Ministros del Gobierno Petro podrían sacarle réditos políticos al éxito de la COP16

El Gobierno de Gustavo Petro enarboló la bandera de la COP16 en todos sus ministerios y busca establecerla como legado en medio de un agitado panorama político que incluye denuncias de un presunto “golpe de Estado” por parte del mandatario y una agenda legislativa que tiene varios pendientes en iniciativas del Gobierno. El evento puso de acuerdo a todo el país en la importancia de la biodiversidad y, en el detrás de escenas, algunos integrantes del gabinete han logrado enfocar en sí mismos el protagonismo surgido de la conferencia y posicionarse como líderes del progresismo.

El Gobierno de Gustavo Petro enarboló la bandera de la COP16 en todos sus ministerios y busca establecerla como legado en medio de un agitado panorama político que incluye denuncias de un presunto “golpe de Estado” por parte del mandatario y una agenda legislativa que tiene varios pendientes en iniciativas del Gobierno. El evento puso de acuerdo a todo el país en la importancia de la biodiversidad y, en el detrás de escenas, algunos integrantes del gabinete han logrado enfocar en sí mismos el protagonismo surgido de la conferencia y posicionarse como líderes del progresismo.

La jefa de la cartera de Ambiente, Susana Muhamad, asumió un puesto central en este cargo, y ya es reconocida por varios integrantes del oficialismo como un liderazgo clave de la izquierda, así como una de las posibles aspirantes a una candidatura presidencial desde el progresismo del presidente Petro. No es para menos, pues ya tiene un amplio recorrido con el mandatario, fue su secretaria de Ambiente en la Alcaldía de Bogotá, y es una de las pocas ministras que ha mantenido su puesto en medio de revolcones de gabinete.

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“Yo estoy tratando de terminar este Gobierno, y ojalá dejar un proceso ambiental significativo, en un país tan diverso. Esa es mi prioridad en este momento; yo no estoy pensando en otra cosa, por ahora”, dijo una reciente entrevista con El Espectador cuando se le preguntó sobre su candidatura.

Con su llegada a la presidencia de la COP, estará en contacto constante con Estados, instituciones, empresas y actores interesados en el tema medioambiental. Esto podría terminar de cimentarla como una “embajadora” de la lucha contra el cambio climático— como ha salido en titulares de prensa internacional, como en la edición dominical de Le Monde—y mantener una imagen inamovible en un Gobierno que no ha dudado en sacar a cercanos del presidente por falta de resultados en sus carteras.

Otro nombre relevante que esperaría sentar agenda en el evento es la misma vicepresidenta y ministra de Igualdad, Francia Márquez, quien este año ha buscado un lugar en la mesa para que su gestión sea reconocida. Su cartera ha sido objeto de críticas por la baja ejecución presupuestal, que ella ha justificado con la reciente creación de su ministerio, y le han achacado una gestión que deja mucho que desear para incidir en la desigualdad.

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Pero ahora, con el evento, Márquez ha vuelto a sus raíces y enarbola una bandera que la conecta con el origen de su liderazgo político y su región. Su objetivo, de forma concreta, es “la inclusión y el reconocimiento de los Pueblos Afrodescendientes dentro de la Convención de Diversidad Biológica (CDB)”, con foros internacionales agendados todas las semanas en los que espera tener un papel protagónico. Y es allí donde la vicepresidenta ha encontrado los espacios en los que mejor se mueve y mantiene su fuerza, pero desde donde también le han cuestionado la falta de acciones directas sobre el territorio.

La posibilidad de una candidatura presidencial tampoco está tan definida para la vicepresidenta, quien ha perdido el protagonismo que tuvo en la campaña Petro y en el primer año de Gobierno, pero cuenta con Soy Porque Somos, su propia agrupación. De puertas para afuera, Márquez niega tener un interés electoral, y también queda la duda de si podrá seguir convocando la masa que la llevó a superar a políticos con una larga trayectoria, como Sergio Fajardo, en las votaciones para definir un candidato en la izquierda.

El canciller Luis Gilberto Murillo, quien se ha erigido como una de las caras en el tarjetón electoral para las elecciones de 2026, o al menos, entre los precandidatos, también ha sido a nivel internacional la cara de la COP16. Además, ha sacado pecho por los cerca de 14.000 delegados que aterrizaron en Cali para participar en el evento y la participación de jefes de Estado que, de acuerdo con él, no se reportaba en versiones anteriores.

Y es que, entre los escándalos por la expedición de los pasaportes y la situación con Venezuela, para muchos, Murillo ha salido bien librado, y señalan que su carácter le ha permitido al Gobierno esquivar una que otra cuestión diplomática. Con partido político propio que todavía no ha decidido si se unirá a la agrupación que forme el Pacto Histórico con miras al 2026, no ha hecho explícita su candidatura, pero se puede entrever la vía libre con la que cuenta para lograrlo.

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El Congreso, por su lado, tampoco deja atrás los réditos que podrá sacar del evento. Con un foro interparlamentario que atenderán los presidentes de las dos corporaciones legislativas, Efraín Cepeda (Partido Conservador) por el Senado y Jaime Raúl Salamanca (Alianza Verde) por la Cámara, el Legislativo se va a desplazar a la capital vallecaucana para sesionar desde allá. Aprovecharán para sacar pecho por la actividad de corte ambientalista que han adelantado en estos dos años, que incluyen una sesión “ambientalista y animalista” este lunes en la cámara baja.

En el marco de ese evento, no pasa de agache que senadoras como María José Pizarro (Pacto Histórico) y Paloma Valencia (Centro Democrático) sean panelistas en temas de biodiversidad y busquen mayor protagonismo en cada uno de sus movimientos. Aunque hay que aclarar que Pizarro no ha confirmado ni negado su aspiración, pero ya inició una gira nacional.

El gabinete define sus apuestas detrás del telón para poder reemplazar al mandatario en la Casa de Nariño. Funcionarios como Alexander López, director del Departamento Nacional de Planeación, también miden fuerzas para poder sacar un puesto entre los adeptos del presidente. Pero mientras eso ocurre, la mirada internacional está puesta en Colombia para un evento que, en definitiva, espera dejar al país bien parado en temas de biodiversidad.

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