Mancuso pide estatus político para el Clan del Golfo en la “paz total”
A través de una carta, también solicitó una audiencia pública en el Congreso en la que él y otros participes de procesos de paz den sus experiencias.
El exlíder paramilitar Salvatore Mancuso le envió una carta al presidente Gustavo Petro y a las cabezas de Senado y Cámara, Roy Barreras y David Racero, con la intención de pedir una audiencia pública en el Congreso sobre la “paz total”. El vinculado a más de 75.000 crímenes solicitó que se le permita participar para contar su experiencia como participe de un acuerdo de paz, el de Ralito con las Autodefensas Unidas de Colombia.
Mancuso solicitó a la Comisión de Paz que “convoque a una audiencia pública para que quienes participamos en negociaciones con el Estado con ocasión del conflicto armado y político colombiano podamos formula nuestras reflexiones, sugerencias y perspectivas, para que conozcan de los aciertos y fracasos en los procesos de paz”.
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Más allá de este pedido, Salvatore Mancuso se fue lanza en ristre en contra del comisionado de paz, Danilo Rueda, y la forma en que está asumiendo la “paz total”. Supuestamente, según el exparamilitar, está siguiendo los mismos errores de gobiernos pasados.
Este cuestionó la figura de gestor de paz y al mismo tiempo señaló que no hay verdaderas garantías de reincorporación, como habría ocurrido en el gobierno de Álvaro Uribe. “Desmovilizan las organizaciones armadas para luego dejarlas a merced de la inseguridad jurídica y física”, alegó Mancuso.
Bajo esta crítica, expresó que es necesario que se comience a hablar de garantías de reincorporación integral. En este caso entró a hablar directamente de la ausencia de garantía de no extradición en el proyecto de ley de sometimiento presentado por el Ejecutivo y que aún no ha sido radicado: “Esto significa hablar de la extradición con el mismo entusiasmo con el que hablaron cuando no quería que extraditaran a Jesús Santrich”.
También cuestionó que se base toda la estrategia de “paz total” en los acuerdos con las extintas Farc, cuando también existieron los acuerdos de Ralito. En este sentido, Mancuso acusó al Ejecutivo de tener una actitud ideologizada puesto que están intentando que Iván Márquez y su disidencia recuperen su carácter político, “que se diluyó cuando entró de lleno en el negocio del narcotráfico”.
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En este mismo sentido, el exlíder paramilitar retomó la tesis de que también fueron un grupo de carácter político y que, por ende, sus disidencias también deberían tener este reconocimiento. Con esto hace una introducción a un pedido un tanto velado de que el Clan del Golfo sea considerado como un actor político, con el que cabe también una mesa de negociación.
Para justificar esta tesis, Salvatore Mancuso no solo clasificó dicho grupo armado como una disidencia de los paramilitares que estaban bajo su mando, sino que aseguró que “tienen control territorial real y suplantan al Estado en muchos lugares del país. Según el detenido aún en Estados Unidos, esto implica que “son un actor político en esas regiones” y que serían producto del supuesto incumplimiento del Estado con Justicia y Paz.
Salvatore Mancuso criticó el supuesto trato asimétrico entre el Eln y el Clan del Golfo, pues al primero sí se le ve como un actor político y al otro como un simple grupo criminal. A renglón seguido señaló que ambos grupos son iguales, pues cumplen las condiciones de tener una ascendencia política en las zonas en las que operan y de igual manera están volcados al negocio del narcotráfico.
“Definir con precisión y equilibrio su carácter político con el nivel de degradación de los conflictos armados territoriales es un imposible, pero definirlos por un criterio exclusivamente ideológico es una temeridad”, cuestionó Mancuso sobre la diferenciación entre el Clan del Golfo y el Eln.
Hacia el final de la carta, el exjefe paramilitar volvió a criticar a Danilo Rueda y lo señaló de su puestamente desconocer que la mayoría de la violencia en el país es producto de lo que denominó disidencias del paramilitarismo. Por eso, reiteró su pedido para que lo escuchen porque “tenemos una experiencia valiosa que sería útil compartir”. Y al final volvió a cuestionar el trato diferencia entre grupos y señaló que este sería el motivo de que se perpetúe la violencia.
El exlíder paramilitar Salvatore Mancuso le envió una carta al presidente Gustavo Petro y a las cabezas de Senado y Cámara, Roy Barreras y David Racero, con la intención de pedir una audiencia pública en el Congreso sobre la “paz total”. El vinculado a más de 75.000 crímenes solicitó que se le permita participar para contar su experiencia como participe de un acuerdo de paz, el de Ralito con las Autodefensas Unidas de Colombia.
Mancuso solicitó a la Comisión de Paz que “convoque a una audiencia pública para que quienes participamos en negociaciones con el Estado con ocasión del conflicto armado y político colombiano podamos formula nuestras reflexiones, sugerencias y perspectivas, para que conozcan de los aciertos y fracasos en los procesos de paz”.
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Más allá de este pedido, Salvatore Mancuso se fue lanza en ristre en contra del comisionado de paz, Danilo Rueda, y la forma en que está asumiendo la “paz total”. Supuestamente, según el exparamilitar, está siguiendo los mismos errores de gobiernos pasados.
Este cuestionó la figura de gestor de paz y al mismo tiempo señaló que no hay verdaderas garantías de reincorporación, como habría ocurrido en el gobierno de Álvaro Uribe. “Desmovilizan las organizaciones armadas para luego dejarlas a merced de la inseguridad jurídica y física”, alegó Mancuso.
Bajo esta crítica, expresó que es necesario que se comience a hablar de garantías de reincorporación integral. En este caso entró a hablar directamente de la ausencia de garantía de no extradición en el proyecto de ley de sometimiento presentado por el Ejecutivo y que aún no ha sido radicado: “Esto significa hablar de la extradición con el mismo entusiasmo con el que hablaron cuando no quería que extraditaran a Jesús Santrich”.
También cuestionó que se base toda la estrategia de “paz total” en los acuerdos con las extintas Farc, cuando también existieron los acuerdos de Ralito. En este sentido, Mancuso acusó al Ejecutivo de tener una actitud ideologizada puesto que están intentando que Iván Márquez y su disidencia recuperen su carácter político, “que se diluyó cuando entró de lleno en el negocio del narcotráfico”.
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En este mismo sentido, el exlíder paramilitar retomó la tesis de que también fueron un grupo de carácter político y que, por ende, sus disidencias también deberían tener este reconocimiento. Con esto hace una introducción a un pedido un tanto velado de que el Clan del Golfo sea considerado como un actor político, con el que cabe también una mesa de negociación.
Para justificar esta tesis, Salvatore Mancuso no solo clasificó dicho grupo armado como una disidencia de los paramilitares que estaban bajo su mando, sino que aseguró que “tienen control territorial real y suplantan al Estado en muchos lugares del país. Según el detenido aún en Estados Unidos, esto implica que “son un actor político en esas regiones” y que serían producto del supuesto incumplimiento del Estado con Justicia y Paz.
Salvatore Mancuso criticó el supuesto trato asimétrico entre el Eln y el Clan del Golfo, pues al primero sí se le ve como un actor político y al otro como un simple grupo criminal. A renglón seguido señaló que ambos grupos son iguales, pues cumplen las condiciones de tener una ascendencia política en las zonas en las que operan y de igual manera están volcados al negocio del narcotráfico.
“Definir con precisión y equilibrio su carácter político con el nivel de degradación de los conflictos armados territoriales es un imposible, pero definirlos por un criterio exclusivamente ideológico es una temeridad”, cuestionó Mancuso sobre la diferenciación entre el Clan del Golfo y el Eln.
Hacia el final de la carta, el exjefe paramilitar volvió a criticar a Danilo Rueda y lo señaló de su puestamente desconocer que la mayoría de la violencia en el país es producto de lo que denominó disidencias del paramilitarismo. Por eso, reiteró su pedido para que lo escuchen porque “tenemos una experiencia valiosa que sería útil compartir”. Y al final volvió a cuestionar el trato diferencia entre grupos y señaló que este sería el motivo de que se perpetúe la violencia.