Así gestó el gobierno Petro su golpe de autoridad en el Senado para elegir magistrado
Varias llamadas de altos funcionarios de la Casa de Nariño al Congreso, un trabajo minucioso de los senadores del Pacto Histórico e incluso el lobby de fichas externas de los partidos le ayudaron al Ejecutivo a asegurar la victoria de Miguel Polo Rosero. Advierten que el resultado podría inclinar la balanza de la Corte Constitucional en favor de la actual administración.
David Efrén Ortega
El gobierno de Gustavo Petro logró voltear, en menos de 24 horas, los votos de tres senadores y convencer a cuatro indecisos para consolidar al jurista Miguel Polo Rosero como nuevo magistrado de la Corte Constitucional. La movida sacudió a una corporación que en los últimos meses le había plantado cara al Ejecutivo, pero que este martes atestiguó la capacidad del mandatario y de sus alfiles para preservar su agenda.
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El gobierno de Gustavo Petro logró voltear, en menos de 24 horas, los votos de tres senadores y convencer a cuatro indecisos para consolidar al jurista Miguel Polo Rosero como nuevo magistrado de la Corte Constitucional. La movida sacudió a una corporación que en los últimos meses le había plantado cara al Ejecutivo, pero que este martes atestiguó la capacidad del mandatario y de sus alfiles para preservar su agenda.
La gesta se cocinó luego de que la mesa directiva suspendiera el lunes la primera votación, tras la aparición de un voto de más en la urna, pues se contaron 103 papeletas y había 102 senadores. Además, con dos votos en blanco, Polo Rosero y su contrincante directa, Claudia Dangond, habían empatado con 50 votos cada uno.
En medio de los señalamientos entre oficialismo y oposición por el supuesto interés de sabotear el proceso, los primeros analizaron el panorama y desplegaron una rápida estrategia para modificarlo. Este diario conoció que hasta altas horas de la noche, tanto en Bogotá como en Río de Janeiro (Brasil), donde se encuentra el presidente Petro en la cumbre del G20, se realizaron discretas reuniones para buscar los votos que harían la diferencia.
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Desde el Ejecutivo, según congresistas consultados por este diario, funcionarios como Laura Sarabia, directora del Dapre, y el propio mandatario hicieron contactos con el Congreso. En Bogotá, su punta de lanza fue la senadora María José Pizarro, quien durante toda la sesión del martes se movió entre las curules del ala izquierda de la plenaria.
En al menos dos ocasiones Pizarro se apartó para hablar con el senador Richard Fuelantala (AICO), uno de los tres que no asistió a la sesión del lunes y quien en abril de este año también le dio al Gobierno el voto definitivo para aprobar la reforma pensional. Los otros dos eran Alfredo Deluque y José David Name, de La U. El primero cantó abiertamente su apoyo a Dangond y el segundo guardó silencio.
Este partido, como ya lo ha hecho, fue clave para los intereses del Gobierno. Voces del Legislativo señalaron que desde la Casa de Nariño llamaron puntualmente a varios integrantes de esa bancada y que incluso lobistas cercanos a la dirigencia de dicha colectividad, hoy en cabeza de Alexander Vega y Clara Luz Roldán, hicieron presencia durante la jornada.
También fueron determinantes los liberales y al menos dos de los senadores del MIRA, a quienes igualmente contactaron desde Palacio, aún cuando en el pasado se han opuesto a puntos claves de la agenda de Petro, como ocurrió con la reforma a la salud.
Por otra parte, aunque anticipadamente le notificaron que no podía entrar a la votación, el ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, siguió paso a paso el proceso y movió sus influencias; incluso muy cerca de la plenaria, pues estaba en la Comisión Primera de la Cámara respaldando su proyecto de reforma al Sistema General de Participaciones (SGP). Otro alfil cercano al Ejecutivo que habría pujado por Polo Rosero fue Vladimir Fernández, exsecretario jurídico de Petro y hoy magistrado del alto tribunal en cuestión.
Con todo este andamiaje armado, el Gobierno se fue al voto a voto contra el Centro Democrático, Cambio Radical y algunos conservadores que mantuvieron el respaldo a Claudia Dangond. Tras varios minutos de tensión por la lectura en voz alta de cada apoyo, la mitad del Congreso celebró cuando Polo alcanzó los 57 y Dangond se quedó en 47. De hecho, el presidente Petro se pronunció, desde Brasil, pocos minutos después de la noticia, la cual calificó como “un gran triunfo”.
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Otros en el Gobierno también reaccionaron. “Polo a tierra”, comentó en sus redes sociales el exsenador y embajador de Colombia en Reino Unido, Roy Barreras, quien, a propósito, ha demostrado mantener su influencia en La U.
Al margen de las jugadas, la victoria de Miguel Polo puede leerse como una suerte de revancha contra un Senado que ha truncado otras apuestas de Petro y que en la pasada legislatura lo derrotó con la elección de Iván Name en la mesa directiva. Por esa misma razón, genera interrogantes sobre lo que puede lograr de aquí en adelante el Gobierno en esa corporación.
En la otra orilla, la oposición advierte que el oficialismo va camino a controlar la Corte Constitucional, pues aspira a calcar la estrategia con otras tres elecciones de magistrados que están programadas para 2025. Algunos en ese sector lanzaron una voz de alerta, pues, según dijeron, ese eventual control le abriría la puerta a Petro para impulsar una Asamblea Constituyente e incluso una medida que pondría en riesgo el calendario electoral hacia 2026.
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El Gobierno, sin embargo, se anticipó a ese argumento y en la noche del lunes el presidente Petro salió al paso de los comentarios sobre su supuesta intención de reelegirse. “Quien aprobó la reelección no fui yo. Yo voté en contra. El gobierno nacional no presenta ni apoya ninguna fórmula de reelección. El 7 de agosto me iré contento del Palacio, bastante contento si he reducido la pobreza en Colombia”, dijo en un trino. El mensaje, señalaron en el Congreso, habría tenido un efecto positivo para la suma de los siete votos que marcaron la diferencia.
Varios en la oposición mantienen su punto y dicen que el mandatario está “cañando” y que en cualquier momento puede sacar un decreto de emergencia. Al término de la elección, el presidente del Senado, Efraín Cepeda, hizo una advertencia en esa línea. “Espero sensatez en el magistrado Polo, para que sea guardián de la democracia. El pueblo colombiano rechaza una Constituyente, una ampliación del periodo presidencial”, aseguró.
El ministro Cristo se sumó a la discusión y dijo que en torno a la tensión se tejieron inventos de “ciencia ficción” y que las versiones de una Constituyente no tienen asidero, pues tal propuesta debería pasar por el Congreso y no hay tiempos, ambiente ni intención del Gobierno para ello.
Lo cierto es que, más allá de la discusión de si el nuevo magistrado es o no el candidato de Petro, el presidente demostró este martes que puede sumar mayorías en el Senado y que, seguramente, no solo lo volverá a intentar con las elecciones de magistrados, sino también con su agenda reformista.
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