Luis Almario: el hombre que se alió con ‘paras’ va a juicio por aliarse con FARC
Con tal de consolidar su poder político en el Caquetá, hizo pactos con el Bloque Central Bolívar de las AUC y los habría hecho con el Bloque Sur de las FARC . Estas fueron las alianzas del congresista que ahora será la primera persona en ir a juicio en la JEP.
Tal vez a pocos les caiga tan bien el adagio popular de “hacer pactos con Dios y con el diablo” como al excongresista Luis Fernando Almario. Con tal de consolidar su poder político en el Caquetá entre finales de los noventa y principios de los 2000, se habría valido tanto de la guerrilla de las FARC como de los paramilitares de las AUC; habría pasado de reunirse con comandantes guerrilleros como Fabián Ramírez, a sentarse con jefes paramilitares como Macaco. Los crímenes que cometió hace más de dos décadas lo persiguen hasta hoy y ahora acaba de convertirse en la primera persona en ir a juicio en la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP).
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Tal vez a pocos les caiga tan bien el adagio popular de “hacer pactos con Dios y con el diablo” como al excongresista Luis Fernando Almario. Con tal de consolidar su poder político en el Caquetá entre finales de los noventa y principios de los 2000, se habría valido tanto de la guerrilla de las FARC como de los paramilitares de las AUC; habría pasado de reunirse con comandantes guerrilleros como Fabián Ramírez, a sentarse con jefes paramilitares como Macaco. Los crímenes que cometió hace más de dos décadas lo persiguen hasta hoy y ahora acaba de convertirse en la primera persona en ir a juicio en la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP).
En contexto: Luis Fernando Almario irá a juicio en la JEP por 30 crímenes en alianza con Farc
El poder político de Almario en Caquetá comenzó a construirse en 1988, cuando fue elegido diputado de la Asamblea Departamental. Su paso a la política se dio luego de haber estado por varios años en empresas del sector energético. Empezó a expandir sus redes y en 1990 llegó al Senado como suplente del Movimiento Cívico Independiente. Cuatro años después, en 1994, llegó por primera vez a la Cámara de Representantes en nombre del Caquetá.
El 29 de diciembre del año 2000, el entonces presidente de la Comisión de Paz de la Cámara, Diego Turbay Cote, fue asesinado por hombres de las FARC junto a su madre, Inés Cote de Turbay, y cinco de sus escoltas. El hecho fue perpetrado en la vía que de Florencia conduce hacia Puerto Rico.
En una emisión de agosto de 2011, Noticias UNO publicó un video con dos testimonios de mandos de las FARC, Mauricio Gareca y Rubén Polanco, que sostenían que Almario había buscado a esa insurgencia para “sacar de la arena política” a la familia Turbay Corte, su principal contrincante político en el departamento. Según esas declaraciones, fue él quien le suministró a las FARC la información del traslado a Puerto Rico por parte de Diego Turbay Cote y su madre. En ese video también aseguran que ese atentado condujo a la derrota del turbayismo en Caquetá.
En las investigaciones en la justicia también ha salido a relucir que Almario habría instigado a las FARC a atentar contra la familia Turbay Cote con el argumento de que eran ellos quienes habían traído a los paramilitares a la región. La presunta cercana relación del excongresista con las FARC también la han referido otros desmovilizados de esa guerrilla, que han sostenido la existencia de reuniones con mandos insurgentes a las que el dirigente político asistía, como con Fabián Ramírez y Joaquín Gómez, del Bloque Sur.
Esas versiones también han sido confirmadas incluso por el excomisionado de Paz Víctor G. Ricardo, quien ha hablado de la cercanía del excongresista con el excomandante de las FARC Raúl Reyes y de la buena imagen que tenía la guerrilla sobre Almario.
Giovanni Álvarez Santoyo, el director de la Unidad de Investigación y Acusación (UIA) de la JEP, lo afirmó así este lunes al anunciar que llevará a juicio a Almario: “(Luis Fernando Almario) con exmiembros del Bloque Sur de las FARC desarrollaron un plan criminal que tenía como finalidad apoderarse del poder político del Caquetá. Ejecutaron una serie de conductas entre 1993 y 2002 que afectó a más de 30 personas del grupo político liberal turbayista”.
En febrero de 2008 fue capturado por primera vez por orden de la Corte Suprema de Justicia, pero recuperó su libertad en mayo de 2009, aunque las investigaciones siguieron.
Pero años después, en 2016, el excongresista terminó condenado por la Corte Suprema a 10 años de prisión y a una millonaria multa por sus vínculos con grupos paramilitares en el Caquetá. Según esa alta corte, Almario se alió con los ‘paras’ para beneficiarse política y electoralmente entre 2001 y 2006. En concreto, se le condenó por sus relaciones primero con el Bloque Caquetá, de las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá (ACCU), y luego con el frente Sur Andaquíes, del Bloque Central Bolívar.
Esos vínculos fueron señalados por varios exjefes paramilitares, entre ellos Carlos Fernando Mateus, conocido como Paquita, y José Germán Senna, conocido como Nico. Según esas versiones, Almario recibió el apoyo político, electoral y militar de los paramilitares. Esa alianza no solo fue para su elección al Congreso, sino también para las de sus fichas en alcaldías y en la gobernación, quienes entonces darían parte del presupuesto de esas entidades a la estructura paramilitar.
Según los testimonios de los exmiembros de los paras, Almario se habría reunido en varias ocasiones con Carlos Mario Jiménez, conocido como Macaco, el poderoso hombre del Bloque Central Bolívar.
El excongresista ha negado siempre sus relaciones tanto con las FARC como con los paramilitares. Para él, tanto unos como los otros mintieron para enterrar su carrera política. En una ocasión, sobre sus relaciones con ambos grupos ilegales, se defendió: “Es imposible que uno pueda estar en un partido de fútbol y jugar en ambos equipos”. La justicia determinará si él efectivamente lo logró.