Marchas por los 100 días de gobierno: ¿un descache del petrismo?
La poca afluencia de marchantes ante las movilizaciones del oficialismo siembra dudas sobre la eficacia de la convocatoria y sobre los costos políticos que tendrá.
El balance de las marchas de este martes a favor del gobierno fue negativo. Las imágenes que dejó la jornada son testimonio de ello. Las calles y plazas de las principales ciudades no tuvieron el aforo esperado. Sabiendo que el petrismo fundamentó su triunfo en la movilización social del 2021, lo de este comienzo de semana podría calificarse como fracaso. Así fue interpretado por algunos miembros de la oposición, que usaron las fotos y videos de las movilizaciones para compararlos con los de sus dos marchas. Aunque la participación en estas últimas tampoco fue masiva, hay más gente que en las marchas de este 15 de noviembre y eso ha sido aprovechado para poner en duda el apoyo popular de un gobierno que apenas hace unos días había salido con números favorables en la encuesta por los primeros 100 días de mandato.
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El balance de las marchas de este martes a favor del gobierno fue negativo. Las imágenes que dejó la jornada son testimonio de ello. Las calles y plazas de las principales ciudades no tuvieron el aforo esperado. Sabiendo que el petrismo fundamentó su triunfo en la movilización social del 2021, lo de este comienzo de semana podría calificarse como fracaso. Así fue interpretado por algunos miembros de la oposición, que usaron las fotos y videos de las movilizaciones para compararlos con los de sus dos marchas. Aunque la participación en estas últimas tampoco fue masiva, hay más gente que en las marchas de este 15 de noviembre y eso ha sido aprovechado para poner en duda el apoyo popular de un gobierno que apenas hace unos días había salido con números favorables en la encuesta por los primeros 100 días de mandato.
Desde antes de las movilizaciones se preveía que la participación no iba a ser tan alta como planteaban sus organizadores. Influencers cercanos al petrismo, base fundamental para la estrategia durante la campaña presidencial, tuvieron opiniones divididas y eso pudo haber influenciado en el resultado de las movilizaciones. Algunos invitaron a salir a marchar, mientras que otro sector cuestionó que se hicieran movilizaciones ciudadanas en un momento en el que la gobernabilidad está respondiendo y en la que el país está pasando por una dura emergencia invernal. También hablaron del riesgo de convocar una marcha y que esta no tuviera la suficiente cantidad de personas o que terminara en desórdenes. Los vaticinios se cumplieron y este miércoles tiene a los convocantes de las marchas explicando las razones del posible fracaso.
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“En varias ciudades salieron muchas personas a respaldar a Petro. En otras no tantas. Un martes en horario laboral no era fácil. Quienes pudieron, salieron con amor y espontáneamente”, expresó el senador Gustavo Bolívar, uno de los principales convocantes. Este justificó la ausencia de apoyos en las marchas en que no había forma de transportarse, en que hay sectores que consideran que no es necesario “medir el respaldo en calles”, en que algunos solo usaron a Gustavo Petro “para llegar, pero lo olvidan”, y hasta le echó la culpa a otros que no mencionó con nombre propio: “los mezquinos que no van si convoca otro. Viven en competencia interna. Miren sus cuentas, ni una mención”.
Las palabras de Bolívar son una muestra de que el oficialismo, sobre todo algunas personalidades como el senador, sufrieron un primer revés en el que, varios expertos concuerdan, se corrió un riesgo innecesario. “Esas marchas eran inconvenientes e inoportunas”, sentenció el profesor Jorge Iván Cuervo, de la Universidad Externado. En un sentido muy parecido se pronunció Nadia Pérez, académica y analista política: “Termina siendo cuestionable hacer una marcha de apoyo al gobierno teniendo en cuenta que se ganó en democracia y 100 días es solo un periodo que se utiliza para ver dónde van los gobiernos, pero no significa nada en términos puntuales”. Pérez amplió su tesis al decir que era muy pronto para una marcha, cuando el presidente hace gala de su gobernabilidad: “Es lo mismo que hace la oposición al meter una moción de censura, marchas y control político de forma tan temprana”.
El analista político Carlos Andrés Arias calificó la movida de este martes como “una falta de estrategia política, sentido común y sensibilidad con el país. Se está sufriendo una ola invernal tremenda y la gente no puede ir. También está la emocionalidad que causa la dura emergencia climática. Fue inoportuno”. Para Arias, los que convocaron no supieron leer el país y no entendieron los momentos por los que pasa. “Es una cachetada y un llamado de atención a los líderes petristas”, comentó Arias, quien hizo un llamado de atención más fuerte a Bolívar, uno de los principales convocantes.
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El profesor Jorge Iván Cuervo no solo habló de una falta de criterio de los convocantes, sino que también le achacó responsabilidad directa a la administración de Gustavo Petro. “Fueron promovidas por la bancada, pero el gobierno debía desmarcarse. El gobierno tenía una favorabilidad interesante y eso era suficiente para mostrar respaldo social. El gobierno cometió un error al no desmarcarse”, expresó el académico, que también cuestionó que se esté cayendo en los que denominó democracia plebiscitaria: “Es el gobierno movilizando a sus bases sociales es el camino de la democracia plebiscitaria. Es un riesgo. Eso pasó cuando estaba en la alcaldía”.
“La legitimidad se demuestra con la mejora de los indicadores sociales. En cambio la democracia plebiscitaria es el camino seguro al autoritarismo. Así fue la dinámica en Venezuela. Marcha de oposición y luego sacaba el chavismo sus bases y se daban garrote. Debemos evitar ese escenario”, comentó Cuervo sobre los reparos que tiene frente a la estrategia de las marchas a favor del gobierno. La experta en comunicación política Nury Astrid Gómez dio una dura posición frente al tema: “Si tienes que convocar a una manifestación de apoyo es que aún no estás haciendo bien las cosas en gobierno. Una frase famosa, que es usa para describir lo que está pasando, es ‘estamos gobernando bien, pero comunicamos mal’. Todo en política es comunicación y las formas y los fondos no son creíbles en este inicio”.
Gómez enunció varios de los problemas que dejarían ver las movilizaciones del martes. En primer lugar, para esta, el gobierno y sus “voceros no oficiales” se mantienen en modo campaña, “con un relato opositor frente a los que ya no están en el poder y en contra de los que cuestionan”. También señaló que otro de los problemas que se evidenció es que las cabezas del petrismo se movieron por las redes, pero abandonaron en las calles. Asimismo, al igual que Arias, también calificó como un error de lectura frente a la situación del país: “las marchas siempre han sido expresiones e insatisfacción, malestar y desaprobación, nunca a favor. ¿Si lo está haciendo bien, para qué salir a las calles? Más de 11 millones de votantes no es igual a 11 millones de militante”.
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¿Habrá un costo político por las movilizaciones?
La mayoría de expertos coinciden en que fue un desatino las movilizaciones de este martes, en lo que no concuerdan es en las posibles consecuencias de la baja participación. El analista Carlos Andrés Arias fue uno de los pocos que aseguró que no tendrá influencia en el respaldo y apoyo presidencial, “el teflón sigue intacto”. No obstante, expresó que sí habrá un costo en los que “forzaron la marcha”, como el senador Gustavo Bolívar: “La legitimidad de Bolívar se ha venido perdiendo. Es una persona que venía tomando una imagen del franco que conectaba con la gente y se afectó su imagen”. Para Arias, el tema pasa por un gobierno que no se relacionó con la marcha, mientras que el que puso la cara fue Bolívar.
El profesor Cuervo tuvo otra lectura, pues comentó que la ausencia de personas le dio una oportunidad a la oposición de decir que “son más grandes”. “Hacen una interpretación equivocada de que el gobierno no tiene respaldo y tiene problemas de legitimidad”, añadió el docente, que recalcó que hubo una mala lectura porque la legitimidad del gobierno ya se ganó con los más de 10 millones de votos y no era necesario ponerla prueba en un ejercicio en el que es más fácil sacar gente a las calles desde la oposición”. En esta senda, el docente añadió que si no se reflexiona a tiempo, se puede caer en un “círculo vicioso” de que cada sector va a querer demostrar que “sí son capaces” de movilizar en las calles.
En el caso de Nadia Pérez, esta señaló que entre las consecuencias más básicas está que se extienda el cliché de que “los que marchan no trabajan” y en eso el uribismo ha sabido moverse, pues han hecho un acuerdo con el sector empresarial para que las movilizaciones de la derecha sean los sábados, mientras que la del petrismo fue en pleno horario laboral un marte. También señaló que las movilizaciones terminan haciendo que haya motivos de burla desde la oposición y se ridiculice el uso de estos mecanismos. En un sentido similar, la experta en comunicación Nury Astrid Gómez señaló que, así no se quiera, movidas como las marchas de este 15 de noviembre están creando un “imaginario de que el país parece sin rumbo”.