Las resistencias de las mujeres en la guerra
Organizándose, exiliándose, guardando el silencio, perdonando, entregándose a Dios o haciendo ritos las víctimas del conflicto armado en Colombia buscaron la forma para aferrarse a la vida después del dolor sufrido.
El dolor, la tristeza, la rabia, la vergüenza, la indignación sentidas por las mujeres víctimas del conflicto armado en Colombia, a manos de las guerrillas, paramilitares y actores estatales, fueron transformadas por resistencia, por fuerza, por apego a la vida y a la misma familia. Ese don increíble de las mujeres de preservar y cuidar se vio reflejado en cómo lograron mantenerse firmes, a pesar de la ignominia. Esos testimonios de entereza humana se leen en el capítulo de género del informe final de la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad.
Lea: La guerra contra las mujeres les tocó la puerta en las ciudades.
En el documento no solo se resaltan ejemplos de superación, sino que se abrazan a aquellas mujeres que también como vieron única salida para superar el dolor la muerte, el aislamiento, el silencio. La Comisión reconoce todas esas formas de resistencia y las exalta con las voces de las víctimas que hoy siguen reclamando por la verdad.
“Que las mujeres hayan mostrado una enorme capacidad de resistencia y de rehacerse no significa que los impactos vividos no se prolonguen en el tiempo. No hay aquí respuestas buenas o malas. A veces el silencio ayuda a enfrentar lo vivido y a tomar distancia del dolor, pero con el tiempo ese silencio se vuelve una forma de represión emocional que no ayuda a la recuperación. Los contextos de violencia inducen a la población en general a conductas de autoprotección, como la evitación o la distancia. En este sentido, muchas de las maneras que se recogen a continuación y que han sido expresadas por las mujeres trascienden la lógica moralista, responden a momentos subjetivos y particulares, en otros casos a formas de respuestas colectivas en las que estas categorías binarias de ‘bueno’ o ‘malo’ no tienen cabida”, se lee en el apartado del capítulo Articular la vida: roles de las mujeres y reconstrucción del tejido social.
Más: Tras firmado el Acuerdo, la guerra sigue siendo una constante contra las mujeres.
Más que explicar esas formas de resistencia y retratarlas, El Espectador quiere replicar a través de sus testimonios cuáles fueron las formas que cada una de ellas encontró desde sus posibilidades, desde su energía vital, desde su humanidad.
Perdón:
Silencio:
Dios, la espiritualidad y los ritos:
Desafiar y señalar a los culpables:
La maternidad y la familia:
La juntanza y la organización colectiva:
El acompañar:
Quedarse en los territorios:
Recuperación de saberes:
Retorno a los territorios:
La música:
Las ollas:
El dolor, la tristeza, la rabia, la vergüenza, la indignación sentidas por las mujeres víctimas del conflicto armado en Colombia, a manos de las guerrillas, paramilitares y actores estatales, fueron transformadas por resistencia, por fuerza, por apego a la vida y a la misma familia. Ese don increíble de las mujeres de preservar y cuidar se vio reflejado en cómo lograron mantenerse firmes, a pesar de la ignominia. Esos testimonios de entereza humana se leen en el capítulo de género del informe final de la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad.
Lea: La guerra contra las mujeres les tocó la puerta en las ciudades.
En el documento no solo se resaltan ejemplos de superación, sino que se abrazan a aquellas mujeres que también como vieron única salida para superar el dolor la muerte, el aislamiento, el silencio. La Comisión reconoce todas esas formas de resistencia y las exalta con las voces de las víctimas que hoy siguen reclamando por la verdad.
“Que las mujeres hayan mostrado una enorme capacidad de resistencia y de rehacerse no significa que los impactos vividos no se prolonguen en el tiempo. No hay aquí respuestas buenas o malas. A veces el silencio ayuda a enfrentar lo vivido y a tomar distancia del dolor, pero con el tiempo ese silencio se vuelve una forma de represión emocional que no ayuda a la recuperación. Los contextos de violencia inducen a la población en general a conductas de autoprotección, como la evitación o la distancia. En este sentido, muchas de las maneras que se recogen a continuación y que han sido expresadas por las mujeres trascienden la lógica moralista, responden a momentos subjetivos y particulares, en otros casos a formas de respuestas colectivas en las que estas categorías binarias de ‘bueno’ o ‘malo’ no tienen cabida”, se lee en el apartado del capítulo Articular la vida: roles de las mujeres y reconstrucción del tejido social.
Más: Tras firmado el Acuerdo, la guerra sigue siendo una constante contra las mujeres.
Más que explicar esas formas de resistencia y retratarlas, El Espectador quiere replicar a través de sus testimonios cuáles fueron las formas que cada una de ellas encontró desde sus posibilidades, desde su energía vital, desde su humanidad.