Mitos y realidades de Iván Duque y Gustavo Petro
Los dos aspirantes que se disputan la Casa de Nariño han sido objeto de una avalancha de “noticias falsas”. Estos son algunos de los mensajes que han cobrado mayor protagonismo en el debate electoral.
-Lorena Arboleda Zárate @LorenaArboleda8 - Paulina Tejada Tirado @PauliTejadaT
Las noticias falsas han creado, como nunca antes —en parte gracias al desarrollo tecnológico en las comunicaciones—, una especie de realidad paralela en donde confundir la verdad con la ficción es altamente probable. Crear montajes y hacer viral un mensaje sin importar su veracidad son prácticas muy comunes, especialmente en las redes sociales, más aún en un momento coyuntural tan complejo como un proceso electoral. Por eso no sorprende que alrededor de los dos candidatos a la Presidencia de la República en segunda vuelta, Iván Duque y Gustavo Petro, se haya tejido una serie de mentiras que han calado en la sociedad colombiana, a tal punto de generar un temor extremo en torno al futuro inmediato para Colombia.
El Espectador identificó los principales mitos que les han asignado a los aspirantes del Centro Democrático y de la Colombia Humana en esta campaña política, para explicar de dónde provienen y qué sustento tienen, pero sobre todo con el fin de evitar que los electores definan su voto basándose en mentiras construidas a partir de las redes sociales. Que se eliminarán todas las altas cortes, que habrá un exmandatario gobernando en cuerpo ajeno, que en Colombia se implementará un modelo castrochavista y que habrá expropiación, son algunos de ellos.
Iván Duque
Eliminar las cortesEl candidato Iván Duque dice que promoverá una reforma judicial y política. Y aunque un proyecto de su partido radicado en 2014 sí propuso eliminar las cortes para dejar sólo una, y delegar la responsabilidad al presidente de la República para que elija al fiscal general, hoy formula un ‘pacto nacional’ antes de radicar dicha reforma. Se trata de una idea que será consensuada con todos los sectores para “analizar el tema de si hay demasiadas cortes, magistrados, qué problemas crea, el choque de trenes, costos fiscales”, como dice uno de sus alfiles, el exministro Jaime Castro. Pero la Corte Constitucional y la tutela serán protegidas. De hecho, en las últimas horas, Iván Duque y su fórmula vicepresidencial, Marta Lucía Ramírez, se reunieron con el presidente de la Corte Constitucional, Alejandro Linares, para establecer los pilares sobre los cuales giraría una eventual iniciativa si gana las elecciones.
Esa reforma tiene, al mismo tiempo, un capítulo reservado para la estructura política. El candidato uribista propuso en un debate reciente, reducir el número de congresistas y acabar con la Cámara de Representantes. El también exalcalde Castro lo explica de esta manera: “Las dos cámaras se justifican en un Estado federal, nosotros no somos Estado federal. O también funciona cuando es un Estado gremial. Es decir, dividido entre el sector del trabajo, de los obreros y trabajadores, y acá se ha discutido de si tiene sentido o razón de ser el sistema bicameral. No lo veo viable porque el Congreso no lo va a aprobar. Nadie se hace harakiri en política”, apunta Castro.
El ‘títere’ de Uribe
La crítica apunta a que si Iván Duque gana, el que gobernaría sería el expresidente Álvaro Uribe en cuerpo ajeno. “En Colombia ningún presidente ha sido títere de ningún jefe político, menos una persona como Duque, debidamente formada y con un gran criterito”, defiende su jefe de debate, el exgoberandor Luis Alfredo Ramos. El propio candidato ha dicho que su mentor se dedicará a su labor en el Senado –y más aún si es elegido presidente de la corporación- mientras que Duque se encargará de la jefatura de Estado. No obstante, es evidente –como el mismo Duque ha reconocido- que recibirá consejos o sugerencias de quienes han catapultado su aspiración, sin poner en riesgo su fuero presidencial y las decisiones que desde allí tome, como posible presidente de Colombia.
“Ese argumento aparece porque no logran atacar a Duque como tal, como candidato. No hay reparos a Duque como persona. Que va a ser un títere y a gobernar en cuerpo ajeno, eso lo utilizaron cuando Santos se lanzó en 2010 y se esgrimió desde la Ola Verde en ese entonces. En el país nunca ha habido títere de nadie. Ha habido un gran respeto por lo que se llama el fuero presidencial y ellos mismos lo hacen valer. Todo indica que Uribe va a ser el presidente del Senado”, señala Jaime Castro. No obstante, los detractores del uribismo afirman que la independencia de poderes entre el Ejecutivo y el Legislativo quedará en duda si Duque llega a la Casa de Nariño y Uribe se convierte en el presidente de la corporación, pues tendría control sobre el orden del día frente a los proyectos que se van a discutir, entre muchos otros asuntos.
Hacer ‘trizas’ el Acuerdo de Paz
La frase, pronunciada por el militante del Centro Democrático, Fernando Londoño, de “hacer trizas” el Acuerdo de Paz la ha contrariado el candidato Iván Duque al advertir, eso sí, que buscará hacer modificaciones a lo pactado en Cuba. Por ejemplo, no quitarles las curules que tiene la FARC en el Congreso -5 en el Senado y 5 en la Cámara de Representantes- pero sí evitar que los responsables de los crímenes más graves ocupen ese rol. Hoy, todo apunta a que los jefes de la antigua guerrilla se posesionarán el 20 de julio sin antes haber pasado por la Jurisdicción Especial de Paz que es la que determinará el tipo de sanción que estos deberán cumplir y si se compagina con su rol en el Congreso. Si no es así, tendrán que ceder el puesto a otro integrante de la naciente colectividad.
Otro de los cambios que busca hacerle Duque al Acuerdo de Paz es lograr que el narcotráfico sea eliminado como delito conexo al político. Lo anterior, dado que en el texto final pactado con la antigua organización rebelde permite establecer esa conexidad si se demuestra que dicha práctica fue para financiar la guerra. Estas modificaciones serían a través de un gran ‘Acuerdo Nacional’ del que hagan parte todas las fuerzas políticas, incluido el partido de la exguerrilla. “Imagino que, cuando Duque gane, van a hacer un balance a partir de agosto, como quién va a ocupar las zonas que tenían las Farc y a donde han llegado el Eln, los disidentes, las bandas criminales. La misma FARC ha dicho que quiere hacer modificaciones al Acuerdo de Paz”, destaca Jaime Castro.
Subir la edad pensional
Los rumores alrededor de este ‘mito’ surgieron de una declaración del expresidente Uribe en la Comisión Séptima del Senado en donde se opuso a un proyecto que buscaba reducir el número de semanas de cotización de las mujeres para acceder a la pensión. “Para qué generamos aplausos con unas aprobaciones en la Comisión que después son inaplicables. La expectativa de vida en Colombia ha venido mejorando, por eso hay muchos que dicen hoy que con la edad de 57 años para la mujer y de 62 para los hombres, cuando la expectativa de vida ya se está aproximando a los 80 años, que entonces esa edad sigue siendo baja”, fueron las palabras exactas del hoy senador del Centro Democrático,
Eso no significaba que buscara aumentar la edad de pensión para ellas (hoy en 57 años). Un asunto que, no obstante, le terminó costando a la campaña de Duque quien ha venido insistiendo en que mantendrá la edad de pensión y que protegerá la sustitución pensional.
Bajar impuestos a las empresas
Es una propuesta real del candidato Iván Duque pero muy criticada por sectores opositores, pues lo acusan de querer enriquecer a “los ricos” en el país. El argumento del candidato es que ese alivio económico podría generar más empleo e, incluso, un aumento en el salario mínimo, como lo advierte el exgobernador Ramos. ¿Es factible? Expertos como Allison Benson y Andrés Trejos afirman es buena la intención, pero podría generar riesgo fiscal. El analista Mauricio Vargas opina lo mismo, pero agrega dos condiciones para hacerla viable: controlar el gasto del Estado ‘despilfarrador’ y reducir la evasión tributaria con ayuda tecnológica.
Gustavo Petro
País “castrochavista”Aunque el fantasma del ‘castrochavismo’ amenaza con llegar a Colombia, de ser Gustavo Petro, actual candidato de la izquierda, el nuevo presidente, expertos aseguran que es poco probable seguir el mismo rumbo del país vecino, Venezuela, por el contrapeso del Congreso y otras instituciones democráticas que, a su vez, tienen una tendencia histórica de derecha. El exalcalde de Bogotá ha dicho que ese calificativo solo busca estigmatizarlo a través de la política del miedo y que su propuesta de modelo económico es muy distinta a la aplicada tanto por Fidel Castro, como por Hugo Chávez.
Aída Avella, senadora de los Decentes, aseguró que “esa es una de las mentiras que se han inventado para esta campaña. Petro no hará nada que se parezca a lo que hay en Venezuela, todo lo contrario. No quiere una economía anclada a un producto, sino ampliar la forma de progresar y revitalizar la agroindustria”.
Enemigo de lo privado
Gremios empresariales y sectores sociales temen que un mandato de Petro sea sinónimo de expropiación. Si bien es cierto que el programa de gobierno del aspirante por la Colombia Humana proyecta políticas encaminadas a la equidad y la justicia social, como subir los impuestos a las grandes extensiones de tierra que no estén siendo productivas para estimular el desarrollo del campo, el candidato a la Casa de Nariño ha reiterado que este procedimiento no procura estatizar la economía, “sino democratizarla”.
En abril de este año, en medio de la contienda electoral, un trino lo llevó aún más a estar bajo la mirada de los empresarios y terratenientes del país, cuando le propuso a Ardila Lulle vender su hacienda de Incauca al Estado para que este, a su vez, la entregara al campesinado para producir alimento. Por ello, muchos lo tacharon de expropiador. A lo que él se defendió diciendo: “si hago una solicitud a Ardilla Lulle de compra de Incauca a precio justo, eso no se llama expropiar, se llama comprar y, ¿para qué?, para que la tierra fértil del Cauca produzca menos azúcar dañina y etanol y más producción diversa en manos de gente sin tierra”. De hecho, el candidato dice que se refugia en “la función social y ecológica de la propiedad privada” contemplada por el artículo 58 de la Carta Política.
Nueva Constitución
Al comienzo de su campaña, Petro había planteado convocar “una constituyente territorializada y pluralista que haga las reformas que no hizo la Constitución del 91: la del territorio, la salud, la educación, la Justicia, la Política y el tránsito hacia una economía productiva.”, lo que dio pie a que sus detractores insistieran en que utilizaría este mecanismo para perpetuarse en el poder.
No obstante, en los últimos días, Ángela María Robledo, fórmula vicepresidencial de la Colombia Humana, sostuvo que “no habrá una constituyente” en un eventual gobierno de la dupla, además, porque “que haya un respeto por la institucionalidad” fue uno de los acuerdos con el sector de la Alianza Verde que decidió acompañar su aspiración.
El nuevo camino que tomaría Gustavo Petro en este sentido sería el de apostar a llegar a consensos “sobre lo fundamental” en el Congreso de la República pues, según él, los resultados del pasado 11 de marzo auguran una corporación con una robusta presencia de fuerzas alternativas.
Candidato de las Farc
“Me parece apenas lógico que alguien que firmó un acuerdo vote por quien proteja lo acordado”, dice el aspirante por la Colombia Humana, quien argumenta que eso no implica que, de recibir el apoyo de la FARC, la antigua guerrilla y ahora fuerza política vaya a cogobernar con él en un eventual mandato. En redes sociales rondó una fotografía falsa en la que sus líderes aparecen vistiendo camisetas en su apoyo, sin embargo, es importante anotar que, desde que Rodrigo Londoño, conocido como ‘Timochenko’ retiró su candidatura, la colectividad dejó a sus miembros en libertad de elegir por quién votar en las presidenciales.
Propuestas populistas
Gratuidad escolar, energías limpias, economía equitativa, zonas rurales productivas, EPS abolidas y democratización de la riqueza son algunas de las propuestas por las que acusan a Petro de “populista”. Sin embargo, él asegura que todas son realizables e incluso durantte algunos foros, debates y entrevistas ha explicado en detalle cómo serán financiadas. El exalcalde pone como ejemplo sus logros en salud o educación durante su administración en Bogotá, y promete usar la regla de la sostenibilidad fiscal para no poner en riesgo la economía del país a la hora de implementarlas.
También le puede interesar:
Las noticias falsas han creado, como nunca antes —en parte gracias al desarrollo tecnológico en las comunicaciones—, una especie de realidad paralela en donde confundir la verdad con la ficción es altamente probable. Crear montajes y hacer viral un mensaje sin importar su veracidad son prácticas muy comunes, especialmente en las redes sociales, más aún en un momento coyuntural tan complejo como un proceso electoral. Por eso no sorprende que alrededor de los dos candidatos a la Presidencia de la República en segunda vuelta, Iván Duque y Gustavo Petro, se haya tejido una serie de mentiras que han calado en la sociedad colombiana, a tal punto de generar un temor extremo en torno al futuro inmediato para Colombia.
El Espectador identificó los principales mitos que les han asignado a los aspirantes del Centro Democrático y de la Colombia Humana en esta campaña política, para explicar de dónde provienen y qué sustento tienen, pero sobre todo con el fin de evitar que los electores definan su voto basándose en mentiras construidas a partir de las redes sociales. Que se eliminarán todas las altas cortes, que habrá un exmandatario gobernando en cuerpo ajeno, que en Colombia se implementará un modelo castrochavista y que habrá expropiación, son algunos de ellos.
Iván Duque
Eliminar las cortesEl candidato Iván Duque dice que promoverá una reforma judicial y política. Y aunque un proyecto de su partido radicado en 2014 sí propuso eliminar las cortes para dejar sólo una, y delegar la responsabilidad al presidente de la República para que elija al fiscal general, hoy formula un ‘pacto nacional’ antes de radicar dicha reforma. Se trata de una idea que será consensuada con todos los sectores para “analizar el tema de si hay demasiadas cortes, magistrados, qué problemas crea, el choque de trenes, costos fiscales”, como dice uno de sus alfiles, el exministro Jaime Castro. Pero la Corte Constitucional y la tutela serán protegidas. De hecho, en las últimas horas, Iván Duque y su fórmula vicepresidencial, Marta Lucía Ramírez, se reunieron con el presidente de la Corte Constitucional, Alejandro Linares, para establecer los pilares sobre los cuales giraría una eventual iniciativa si gana las elecciones.
Esa reforma tiene, al mismo tiempo, un capítulo reservado para la estructura política. El candidato uribista propuso en un debate reciente, reducir el número de congresistas y acabar con la Cámara de Representantes. El también exalcalde Castro lo explica de esta manera: “Las dos cámaras se justifican en un Estado federal, nosotros no somos Estado federal. O también funciona cuando es un Estado gremial. Es decir, dividido entre el sector del trabajo, de los obreros y trabajadores, y acá se ha discutido de si tiene sentido o razón de ser el sistema bicameral. No lo veo viable porque el Congreso no lo va a aprobar. Nadie se hace harakiri en política”, apunta Castro.
El ‘títere’ de Uribe
La crítica apunta a que si Iván Duque gana, el que gobernaría sería el expresidente Álvaro Uribe en cuerpo ajeno. “En Colombia ningún presidente ha sido títere de ningún jefe político, menos una persona como Duque, debidamente formada y con un gran criterito”, defiende su jefe de debate, el exgoberandor Luis Alfredo Ramos. El propio candidato ha dicho que su mentor se dedicará a su labor en el Senado –y más aún si es elegido presidente de la corporación- mientras que Duque se encargará de la jefatura de Estado. No obstante, es evidente –como el mismo Duque ha reconocido- que recibirá consejos o sugerencias de quienes han catapultado su aspiración, sin poner en riesgo su fuero presidencial y las decisiones que desde allí tome, como posible presidente de Colombia.
“Ese argumento aparece porque no logran atacar a Duque como tal, como candidato. No hay reparos a Duque como persona. Que va a ser un títere y a gobernar en cuerpo ajeno, eso lo utilizaron cuando Santos se lanzó en 2010 y se esgrimió desde la Ola Verde en ese entonces. En el país nunca ha habido títere de nadie. Ha habido un gran respeto por lo que se llama el fuero presidencial y ellos mismos lo hacen valer. Todo indica que Uribe va a ser el presidente del Senado”, señala Jaime Castro. No obstante, los detractores del uribismo afirman que la independencia de poderes entre el Ejecutivo y el Legislativo quedará en duda si Duque llega a la Casa de Nariño y Uribe se convierte en el presidente de la corporación, pues tendría control sobre el orden del día frente a los proyectos que se van a discutir, entre muchos otros asuntos.
Hacer ‘trizas’ el Acuerdo de Paz
La frase, pronunciada por el militante del Centro Democrático, Fernando Londoño, de “hacer trizas” el Acuerdo de Paz la ha contrariado el candidato Iván Duque al advertir, eso sí, que buscará hacer modificaciones a lo pactado en Cuba. Por ejemplo, no quitarles las curules que tiene la FARC en el Congreso -5 en el Senado y 5 en la Cámara de Representantes- pero sí evitar que los responsables de los crímenes más graves ocupen ese rol. Hoy, todo apunta a que los jefes de la antigua guerrilla se posesionarán el 20 de julio sin antes haber pasado por la Jurisdicción Especial de Paz que es la que determinará el tipo de sanción que estos deberán cumplir y si se compagina con su rol en el Congreso. Si no es así, tendrán que ceder el puesto a otro integrante de la naciente colectividad.
Otro de los cambios que busca hacerle Duque al Acuerdo de Paz es lograr que el narcotráfico sea eliminado como delito conexo al político. Lo anterior, dado que en el texto final pactado con la antigua organización rebelde permite establecer esa conexidad si se demuestra que dicha práctica fue para financiar la guerra. Estas modificaciones serían a través de un gran ‘Acuerdo Nacional’ del que hagan parte todas las fuerzas políticas, incluido el partido de la exguerrilla. “Imagino que, cuando Duque gane, van a hacer un balance a partir de agosto, como quién va a ocupar las zonas que tenían las Farc y a donde han llegado el Eln, los disidentes, las bandas criminales. La misma FARC ha dicho que quiere hacer modificaciones al Acuerdo de Paz”, destaca Jaime Castro.
Subir la edad pensional
Los rumores alrededor de este ‘mito’ surgieron de una declaración del expresidente Uribe en la Comisión Séptima del Senado en donde se opuso a un proyecto que buscaba reducir el número de semanas de cotización de las mujeres para acceder a la pensión. “Para qué generamos aplausos con unas aprobaciones en la Comisión que después son inaplicables. La expectativa de vida en Colombia ha venido mejorando, por eso hay muchos que dicen hoy que con la edad de 57 años para la mujer y de 62 para los hombres, cuando la expectativa de vida ya se está aproximando a los 80 años, que entonces esa edad sigue siendo baja”, fueron las palabras exactas del hoy senador del Centro Democrático,
Eso no significaba que buscara aumentar la edad de pensión para ellas (hoy en 57 años). Un asunto que, no obstante, le terminó costando a la campaña de Duque quien ha venido insistiendo en que mantendrá la edad de pensión y que protegerá la sustitución pensional.
Bajar impuestos a las empresas
Es una propuesta real del candidato Iván Duque pero muy criticada por sectores opositores, pues lo acusan de querer enriquecer a “los ricos” en el país. El argumento del candidato es que ese alivio económico podría generar más empleo e, incluso, un aumento en el salario mínimo, como lo advierte el exgobernador Ramos. ¿Es factible? Expertos como Allison Benson y Andrés Trejos afirman es buena la intención, pero podría generar riesgo fiscal. El analista Mauricio Vargas opina lo mismo, pero agrega dos condiciones para hacerla viable: controlar el gasto del Estado ‘despilfarrador’ y reducir la evasión tributaria con ayuda tecnológica.
Gustavo Petro
País “castrochavista”Aunque el fantasma del ‘castrochavismo’ amenaza con llegar a Colombia, de ser Gustavo Petro, actual candidato de la izquierda, el nuevo presidente, expertos aseguran que es poco probable seguir el mismo rumbo del país vecino, Venezuela, por el contrapeso del Congreso y otras instituciones democráticas que, a su vez, tienen una tendencia histórica de derecha. El exalcalde de Bogotá ha dicho que ese calificativo solo busca estigmatizarlo a través de la política del miedo y que su propuesta de modelo económico es muy distinta a la aplicada tanto por Fidel Castro, como por Hugo Chávez.
Aída Avella, senadora de los Decentes, aseguró que “esa es una de las mentiras que se han inventado para esta campaña. Petro no hará nada que se parezca a lo que hay en Venezuela, todo lo contrario. No quiere una economía anclada a un producto, sino ampliar la forma de progresar y revitalizar la agroindustria”.
Enemigo de lo privado
Gremios empresariales y sectores sociales temen que un mandato de Petro sea sinónimo de expropiación. Si bien es cierto que el programa de gobierno del aspirante por la Colombia Humana proyecta políticas encaminadas a la equidad y la justicia social, como subir los impuestos a las grandes extensiones de tierra que no estén siendo productivas para estimular el desarrollo del campo, el candidato a la Casa de Nariño ha reiterado que este procedimiento no procura estatizar la economía, “sino democratizarla”.
En abril de este año, en medio de la contienda electoral, un trino lo llevó aún más a estar bajo la mirada de los empresarios y terratenientes del país, cuando le propuso a Ardila Lulle vender su hacienda de Incauca al Estado para que este, a su vez, la entregara al campesinado para producir alimento. Por ello, muchos lo tacharon de expropiador. A lo que él se defendió diciendo: “si hago una solicitud a Ardilla Lulle de compra de Incauca a precio justo, eso no se llama expropiar, se llama comprar y, ¿para qué?, para que la tierra fértil del Cauca produzca menos azúcar dañina y etanol y más producción diversa en manos de gente sin tierra”. De hecho, el candidato dice que se refugia en “la función social y ecológica de la propiedad privada” contemplada por el artículo 58 de la Carta Política.
Nueva Constitución
Al comienzo de su campaña, Petro había planteado convocar “una constituyente territorializada y pluralista que haga las reformas que no hizo la Constitución del 91: la del territorio, la salud, la educación, la Justicia, la Política y el tránsito hacia una economía productiva.”, lo que dio pie a que sus detractores insistieran en que utilizaría este mecanismo para perpetuarse en el poder.
No obstante, en los últimos días, Ángela María Robledo, fórmula vicepresidencial de la Colombia Humana, sostuvo que “no habrá una constituyente” en un eventual gobierno de la dupla, además, porque “que haya un respeto por la institucionalidad” fue uno de los acuerdos con el sector de la Alianza Verde que decidió acompañar su aspiración.
El nuevo camino que tomaría Gustavo Petro en este sentido sería el de apostar a llegar a consensos “sobre lo fundamental” en el Congreso de la República pues, según él, los resultados del pasado 11 de marzo auguran una corporación con una robusta presencia de fuerzas alternativas.
Candidato de las Farc
“Me parece apenas lógico que alguien que firmó un acuerdo vote por quien proteja lo acordado”, dice el aspirante por la Colombia Humana, quien argumenta que eso no implica que, de recibir el apoyo de la FARC, la antigua guerrilla y ahora fuerza política vaya a cogobernar con él en un eventual mandato. En redes sociales rondó una fotografía falsa en la que sus líderes aparecen vistiendo camisetas en su apoyo, sin embargo, es importante anotar que, desde que Rodrigo Londoño, conocido como ‘Timochenko’ retiró su candidatura, la colectividad dejó a sus miembros en libertad de elegir por quién votar en las presidenciales.
Propuestas populistas
Gratuidad escolar, energías limpias, economía equitativa, zonas rurales productivas, EPS abolidas y democratización de la riqueza son algunas de las propuestas por las que acusan a Petro de “populista”. Sin embargo, él asegura que todas son realizables e incluso durantte algunos foros, debates y entrevistas ha explicado en detalle cómo serán financiadas. El exalcalde pone como ejemplo sus logros en salud o educación durante su administración en Bogotá, y promete usar la regla de la sostenibilidad fiscal para no poner en riesgo la economía del país a la hora de implementarlas.
También le puede interesar: