“Con hambre no se puede hablar de paz”: Gobernadora del Chocó
Nubia Carolina Córdoba Curí completa ya 26 días como la primera mujer que asume el cargo de gobernadora en uno de los departamentos más olvidados del país: el Chocó. A lo largo de este mes, que incluyó el recorrido del Gobierno del presidente Gustavo Petro por todo el Pacífico, Córdoba ha intentado desmarcarse de los políticos tradicionales de la región y potenciar el mensaje en torno a que sí hay nuevos liderazgos que permitan que se supere el rezago. Dijo que apoya la política de paz total, pero pidió herramientas para que la gente pueda comer; reveló en qué está el llamado “tren del Pacífico” y, entre otras cosas, le explicó a El Espectador la influencia política que aún conservan las familias y los clanes que han desangrado el Chocó.
Daniela Cristancho
Gobernadora, ¿en qué quedó el tema del tren del Pacífico, una propuesta que inluso el presidente Gusatvo Petro movió en campaña?
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Gobernadora, ¿en qué quedó el tema del tren del Pacífico, una propuesta que inluso el presidente Gusatvo Petro movió en campaña?
El tren del Pacífico es un proyecto que ha planteado el Gobierno Nacional, que entendemos está en fase de prefactibilidad y que nosotros esperamos que vincule alguna manera al Chocó. Está inicialmente planteado para vincular el Pacífico con el Caribe pensando en dos extremos, Buenaventura a Atlántico, y nosotros, obviamente que somos los que estamos en el medio y con esa condición subestratégica que tiene el Chocó, y que es el territorio por el que pasa o está la conexión o la bisagra entre el Caribe y el Pacífico, pues esperamos hacer parte de ese proceso. Es un proceso que impacta de manera muy importante al país y que sería el Chocó una ventana muy importante para que Colombia resuelva un problema del mundo, no de nuestro país, sino del mundo en torno al paso interoceánico que hoy se suelta a través del canal de Panamá, que está teniendo serias dificultades logísticas. al igual que por asuntos de cambio climático y de la naturaleza. Podríamos encontrar la manera de descongestionar el paso a través de nuestro país.
¿Cómo se podría aplicar esa descongestión de la que habla?
El departamento de Chocó tiene dos posibilidades de paso interoceánico, uno a través de la canalización de uno de los países, y el otro a través de la canalización de otro país. Uno de los ríos de la zona del Darién, y dos, pues el paso férreo, justamente, o paso canal seco, a través también del Darién. Nosotros sabemos que en ese sector, y por ser el Chocó un departamento con megadiversidad, pues tiene unos componentes ambientales. Pero también creemos que lo ambiental puede ser aliado del desarrollo y que hoy ya existe la tecnología suficiente, al igual que la ingeniería, para poder garantizar que respetamos el medioambiente y que generamos desarrollo y progreso para el departamento y para el país.
Esa idea de por el Chocó pase el nuevo “canal de Panamá”, ¿ya se ha hablado con el Gobierno?
Así es, el Gobierno la conoce y ahora tiene una entidad que justamente está planificando proyectos importantes para el país, por lo que nosotros ya hemos puesto esto en conocimiento de ellos. El sector económico del país también tiene, al menos a la vista, este proyecto. Además, el presidente también lo tiene a la vista y lo que queremos es liderarlo. El departamento del Chocó quiere lidiar su proceso, se trata del territorio nuestro. Así que sí queremos que eso no pase ni por encima de los chocuanos, ni sin contar con los chocuanos y que no simplemente sea un paso por nuestro territorio, sino que involucre efectivamente el desarrollo de nuestro departamento a la par que el país también avance.
La energía eléctrica en Capurganá es otro lío en su departamento, ¿qué se va a hacer con eso?
Resulta que Capurganá es uno de los territorios no interconectados del departamento. Estamos en torno al 40% de población que aún hoy no está interconectada a energía eléctrica o que depende de combustible fósil para poderse alumbrar por unas poquitas horas en la noche. Eso nos tiene que dar una referencia de cómo ni siquiera estamos prestando servicios para la gran mayoría de la ciudadanía, algo que es normal, ordinario, pero que aún hoy no llega a la ruralidad colombiana. Capurganá está dentro de un municipio que se llama Acandí, que es el último municipio de nuestro país antes de llegar a Panamá. De hecho, por eso enfrenta todo lo que enfrenta. Allá se da la crisis migratoria. Además, por la posición en la que está al otro lado del Golfo de Uraba, no ha sido interconectado pensando en la idea tradicional de interconexión. Para espacios como Capurganá, además de estar limitado en condiciones como la energía, se limita toda su capacidad de aporte al país en áreas como el ecoturismo.
Gobernadora, pero qué se piensa hacer...
La alternativa que tenemos que plantear para Capurganá no puede ser ordinaria. Tiene que ser alternativa y tiene que ser con la posibilidad de que genere sostenibilidad, no solamente para proveerles energía a los hogares en el contexto doméstico y demás, sino también para la productividad y pensando en ese ejercicio turístico que realmente es muy importante. Y también pensando en la producción. La gente no lo conoce, pero ahí está la ganadería de mi departamento, que está 100% certificada como libre de fiebre aftosa y, adicionalmente, reconocida en la categoría silvopastoril, que es la que en realidad tiene que impulsarse para garantizar que no se degraden los ecosistemas por ganadería. Entonces, hay una cantidad de procesos económicos que se ven lastimados por el hecho de que no hemos llevado conectividad eléctrica a Capurganá. Hemos pedido asistencia para poder avanzar, pues una solución a corto plazo es poder resolver el tema de las plantas que se manejan allá y así poder garantizar que no haya problemas con esas plantas. Podemos garantizar que implementamos un proyecto de generación alternativa de energía, preferiblemente utilizando un recurso que allá es muy amplio, el recurso hídrico.
¿Se sabe algo más en torno al secuestro del registrador Jefferson Murillo y su acompañante, Blyderson Arboleda? Ya fueron liberados, pero esto habla de las condiciones de inseguridad de su departamento...
Es uno de los hechos de más impacto y más dolorosos, porque antes de ser funcionarios públicos son personas, son hijos de sus madres, que realmente estuvieron muy dolidas con esta situación. Sabemos que los procesos de secuestro no son rápidos para resolverse, pero yo creo que a hoy tampoco son procesos que deberían existir en nuestra sociedad. El secuestro es ir en contra de la dignidad más ínfima del ser humano. Pedí asistencia al Gobierno, por supuesto, y trabajamos con la Policía y Ejército.
Con la política de paz total del Gobierno, ¿qué avances ha visto en el territorio del Choco?
Yo creo que con hambre no habrá paz. ¿Con hambre qué ha habido? Con hambre no se puede hablar de paz. Y, por lo tanto, para poder hablar de paz, lo primero que tenemos que garantizar es que inversión y desarrollo económico para las comunidades, para que no tengan que estar detrás ni de las economías ilícitas ni del impacto que esto genera a nivel de conflicto armado. El Gobierno Nacional tiene muy buena intención y nosotros, de verdad, creemos en la paz. El Choco siempre ha votado por la paz. Y queremos acompañar ese proceso, pero lo que queremos es que no sea simplemente un escenario en el que se parta exclusivamente de plantear diálogos y procesos de concertación, sino que tiene que ser eso sumado a la transformación de la realidad territorial. Si la realidad territorial no cambia, pues lo que va a pasar es que unos grupos se sustituyen por otros, porque queda el espacio que no ocupa la institucionalidad.
En Chocó hay una alta presencia de grupos ilegales...
Es que ocupan esos espacios que deja la institucionalidad y ahí es donde surgen las economías ilícitas. Esa es la razón por la que el territorio está en disputada y esa es la razón por la que el impacto en los derechos humanos de las comunidades es en alto. Hay que transformar el territorio y generar inversión. Hay que plantear la alternativa de la sustitución de economías ilícitas por economías lícitas que estén realmente en poder de las comunidades, no de los actores armados. Y con esa transformación del territorio, pues ahí sí vamos a poder hablar de paz. Por supuesto, cuando la gente tenga qué comer, podemos hablar de paz. Cuando la gente se pueda transportar tranquilamente, podemos hablar de paz. Cuando la gente tenga un proyecto de educación, una vida en el que sí pueda creer y no crea que su vida de entrada no tiene garantías ni de progreso, ni de transformación, ni de avance, vamos a poder hablar de paz. Y la paz total es un anhelo del Choco. Solo queremos, ojalá, contar con las condiciones para que se pueda implementar.
El presidente Petro, desde Davos, dijo que buscaba inversión extranjera en el Pacífico para buscar cómo salir de esas economías ilícitas. ¿Esa iniciativa le parece viable?
Sí, y yo creo que es un ciclo que a veces no se entiende y que hay que intervenir el ciclo. Porque, ¿cuál es la razón por la que la inversión privada no llega? Porque no están las condiciones. ¿Cómo se hace empresa sin energía eléctrica?, ¿cómo se hace empresa sin agua potable en un lugar donde por todo lado hay agua?, ¿cómo se hace empresa sin carreteras, sin conectividad? Y luego, ¿cómo se hace empresa sin seguridad? Vemos que también esos elementos son la razón por la que no hay seguridad. Y vemos que si llega la empresa, probablemente podamos luchar contra esa realidad. Entonces, en ese ejercicio cíclico lo que tenemos es que plantear cuáles son los puntos de intervención para rompero esos ciclos. Entonces, sí, hemos tomado la decisión como Nación, de invertir de manera que al menos podamos superar las condiciones tanto de ausencia de inversión en infraestructuras y servicios básicos, como de elementos que garanticen la estabilidad social y la seguridad. En la medida en que llegue la movilidad económica, eso va a aislar y a mantener más lejos la posibilidad de que quienes estén entronizados en nuestros territorios sean los actores ilícitos.
El gobierno está despachando esta semana desde el Pacífico y termina precisamente en el Chocó. ¿Hay alguna petición específica desde la gobernación, además de lo que ya hemos hablado?
Yo convoqué una cumbre de mandatarios, con todos los alcaldes, justamente para eso. Porque creo que tenemos que hacer una visión unificada, una visión conjunta de cuáles son las rutas de progreso y qué podemos proponerle al país. No vamos a engañarnos en el sentido de que este es un país de dificultades, donde la mayoría de los departamentos tienen sus retos y problemáticas. Y el Gobierno Nacional tiene que lidiar con todo esto. Creo que la mejor estrategia para el Chocó, dentro de todas las dificultades que tenemos, es priorizar, planificar y orientarnos juntos hacia una visión de desarrollo en la que nos pueda acompañar el Gobierno. Esto es muy importante, porque en el Gobierno es donde están los recursos. Infortunadamente, el departamento como el nuestro no genera rentas. Lo que, por ejemplo, nos genera una dicotomía cuando se plantea que si la renta se la queda solamente quien la produce, pues nos perdemos un valor importante en el país que es la equidad y el estado social de derecho.
Y en esa priorización de la que hablaba, ¿cuál sería la primera?
Yo creo que la primera prioridad es planificar. Yo creo que tenemos que planificar mejor, no solamente a cuatro años como nos impone el plan de desarrollo, sino una visión 20-50 que permita que estemos quienes estemos en los gobiernos, el departamento pueda avanzar hacia una ruta y pueda generar unas inversiones y tomar unas decisiones que apunten a que no se retrasen los procesos. Luego de eso, por supuesto, tenemos que implementar las condiciones mínimas para vivir. La intervención en vías de transporte hacia afuera del departamento para poder dinamizar la economía es clave. Somos el único departamento de este país sin ruta hacia su costa pacífica. Y eso realmente nos limita y lastima mucho además una subregión completa que es la de la costa. Y tenemos la necesidad también de garantizar servicios básicos domiciliarios. Esta misma semana qué pasó, cinco niños en el Bajo Baudó fallecieron por enfermedad diarraica aguda, y eso tiene que ver con la calidad del consumo del agua. Y energía eléctrica, por supuesto, conectividad para no ahondar más la brecha de desigualdad.
¿Qué fase seguiría tras garantizar esos asuntos?
Una vez eso esté planteado, el modelo de desarrollo económico tiene que basarse en las potencialidades de las subregiones, las capacidades que tenemos desde el punto de vista de recursos y cómo generamos capacidad instalada en el talento humano de la población para que pueda también generar procesos de desarrollo y de transformación. Por ejemplo, están el ecoturismo y la producción agrícola, pero con transformación para que haya cadena de valor y se genere empleo. También está la minería, pero con criterio razonable ambiental desde lo artesanal y desde los procesos asociados a la comunidad. Adempas, tenemos el aprovechamiento de recursos no maderables. E, incluso, está la venta de servicios ecosistémicos, de bonos ambientales y servicios ambientales; la venta de bonos de carbono. Es mucho lo que el departamento puede generar en desarrollo económico, pero requerimos organizarnos para eso.
Gobernadora, los $2.000 millones que dio la Unidad de Gestión de Riesgo, ¿en qué se van a invertir?
Eso es un fondo que está orientado a dos fases: la respuesta y la recuperación. En la respuesta estamos en todo el proceso que se ha surtido hasta ahora, acompañar a las víctimas, el tema de darles un auxilio funerarios, el tema de mantener la operación que se tuvo en la zona todo este tiempo para rehabilitar la vía y para lograr dtodo el procedimiento del proyecto de mando unificado. Tenemos que garantizar que, adicionalmente a esos recursos, se adopten las medidas para mejorar la capacidad de respuesta que se tiene. El día de la tragedia llegó primero la comunidad, la Guardia Indígena, y luego los bomberos. Pero necesitamos dejar capacidad instalada en el municipio de Quibdó, que también se vio afectada en esta emergencia. La gente no lo vio por lo de los muertos, pero tenía inundada toda la zona rural.
Gobernadora, ¿cómo recibió la noticia del fallecimiento de la senadora Piedad Córdoba?
Me enteré de la peor manera, porque yo estaba en la oficina trabajando, era sábado y alguien me llamó a darme el pesame. Eso fue como chocante, algo realmente muy doloroso. El departamento del Chocó tiene gran gratitud con la senadora Piedad Córdoba, porque si bien fue una figura que generó polémica en el país, todas sus acciones fueron de gran impacto para los territorios negros. Ella fue la ponente de la ley 70 de 1993. Esa es la única ley que compende nuestros derechos. Esa es la razón por la que nuestras comunidades hoy tienen territorios propios. Ella fue una vocera muy importante de las comunidades, de las minorías, y no solamente de las minorías étnicas, sino también de todas las minorías y de todas las diversidades. Ella, para mí en lo particular, fue un gran ejemplo. Ella fue un gran referente como mujer en la política. No es fácil hacer política en este país siendo mujer. Y, por supuesto, el departamento de Chocó la ha honrado.
En la política del Chocó, ¿qué tanta influencia siguen teniendo familias como los Montes de Oca o los Córdoba, que tienen miembros condenados por saquear el departamento?
Es muy importante que usted sepa que no todos los Córdoba somos familia. En el Chocó los apellidos eran por asignación, fue una época colonial de esclavitud. Yo pertenezco a la familia de Neguala, que desciende de Diego Luis Córdoba, padre del departamento. Mi padre fue parlamentario, falleció en un accidente aéreo. Y aun cuando mi familia, como Córdoba, sí pertenece o ha pertenecido al Partido Liberal, creo que los partidos tradicionales aún tienen un impacto, al menos de partidos, en el departamento. Pero veo cada vez más hay un proceso de apertura a las nuevas dinámicas de la política. Yo, por ejemplo, no habría sido gobernadora si eso no se estuviera dando. Tuve que darme una pela para que mi partido, mi movimiento, me escogiera. Había otros cinco candidatos de la preferencia de los otros liderazgos políticos del departamento. Hay muchos partidos emergentes, alternativos, que decidieron sumarse a esta apuesta. Pero yo no gané por los clanes, yo gané por la ciudadanía.
Eso en cuando a los Córdoba, pero y las las otras familias, como los Montes de Oca, ¿qué influencia tienen? Astrid Sánchez Montes de Oca es congresista...
La política tradicional todavía tiene impacto en el departamento y sigue teniendo una importancia muy grande, sobre todo por la relación con los municipios. Y con las dinámicas políticas muy locales. Pero creo que, insisto, ya el departamento ha empezado a transitar hacia la transformación. No en propiamente en torno a los clanes, sino de liderazgos que aportan, que construyan y que, en la medida en que hagamos las cosas bien, pues será la ciudadanía la que pueda seguir marcando una ruta en torno a dar la oportunidad a otra gente que viene trabajando.
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