Velásquez y Jaramillo defendieron ante el Congreso por qué no deberían salir de sus cargos

Dos de los ministros más cercanos al corazón del presidente Gustavo Petro llegaron, este martes en diferentes horas, a las plenarias de Cámara y Senado, para enfrentar las mociones de censura que desde la oposición buscan sacarlos de sus cargos. Por un lado, al ministro de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo, le tocó asistir a esta discusión en la Cámara el mismo día en que fue notificado que hay una mayoría que hundiría la reforma que ha venido impulsando en el Senado. Por el otro lado, el ministro de Defensa, Iván Velásquez, quien horas después de Jaramillo, llegó a la plenaria de Senado para enfrentar el debate en un momento en el que se sabe que hay 230 mil hectáreas de cultivos ilícitos y 331 masacres registradas en 2023 y en el que se cuestiona la política de paz total.

Dos de los ministros más cercanos al corazón del presidente Gustavo Petro llegaron, este martes en diferentes horas, a las plenarias de Cámara y Senado, para enfrentar las mociones de censura que desde la oposición buscan sacarlos de sus cargos. Por un lado, al ministro de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo, le tocó asistir a esta discusión en la Cámara el mismo día en que fue notificado que hay una mayoría que hundiría la reforma que ha venido impulsando en el Senado. Por el otro lado, el ministro de Defensa, Iván Velásquez, quien horas después de Jaramillo, llegó a la plenaria de Senado para enfrentar el debate en un momento en el que se sabe que hay 230 mil hectáreas de cultivos ilícitos y 331 masacres registradas en 2023 y en el que se cuestiona la política de paz total.

Los dos debates de moción de censura, a los cuales no asistió el ministro del Interior, Luis Fernando Velasco, tuvieron lugar en un día en el que se logró destrabar institucionalmente la elección de la nueva fiscal general Luz Adriana Camargo por parte de la Corte Suprema de Justicia, pero, en todo caso, este pulso entre la administración de Petro y la oposición, que tiene pendiente enfrentar la sesión de votación, deja entrever que será un año complejo en el Congreso para el Gobierno Nacional.

A penas había empezado el debate de moción de censura en contra del ministro Jaramillo cuando se supo en los corredores del Congreso que el proyecto de reforma a la salud, virtualmente, se había hundido. Mientras algunos representantes preparaban sus intervenciones para cuestionar al jefe de la cartera de Salud en el Salón Elíptico, la senadora del Partido de la U Norma Hurtado se disponía a firmar la ponencia de archivo del proyecto de reforma. Con su apoyo, se consolidó un grupo mayoritario de ocho congresistas de la Comisión Séptima, la cantidad suficiente para hundir la reforma al sistema de salud colombiano una vez se dé la votación.

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En el lugar de la plenaria de la Cámara, la representante de Cambio Radical Carolina Arbeláez fue la encargada de dar la noticia, cuando tomó la palabra como citante a la moción de censura. “Perdimos la batalla, pero no la guerra”, dijo al contarle a sus colegas que, al parecer, la reforma a la salud no va más. Una hora antes, la congresista estuvo junto a algunos de ellos, al igual que con senadores y concejales, lanzando el proyecto “Promotores de la legalidad”, que busca tumbar varios decretos y medidas del gobierno del presidente Gustavo Petro, empezando por Jóvenes en Paz, una muestra más de cómo el Centro Democrático, Cambio Radical y otros partidos de oposición están tratando de hacer un frente unido en contra de los planes del primer mandatario.

La moción de censura comenzó sobre el mediodía, dos horas después de lo que se había estipulado. En su intervención, después de que tomaran la palabra Marelen Castillo (Liga de Gobernantes Anticorrupción) y Miguel Polo Polo (Partido Ecologista), Arbeláez aseguró durante su intervención en que Jaramillo suscribió un convenio interadministrativo con la Policía y la Aerocivil para que el ministro se transportara en un avión privado.

Entre los reclamos que le hicieron los representantes desde las diferentes bancadas también estuvo el desabastecimiento de medicamentos en el país, el presunto incumplimiento de sus funciones como ministro e incluso las declaraciones que dio Jaramillo en noviembre del año pasado, en debate de control político, cuando aseguró que las vacunas contra el covid-19 fueron “un experimento” con los colombianos que entraron “sin permiso” al país.

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En los pasillos del Congreso se dice que algo en esta moción de censura es diferente. En el ambiente, por lo menos, es palpable la incomodidad por parte de quienes apoyan al gobierno Petro tras lo sucedido en el Senado con la reforma a la salud. Durante su intervención, Alfredo Mondragón, del Pacto Histórico, dijo que la noticia del día no era que el proyecto se hubiera hundido, porque aún falta la votación formal en la Comisión, sino “que se cayó la narcofiscalía”, estableció desde el atril, haciendo referencia a la elección de la nueva fiscal Luz Adriana Camargo, por parte de la Corte Suprema de Justicia.

Más aún, cuando el conservador Luis Miguel López intervino diciendo que la reforma se había hundido, fue interrumpido por el expresidente de la Cámara Agmeth Escaf. “No mienta”, gritó el representante, quien procedió a acercarse al podio para decirle de cerca a su homólogo “no se ha hundido”. El presidente de la corporación, Andrés Calle, pidió respeto.

Mientras tanto, el presidente Petro dijo que no retirará la reforma y la senadora Martha Peralta, también del Pacto Histórico y presidenta de la Comisión Séptima, mencionó que el Gobierno está dispuesto a redactar una ponencia alternativa con los ocho senadores que firmaron la ponencia de archivo, entre los que están Lorena Ríos Cuéllar (Colombia Justa Libres), Alirio Barrera (Centro Democrático), Nadia Blel Scaff (Partido Conservador) y Miguel Ángel Pinto (Liberal).

Pero más allá de esto, algunos congresistas aseguran que, además del Centro Democrático y Cambio Radical, en esta moción de censura hay respaldos en sectores que antes no había, por ejemplo, un sector de los verdes y los liberales, y que, en ese sentido, se esperaría que, aunque probablemente estos no alcancen para sacar al ministro de su cargo, los números sean diferentes en comparación con las mociones anteriores, con los 24 votos que se registraron a favor de sacar a Irene Vélez, exministra de Minas y Energía, o los 13 del canciller Álvaro Leyva hace poco menos de un año. Se estima que haya entre 30 y 45 votos a favor de alejar a Jaramillo de su cargo.

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Por su parte, David Racero, del Pacto Histórico, dijo que “este Gobierno sí ha pensado cómo solucionar un problema endémico que se ha presentado año tras año”, no hay ningún tipo de sustento argumentativo para llevar al ministro a una moción de censura.

Sobre las 6 de la tarde, el ministro Jaramillo finalmente tomó la palabra. Comenzó su defensa asegurando que el desabastecimiento de medicamentos “no está solo en Colombia, sino en el mundo entero”, y que, además, la problemática “no comenzó con la llegada de este gobierno”. Acerca de los presupuestos máximos, dijo que ”la entidad se encuentra al día en el cumplimiento de sus obligaciones”.

Mientras que el jefe de la cartera de la Salud tomaba el micrófono en el Salón Elíptico, en el Recinto de la Plenaria, el ministro de Defensa, Iván Velásquez, se preparaba para enfrentar su propio debate de moción de censura. Es la segunda vez que lo hace, pues hace menos de un año había pasado por el mismo proceso en la corporación que el hoy cuestionado Jaramillo. En su caso, Velásquez tendrá que responder por las supuestas fallas de la política de “paz total”, el número de masacres y la fuerza de las estructuras criminales.

En mayo de 2023, el jefe de la mencionada cartera, en la Cámara, se logró mantener en su cargo con solo 17 votos a favor de sacarlo. A pesar de ser en Senado, parecería que en esta ocasión los números subirían un poco. Los citantes estiman que haya cerca de 30 votos a favor de la moción de censura. A diferencia de lo que dicen las voces en la Cámara, en el Senado solamente se espera que, de los verdes, Jota Pe Hernández, quien también convocó el debate, vote a favor.

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Este martes también quedó elegida como nueva fiscal general Luz Adriana Camargo, quien trabajó cerca del ministro durante varios años en lugares como la Corte Suprema de Justicia y en la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CIGIG).

Al igual que pasó en la Cámara, las palabras de los citantes a la moción del ministro de Defensa comenzaron por la celebración del hundimiento virtual de la reforma a la salud. Miguel Uribe, senador del Centro Democrático y citante al debate, felicitó a sus ocho homólogos de la Comisión Séptima que firmaron la ponencia de archivo. Luego tomó la palabra el senador de la Alianza Verde, Jota Pe Hernández, quien compartió videos de grupos criminales mientras inauguraban obras de infraestructura, y Uribe compartió cifras como que el Ejército de Liberación Nacional (ELN) haya expandido su presencia de 189 municipios a 231 y que el Clan del Golfo ahora esté en 20 departamentos en lugar de en 12.

Otros citantes al debate, como Paloma Valencia, cuestionaron el hecho de que las violaciones al cese al fuego por parte de los grupos que negocian con el Gobierno Nacional sean datos de información bajo reserva.

Iván Cepeda, senador del Pacto Histórico, le llamó la atención a la mesa que no permitiera que los congresistas se refirieran al presidente en términos como “criminal”. María José Pizarro, a quien recientemente la sacaron de la Vicepresidencia del Senado, cuestionó cuál es la paz que se construye cuando se trata a su primer mandatario de delincuente.

Sobre las 9:30 p.m. el ministro Velásquez finalmente tomó la palabra en el recinto. “El tema de la seguridad no es un tema de partidos politicos”, anotó. “Cuando presentamos las cifras de las que disponemo, no ocultamos realidades. Yo fui el primero quien reconoció el incremento tan alto que tuvo el secuestro en 2023”, agregó.

La discusión subió de tono cuando el jefe de la cartera de Defensa anotó que algunos de los citantes presentaron material que podría prestarse desinformar, lo que generó una reacción airada del senador Hernández, quien se levantó de su curul y a los gritos le pidió respeto a Velásquez.

La reacción le valió un jalón de orejas del presidente del Senado, Iván Name, y de varios integrantes de la bancada de Gobierno, entre ellos María José Pizarro, quien lo tildó de “perro rabioso”. El hecho volvió a desatar la molestia del senador “Jota Pe” que se fue hasta el puesto de la senadora para grabar un video señalando que “la que me habla de respeto me trata de perro rabioso”.

El próximo paso será crucial en estas tensiones políticas que atraviesan los sectores de Salud y Defensa. En apenas ocho días, se llevarán a cabo las votaciones de las dos mociones de censura contra Jaramillo y Velásquez, las cuales, aunque probablemente no terminan removiendo a ninguno de los dos de su cargo, son un indicador de cómo el pulso político entre Petro y la oposición, que en las últimas semanas ha tenido como escenario la plaza pública, también sigue apretándose en el Congreso de la República.

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