siempre y cuando haya un gesto de apertura de Maduro: ojalá que hayan elecciones generales con garantías para la oposición”.
Las dificultades en la intermediación
“Sea vocero de los Derechos Humanos (DD.HH.), no de quien persigue y encarcela a la oposición, que censuró a la prensa libre y usa fondos robados para difundir más mentiras ahora con programa de televisión”, expresó el opositor Juan Guaidó, quien ve con desconfianza la mediación de Petro. Así pues, el progresismo y discurso de Petro podría costarle en ese diálogo con la oposición venezolana. Sin embargo, para el experto en estudios internacionales, no tienen muchas opciones: “no es que respeten a Petro, pero con él, mal que bien para ellos, tienen un chance con ciertas garantías”.
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