Maduro decreta nuevo cierre de frontera

Un nuevo cierre fronterizo entre Paraguachón, La Guajira, y el estado de Zulia, que ahonda la crisis diplomática y humanitaria en el límite común entre Colombia y Venezuela, ordenó anoche el presidente Nicolás Maduro.

La decisión, poco conciliadora, es una respuesta a la advertencia de su homólogo Juan Manuel Santos, quien había condicionado que un encuentro con su par venezolano para solucionar el conflicto binacional se daría siempre y cuando “nunca más se vuelvan a violar los derechos de nuestros compatriotas”, como ha sucedido con las deportaciones de colombianos en la frontera.

Maduro señaló en una larga alocución que “el único que puede poner condiciones soy yo, porque somos los agredidos”. Y añadió: “Vamos a restituir las relaciones de diálogo. No me huya más”. Dijo estar dispuesto a que el encuentro se efectúe hoy mismo.

Además, decretó el estado de excepción en Mara, Guajira y Almirante Padilla. En las últimas horas, 3.000 uniformados de ese país se han movilizado para custodiar el paso fronterizo. Al cierre de esta edición, el Gobierno colombiano no se había pronunciado sobre esta suspensión del paso entre los dos países, que se suma a dos más decretadas el 19 y el 29 de agosto en el estado Táchira, con la excusa de combatir el paramilitarismo y la criminalidad.

En la antesala de la nueva ofensiva del presidente Maduro, el primer mandatario colombiano había abierto la puerta al diálogo al finalizar un Consejo de Ministros en el que se trató la crisis binacional, y tras el cual reiteró que “seguiremos usando la diplomacia y estaremos atentos a un diálogo bilateral, siempre que sea serio y constructivo y que implique una agenda bilateral para luchar contra el contrabando, contra el delito, y para mejorar las condiciones de vida de la población a lado y lado de la frontera”.

Santos también reveló que aceptó la oferta de buenos oficios del presidente del Uruguay, Tabaré Vázquez, para facilitar el diálogo entre Colombia y Venezuela e hizo un balance de la gestión de sus ministros en la frontera, sobre la cual señaló que 13.962 personas han retornado (de ellas hay 1.443 deportadas), y que no se han registrado deportaciones en los últimos días. Igualmente destacó la implementación de un corredor humanitario por el que se movilizaron más de 1.150 niños a sus establecimientos educativos

En el marco de las gestiones diplomáticas, la canciller colombiana, María Ángela Holguín, se reunió con el alto comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Zeid Ra’ad Al Hussein, y aseguró que mientras no haya garantías de que los deportados y personas que hayan huido de Venezuela pueden reunificar sus familias y recuperar sus enseres, no habrá diálogo.

Un nuevo cierre fronterizo entre Paraguachón, La Guajira, y el estado de Zulia, que ahonda la crisis diplomática y humanitaria en el límite común entre Colombia y Venezuela, ordenó anoche el presidente Nicolás Maduro.

La decisión, poco conciliadora, es una respuesta a la advertencia de su homólogo Juan Manuel Santos, quien había condicionado que un encuentro con su par venezolano para solucionar el conflicto binacional se daría siempre y cuando “nunca más se vuelvan a violar los derechos de nuestros compatriotas”, como ha sucedido con las deportaciones de colombianos en la frontera.

Maduro señaló en una larga alocución que “el único que puede poner condiciones soy yo, porque somos los agredidos”. Y añadió: “Vamos a restituir las relaciones de diálogo. No me huya más”. Dijo estar dispuesto a que el encuentro se efectúe hoy mismo.

Además, decretó el estado de excepción en Mara, Guajira y Almirante Padilla. En las últimas horas, 3.000 uniformados de ese país se han movilizado para custodiar el paso fronterizo. Al cierre de esta edición, el Gobierno colombiano no se había pronunciado sobre esta suspensión del paso entre los dos países, que se suma a dos más decretadas el 19 y el 29 de agosto en el estado Táchira, con la excusa de combatir el paramilitarismo y la criminalidad.

En la antesala de la nueva ofensiva del presidente Maduro, el primer mandatario colombiano había abierto la puerta al diálogo al finalizar un Consejo de Ministros en el que se trató la crisis binacional, y tras el cual reiteró que “seguiremos usando la diplomacia y estaremos atentos a un diálogo bilateral, siempre que sea serio y constructivo y que implique una agenda bilateral para luchar contra el contrabando, contra el delito, y para mejorar las condiciones de vida de la población a lado y lado de la frontera”.

Santos también reveló que aceptó la oferta de buenos oficios del presidente del Uruguay, Tabaré Vázquez, para facilitar el diálogo entre Colombia y Venezuela e hizo un balance de la gestión de sus ministros en la frontera, sobre la cual señaló que 13.962 personas han retornado (de ellas hay 1.443 deportadas), y que no se han registrado deportaciones en los últimos días. Igualmente destacó la implementación de un corredor humanitario por el que se movilizaron más de 1.150 niños a sus establecimientos educativos

En el marco de las gestiones diplomáticas, la canciller colombiana, María Ángela Holguín, se reunió con el alto comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Zeid Ra’ad Al Hussein, y aseguró que mientras no haya garantías de que los deportados y personas que hayan huido de Venezuela pueden reunificar sus familias y recuperar sus enseres, no habrá diálogo.