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Parece una historia sin fin. El Metro de Bogotá, otra vez, podría tener modificaciones. A pesar de estar contratada, e incluso tener en ejecución algunas obras preliminares, la megaobra más esperada y debatida del país vuelve a ser objeto de discusión sobre si debe hacerse elevado o subterráneo.
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La discusión se volvió a abrir hace unos días, cuando el presidente Gustavo Petro sugirió que una parte del trazado que va del patio-taller aledaño al Portal Américas (Bosa) a la Calle 72 con Av. Caracas (Chapinero) fuera subterráneo. En específico, el mandatario dijo, y hasta le solicitó al consorcio chino que ganó la licitación para construir el metro, soterrar el tramo que va por la Avenida Caracas y mantener elevado el resto del proyecto.
Abrir de nuevo la discusión sobre un metro elevado o subterráneo no cayó bien en varios sectores. Desde la Empresa Metro de Bogotá (EMB), su gerente Leonidas Narváez dijo que los ajustes que sugirió el presidente Petro son “cambios bruscos” y representarían un costo aproximado de $5,5 billones solo en estudios. El funcionario anticipó que el costo es poco si se compara con lo que podría costar hacer un tramo subterráneo, una comparación que se ha hecho cientos de veces sobre la obra.
Los posibles cambios tampoco cayeron bien en el Congreso. Parlamentarios capitalinos, sobre todo de la oposición, manifestaron su preocupación no solo por los ajustes que se pretenden hacer al proyecto, sino por el retraso de las obras, por lo que citarán a los responsables del proyecto a rendir cuentas sobre el estado de la construcción de la que más se ha hablado en la historia del país.
Uno de los congresistas que pedirá explicaciones es David Luna (Cambio Radical) quien citó a un debate de control político a los ministros José Antonio Ocampo (Hacienda) y Guillermo Francisco Reyes (Transporte); al director del Departamento Nacional de Planeación (DNP), Jorge Iván González y a la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, para que aclaren los avances de la construcción del metro y qué tanto han influido las rencillas políticas en los obstáculos que presenta la obra.
Según Luna, si la Alcaldía de Bogotá contempla la propuesta del Gobierno nacional habría retrasos y, como ya dijo el gerente de la EMB, se elevarían los costos de la construcción. “Llevamos más de 60 años oyendo propuestas incumplidas sobre el metro de la ciudad. Ahora, que ya la obra está contratada, financiada y en ejecución, resulta incomprensible que el presidente Petro por su afán protagónico o por su interés revanchista este pretendiendo modificar el trazado”, aseguró el senador de Cambio Radical.
El parlamentario aseguró que este es un nuevo ejemplo de cómo las “rencillas políticas” y “los egos de los gobernantes de turno” han retrasado la construcción de la megaobra, que se contempla como única solución para mejorar la compleja movilidad de la capital. “¿Quién pagará esos costos? ¿Cuánto se demorará? Pero lo más preocupante, ¿algún día tendremos esta obra para resolver nuestros problemas de tráfico?”, cuestionó Luna.
La proposición que radicó Luna ya fue aprobada por lo que solo queda esperar la fecha de citación al debate de control político a los funcionarios. Se espera que el debate se realice la próxima semana en la Comisión Primera del Senado.
Además, de la citación en el Senado, la Comisión Accidental para el seguimiento de las obras del metro en la Cámara de Representantes también pedirán explicaciones sobre las posibles modificaciones al trazado. Desde la comisión, conformada por Andrés Forero y José Jaime Uscategui (Centro Democrático), Julia Miranda (Nuevo Liberalismo), Olga Lucia Velásquez (Alianza Verde), Juan Carlos Wills (Partido Conservador) e Irma Luz Herrera (MIRA), solicitaron una reunión de urgencia con el consorcio chino Metro Línea 1, para discutir las sugerencias que ha hecho el Gobierno.
Los integrantes de la Comisión, de la que también hacen parte algunos concejales de Bogotá como Samuel Arrieta (Cambio Radical), Lucia Bastidas (Alianza Verde), Fabián Puentes (MIRA), Emel Rojas (Colombia Justa Libres) y Juan Baena (Nuevo Liberalismo) también alertaron posibles riesgos de cambiar el proyecto que, según la Empresa Metro tiene un 16 % de ejecución, como las demoras y costos adicionales.
¿En qué va el metro de Bogotá?
La EMB ha dicho que la construcción de la primera línea del metro tiene un avance del 16 %. En los extremos, es decir al suroccidente, en el patio-taller de Bosa y al norte, en la intersección en la calle 72, es donde se registran los avances en temas como el traslado de redes de servicios públicos y la compra y demolición de predios. Sin embargo, y a pesar de los avances, en realidad si hay una modificación del proyecto no habría un gran impacto frente a lo que se ha hecho.
Pero, de acuerdo con el gerente de la EMB, hacer subterráneo el tramo de la Avenida Caracas “es un cambio radical en el proyecto, no es un cambio menor. Los objetos de los contratos, de acuerdo con nuestra normativa, no se pueden cambiar. Considero que con la información que yo tengo de la gerencia del Metro, 5.5 billones de pesos es un monto pequeño para lo que realmente significa esta modificación”.