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La alegría, por supuesto, duró el tiempo que "Jesús Santrich" estuvo en libertad. Como quien dice, del cielo al infierno en dos minutos. “Lo recapturaron”, gritó un hombre que salía de una de las oficinas de la sede de la ahora llamada Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común, el partido surgido tras la desmovilización de las Farc, ubicada en el barrio La Soledad, de Bogotá.
Estábamos en el lugar, por si es necesaria la aclaración, porque el jefe del partido de la exguerrilla, Rodrigo Londoño, "Timochenko", había aceptado una entrevista con El Espectador a las 2:00 de la tarde de este viernes, luego de posponerla unas cinco horas por un “asunto urgente”, pues estaba programada inicialmente para las 9:00 de la mañana.
Después del mediodía, lo único que se sabía era que "Santrich" estaría fuera de la cárcel La Picota “en cualquier momento”. Sin embargo, instantes previos a la entrevista, esperando a "Timochenko" en una sala de reuniones, se confirmó que lo primero que haría "Santrich", luego de que quedara en libertad, sería dirigirse a la sede de la FARC.
“Colegas, buen día, "Santrich" está a punto de salir de La Picota. Salimos de aquí para el partido”, avisaron los voceros de prensa del exjefe guerrillero a través de Whatsapp. Sin embargo, a pocos minutos de terminada la entrevista con Londoño, ocurrió lo que muy pocos en el país en esperaban, pero lo que algún sector, con seguridad, sabía: la recaptura.
Contexto: Preguntas, y algunas respuestas, que deja la recaptura de “Jesús Santrich”
Las caras de quienes estaban en la casa eran de incredulidad. Al mismo tiempo, se incrementaba el volumen de varias radios sintonizadas en diferentes estaciones para escuchar a los reporteros informar desde La Picota, sin saber a ciencia cierta qué estaba pasando. En una oficina se reunió un grupo a seguir una transmisión desde YouTube. Por otros lados de la oficina, algunas mujeres buscaban papel periódico y marcadores para hacer unas pancartas que luego instalaron en las ventanas del lugar, a la vista de los transeúntes y los periodistas, que habían instalado sus cámaras en la terraza: “Libertad para "Jesús Santrich"”, decían.
Y fueron llegando, poco a poco, las cabezas políticas más visibles de la exguerrilla: primero subió la senadora Sandra Ramírez, quien fue la compañera de vida de Manuel Marulanda Vélez, "Tirofijo". También llegó Rodrigo Granda. Después llegaron Pastor Alape, Victoria Sandino y Carlos Antonio Lozada. Todos sortearon al grupo de periodistas que se había aglomerado en la puerta de la sede del partido. Ninguno decía nada porque, la verdad, nadie sabía qué estaba pasando.
Uno a uno subieron al tercer piso de la casa, donde está la oficina de "Timochenko". Ahí se concentraron durante varias horas, dos o tres, seguramente siguiendo por los medios de comunicación lo que estaba pasando en La Picota. "Santrich" en silla de ruedas, agentes del Inpec rodeándolo, un helicóptero de la Policía, un traslado al búnker de la Fiscalía. Por un momento bajó Lozada, pero se negó a decir palabra alguna, porque, explicó, no conocía en lo mínimo los pormenores ni los argumentos jurídicos que llevaron la Fiscalía a ordenar la recaptura de Santrich.
Sobre las 6:20 de la tarde, todos salieron de la oficina del líder del partido y se reunieron en una sala contigua. “Aquí querían humillar a "Santrich", a un hombre invidente; eso raya en una mente muy pérfida”, le dijo "Timochenko" a El Espectador, que respondió un par de preguntas ante el nuevo suceso. “"Santrich" nunca estuvo libre, se le violaron todos sus derechos. Se montó espectáculo para humillarlo y golpear el proceso de paz”, escribía después en su cuenta de Twitter.
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La noche en la sede de la FARC terminaba con la convocatoria a una reunión de emergencia de los excomandantes de la guerrilla para la tarde del sábado. Sin embargo, ya con la presencia del exministro Álvaro Leyva y el senador Iván Cepeda, del Polo Democrático, el encuentro se mantenía en la noche para analizar la información disponible hasta el momento y fijar una posición como organización.
A "Santrich", la Fiscalía lo volvió a capturar porque, dice el ente investigador, se incorporaron en las últimas horas nuevos elementos y evidencias que darían claridad sobre las circunstancias de tiempo, modo y lugar en las que se habrían cometido los presuntos delitos de concierto para delinquir con fines de narcotráfico, y se podría probar que el exjefe guerrillero estuvo realizando actividades ilícitas luego del 1° de diciembre de 2016, fecha de referencia que quedó fijada para determinar quiénes, a pesar de haber firmado el Acuerdo de Paz, podían quedar en mano de la justicia ordinaria por continuar cometiendo crímenes.
No obstante, aunque no se conocen las nuevas evidencias que ha anunciado la Fiscalía, tendrían relación con declaraciones entregadas por Marlon Marín, sobrino de "Iván Márquez", que es uno de los testigos protegidos por la DEA, en Estados Unidos. El dilema alrededor de "Santrich", antes de entrar a la calma, sufrió un sacudón que lo tendrá en la agenda mediática y política, por lo menos, durante la próxima semana, abriendo varios interrogantes al respecto, pero, sobre todo, uno que a juicio de los líderes de la FARC es muy preocupante: ¿Cómo recibirá la base exguerrillera la compleja situación actual de uno de sus líderes?
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