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Roy Barreras ha tenido un paso ondulante por la política: el liberalismo y partidos como Cambio Radical o la U, cuando todavía era una colectividad uribista, y luego acompañó al expresidente Santos. Para algunos, que ahora esté en el Pacto Histórico (PH) es una advertencia sobre el impulso que puede darle a esa coalición, que él mismo define como de centro-izquierda. En un mes clave para la campaña, el congresista habló sobre cómo la ve, un eventual gobierno y lo que lo une y lo distancia del petrismo.
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¿Está completo el Pacto Histórico? ¿A quién más esperan o están dispuestos a recibir?
Mientras las demás coaliciones saltan en pedazos por cuenta de los egos y la incoherencia, el PH es sólido y cada vez tiene más fuerzas políticas liberales, de centro y verdes que se suman al cambio. La llegada de Camilo Romero, con media bancada parlamentaria de Alianza Verde, nos fortalece mucho y esperamos próximamente la llegada de otros dirigentes liberales para generar un bloque liberal fuerte que le diga a los colombianos lo que les quiero decir. Yo no le hablo a la izquierda, a la izquierda le habla Petro. Yo le hablo al centro, a los liberales, a los independientes los necesitamos aquí para garantizar el cambio que Colombia requiere.
Cuando habla de dirigentes liberales, ¿se refiere a Luis Fernando Velasco y Luis Pérez?
El senador Velasco ya ha hecho un anuncio. Tendrá que resolver un asunto interno que puede ser muy positivo. El senador Velasco, después de la ruptura de César y Alejandro Gaviria, podría ser el candidato del liberalismo dentro del PH y sería una gran noticia, porque me ayudaría mucho al esfuerzo que vengo haciendo hace meses, que es equilibrar el mensaje y que se comprenda que somos una coalición de centro-izquierda, donde Petro es la izquierda y yo soy el centro, pero Velasco y otros que llegarán también son el centro.
¿Por qué a muchos les produce miedo un gobierno del PH?
Porque será un gobierno estable, equilibrado, seguro, sensible, que respete la vida digna, la libertad, la propiedad privada y la libre empresa. Ese será el gobierno del PH, sin miedos. Yo espanto esos miedos.
Se dice que usted, Camilo Romero o Francia Márquez compiten por ser fórmula de Petro. ¿Lo ve así?
El pacto implica una regla de oro: no será el capricho de ninguno de nosotros el que defina la fórmula presidencial, sino los ciudadanos en las urnas. Quien quede primero en la consulta será candidato o candidata a la Presidencia y quien quede segundo será su fórmula. Los dos cargos están en juego y la campaña apenas comienza. Petro lleva tres campañas presidenciales y es el líder más representativo. Yo apenas llevo tres meses.
¿Son válidas las críticas por adhesiones como las del pastor Saade e incluso cuando usted y Benedetti se sumaron?
Son nombres completamente diferentes. Con historias de vida distintas y nada tienen que ver con mi historia ni mi legado político.
¿Cómo va la conformación de listas al Congreso? ¿Qué tanto espacio tendrá cada movimiento del PH?
Vamos muy bien. Somos la única fuerza política que le ha ofrecido a las mujeres de este país la garantía de una lista paritaria de género real. Reto a las demás coaliciones y a los viejos partidos a que se atrevan a hacer una lista cerrada en cremallera. La propuse en el Acuerdo de Paz hace cinco años cuando firmé la paz con las Farc y parte de la reforma política implicaba enaltecer a las mujeres. La lista además incluirá la presencia de candidatos afros, indígenas, campesinos, empresarios, exministros. La lista del PH será la que saque del Congreso a los viejos partidos, derroque al uribismo y garantice la gobernabilidad del PH.
En esta campaña muchos políticos se han movido al centro, ¿por qué?
Todos están desesperados tratando de montarse en alguna canoa que los lleve a la primera vuelta. Pero, como los náufragos desesperados, esas peleas de egos se parecen a un balde lleno de arañas que se destrozan entre sí. En el PH tenemos absoluta certeza de que somos una coalición de centro-izquierda. El centro es la historia de mi vida, yo empecé con Luis Carlos Galán en el Nuevo Liberalismo. Yo no soy de izquierda, yo soy liberal socialdemócrata.
Hasta hace unos días las otras coaliciones no estaban claras, ¿cómo las ve?
A los incautos les parece nueva la noticia de la coalición de la vieja política. Vaticino que estarán allí todos los partidos decrépitos y gobiernistas cómplices del fracaso de Duque. Es lo más rancio de la politiquería que vamos a derrocar en marzo de 2022. Es más fácil derrotarlos a todos juntos que desperdigados.
Varias declaraciones del registrador Vega no han caído bien en el PH. ¿Para usted hay garantías necesarias en la campaña?
Con Petro nos reunimos con el registrador hace unos días. Vamos a adelantar todas las auditorías posibles para garantizar que el software no sea manipulado. Sin embargo el fraude no está allí. Está en la compra masiva de votos con la eliminación de la Ley de Garantías y la mermelada de los clanes.
Si no se concreta su aspiración, ¿piensa repetir en el Congreso?
A mí me encantaría que Petro fuera mi vicepresidente. Sería una fórmula desde el liberalismo y el progresismo que garantizaría el cambio real y el compromiso con la paz que hemos construido con pasión y convicción durante 12 años.
Se especuló sobre la inclusión de Gloria Arizabaleta, su excónyuge, en la lista del PH. ¿Es cierto?
Eso es basura desinformada. Primero, el PH no ha informado cuáles son sus listas oficiales. Además, el ruido apareció en sectores de la izquierda radical que tienen cientos de candidatos y muy poquitos votos. Hay mucho radicalismo y falta de visión política. Son personajes que no defienden las ideas del cambio, sino pequeñas aspiraciones al Congreso y son en su mayoría influencer que nunca han hecho nada por el país.
¿Cuáles serían las banderas de un eventual gobierno suyo?
Primero, la paz completa. Vamos a desarmar a los colombianos violentos para que dejen de matar a sus otros hermanos. Segundo, vamos a resolver de manera inteligente la maldición del narcotráfico. Tercero, vamos a hacer la transición energética que es un clamor de la humanidad, Colombiano no puede seguir viviendo del petróleo y del carbón. Y lo más importante es el cambio en el modelo económico, durante años la derecha ha defendido equivocadamente dejar hacer lo que el capital puede hacer sin frenos y eso generó monopolios, oligopolios y ahora hiperglobalizacion. En Colombia y el mundo entero hay un monopolio del sector especulativo financiero.
¿Y de qué viviría Colombia?
De lo que sabemos hacer: producir alimento para el mundo, agroindustria y turismo. No se hace agroindustria sin industriales y no se hace turismo sin empresarios. Respeto la propiedad privada y la libre empresa, por eso el gobierno del pacto será un gobierno de centro-izquierda.
¿Cuál es su evaluación del gobierno Duque?
No hay gobierno. Es el desgobierno, el caos. Lo que hay es un grupo de ineptos que han cambiado su ignorancia por arrogancia y que, por supuesto, ha significado la destrucción no solo de la paz que prometieron hacer trizas, sino de la seguridad. Perdieron el control del territorio, entregaron grandes pedazos a organizaciones criminales y Duque recibió un ELN diezmado, con 1.500 hombres y un cese de fuego bilateral que acordé en La Habana en los últimos días del Gobierno Santos. Echó a perder la posibilidad de la paz e hizo trizas la solución dialogada.
Dejó de dialogar no solamente con los grupos ilegales, sino que dejó escuchar a los campesinos, indígenas, maestros, trabajadores y jóvenes. Cuando se cierra la puerta del diálogo no queda sino el conflicto, y cuando además es inepto no se maneja tampoco el conflicto. Han sido incapaces de controlar el territorio y la inseguridad en las ciudades es apenas un resultado de ese desgobierno, de esa ineptitud y esa incapacidad.
¿Ve necesaria una reforma a la Policía?
No solo la reformaría sino que además vamos a crear un Ministerio de Seguridad Ciudadana. Y claro, el Ministerio de Defensa será eso, el de la defensa del campo, las fronteras, los mares y los ríos. No habrá el problema del conflicto armado, porque lo voy a resolver por la solución dialogada.
¿Su posición sobre el aborto?
Soy médico y estoy entrenado para salvar vidas. Recibí la tragedia en los hospitales de Colombia de mujeres humildes que por la prohibición terminaban abortando de forma clandestina y muriendo, porque las niñas ricas van al ginecólogo. Hay una hipocresía enorme en ese asunto. A la tragedia de la interrupción del embarazo no permito que se le sume meter a la cárcel a la mujer. Está claro que hay que despenalizar el aborto.
¿Y sobre eutanasia?
Después de 23 años de atender el dolor de los pacientes, sé lo que es el derecho a la muerte digna. La gente tiene derecho a decidir. Es increíble este país donde al que quiere vivir, lo matan y al que quiere morir se lo prohíben.
¿Cuál sería su hoja de ruta en el tema de cultivos ilícitos?
La guerra contra las drogas es una guerra externa, hipócrita, fracasada y perdida, en la que Colombia pone los muertos y los consumidores ponen la nariz. Vamos a resolver el problema del narcotráfico, vamos a regular el mercado. El Estado intervendrá y vamos a invertir los millones que se pierden en el veneno del glifosato y la erradicación forzosa, que causa muertes de soldados y policías, en la prevención.
A los padres de familia de adolescentes, como yo, les digo que la prohibición no ha servido para nada. Ha aumentado el consumo, el microtráfico y lo que hace es clandestinizarla. Lo que vamos a hacer es garantizar que sus hijos no sean adictos, regulando y previniendo. Eso significa que vamos a respetar a los campesinos garantizándoles un futuro con el punto central de mi Gobierno, que es el desarrollo rural integral.
¿Y en cuanto a las tierras?
En Colombia importamos el arroz, el frijol y el maíz, mientras nuestros campesinos están en la miseria. Vamos a garantizar que la tierra fértil produzca. Hay 43 millones de hectáreas fértiles en Colombia (11 millones de alta fertilidad) y solamente 6 millones producen comida. El resto son de terratenientes, tierras improductivas, lotes de engorde y muchas de ellas lotes del despojo paramilitar. Hay que poner a producir la tierra, darle vida digna a los campesinos y colonizar los mercados con cadenas productivas de la mano de los empresarios.
¿Promovería la regulación del cannabis recreativo en adultos?
No tengo una propuesta, sino hechos concretos. Invito a que revisen lo que hemos hecho y no lo que prometen de manera mentirosa. Soy el autor de la ponencia que despenaliza el uso del cannabis medicinal y llevo 25 años diciendo que la prohibición es el crimen. En el 2000 publiqué un ensayo en el que propongo la despenalización de las drogas para no seguir en esa guerra fracasada que se inventaron en los años 60 por cuenta de la guerra de Vietnam. La guerra contra las drogas solo ha dejado destrucción del tejido social, crecimiento de las mafias y un reguero de muertos.
¿Cuál es su propuesta de seguridad tanto urbana como en las regiones?
Lo primero es salvar a nuestros policías y militares de la ideología perversa del enemigo que el uribismo les metió en la cabeza para que recuperen su verdadera vocación que es proteger la vida de otros. Para hacerlo habrá una reforma profunda.
Hace cinco años se firmó el Acuerdo de Paz, del que hizo parte del equipo negociador. ¿Qué relevancia le dará a la implementación?
El Acuerdo de Paz es un ejemplo para el mundo. Hay que volver a repetir que este no es un acuerdo que hicimos para las FARC, sino para los colombianos. Es el único acuerdo que tiene un capítulo étnico y contempla una paridad de género real. Ahora seremos todos los que marcaremos en el PH el camino de la paz completa.
¿Impulsaría la idea de desmontar el Esmad?
Nosotros tenemos diferencias entre el centro y la izquierda, que son las que permiten el equilibrio. Esa es una. Todos los países del mundo tienen un escuadrón antidisturbios, pero no puede ser un escuadrón de asesinos contra los jóvenes, con armas letales o que reciba el mensaje de que el joven que tiene enfrente es un enemigo.
¿Ve necesaria una reforma a la justicia?
Claro que hay que hacerla y tiene que ser más transparente en la manera como llegan a ella a través de una carrera judicial respetable los altos magistrados. La puerta oscura del Consejo de la Judicatura, que nadie sabe cómo hace para seleccionar unas listas de elegibles a los cargos de las altas cortes hay que modificarla. Creo en la cooptación y creo en las cortes vitalicias totalmente independientes de la política.