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Guillermo León Escobar llegó al El Vaticano en febrero de 2015 para ocupar el cargo de embajador de Colombia. Ya había ostentado ese puesto entre los años 1998 y 2007, cuando el papa era Juan Pablo II. Los presidentes colombianos confiaban en sus conocimientos, ya que era uno de las personas que más conocía la Iglesia y a la Santa Sede, y por eso fue nombrado varias veces representante del Estado. (Lea aquí un perfil de "Guillermó León, el colombiano que les dictó cátedra a los papas")
Este domingo, tras una carrera llena de éxitos y reconocimientos por su aporte a la paz, falleció el diplomático en Italia (Roma), a sus 73 años. El Gobierno confirmó la noticia y el presidente lamentó la pérdida. "Inmenso dolor por el fallecimiento de nuestro embajador en El Vaticano, Guillermo León Escobar. Hombre de grandes cualidades intelectuales y humanas. Su gestión permitió la visita del papa Francisco. Que Dios lo tenga en su gloria, mis condolencias para su familia", dijo el mandatario Juan Manuel Santos.
De acuerdo con Caracol Radio, el diplomático tenía cáncer de colon desde hacía un tiempo, y en los últimos días tuvo una recaída que lo internó en una clínica de Italia.
León era sociólogo de la Universidad Pontificia de Medellín, y filósofo y teólogo de la Universidad Bonn, en Alemania. Y según la Cancillería colombiana, durante 20 años fue asesor del Consejo Episcopal Latinoamericano, consultor en el Pontificio Consejo de la Familia y el Pontificio Consejo para los Laicos. Era uno de los hombres que más sabía del catolicismo y era un creyente ferviente.
Fue profesor de sacerdotes y de especialistas en ciencias políticas en la Universidad Javeriana, y maestro de religiosos en la Pontificia Universidad Gregoriana en Roma. “Belisario fue el que me aventó al mundo del poder político”, aseguró León a El Espectador el pasado mes de septiembre. Durante el gobierno de Betancur ocupó el cargo de director genera de la Inspección Educativa y luego se convirtió en asesor de la Conferencia Episcopal.
Durante su gestión en El Vaticano se convirtió en uno de los artífices de la visita del Papa Francisco a Colombia y de la participación de la Santa Sede en el proceso de paz entre el Gobierno y las Farc, que terminó en un acuerdo para ponerle fin a cinco décadas de conflicto armado.