Los mensajes y expectativas del gabinete de Petro
El equipo ministerial del nuevo gobierno combina experiencia, academia, activismo y cuotas de los partidos que integran el acuerdo nacional. ¿Qué esperar de este gabinete?
La conformación del gabinete es una de las claves para conocer el talante y la proyección de un gobierno. Y el fin de semana que pasó, con la designación de Arturo Luna como ministro de Ciencias, el presidente Gustavo Petro terminó de conformar un equipo ministerial que se destaca por su pluralismo, experiencia y la presencia de figuras cercanas tanto a los movimientos que conformaron originalmente el Pacto Histórico, como a los partidos tradicionales que aceptaron el llamado al acuerdo nacional que propuso la coalición de gobierno. Así las cosas, ayer se realizó el primer consejo de ministros con el gabinete completo. Uno bastante heterogéneo, que se anunció a cuentagotas y que tiene el enorme reto de sacar adelante las reformas estructurales que prometió Petro en su campaña presidencial.
El de Ciencias fue el gran novelón de este proceso. Su nombramiento se hizo casi una semana después de los demás, todo porque, según algunos involucrados en la selección, el tema “se convirtió en una puja política” entre algunos partidos como el Liberal y Alianza Verde, entre otros. Al final, Petro se decidió por una persona de la academia. Ese era el último “cupo” que había para los partidos políticos, y de hecho los recientes nombramientos se puede decir que respondieron a esa distribución de cargos entre partidos y movimientos, contrario a las primeras designaciones que fueron más para tranquilizar e incluso generar confianza del nuevo gobierno.
“Los últimos nombramientos, los más complejos, fueron las cuotas de los partidos”, dice Yann Basset, del Grupo de Estudios Políticos de la Universidad del Rosario, quien explica la importancia de tener personas de diferentes orígenes, sobre todo los que no son de izquierda, para la consolidación del acuerdo nacional. “Ahora tienen que acomodarse a un gobierno con grandes ambiciones reformistas”, añade.
En el equipo de ministros hay algunos nombres propios del Pacto Histórico, bien sea por su activismo o por su pasado político. Susana Muhamad (Ambiente), Irene Vélez (Minas), Gloria Inés Ramírez (Trabajo), Carolina Corcho (Salud) y Patricia Ariza (Cultura), son algunas. También hay algunos ligados a los partidos Liberal (José Antonio Ocampo, de Hacienda; Néstor Osuna, de Justicia, y Cecilia López, de Agricultura) y Conservador (Álvaro Leyva, canciller, y Guillermo Reyes, de Transporte), e incluso a los que desde la oposición califican como “santistas” por la participación o cercanía con la administración de Juan Manuel Santos (Alejandro Gaviria, de Educación; Alfonso Prada, del Interior, y Mauricio Lizcano, director del Dapre). A pesar de eso, los partidos tradicionales se han mostrado inconformes con la representación.
El nuevo gabinete de orígenes diversos también tiene espacio para académicos como Germán Umaña (Comercio) y Luna (Ciencias), pero no ha estado exento de controversias. Por ejemplo, el nombramiento del propio Luna recibió críticas porque fue demandado por el mismo Minciencias ante el Consejo de Estado, mientras que el nombramiento de Mery Janeth Gutiérrez como ministra de las TIC, y a quienes algunos consideran cuota del Partido de la U, está en veremos porque habría tenido vínculos con el Mintic y porque demandó al Estado en 2014. También hay otros escándalos como posibles casos de plagio por parte del mintransporte, Guillermo Reyes.
En medio de todo, las expectativas sobre el gabinete son altas. La experiencia de los titulares en carteras claves como Hacienda, Agricultura, Relaciones Exteriores, Justicia, Comercio o Ambiente, además de la paridad, son algunos temas que dan altas perspectivas al nuevo equipo. Sobre este aspecto, Juliana Hernández, directora de Artemisas y coordinadora de la campaña “Paridad ¡Ya!”, celebra que se pueda contar con una perspectiva feminista no solo desde los ministerios que diseñarán las políticas públicas para las mujeres, sino en temas trascendentales del gobierno, como la implementación del Acuerdo de Paz.
Hay cierto debate sobre el papel de las mujeres en el gabinete, teniendo en cuenta otras voces como las de la politóloga y consultora Viviana Arias, quien considera que a pesar de que todos los ministerios son importantes, “hay cargos que generan más ruido y más proyección política”. Para Arias, en estos cargos “tienen más participación los hombres”. Incluso, dice, es necesario revisar el equipo diplomático cuando se termine de consolidar, pues en las embajadas sí puede haber mucha desigualdad.
Pero desde Artemisas manifiestan que, a diferencia de otros gabinetes donde había ministerios de primer, segundo y hasta tercer nivel, “en este gabinete se ve que hay muchos ministerios que tendrán un nuevo rol, de un país que tiene que adaptarse y articularse entre sí”. Para Hernández, es además histórico el hecho de contar con varias mujeres en la bancada oficialista del Congreso. “Ya se han radicado varios proyectos de ley con temas de violencia, política y paridad, protección a las maternidades, entre otros. Hay un legislativo que se va a articular muy bien con el ejecutivo”, señala. Como única crítica, desde la organización mencionan que el gabinete no tiene jóvenes, en representación de quienes salieron a la calles durante el paro nacional.
La única certeza es que el nuevo gabinete tiene un sello distintivo respecto a otros equipos de ministros. Para Angélica Bernal, experta en políticas públicas de igualdad y docente de la ESAP, es notable el pluralismo. “Las expectativas son altas y en particular desde el movimiento de mujeres que desde el principio estuvo muy comprometido con Francia Márquez hay expectativas altas sobre su ministerio de Igualdad”, concluye Bernal sobre un gabinete en el que, para el docente Basset, serán también esenciales los liderazgos y el margen de independencia de los ministros, pues no se puede perder de vista que el gran objetivo es lograr las reformas prometidas.
La conformación del gabinete es una de las claves para conocer el talante y la proyección de un gobierno. Y el fin de semana que pasó, con la designación de Arturo Luna como ministro de Ciencias, el presidente Gustavo Petro terminó de conformar un equipo ministerial que se destaca por su pluralismo, experiencia y la presencia de figuras cercanas tanto a los movimientos que conformaron originalmente el Pacto Histórico, como a los partidos tradicionales que aceptaron el llamado al acuerdo nacional que propuso la coalición de gobierno. Así las cosas, ayer se realizó el primer consejo de ministros con el gabinete completo. Uno bastante heterogéneo, que se anunció a cuentagotas y que tiene el enorme reto de sacar adelante las reformas estructurales que prometió Petro en su campaña presidencial.
El de Ciencias fue el gran novelón de este proceso. Su nombramiento se hizo casi una semana después de los demás, todo porque, según algunos involucrados en la selección, el tema “se convirtió en una puja política” entre algunos partidos como el Liberal y Alianza Verde, entre otros. Al final, Petro se decidió por una persona de la academia. Ese era el último “cupo” que había para los partidos políticos, y de hecho los recientes nombramientos se puede decir que respondieron a esa distribución de cargos entre partidos y movimientos, contrario a las primeras designaciones que fueron más para tranquilizar e incluso generar confianza del nuevo gobierno.
“Los últimos nombramientos, los más complejos, fueron las cuotas de los partidos”, dice Yann Basset, del Grupo de Estudios Políticos de la Universidad del Rosario, quien explica la importancia de tener personas de diferentes orígenes, sobre todo los que no son de izquierda, para la consolidación del acuerdo nacional. “Ahora tienen que acomodarse a un gobierno con grandes ambiciones reformistas”, añade.
En el equipo de ministros hay algunos nombres propios del Pacto Histórico, bien sea por su activismo o por su pasado político. Susana Muhamad (Ambiente), Irene Vélez (Minas), Gloria Inés Ramírez (Trabajo), Carolina Corcho (Salud) y Patricia Ariza (Cultura), son algunas. También hay algunos ligados a los partidos Liberal (José Antonio Ocampo, de Hacienda; Néstor Osuna, de Justicia, y Cecilia López, de Agricultura) y Conservador (Álvaro Leyva, canciller, y Guillermo Reyes, de Transporte), e incluso a los que desde la oposición califican como “santistas” por la participación o cercanía con la administración de Juan Manuel Santos (Alejandro Gaviria, de Educación; Alfonso Prada, del Interior, y Mauricio Lizcano, director del Dapre). A pesar de eso, los partidos tradicionales se han mostrado inconformes con la representación.
El nuevo gabinete de orígenes diversos también tiene espacio para académicos como Germán Umaña (Comercio) y Luna (Ciencias), pero no ha estado exento de controversias. Por ejemplo, el nombramiento del propio Luna recibió críticas porque fue demandado por el mismo Minciencias ante el Consejo de Estado, mientras que el nombramiento de Mery Janeth Gutiérrez como ministra de las TIC, y a quienes algunos consideran cuota del Partido de la U, está en veremos porque habría tenido vínculos con el Mintic y porque demandó al Estado en 2014. También hay otros escándalos como posibles casos de plagio por parte del mintransporte, Guillermo Reyes.
En medio de todo, las expectativas sobre el gabinete son altas. La experiencia de los titulares en carteras claves como Hacienda, Agricultura, Relaciones Exteriores, Justicia, Comercio o Ambiente, además de la paridad, son algunos temas que dan altas perspectivas al nuevo equipo. Sobre este aspecto, Juliana Hernández, directora de Artemisas y coordinadora de la campaña “Paridad ¡Ya!”, celebra que se pueda contar con una perspectiva feminista no solo desde los ministerios que diseñarán las políticas públicas para las mujeres, sino en temas trascendentales del gobierno, como la implementación del Acuerdo de Paz.
Hay cierto debate sobre el papel de las mujeres en el gabinete, teniendo en cuenta otras voces como las de la politóloga y consultora Viviana Arias, quien considera que a pesar de que todos los ministerios son importantes, “hay cargos que generan más ruido y más proyección política”. Para Arias, en estos cargos “tienen más participación los hombres”. Incluso, dice, es necesario revisar el equipo diplomático cuando se termine de consolidar, pues en las embajadas sí puede haber mucha desigualdad.
Pero desde Artemisas manifiestan que, a diferencia de otros gabinetes donde había ministerios de primer, segundo y hasta tercer nivel, “en este gabinete se ve que hay muchos ministerios que tendrán un nuevo rol, de un país que tiene que adaptarse y articularse entre sí”. Para Hernández, es además histórico el hecho de contar con varias mujeres en la bancada oficialista del Congreso. “Ya se han radicado varios proyectos de ley con temas de violencia, política y paridad, protección a las maternidades, entre otros. Hay un legislativo que se va a articular muy bien con el ejecutivo”, señala. Como única crítica, desde la organización mencionan que el gabinete no tiene jóvenes, en representación de quienes salieron a la calles durante el paro nacional.
La única certeza es que el nuevo gabinete tiene un sello distintivo respecto a otros equipos de ministros. Para Angélica Bernal, experta en políticas públicas de igualdad y docente de la ESAP, es notable el pluralismo. “Las expectativas son altas y en particular desde el movimiento de mujeres que desde el principio estuvo muy comprometido con Francia Márquez hay expectativas altas sobre su ministerio de Igualdad”, concluye Bernal sobre un gabinete en el que, para el docente Basset, serán también esenciales los liderazgos y el margen de independencia de los ministros, pues no se puede perder de vista que el gran objetivo es lograr las reformas prometidas.