Los planes para el resurgir del centro
Quienes hicieron parte de la Centro Esperanza esperan no repetir los errores que los llevaron al descalabro en las elecciones de 2022. Desde ya plantean sus estrategias basadas en las coaliciones y mostrarse como una tercera opción.
El centro político fue uno de los grandes perdedores en las elecciones de 2022. Su apuesta de una coalición que se consolidara como una tercera opción entre el petrismo y el uribismo le salió mal y, a pesar de que tenía nombres fuertes como Juan Manuel Galán, Sergio Fajardo, Jorge Enrique Robledo, Carlos Amaya y Alejandro Gaviria, sufrió un doble descalabro al obtener menos de 2,2 millones de votos en las consultas presidenciales (solo Gustavo Petro sacó 4,4 millones de votos, por ejemplo), y luego en primera vuelta, cuando Fajardo recibió apenas 888.585 apoyos y quedó en un cuarto lugar que dejó en el centro más dudas que certezas sobre su futuro.
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El centro político fue uno de los grandes perdedores en las elecciones de 2022. Su apuesta de una coalición que se consolidara como una tercera opción entre el petrismo y el uribismo le salió mal y, a pesar de que tenía nombres fuertes como Juan Manuel Galán, Sergio Fajardo, Jorge Enrique Robledo, Carlos Amaya y Alejandro Gaviria, sufrió un doble descalabro al obtener menos de 2,2 millones de votos en las consultas presidenciales (solo Gustavo Petro sacó 4,4 millones de votos, por ejemplo), y luego en primera vuelta, cuando Fajardo recibió apenas 888.585 apoyos y quedó en un cuarto lugar que dejó en el centro más dudas que certezas sobre su futuro.
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Por fortuna para quienes componen ese espectro político este año hay elecciones regionales. Una nueva oportunidad para poner en práctica los aprendizajes de esa caída que sufrieron y unas nuevas estrategias que les permitan hacerse con un buen número de alcaldías, gobernaciones y curules en concejos y asambleas, y así quedar mejor parados para la próxima cita carrera hacia la Casa de Nariño.
Los antiguos miembros de la Coalición Centro Esperanza ya dan los primeros pasos con miras a las elecciones. El que más ruido ha hecho es la unión entre Fajardo y Robledo que, como explica el exsenador del Polo “no es una alianza, sino convertir en un nuevo partido las fuerzas sumadas de dignidad y compromiso ciudadano”. De acuerdo con Robledo, la idea que tienen es consolidar esa nueva colectividad bajo la personería jurídica de Dignidad, partido que surgió tras la escisión del Polo, con un nuevo programa, estatutos, declaración política e incluso el nombre que está en estudio.
De Fajardo se especula que podría aspirar a la alcaldía de Medellín o la gobernación de Antioquia, cargos que ya ocupó, aunque el excandidato presidencial no quiso confirmar eso y dijo que mañana “debemos hacer un pronunciamiento” al respecto. Robledo sí ratificó que no será candidato a ningún cargo y que su tarea será “respaldar candidatos”. Lo claro es que el nuevo partido buscará ser “una fuerza nacional” o por lo menos tener presencia en al menos 20 departamentos.
La otra gran convicción que tienen es que, como en las pasadas elecciones, uno de los ejes de la campaña será presentarse al país “diciendo que no es con Uribe ni con Petro” el camino, según dice Robledo. No obstante, en esta ocasión, para el exsenador la diferencia radica en que “el cambio que propusieron no se ve y mucha gente entenderá que teníamos la razón, y aunque no tuvimos el respaldo deseado ahora la situación es distinta”.
La postura que tendría ese nuevo partido, tal como se declararon Dignidad y Compromiso Ciudadano, será de independencia. De acuerdo con Robledo, sus distancias “son muy grandes tanto con el gobierno Petro como con las fuerzas que dirige Uribe, por eso estamos buscando ser una tercera posición” que reivindica la senadora Berenice Bedoya, presidenta del partido ASI, que dio el aval a Fajardo para las presidenciales de 2022.
La principal apuesta de este partido será “apoyar a quienes se identifiquen con nuestra línea política de paz y apoyo a poblacionales vulnerables. Además, Bedoya explica que su principal apuesta es ir por la gobernación de Antioquia con León Mario Bedoya, exalcalde de Itagüí. “Es nuestro proyecto y pensamos que una tercería puede ser la opción.
Desde ASI también consideran que en el centro hay mucho por hacer, teniendo en cuenta que “la gente está cansada de tanta polarización”, pero la principal lección que esperan poner en práctica es a no anteponer los egos a las ideas. Y es que Bedoya plantea que en la Centro Esperanza “pudieron más los egos de los líderes y no fue la polarización del país la que dañó la coalición. La llegada de Ingrid Betancourt hizo mucho daño porque era un proyecto muy bonito y Fajardo hubiera sido un excelente presidente, pero los egos dañaron ese proceso”.
En ese mea culpa, la presidenta de la ASI advierte que no se puede repetir la equivocación de que quienes hagan parte de un proyecto de centro “halen para su lado” y deja abierta la posibilidad de hacer acuerdos e ir en coalición con otros partidos, en especial los de grupos poblacionales como el Movimiento de Autoridades Indígenas de Colombia (AICO).
El mantra que manejan en el centro es que “tuvimos coincidencias y buscamos recuperarlas”, expresa el exsenador Robledo, y en esa conversación también está el Nuevo Liberalismo, en cabeza de Juan Manuel Galán, quien reconoce que “a nivel nacional tenemos una relación de cercanía y confianza con estas fuerzas” y que están dispuestos a “construir acuerdos para apoyar listas y candidatos que representen nuevos espacios”.
Por ahora, el Nuevo Liberalismo avanza en trazar las líneas rojas, “que los candidatos que reciban apoyos estén afines con el ideario y con quién no nos vamos a aliar”, sostiene Galán, mientras se diseñan las reglas de juego pata las cinco etapas que tendrá que afrontar las candidaturas que quieran recibir el aval del Nuevo Liberalismo. El partido realizará en marzo un congreso programático en Rionegro, Antioquia, donde quedará planteada su propuesta y plataforma programática. “No podemos quedarnos en la mecánica de entregar avales, hay que pensar ideas y propuestas que representen a la población”, añade quien fuera exsenador por el Partido Liberal.
Las tesis que manejarán tanto el nuevo partido de Robledo y Fajardo como las demás fuerzas del centro son muy similares a las que plantearon en la campaña de 2022. “Estamos construyendo un programa contra clientelismo, la politiquería y la corrupción”, estima Robledo sobre un partido que estará enfocado en asuntos de educación, empleo, producción industrial y partidario de lograr soluciones políticas a los conflictos armados. El Nuevo Liberalismo agrega otros como la seguridad, el cambio climático y el medio ambiente como los grandes temas de una propuesta que, esta vez, será más “emocional” y concentrada en el ciudadano, concluye Galán.