“No podemos volver la paz un ‘show’publicitario”: Mauricio Lizcano
El director del Dapre habla del Ministerio de la Igualdad, que será liderado por la vicepresidenta y cuyo proyecto se presentará pronto. También se refirió al Ministerio de la Paz, que no sería un tema de este semestre.
¿Cómo llegó a ser director del Departamento Administrativo de Presidencia de la República del primer gobierno de izquierda?
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¿Cómo llegó a ser director del Departamento Administrativo de Presidencia de la República del primer gobierno de izquierda?
La respuesta es muy sencilla: soy director del Dapre porque el presidente me invitó a formar parte del Gobierno. No se gestó nada. El 6 de agosto, un día antes de su posesión, recibí una llamada de él, a las casi 11:00 de la noche, para hacerme la propuesta. No hubo ningún acuerdo previo, nunca habíamos hablado de eso.
¿Por qué decidió adherir al Gobierno, si usted siempre estuvo en toldas ideológicas completamente distintas?
Primero, yo ya lo había acompañado en la campaña desde la primera vuelta. Habíamos coincidido en muchos temas, especialmente en torno a ciencia y tecnología, asuntos sobre los que previamente habíamos tenido largas discusiones. Desde que estuve en Harvard estudiando me di cuenta de que Colombia tenía que girar a un modelo mucho más progresista, mucho menos clientelista y mucho más humano.
A raíz de eso, desde que volví de Estados Unidos yo venía ya con la idea de querer acompañar al presidente porque era lo que se necesitaba para este momento de la historia. Lo acompañé como lo hizo cualquier otro ciudadano, sin ningún acuerdo político y sin ninguna contraprestación. Las cosas se fueron dando, tuve la oportunidad de ser uno de los coordinadores del empalme, y eso sí ayudó mucho porque el presidente, en ese momento, pudo haber conocido en detalle mi capacidad técnica. Modestia aparte, creo que hicimos un gran trabajo en el empalme, fue técnico e histórico. Nunca he hablado esto con él, pero creo que mis resultados en el empalme fueron lo que lo cautivaron para llamarme a hacer parte del Gobierno.
¿Cómo describe el liderazgo de Petro en este mes de trabajo?
Es un reformador, un líder innovador que piensa por fuera de lo que todos los códigos de gobierno en el mundo piensan. Es un genio, que todas las soluciones las piensa alrededor del ser humano, del medio ambiente, y de la inclusión. Tiene muy claro que esos tres elementos son el eje de sus decisiones. Tiene una doctrina personal e ideológica de muchos años, que no ha cambiado. No es un soñador, es lo suficientemente pragmático para buscar acuerdos rápidos y tomar decisiones que se encaminen a los resultados.
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¿Cuál es la bandera más importante que el Gobierno va a impulsar este año?
El Gobierno tiene un camino que es hacia la “paz total”. La palabra camino significa mucho, porque los caminos no son fáciles. Este tiene tres pilares: la justicia social, ambiental y económica.
Ha habido crítica por el nombramiento del ministro de Transporte, por el caso de plagio y su falta de experiencia en el sector. ¿Se ha equivocado Petro con algunos nombramientos de ministros?
Yo creo que por sus hechos los conoceréis. El presidente se dará cuenta si se equivocó o no cuando haya un período de tiempo en el cual podamos medir los resultados. Por ahora hay personas en las que él ha confiado porque los ha conocido a lo largo de su vida, o porque ha mirado sus hojas de vida, o porque se las ha encontrado en el camino. Entre estos últimos estoy yo, por ejemplo, o Alejandro Gaviria o Alfonso Prada. Entonces, aún es muy temprano para decir si se equivocó con esos nombramientos o no. Pero él tiene buen ojo. Creo que ha hecho buenos nombramientos. Indiscutiblemente es un gabinete de lujo, experimentado y que conoce de las materias. Eso va a salir bien.
¿Cómo encontró la Presidencia, cuánto van a ahorrar en los cambios que quiere hacer?
Esta es una entidad que la volvieron muy burocrática. La encontramos muy robusta burocráticamente porque era como dos gobiernos en uno: por un lado estaban los ministros, por el otro había una especie de ministros chiquitos. Había una presidencia que emulaba al Gobierno y otra en la que estaban los ministros.
Cuando llegamos, el presidente Petro dio instrucciones claras de que el Gobierno es él y sus ministros, y que nosotros estamos acá para apoyar y facilitar su proceso, pero en torno a la coordinación transversal y el seguimiento del funcionamiento. Estamos haciendo reducciones en las altas consejerías. Vamos a reducir siete de ellas. Este año el ahorro va a estar cercano a los $33.000 millones para hacer una Presidencia mucho más liviana y eficiente.
¿Cuántas personas fueron contratadas en “nómina paralelas” o “corbatas” de la administración pasada?
Las nóminas paralelas en los dos años pasados valieron $5 billones. Es una cifra considerable. El Estado no tiene una base de datos tan consolidada al respecto. La tiene por ministerio, pero juntar esa información es un complique, por eso no solo lo denunciamos, sino que también vamos a sacar una directiva de austeridad que esperamos sea firmada en los próximos días por el presidente. Serán los órganos de control los que definan si hubo faltas disciplinarias o penales.
¿La duplicidad de funciones por cuenta de nóminas paralelas va a ser subsanada por medio de esa directiva?
Sí. Esa directiva tiene dos objetivos: el primero es reducir la nómina de prestación de servicios. La idea es ponerle varios controles a la contratación como que una persona no pueda tener más de cuatro contratos con el Estado, que se reduzcan los gastos de funcionamiento entre el 20 % y 30 %, revisar las condiciones de los viajes al exterior, compras de camionetas, qué funcionarios deben tener carro y quiénes no, porque a nivel directivo eso se volvió un abuso.
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En segunda instancia, la directiva tiene medidas anticorrupción relacionadas con plataformas como SECOP II, Colombia Compra Eficiente, subastas inversas, evitar la colusión de los contratistas, poner el ojo en los pliegos tipo, controlar las fiducias, las urgencias manifiestas, la contratación directa, la publicidad. A mi juicio es la directiva más ambiciosa y robusta que ha hecho gobierno alguno en la historia de Colombia. Está en revisión con los ministros y el presidente. En unos días estará lista.
¿La denuncia sobre las nóminas paralelas contempla nombres individuales?
No. Hicimos una cosa general porque aquí no queremos perseguir a nadie. Queremos abrir un debate para que el país cambie frente a un problema al que nadie le ha puesto cuidado.
¿Es cierto el rumor de nóminas de periodistas?
Eso es mentira. Han hecho un daño enorme con eso, no sé de dónde se lo inventaron. No tenemos a ningún periodista en nóminas paralelas. El ejercicio del periodismo es sagrado para este Gobierno, para la democracia. No vamos a perseguir a ningún periodista y no es cierto lo que dicen de Vicky Dávila y Daniel Samper sobre este tema. Ninguno de esos periodistas tuvo nada que ver con el gobierno pasado en términos de contratación.
El gobierno pasado también tuvo la bandera de la austeridad. ¿Realmente en qué se diferencia esa apuesta a la de ustedes?
Que la vamos a hacer realidad. Todos hablan de la austeridad, pero nadie cumple. Este es un gobierno austero, humilde y del pueblo porque tenemos un presidente austero, humilde y del pueblo. El Gobierno debe reflejar los valores que tiene el señor presidente.
¿Considera que las modificaciones que hizo Duque a la estructura de Presidencia fueron en beneficio de sus amigos y aliados políticos, generando altos costos para el Estado, o no?
Yo no quisiera meterme a opinar sobre el gobierno del expresidente Duque, porque nosotros no vamos a gobernar con espejo retrovisor. Es la ciudadanía y la opinión pública la que tiene que evaluar a Duque y comparar cómo lo estamos haciendo nosotros y ver qué modelo le gusta más: el de nosotros, de cinco consejerías, o el anterior, de 12 consejerías.
¿En qué va eso y finalmente cuáles se van, cuales se fusionan y cuáles se quedan tal cual?
Hemos avanzado mucho. Se mantienen las altas consejerías para la Paz, para la Mujer, para los Jóvenes. Habrá una alta consejería de Transformación Digital, y posiblemente sostengamos la de Derechos Humanos. Esta última la estamos discutiendo con el presidente. Los derechos humanos son muy importantes para este gobierno.
¿Y la de prensa?
Esa desaparece y se vuelve a la antigua estructura de prensa de Palacio, algo que siempre había existido, pero crearon una consejería de las Comunicaciones. Las vamos a fusionar, no se necesitan dos.
¿Por qué ha habido tantas demoras en completar direcciones y cargos claves?
En todos los nombramientos vamos superavanzados. Ya tenemos todo el gabinete, el 95 % de los viceministros, pues nos faltan tres viceministros. Tenemos casi que el almendrón de las entidades sociales más importantes, que son Bienestar Familiar y el Departamento de Prosperidad Social, entre otras. Cuando hablo de almendrón me refiero a entidades que tratan temas de paz, de agricultura, temas sociales. Quedan faltando unos pocos cargos: 10 o 15 entidades importantes en sectores sobre todo de minas y energía, y en empresas industriales y comerciales del Estado como Ecopetrol, 472, ISA, en las que el presidente irá tomando decisiones con más calma.
Hay preocupación porque algunos cargos y entidades relacionados con el Acuerdo de Paz aún están sin doliente, como la Consejería de Estabilización...
La Consejería de Estabilización se une con la Consejería de Paz. Gloria Cuartas va a dirigir ese proyecto. Faltan nombramientos de segundo y tercer nivel en los ministerios. Ese es un proceso más lento, porque cada ministro tiene que evaluar a su gente, nombrar sus asesores y directores. Ese es un tercer nivel en la estructura y no se designan tan rápido.
Sergio Jaramillo y Humberto de la Calle dicen que el Gobierno está dejando sin dientes al Acuerdo por buscar otras negociaciones por la paz. ¿Qué responde?
La implementación del Acuerdo de Paz tiene toda la importancia: contará con 1.8 billones adicionales para el próximo año, los fondos de paz están operando. Se está conformando un equipo en temas de paz porque ha habido mucho trabajo. La paz en Colombia arrancó desde el primer día de este Gobierno. A los ocho días del evento de posesión ya estábamos dialogando con el Eln. Aquí ha tocado empujar la maleta de la paz. No es solo cumplir el acuerdo firmado con las antiguas Farc, sino que también se están abriendo muchos otros diálogos al mismo tiempo y eso implica una transición compleja.
Danilo Rueda, alto comisionado de Paz, es una persona muy experimentada, tiene muy claro el tema, pero la paz no es de galería, es por su naturaleza un tema discreto hasta que las cosas se den. Nosotros no podemos volver la paz un show publicitario, sino por el contrario tener resultados.
¿Qué lectura hace de esas críticas por parte de los exnegociadores de la paz con las Farc?
Les mando un parte de tranquilidad. Cuando uno sabe mucho de un tema, siempre tiene lo que se llama naive realism, significa que la realidad es todo lo que gira alrededor de uno, pero hay otras realidades y otras personas que también saben. Uno no es dueño de la verdad.
¿El Ministerio de Paz se creará pronto?
El presidente quiere tener un ministerio que rija la paz. Por ahora, las negociaciones están dadas en lo que tiene que ver con la oficina del alto comisionado para la Paz, pero aún no está decidido cómo se conformará el Ministerio de la Paz. Uno podría decir que el Ministerio de Justicia podría transformarse en el Ministerio de Justicia y Paz, que podría albergar a la Policía. ¿Cómo terminará la modelación de esa cartera? Eso no es una prioridad, no está definido, se está discutiendo. No es un tema de este semestre. Se hará seguramente más hacia la finalización del proceso de paz, o puede ser parte de la discusión de los acuerdos. Por ahora, la creación del Ministerio de la Igualdad es lo único claro. Lo va a dirigir la vicepresidenta Francia Márquez y estamos en este momento construyendo la propuesta. De resto, los otros son transformaciones o cambios internos para que no se genere más burocracia.
El voto de las feministas fue fundamental en el último tramo de la campaña del hoy presidente. Colectivos feministas hoy dicen que Petro no está cumpliendo la palabra, por ejemplo, con la denominación De Cielo Rusinque en el DPS. ¿Qué responde?
No existe un presidente en la historia de Colombia que más valore la mujer dentro del Gobierno que Petro. No digo que los otros mandatarios no hayan valorado a las mujeres, pero en este realmente se les está haciendo protagonistas porque es un gobierno paritario, equitativo. Todas las decisiones del presidente Petro son pensando en las mujeres: personalmente él ha resaltado cuando hay pocas mujeres en las actividades de trabajo del ejecutivo, si estamos en una reunión y hay poca participación de mujeres también lo pregunta. Él piensa en eso todo el tiempo, no es algo de adorno. Petro tiene una coherencia entre lo que dice y piensa en este tema.
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Dicho eso, la vicepresidenta, que es una mujer afrocolombiana, líder social, que juega un papel muy importante en el Gobierno, pues va a ser una persona fundamental para liderar el trabajo por la equidad. Lo hará desde la Vicepresidencia y esas funciones que tiene serán la base del nuevo Ministerio de la Igualdad. Ha habido una confusión y es pensar que el DPS es la base de la política social del Gobierno, como está concebido hoy. El DPS fue concebido bajo una visión bastante neoliberal, es una entidad en la que creen que sacar a la gente de la pobreza es dar subsidios. El presidente no cree en ese modelo neoliberal. Cree en un modelo mucho más progresista, más de darle oportunidades a la gente, más inclusivo, donde la gente realmente sí tenga oportunidades de empleo, de salud, de derechos.
¿Entonces qué va a pasar con el DPS?
Va a cambiar un poco. No va continuar con ese modelo de subsidios. Muchas de las funciones del DPS van a pasar a los ministerios, como es el caso de los subsidios de vivienda que pasarán a la cartera encargada de ese tema. El presidente ha dado la orden de que el DPS se transforme en un vehículo mucho más liviano para operar temas relacionados con los jóvenes. De hecho hace poco habló sobre sacar a la juventud de la delincuencia. La entidad también trabajará en la lucha contra el hambre, que es una misión que empieza el Gobierno con mucha intensidad este semestre.
El DPS no va a ser la base del Ministerio de la Igualdad porque eso sería un fracaso que va en contra de lo que la izquierda ha luchado toda la vida, y es no cooptar a las personas humildes a través de subsidios, sino, por el contrario, hacerlos protagonistas de las decisiones de la sociedad.
¿Les puede asegurar a las feministas que el protagonismo de Cielo Rusinque en el DPS no va a cooptar el liderazgo de Francia Márquez en el Ministerio de Igualdad?
Es que son dos funciones totalmente diferentes. Nunca se pensó en el DPS como parte del Ministerio de la Igualdad. Las tareas de la vicepresidenta son las más importantes en este Gobierno. Hay gente que quiere poner a pelear al presidente y a la vicepresidenta, entonces incomodan en medios para ello, pero nunca van a pelear. La equidad es la tarea más quijotesca y se trata de cómo generar equidad entre regiones, hombres y mujeres, ricos y pobres, indígenas y blancos, negros y mulatos. Es algo transversal al Gobierno y es nada más y nada menos la tarea que le ha entregado el presidente a la vicepresidenta y será la base del Ministerio de Igualdad.
¿Cómo están las relaciones con la vicepresidenta, Francia Márquez?
Buenísimas. La vicepresidenta viene a los consejos de ministros. Petro y Márquez tienen una gran relación. Ellos dos ganaron las elecciones, tienen mucha cordialidad, se entienden muy bien y tienen una visión de país. Quienes quieren ver al presidente y a la vicepresidenta pelear, se van a quedar con los crespos hechos.
¿Cuándo se va a presentar el proyecto de ley del Ministerio de Igualdad?
En menos de 15 días lo estaremos presentando.
Las funciones de Francia Márquez hablan de coordinar, pero pareciera que no tuviera margen de acción para actuar porque, además, no tiene presupuesto. ¿Se está quedando sin dientes su figura?
No. No somos nosotros, es la Constitución: las funciones de los vicepresidentes están relacionadas a coordinar temas. Nunca la vicepresidenta ha sido ejecutora de recursos, como tampoco lo es en principio la Presidencia.
Pero Germán Vargas Lleras tuvo capacidad de ejecución cuando fue vicepresidente.
Él ejecutaba a través de los ministerios. Él coordinaba la política de vivienda, pero a través del Ministerio de Vivienda. Igual hace la vicepresidenta Francia Márquez: está encargada del Plan Pacífico y debe ejecutar a través de los ministerios. La Presidencia ni la Vicepresidencia son órganos ejecutores. El Departamento Administrativo de Presidencia un poco sí por su naturaleza, pero lo hace para operar el propio funcionamiento de la Presidencia, pero no es un ejecutor de políticas públicas. Los ejecutores de las políticas son los ministerios. Las críticas que he visto en medios al respecto se han dado a partir del desconocimiento de cómo funciona el Estado.
¿Cuánto cree que dure la coalición de gobierno con los partidos tradicionales, que está mediada por cuotas burocráticas?
Aquí hay una gran juntanza por el cambio. Hay una base que es importante, que son los movimientos y partidos que llevaron a ganar al presidente, y hay un acuerdo de partidos como el Liberal, el Conservador, la U, entre otros, que son de coalición de gobierno. Es un acuerdo programático. Quienes han firmado para ser partido de gobierno son conscientes del compromiso que tiene el presidente Petro con los ciudadanos. Cuando se es Gobierno, se tiene la posibilidad de influir, concertar y dialogar con el presidente. Eso fue lo que hicimos toda la semana pasada: escuchar a las bancadas. Esa es la garantía de ser Gobierno, pero las políticas públicas nunca podrán salir del programa de gobierno por el cual votaron los colombianos. Ese es el límite, pero se puede debatir y hay matices de cómo se pueden hacer las cosas con mayor eficiencia.
¿Usted es optimista en que esa coalición va a durar para largo rato?
Yo espero que dure muchos años.
¿Petro ha jalado las orejas a ministros como la de Minas por sus salidas en falso? se habla de que muchos están en aprendizaje.
El presidente no es del estilo de regañar. Es supremamente respetuoso y escucha. Pero es el presidente y eso implica aplausos, llamados de atención, de coordinación, de alineación, y es un ejercicio de todos los días. Para eso, además, están los consejos de ministros.
Entonces sí ha habido jalones de oreja.
Pues obvio, pero no solo a la ministra de Minas, sino a todo el mundo. El presidente Petro todo el tiempo está gobernando y tomando decisiones: de aplausos, de cambio, de mejoras, de regaño. Es normal de un gobierno.
¿Y a la bancada del Pacto Histórico les jalaron las orejas por estar pidiendo puestos en los ministerios?
El presidente ha sido muy claro en que él considera que la función de los congresistas consiste en hacer leyes, ejercer el control político, representar a sus regiones. No debe haber una relación clientelar entre el Gobierno y los congresistas. Puede haber acuerdos grandes entre partidos por encima de la mesa, como pasó con el Ministerio de Transporte para los conservadores, pero esos son acuerdos de Gobierno al más alto nivel y que se hacen de frente, ante la luz pública. En todas las reuniones de bancadas Petro ha dicho que no va a hacer un gobierno clientelista, en el que los apoyos de los congresistas no van a ser a cambio de puestos en el ejecutivo. Este gobierno no está operando bajo la lógica de la mermelada, ni con la de los puestos. Hay acuerdos en el más alto nivel y son sanos, transparentes e implican la dirección de algunas políticas públicas. Los acuerdos siempre serán entre gobierno y partidos, no entre gobierno y congresistas individuales.
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En su partido él dijo que si al movimiento social se le dan puestos pues este se acaba. Quiere que se mantenga la vitalidad y la fuerza de este, pero no regañó a los congresistas, les hizo reflexiones.
¿Cuál es su meta como director del Dapre?
Mi meta es hacer realidad las ideas que el presidente tiene. Mi tarea es proteger y ayudar al presidente, pero también hacer realidad todo lo que él quiere hacer con sus ideas revolucionarias para Colombia. Yo no tengo agenda propia. Este es el único cargo en el gobierno, junto con el de Laura Sarabia, en el que no podemos tener agenda propia. Los ministros la tienen y es normal, pero nuestra agenda es la del presidente.