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En medio de la ya turbia situación política del país, el senador Roy Barreras agitó aún más las aguas al anunciar su renuncia al Partido de la U. Diferencias irreconciliables serían el motivo de la salida de Barreras del partido que llegó a presidir y en el que estuvo por 12 años, tras su marcha de Cambio Radical. La determinación abrió un debate jurídico sobre el futuro de su curul. Mientras que este asegura que no hay mayores consecuencias, desde adentro del partido se habló de sanciones que pondrían en peligro el escaño que ocupa el senador y que figura bajo la tutela de la U.
El senador habló con El Espectador sobre las razones de la inesperada determinación y sobre el eventual peligro que corre su permanencia en el Senado. También hubo espacio para hablar de los rumores sobre una salida tras el supuesto pedido del Gobierno de que la exgobernadora Dilian Francisca Toro fuera la nueva directora de la U y de sus aspiraciones presidenciales para 2022. Roy Barreras confirmó que este sería su último periodo como senador, pues en las próximas elecciones no tiene intenciones de volver al Congreso.
¿No hay paso atrás con esta renuncia? ¿No es una estrategia?
Mi ruptura con el partido es oficial e irrevocable.
¿Por qué tomar esta decisión en este momento, cuando incluso en los próximos días viene la moción de censura contra el ministro de Defensa y la convención nacional de la U?
Son muchas razones. La primera es que desde el 5 de septiembre de 2018 expresé mi rechazo a la decisión insólita e incoherente de la U de convertirse en partido de gobierno de la mano del Centro Democrático, que había propuesto hacer trizas la paz. Durante este tiempo intenté que se rectificara esa posición y nos fuéramos a la independencia, pero al contrario. Cada vez se derechizó más. Mi última propuesta fue que se protocolizara la escisión, pero tampoco hubo respuesta.
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¿Qué está pasando en la U en la actualidad?
Hemos sabido que el Gobierno tiene el control absoluto de ese partido, que se ha distanciado de los ciudadanos y no responde para nada a las inquietudes ciudadanas. La U hoy solo significa administración clientelar que no responde a nadie. Es hora que esas fracturas irreparables se hagan notorias y haya una separación de caminos. Los divorcios no son agradables pero a veces son inevitables. Después de 12 años de un partido que presidí salgo a construir una fuerza colectiva para recuperar los caminos de la construcción de la paz. También para recuperar la defensa de un legado liberal, social y demócrata del gobierno de Juan Manuel Santos, lo digo sin timidez.
Algunos hablan de que usted presentó renuncia ante la posibilidad de que Dilian Francisca Toro fuera la nueva directora del partido por pedido del Gobierno...
No importa quién esté en frente, si este es un empleado del gobierno Duque. Cuando el Gobierno toma el control de un partido, no hay garantías para quienes criticamos ese Gobierno. Ese es el último episodio que hace inevitable la ruptura. Ya había ocurrido uno cuando el partido presionó la elección de la que fuera la ministra de Justicia como procuradora a pesar de mi rechazo a ese procedimiento en el que ni siquiera quisieron escuchar a los demás candidatos. Ese tipo de actuaciones autoritarias en respaldo a un gobierno sumamente autoritario no permiten que quienes creemos en la libertad, en las instituciones, en la JEP, en el acuerdo de paz, la generación de empleos y una sociedad más equitativa podamos seguir en ese viejo partido.
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¿Por qué no seguir el camino de la escisión con los otros que se han declarado independientes?
No fue posible. El Partido de la U no respondió a mi llamado a la escisión. Hoy no existe una reglamentación que permita garantizar el camino de la escisión. La reforma electoral lleva más de un mes discutiendo borradores y ni siquiera se ha propuesto para primer debate esos cambios. El gobierno Duque se reunió con los ponentes de los partidos gobiernistas de la Comisión Primera del Senado y les dio la orden de impedir la escisión porque no le gustan las voces independientes.
Desde su partido ya se está hablando de que está incumpliendo la ley de bancadas ¿No corre riesgo su curul?
No, por supuesto que no. Cuando uno renuncia, cuando uno se va, o lo expulsan, en cualquiera de esas tres circunstancias la curul se sostiene, como lo ha dicho la jurisprudencia del Consejo de Estado. Las leyes de bancadas permiten que los partidos sancionen a sus miembros y la máxima sanción es la expulsión. Aún con la expulsión, la curul permanece en el Congresistas, que queda actuando en libertad.
¿No se está aprovechando de los votos del partido?
Quiero recordar que en Colombia hay lista abierta, con voto preferente. Eso quiere decir que, aunque el modelo a mí no me gusta -he intentado que la lista sea cerrada-, cada senador se elige a sí mismo. Los ciudadanos votan directamente por la persona, no hay votos del partido. Menos en mi caso que fui la votación más alta de mi partido. Tengo un compromiso irrenunciable con mis electores que me protege la curul.
Con su salida y la eventual salida de otros grandes electores, ¿es el fin del Partido de la U?
No creo que sea el fin. Me temo es que están condenados al mismo destino del gobierno Duque que va de mal en peor. Eso es lamentable para un partido que abandonó las banderas de la paz y el legado de Juan Manuel Santos para volverse un apéndice del Centro Democrático.
Algunos de su partido hablaron de la ruptura por intereses presidenciales...
Salgo a construir con otras fuerzas una fuerza colectiva que garantice la derrota de este régimen autoritario en 2022. Ojalá podamos construir en un propósito de unidades y obligación democrática todas las fuerzas alternativas e independientes para garantizar el relevo en el poder.
Hay otro senadores que han presentado choques con sus partidos por ser cercanos a la paz, ¿se está abriendo el camino para un nuevo movimiento?
Hoy ya tenemos una bancada, lo que se conoce como un caucus, que es la bancada Liberal Demócrata. Nosotros defendemos las ideas liberales, el respeto a la propiedad privada, el estímulo a la empresa privada, que es el motor de la economía, pero defendemos una sociedad justa, equitativa, donde haya oportunidades para todos. Ese es el liberalismo socialdemócrata en el que confluimos 11 senadores que sumamos más de un millón de votos.
¿Pero, de ahí saldría un nuevo movimiento o partido?
Depende de la decisión de mis compañeros, si ellos toman la determinación de renunciar de sus partidos. Entonces tendrán la libertad que yo tengo para construir una alternativa con miras a 2022.
¿Esto quiere decir que para 2022 no estará aspirando al Congreso?
Yo no volveré al Senado en 2022, pero puede que los compañeros quieran hacerlo en un nuevo partido o movimiento político.