Nos deben las verdades sobre Odebrecht y las amenazas al fiscal: Ramiro Bejarano
El abogado y columnista asegura que, por vía de la cooperación judicial, Colombia puede conocer los detalles del acuerdo entre Corficolombiana y el Gobierno de Estados Unidos, para hacer que los protagonistas de los sobornos de Odebrecht respondan en el país. Dice que le sorprende el silencio del exfiscal Néstor Humberto Martínez sobre el tema. Cuestiona la falta de pruebas en el caso de la información sobre la amenaza del ELN al fiscal Barbosa y hace su balance sobre el gobierno de Gustavo Petro.
Élber Gutiérrez Roa
Dicen que en materia política ocurren tantas cosas en Colombia que al final no pasa nada. No hemos terminado de digerir un escándalo cuando llega el otro, y luego el otro, y así se nos pasa el tiempo entre titulares de prensa que muchas veces no entendemos. Una situación especialmente delicada en pleno auge de los algoritmos, las fake news y las cadenas en redes sociales que dicen informar, pero buscan todo lo contrario.
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Dicen que en materia política ocurren tantas cosas en Colombia que al final no pasa nada. No hemos terminado de digerir un escándalo cuando llega el otro, y luego el otro, y así se nos pasa el tiempo entre titulares de prensa que muchas veces no entendemos. Una situación especialmente delicada en pleno auge de los algoritmos, las fake news y las cadenas en redes sociales que dicen informar, pero buscan todo lo contrario.
Ramiro Bejarano Guzmán lleva más de 25 años analizando la situación política de Colombia con mirada crítica e implacable y afilada pluma. Jurista, catedrático y columnista de El Espectador, no tiene reparo en decirles sus verdades a las vacas sagradas de todos los poderes públicos y privados. En esta conversación analiza las últimas noticias del escándalo de Odebrecht y el publicitado caso de las amenazas contra el fiscal general, Francisco Barbosa, quien no sale bien librado en la charla. También habla del escándalo judicial que rodea a la familia presidencial, de las noticias sobre la campaña que llevó al poder a la Colombia Humana y de la gestión de Gustavo Petro.
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Dice que le extraña mucho el silencio de Néstor Humberto Martínez y de Luis Carlos Sarmiento sobre Odebrecht, que la cooperación judicial podría servir para traer verdades del tema desde Estados Unidos y que la justicia y los medios de comunicación quedaron muy mal parados con las últimas revelaciones respecto a los alcances del entramado de sobornos de la multinacional brasileña para hacerse a negocios en Colombia.
La noticia sobre la amenaza del ELN al fiscal, revelada por el propio Francisco Barbosa
Estaba usted medio incrédulo con la noticia sobre el anuncio de la existencia de una amenaza del ELN contra el fiscal general de la Nación. ¿Por qué?
Porque me parece que se trata de una cosa muy grave. Me da la impresión de que el fiscal general de la Nación quiso manejar eso sobre la base de que la única noticia posible que él aceptaba era que existiera el atentado. ¿Por qué? Porque él tiene una agenda política. Y me parece que ha hecho el ridículo, por ejemplo, al expresar molestia porque el presidente Petro no lo hubiera llamado. O eso de ir a donde el presidente y plantearle que cuál va a ser su situación cuando salga del cargo. Esas son cosas que por dignidad no debe hacer un funcionario que tenga decoro por su trabajo.
¿O era que no le convencían los argumentos de la Fiscalía sobre el atentado?
Hay algo elemental que yo como abogado no puedo dejar pasar por alto. Si hay un atentado contra el fiscal, supuestamente conocido por información en el CTI, otra oficina vinculada a la Fiscalía y por inteligencia militar, uno lo que esperaría es que le hubieran mostrado al país una prueba. Y no hay ninguna prueba.
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¿No aparece ninguna?
No aparece. Por el contrario, el fiscal salió a decir que la UIAF estaba escondiendo pruebas de cómo se ha pagado el atentado. Es inédito en la historia del país. Un fiscal poniendo toda la Fiscalía a tratar de establecer las evidencias que él no tiene para demostrar que está siendo perseguido. Él tiene mucha preocupación por los eventuales atentados que le puedan corresponder a él, pero las situaciones de los demás le importan un pito.
¿A qué se refiere?
Hace unos meses pusieron en redes sociales un aviso según el cual yo me había muerto: “se invita a las exequias de Ramiro Bejarano Guzmán”. Obviamente eso no es una broma, eso es una cosa...
Eso es delicado, intimidatorio.
Amenazante. Un fiscal me llamó y dijo que iban a investigar. Iniciaron una investigación y a los dos días una fiscal que no conozco decidió archivar el asunto diciendo que no había mérito para investigar. Yo no protesté y no dije nada, pero ese es el talante de esta Fiscalía. Cuando se trata de hechos que pueden afectar a los que son críticos de ellos, no importa. Pero cuando se trata del fiscal, hay que poner a toda la Fiscalía, a los organismos de inteligencia. ¿Qué tal eso de que el fiscal cita al comandante general de las FF. MM. para que le cuente en qué va el atentado contra el fiscal? Es una ridiculez y un menosprecio por la verdad.
¿Usted cree que la Fiscalía está politizada?
Creo no, estoy seguro. Mire usted, por ejemplo, que cuando llevaron a Nicolás Petro a las diligencias, el fiscal no se refería al señor Nicolás Petro, sino al hijo del presidente. ¿Y por qué? Porque hay un objetivo eminentemente político. Es grave que Nicolás Petro haya recibido dinero y que se haya apropiado de él y que se haya enriquecido ilícitamente, pero que sea el hijo del presidente es lo que lo hace atractivo a los ojos de la Fiscalía, porque la Fiscalía no ve con buenos ojos a Petro.
¿Le dice a usted algo esa coincidencia en tiempos entre el anuncio del fiscal diciendo que el ELN quería atentar contra él y el comienzo del cese al fuego en el proceso entre el Gobierno y el ELN?
No hay pruebas del atentado. De lo que hay pruebas es de que ese atentado lo conocían organismos oficiales hace dos meses, según ha dicho el propio fiscal. Y la vicefiscal dijo que hacía 30 días lo conocían. ¿Por qué no lo contaron inmediatamente? Esperaron dos meses. Y lo hacen coincidir, primero, con la liberación de Nicolás Petro, que fue una mala noticia para el fiscal. Tan mala, que están escarbando para ver cómo lo vuelven a meter a la cárcel. Una coincidencia malhadada, por decir lo menos. Estallan ese atentado justamente cuando el fiscal, además, está muy mal en las encuestas. Él ha afectado el buen nombre de esa institución, donde hay gente magnífica que está padeciendo esa férula escolástica de tener a un señor que piensa en él y solo en él.
Y viene a coincidir con la noticia del ELN, la del comienzo del cese al fuego y la instalación del Mecanismo de Monitoreo y Verificación.
Ah, pero por supuesto. Esa es la otra. Gracias por recordármelo. Lo estallan en el momento en que se comienza el cese al fuego, porque el fiscal es enemigo acérrimo del proceso de paz con el ELN. Dice que está colaborando. Vaya la forma de colaborar. No ha hecho sino decir que el Gobierno negocia con narcotraficantes, que está entregando el país a la delincuencia. Ha asumido las veces de un actor político del uribismo. Es la expresión de la más rancia ultraderecha en la Fiscalía. Y toda la vida ha sido un camaleón.
¿A qué se refiere?
Él estuvo con Álvaro Leyva, con Humberto de la Calle, con Germán Vargas Lleras y terminó donde Duque. Ahora quién sabe a dónde le está apuntando. Creo que está pensando en que va a salir de allí convertido en jefe político. Y se hará la reflexión sencilla: si pudo Duque, mi compañero de pupitre, por qué yo no. Dirá que tiene más doctorados y es profesor y ha escrito no sé cuántos libros, en cambio Duque era un funcionario de menor rango en el BID.
Pero por estos días no debe estar muy cercanos con el canciller, Álvaro Leyva.
A Barbosa le ha pasado una cosa muy complicada. Él ha hecho es de ese cargo el mejor escenario para que no lo quiera nadie. Todas las personas que lo han conocido, que lo hemos conocido, tenemos un pero frente a él. Yo lo conocí en el Externado, cuando él estaba allá. Era muy solícito, muy querido.
¿Usted fue profesor de él?
No, porque él no es externadista.
Ah, verdad que él es de la Sergio Arboleda.
Sí, pero él hizo una cosa que yo no sé cuál fue y allá terminó de profesor y oficiaba como si fuera externadista, pero él sabe que no lo es. Allá lo conocí siendo él profesor y era muy amable. Alguna vez me dedicó uno de esos tantos libros que ha escrito, porque a él le pasó un poquito lo que le pasaba a Jorge Mario Eastman, que sacaba una cantidad de libros. A Jorge Mario le decían algo que seguramente le van a decir a Barbosa: que si hubiera leído todos los libros que ha escrito seguramente sería un hombre muy preparado.
Hombre, tampoco sea tan duro con el señor fiscal. Mejor cuénteme, ¿qué será lo que sabe de este caso la inteligencia militar? Usted estaba haciendo sus averiguaciones en el Mindefensa.
Le mandé un mensaje al WhatsApp personal del ministro de Defensa, Iván Velásquez, porque yo creía que era amigo de él. No se le olvide que él y yo fuimos víctimas del mismo gobierno, del doctor Uribe.
Claro, fueron víctimas en el caso de las chuzadas o interceptaciones ilegales.
Sí señor. Y yo hice un derecho de petición que a él le sirvió mucho en su querella contra María del Pilar Hurtado. Él lo sabe. Y hemos sido amigos. Pues en el mensaje que le cuento le pregunté: Iván, por favor, dime cuándo y de qué manera supo inteligencia militar que había un atentado contra el fiscal. Para mí ese detalle es muy importante. Yo creo que le fue la Fiscalía la que le contó. Pero el doctor Velásquez no me contestó. Imagino que está molesto por mis columnas contra el gobierno. O, sencillamente, el poder enrarece las almas de los hombres tibios y de pronto él dirá que Bejarano no importa, así que no le contesto.
¿Y el Mindefensa no le respondió quién informó del caso a inteligencia militar?
Pero la pregunta está viva. Porque si a inteligencia militar le contó la Fiscalía, ese es un circuito cerrado. La Fiscalía dice que van a atentar contra el fiscal, le cuenta a otra organización, va y le cuenta a inteligencia militar e inteligencia militar dice que sí. Y por eso no ha salido ninguna prueba. Entre todos diciendo que sí y ninguno tiene pruebas.
Y por eso usted tiene sus reservas. Ahora, uno espera que no haya amenazas ni planes contra el fiscal ni contra nadie. Que se respete a todas las personas.
Que es lo que yo esperaba que hubiera ocurrido con la Fiscalía de Barbosa cuando otros hemos tenido situaciones de amenaza, pero, como le digo, en mi caso personal archivaron la investigación sin decirme nada y yo creo que eso fue orden de Barbosa.
La multa al Grupo Aval y a Corficolombiana en Estados Unidos por los sobornos de Odebrecht
Dejemos quieto al fiscal general y regáleme su opinión sobre las últimas noticias del caso Odebrecht. El acuerdo de Corficolombiana en EE. UU., los funcionarios salpicados.
Mire, yo creo que esa es una noticia bomba, porque han quedado muy mal la justicia colombiana y los medios de comunicación. La justicia, porque aquí resultó que las investigaciones en el tema de los sobornos de Odebrecht no llegaron a ningún Pereira en épocas de la Fiscalía del doctor Néstor Humberto Martínez, quien había sido abogado del Grupo Aval. Aquí se dijo que solamente se habían encontrado US$6,5 millones en sobornos y en EE. UU. revelaron que fueron US$23 millones y que hay un congresista, que hay una persona de la ANI, que hay una tercera persona, funcionaria del Gobierno, que todo el mundo anda especulando quién es. Que había dos lobistas, que había no sé quién más. La justicia colombiana está en mora de reiniciar esas investigaciones.
¿Y qué cree que va a pasar con ese caso?
Alguien me dijo que iban a formular acciones populares y de grupo contra el Grupo Aval y contra los Sarmiento, porque es evidente que si allá se confesó que hubo sobornos y allá hicieron un acuerdo, eso tiene que concretarse aquí.
¿Y cómo queda Néstor Humberto Martínez?
Queda muy mal parado el doctor Néstor Humberto Martínez. Fíjese que está callado, no ha dicho ni mu. No ha hablado. El único que ha hablado es el señor José Elías Melo (expresidente de Corficolombiana), quien salió en estos días con un comunicado diciendo que nada de lo que pasaba en Estados Unidos es cierto.
Me decía usted que era predecible la aparición de un comunicado de esos.
Yo eso lo entiendo como una estrategia del doctor Melo porque está detenido, tiene procesos vigentes y espera que no le vayan a trasladar esas pruebas y no den por cierto que hubo sobornos, porque eso lo perjudica. Lo que me sorprende es que el Grupo Aval y los Sarmiento ante semejante acusación no hayan salido a decir que eso no es cierto. Están callados.
Usted aseguró que con este giro que ha tomado el caso también quedan muy mal los medios de comunicación y no quiero que se me pase por alto preguntarle por qué.
Ya iba para allá. En el diario El Tiempo, que es propiedad de los señores Sarmiento, tituló que se termina el juicio contra el Grupo Aval en Estados Unidos. Que se paga una multa y se termina el proceso. Eso es mentira. El proceso no ha terminado. Lo que ha pasado es que llegaron a un acuerdo consistente en que el Grupo Aval paga US$60 millones de una multa y se esperan tres años a ver si cumple otras obligaciones. Si las cumple, se terminará el proceso, pero en el entretanto tendrá que colaborar con esa justicia. Tendrá que dar datos, se tendrá que hacer una cantidad de averiguaciones. Luego, el proceso no está concluido. Pero así lo presentaron y otros medios de comunicación cayeron en ese mismo ardid.
Como dicen ustedes los abogados, eso no está demostrado.
Lo que se ha demostrado es que hubo sobornos, que esos sobornos no han sido establecidos por la justicia colombiana, que la justicia colombiana ha sido tolerante con ellos. Inclusive, en estos días el Consejo de Estado revocó una multa (de $800.000 millones) que se le había impuesto al Grupo Aval. La justicia tiene que dar explicaciones, pero los medios solo publicaron después de que la gente leyó muy bien lo que había pasado en EE. UU.
Bueno, y algunos columnistas.
Algunos columnistas. Por ejemplo, mi hija, Ana Bejarano, que escribe Los Danieles, hizo una columna un domingo sobre el tema de Corficolombiana, mostrando la equivocación y otros comunicadores empezaron a hablar. Otros comunicadores que no están al servicio de esos intereses han contribuido a develar lo que realmente pasó en Estados Unidos, pero El Tiempo hizo una cosa que debería ser objeto de censura, no en el sentido de que le coarten la libertad de expresión ni la de prensa, sino de que la gente repudie que desinformen de esa manera. Eso no puede ser posible.
La otra pregunta que se hace la gente en Colombia es a quiénes les pagaron esos sobornos.
Claro. Y yo creo que eso sí lo saben en Estados Unidos. Pero lo voy a decir otra cosa: lo deben saber los señores Sarmiento. Los señores Sarmiento tuvieron que haber visto pruebas en este proceso. Cuando estalló este problema, el señor Sarmiento pronunció una frase, con una actitud medio de humor, que algunos interpretaron como cínica: yo puedo decir, como el presidente, que me acabo de enterar. Eso no es verosímil en una persona como Luis Carlos Sarmiento, que controla, es su éxito como administrador, cuántos centavos se gasta.
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Las pruebas están allá. ¿Quién va por ellas?
Y allá en Estados Unidos tuvieron que haber visto toda esa infinidad de pruebas. Ellos saben a quiénes pagaron los sobornos, de qué manera se pagaron. El Gobierno y las autoridades colombianas deberían exigirle al Departamento de Justicia americano que nos suministre esas pruebas. Los colombianos tenemos derecho a saber quién fue el legislador que recibió sobornos. Que eso no vaya a quedar solamente en Otto Bula. ¿Quién fue el personaje de la ANI que recibió sobornos? ¿Quién es el "tercero", funcionario del Gobierno, del que se anda especulando que recibió sobornos? ¿Quiénes son los lobistas? No puede ser que en EE. UU. establecieron todo, que hay un mapa de personas vinculadas y que nosotros, que somos los dolientes de esa corrupción, no sepamos quiénes fueron.
¿Qué tan posible es que sepamos las respuestas a esas preguntas por un conducto como el que usted plantea? ¿En la vida real es posible obtener la información pidiéndola a EE. UU.?
Yo creo que sí. Fruto de la cooperación internacional tendría que ser posible. Yo creo que el acuerdo que ellos hicieron con las autoridades americanas fue a espaldas del Gobierno colombiano, a espaldas de los colombianos. A los colombianos no nos pueden hacer eso. ¿Cómo así que se llevan la información para allá y terminan haciendo un arreglo y nosotros aquí? Debe haber gente muy importante metida en esto.
Como en todos los escándalos: siempre nos falta mucho por saber...
Claro. Pero yo creo que aquí están cogidos.
Ah, usted dice que están cogidos.
Es que en Estados Unidos tienen eso y en cualquier momento se filtra.
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El escándalo judicial de Nicolás Petro
¿Cuál es su lectura sobre el sonado caso de Nicolás Petro por su ya confesa recepción de dineros ilegales, parte de los cuales habrían podido entrar a la campaña presidencial de Gustavo Petro?
Es grave, sin duda. Lo que pasa es que el talante politizado del proceso le ha quitado seriedad y contundencia. Cuando el fiscal pide que lo dejen preso domiciliariamente, el juez dice que no hay necesidad, que el tipo no es una amenaza para la sociedad, ni se va a volar, ni está obstruyendo la práctica de pruebas, que son los tres elementos que permiten que una persona sea capturada. Porque la idea de la ley es que las personas enfrenten los juicios en libertad, salvo esas tres excepciones. Luego le pidieron al juez que lo dejara preso así fuera domiciliariamente y que liberara a Daysuris. ¿Qué hizo el juez? Los dejó libres a ambos.
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Entonces, los hechos son graves y la politización del asunto también.
Lo que le decía hace un momento, del fiscal del caso. Sin duda dejó ver el sesgo, porque cuando se refería a Nicolás Petro no se refería al indiciado, ni al sindicado Nicolás Petro, sino al hijo del presidente. Había que vender la imagen de que detrás de todo esto el afectado es Petro. Esa es mi lectura. Mire la captura espectacular. Y ahora la Fiscalía retoma el asunto y dice que él está comprometido en otras cosas. A lo mejor tienen pruebas, pero por qué no juntan todo y por qué esa espectacularidad.
Alias El sobrino y la campaña presidencial de Petro en Yopal, Casanare
Hay otro tema que tiene en entredicho el manejo de la campaña presidencial de Gustavo Petro, esta vez por denuncias sobre un acto de campaña en Casanare, en el que habría participado un mafioso conocido como “Sobrino”
Yo tengo mucho respeto por Ricardo Calderón, el periodista que emitió la noticia, pero tengo que decir que oí las explicaciones que dio el doctor Eduardo Noriega, un hombre reposado y tranquilo, que fue mi alumno en el Externado, y a mí no me parecieron disparatadas. Creo que hay un tema complicado que ameritaba investigación y ameritaba que se publicara, pero, por lo menos en lo que hizo el doctor Noriega, ese tema es defendible. Pudieron cometerse unas imprudencias, pero no está comprometido el nombre del doctor Petro, ni el del presidente de Ecopetrol. Puede que en la provincia hubiera ocurrido alguna cosa complicada, pero no creo que nadie pueda decir que Petro recibió dinero directamente de un mafioso en Casanare, o que eso entró a la campaña. Eso no está establecido.
(Lea: “Directora de campaña Petro en Casanare rechaza presunto respaldo de narco en la región”)
A usted lo convenció la entrevista de Noriega en Noticias Caracol.
Pues si no me convenció, me pareció que lo que él hizo fue dejar de lado la espectacularidad de la noticia y mostrar que hay una posibilidad de analizarla de otra manera y con otros elementos.
El balance del gobierno de Gustavo Petro
Noto que en esta charla le concede usted varios puntos al presidente Petro, pero en sus columnas le ha dado garrote, y bien duro.
Sí, por una razón. Yo no voté por Petro en la primera vuelta y para la segunda el drama era Petro o el chisgarabís de Rodolfo Hernández. Entre Hernández y Petro prefiero a Petro, que por lo menos tiene noción de Estado, que fue un senador aguerrido y, fuera de eso, es externadista, porque es economista de la Universidad Externado de Colombia. Y en mi columna dije que había que votar por él y muchos liberales y muchas fuerzas progresistas votamos por Petro para que no llegara Hernández. Y dije en un análisis televisado desde Escocia, en donde estaba el día de elecciones, que Petro iba a hacer un gobierno bajo el concepto de la democracia plebiscitaria. Y así fue. Apenas arrancó Petro, el tema fue sacar a la gente a las calles. La democracia plebiscitaria me parece grave, porque es una manera de presionar a las personas para que no critiquen y sacar a la gente a las calles cuando al Gobierno no le gusta algo. Eso empieza a debilitar al Congreso, a las cortes, a los medios de comunicación. Petro ha cometido errores grandes.
Dígame uno.
Haber radicalizado su tema político y haber salido de José Antonio Ocampo, de Cecilia López y de Alejandro Gaviria, porque el mensaje que mandó es que va a gobernar exclusivamente con los suyos, que son, por lo general, de una intolerancia mayúscula. Ellos tienen complejo de Adán, creen que son los únicos que saben. Así está Susana Muhamad, o la nueva ministra de Agricultura (Jhénifer Mojica). O esa señora que estuvo de ministra de minas. Todos a una, como en Fuenteovejuna, con el cuento de que ellos van a cambiar este país y se les olvidó que ellos son parte del país, que ganaron las elecciones, pero que no solo ellos son el país.
¿Cuál es el mejor funcionario de este gobierno?
Está por nombrarse.
¿Y el peor?
Le ha ido muy mal al doctor Velasco como ministro del Interior. Irene Vélez fue desastrosa ministra de minas. La doctora Corcho, también. Y Petro cometió el error de dejarse convencer de que él podía gobernar solo y acabó la coalición de gobierno. Y ahora está tratando de restablecerla con el cuento del Acuerdo Nacional. ¿Y qué es un acuerdo nacional? No es llamar a los jefes de los partidos a decirles “vengan a tomar café”. ¿Quiere que entren los liberales? Deles un ministerio, dos ministerios y decida con ellos la política. Con los verdes, con La U, inclusive con el Centro Democrático. Eso es un acuerdo nacional. Es decirles, vengan gobernamos juntos.
Ya mencionó muchas cosas que no han funcionado o que no le gustan del gobierno. ¿Hay alguna que le ha salido bien a Petro?
Le ha salido bien el mensaje de decirle a esta sociedad que es necesario el cambio. Eso es importante, porque aquí la gente está asimilándolo. ¿Por qué la gente está tan aterrada? Porque los ministros que están nombrando son personas que nadie conoce. Gente que viene de otro lado. Es importante que este país entienda que la mejor manera de avanzar es cambiando, pero hay que cambiar en armonía. Lo que no puede suceder es que Petro diga " nosotros, petristas, vamos a hacer un país contra el resto de los colombianos”. Eso no puede ser. Pero el mensaje del cambio es útil para una democracia. Y es importante también que por fin se haya aprobado la jurisdicción agraria y rural que ojalá empiece a funcionar. Quedó un poquito mocha en el trámite en el Congreso, pero es una conquista importante del gobierno de Petro.
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