Se avecina una caída en el número de mujeres candidatas para estas elecciones
En Bogotá y Barranquilla no hay una sola mujer disputándose la alcaldía. En otras regiones hay quejas por avales que nunca fueron otorgados, pese a haber sido prometidos por partidos políticos. La Registraduría dará un consolidado en los próximos días.
Laura C. Peralta Giraldo
A Aleida Parra el partido Mais le prometió un aval para oficializar su candidatura al Concejo de El Paujil, Caquetá. Con la certeza de que sería parte de la lista, inició una precampaña en su municipio, visitó barrios, habló en emisoras y explicó cuál sería su objetivo si ganaba un cupo en esa corporación. Pero el plazo para inscribirse ante la Registraduría se cerró el sábado pasado y su credencial no llegó. Pidió explicaciones y, según ella, la ignoraron.
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A Aleida Parra el partido Mais le prometió un aval para oficializar su candidatura al Concejo de El Paujil, Caquetá. Con la certeza de que sería parte de la lista, inició una precampaña en su municipio, visitó barrios, habló en emisoras y explicó cuál sería su objetivo si ganaba un cupo en esa corporación. Pero el plazo para inscribirse ante la Registraduría se cerró el sábado pasado y su credencial no llegó. Pidió explicaciones y, según ella, la ignoraron.
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Lady Baena, concejal de Rionegro, Antioquia, también se quedó sin saber por qué su aval nunca llegó y, aunque elevó una acción de tutela pidiendo una respuesta, el Partido de la U sigue en silencio: “Yo ya había iniciado campaña, me dijeron que estaba a paz y salvo, presenté documentos solicitando mi aval, pero se llegó el último día para inscripciones, el 29 de julio, y mi nombre no estaba en la lista al Concejo”.
Su hipótesis es que esa colectividad no le dio un cupo en sus listas por haber denunciado a uno de sus compañeros por presunta violencia política. “En estos años como concejal me apagaba el micrófono, me hostigaba, me cansé, denuncié y se abrió el proceso en el Comité de Ética de la U. Él dijo que no iba a perdonar que yo lo denunciara. ¿Con qué confianza denunciamos que somos víctimas de violencia política si luego nos van a quitar el aval como represalia?”, señaló Baena.
Y no son los únicos casos. Sharilyn Villa también se quedó a la espera del aval que le prometió la Colombia Humana para aspirar al Concejo de Girón, Santander. Hechos similares se vivieron en el Valle, departamento en el que Mayté Misas declinó en su candidatura a la Asamblea por falta de garantías, pues el Pacto Histórico cerró su lista y les dejó los primeros cinco lugares a hombres. “Espero que mi renuncia sirva para que reculen, recapaciten y cumplan con la lista paritaria, que es una deuda histórica”, dijo.
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Aunque todavía la Registraduría no tiene el consolidado de cuántas mujeres se inscribieron como aspirantes a gobernaciones, alcaldías, asambleas, concejos y juntas administradoras locales, desde ya hay voces que alertaron sobre una reducción en este tipo de listas por las barreras que varias candidatas encontraron para seguir adelante en sus aspiraciones.
“Se identificó un proceso con incertidumbre, presupuestos escasos, falta de claridad en las reglas y esquivos respaldos”, denunció la organización Ruta Pacífica de Mujeres. Esto fue respaldado por Politikonas, que aseguró que de las 200 campañas femeninas a las que le hicieron seguimiento, solo el 30 % recibió aval, el 20 % terminó desistiendo y el 30 % optó por cambiar de partido.
El otro tema que estas organizaciones pusieron sobre la mesa es la reducción en el número de candidatas, que si bien aún está por consolidarse ya tiene un antecedente. Hace cuatro años se evidenció, según cifras de la Registraduría, una baja en la elección de alcaldesas y gobernadoras: de las 1.101 alcaldías, solo 132 mujeres llegaron a esta silla, disminuyendo un 9,8 % con respecto a 2016; y en el caso de las gobernaciones, se pasó de cinco mujeres gobernadoras en 2015 a solo dos en 2019.
El panorama parece complejo de cara a las regionales del 29 de octubre próximo. Para este 2023 no hay candidatas mujeres para las alcaldías de Barranquilla y Bogotá (aunque quien entregará la batuta en la capital es Claudia López), tampoco para las gobernaciones de Santander y de Antioquia. Y apenas hay una candidatura femenina en las contiendas de Bucaramanga, Manizales, Valle y Boyacá. En Cali y Cartagena hay dos por cada alcaldía, mientras que hay más de siete hombres compitiendo para esas corporaciones.
No solo es difícil conseguir un aval, porque también deben enfrentar barreras económicas. “Muchos estudios lo dicen, las candidatas mujeres tienen menos posibilidades de acceder a créditos y a financiación para campañas”, indicó la concejal y exprecandidata a la Alcaldía de Bogotá María Fernanda Rojas, quien agregó que “si en la capital no hay mujeres en el tarjetón es porque ningún partido quiso apoyarlas, no porque no quieran”.
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Todo contrasta con normas que el Congreso ha venido aprobando en favor de la participación política de las mujeres, como la paridad en altos cargos del Estado y la sanción a la violencia política, pero todo indica que poco o nada se han cumplido.
Por eso, persiste el llamado a que se amplíe la cuota de género para la conformación de las listas a cargos de elección popular, que hasta ahora se mantiene en un mínimo 30 % de mujeres, así como la solicitud a los partidos políticos para que asuman compromisos reales que garanticen que más mujeres lleguen a los cargos.
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