Los riesgos de la doble militancia para las curules del Pacto Histórico

César Pachón, senador del Pacto Histórico, fue suspendido por orden del Consejo de Estado. La autoridad judicial dejó en firme la decisión por doble militancia; es decir, pertenecer y apoyar a dos partidos o movimientos políticos al mismo tiempo.

César Pachón, senador del Pacto Histórico, fue suspendido por orden del Consejo de Estado. La autoridad judicial dejó en firme la decisión por doble militancia; es decir, pertenecer y apoyar a dos partidos o movimientos políticos al mismo tiempo.

El suspendido congresista es militante del Movimiento Alternativo Indígena y Social (MAIS), el cual hace parte del Pacto Histórico, que tenía como candidata presidencial a Arelis Uriana Henao. Sin embargo, antes de la consulta interna del Pacto Histórico, compuesto por siete movimientos políticos, Pachón, según el Consejo de Estado, no le brindó su apoyo a la candidata de esa colectividad, sino que se lo dio a Gustavo Petro, quien era entonces candidato de Colombia Humana.

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Lo dicho por el Consejo de Estado fue que, de acuerdo con la Ley 1475 de 2011, “las personas que se desempeñen en cargos de dirección, gobierno, administración o control dentro de los movimientos políticos no podrán apoyar candidatos distintos a los inscritos por el partido o movimiento político al cual se encuentren afiliados”. También, la norma señala que “los candidatos electos que fueren inscritos por un partido deberán pertenecer al que los inscribió mientras ostenten el cargo”.

Con el argumento del Consejo de Estado, la de Pachón no es la única curul del Pacto que se vería en problemas. El congresista Wilson Arias, del Polo Democrático, también tiene una demanda por supuesta doble militancia, ya que, al ser Francia Márquez la candidata de ese partido debió ser a ella a quien le diera su apoyo antes de la consulta del Pacto, pero también su lealtad fue para Gustavo Petro. También así hay otros casos que, aunque no han sido demandados, siguieron los mismos pasos por los que suspendieron a Pachón y tienen en vilo a Arias.

María José Pizarro, una de las negociadoras del Gobierno con el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y alfil de Gustavo Petro en el Congreso, está inscrita por el partido MAIS y, al igual que debió hacerlo el suspendido Pachón, en las presidenciales debió apoyar a Arelis Uriana Henao, pero también invitó a votar y mostró su apoyo desde primer momento por el hoy presidente. Caso que se repite con Daniel Racero, presidente de la Cámara de Representantes, que también hace parte del partido MAIS.

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Roy Barreras, presidente del Congreso y la persona que se ha encargado de mover la agenda legislativa de Petro en el Capitolio, tiene un recorrido similar que, de acuerdo con lo dicho por el Consejo de Estado, pudo haber incurrido en doble militancia. Para ser congresista, Barreras recibió el aval de Alianza Democrática Amplia (ADA), colectividad que también tenía su candidato a la Presidencia: el pastor cristiano Alfredo Saade, quien muy temprano mostró apoyo a Gustavo Petro, pero que no recibió el de Barreras por encima del que le dio al hoy presidente.

En noviembre del año pasado, cuando llegaron las demandas contra Pachón y Arias, la coalición Pacto Histórico sostuvo que estaban en una persecución política en la que les querían quitar las curules ganadas en las elecciones legislativas de 2022. En ese momento la preocupación fue en torno a que todos aquellos que hubiesen apoyado a Petro a la Presidencia antes de la primera vuelta y hubieran sido avalados por un partido distinto a la Unión Patriótica y la Colombia Humana, que dio el aval a Petro, podrían enfrentarse a un proceso por doble militancia, por no haber apoyado al candidato representante de su partido en las consultas de precandidatos.

Por ejemplo, Pizarro advirtió en ese entonces que “ya somos varios”. Según dijo, ella ya tiene “varias demandas en ese mismo sentido; es absurdo. Nos defenderemos, fortaleceremos y seguiremos construyendo nuestro proyecto político”. También Racero se pronunció en ese momento y dijo que “lo que no pudieron hacer por vía política, en las urnas, ahora lo pretenden hacer con argucias jurídicas. Nos quieren quitar la curul a la mayoría de los congresistas del Pacto Histórico dizque por ‘doble militancia’, cuando hicimos campaña dentro de una coalición”.

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Algo similar ocurrió en 2022 con el senador Humberto de la Calle. El Partido Verde Oxígeno, de Ingrid Betancourt, que le dio el aval para aspirar al Congreso, hacía parte de la Coalición Centro Esperanza, en la cual también estaban el Nuevo Liberalismo y la Alianza Social Independiente (ASI), entre otros. Cuando las cosas se pusieron tensas en la colectividad y Betancourt decidió abandonar la coalición, De la Calle le pidió frenar su candidatura a la Presidencia, pero no fue escuchado, razón por la cual, según las normas, debía apoyar a la entonces candidata, así tuviera diferencias con ella.

Aun así, después de la separación de Verde Oxígeno de la coalición, el excandidato presidencial Sergio Fajardo publicó un video en el que aparecía en compañía de De la Calle, quien a manera de protesta se cubrió la boca con cintas para protestar en contra de las amenazas de supuesta doble militancia. Betancourt en ese momento dijo que a pesar de eso no le iba a retirar el aval de su partido y que iba a “expedir una resolución dándoles libertad para escoger y votar por el candidato presidencial que les parezca”.

La doble militancia es un tema que incluso ha enfrentado a aliados políticos. En el Nuevo Liberalismo, el partido de la familia Galán, hubo una pelea con el exsenador Rodrigo Lara, a quien, por orden del Consejo Nacional Electoral (CNE), tuvieron que reconocer como miembro y además le impusieron al partido una multa de $16 millones por haberle pedido requisitos para la afiliación política no contemplados en los estatutos ni en lo decidido por la Corte Constitucional en el fallo que le devolvió la personería jurídica al movimiento (SU-257 del 5 de agosto de 2021). Sin embargo, el partido negó que esto fuera así y sostuvo que no lo habían recibido antes, porque cuando pidió su admisión era congresista por Cambio Radical, y lo que el Nuevo Liberalismo quería evitar era que incurriera en doble militancia.

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