Las cuentas del Nuevo Liberalismo, 34 años después del magnicidio de Galán
El partido fundado por Luis Carlos Galán se la juega en las urnas para volver a ser protagonista de la política nacional. Juan Manuel Galán es el presidente del colectivo político, que avaló más de 4.000 candidatos, entre ellos a Carlos Fernando Galán, su apuesta para la alcaldía de Bogotá.
Élber Gutiérrez Roa
Las primeras fotografías de Juan Manuel Galán registradas por los medios de comunicación colombianos son las de un niño que viajaba de la mano de su padre mientras este hacía proselitismo por el país. Sin embargo, la que podría ser la imagen más recordada de él no pertenece a una correría política, ni a una celebración electoral, sino que es la de un muchacho que entre sollozos le entrega a César Gaviria las banderas de Luis Carlos Galán, su padre, asesinado el 19 de agosto de 1989 por orden del narcotraficante Pablo Escobar Gaviria.
Pasados 34 años del magnicidio, el país no tiene claros los detalles del complot que terminó con la vida del fundador del Nuevo Liberalismo, aunque ha habido varias condenas por el caso, entre ellas las de dos exfuncionarios públicos: el exministro Alberto Santofimio y el exdirector del ya extinto Departamento Administrativo de Seguridad, DAS, Miguel Maza Márquez.
Lea: Con su viaje a Washington, Laura Sarabia regresa al mapa político.
El adolescente Galán que lloraba frente al ataúd de su padre en ese aciago agosto de 1989 acaba de cumplir 51 años y está al frente del Nuevo Liberalismo, partido político que en 2022 recuperó su personería jurídica tras cinco años de litigio, pues tuvo que demostrar que la causa de su desaparición del mapa político colombiano fue la persecución y el literal exterminio ordenado por la mafia y no la falta de apoyo popular.
Su hermano Carlos Fernando, cinco años menor que él, es uno de los punteros en las encuestas de candidatos para la alcaldía de Bogotá, cargo al que se postuló en 2019, cuando quedó segundo con más de un millón de votos.
Treinta y cuatro años después del magnicidio, el Nuevo Liberalismo avaló más de 4.000 candidatos para las elecciones de alcaldes, gobernadores, concejales, diputados y ediles del 29 de octubre de 2023 y está en su mejor posición política de las últimas décadas de cara a las elecciones regionales. Juan Manuel Galán anda en correrías por los pueblos, como le enseñara su padre.
Curiosamente, viaja siempre con Fredy Calderón, fotógrafo, camarógrafo, editor, productor de videos y hombre con mil roles más en la campaña. Es el hijo de Jesús Calderón, la persona que acompañó también con su cámara a Luis Carlos Galán en sus campañas. Y que incluso estaba con él en Soacha, Cundinamarca, en la manifestación del 18 de agosto de 1989, el día que la mafia asesinó a Galán.
Este es el análisis de Juan Manuel Galán sobre el mapa político y las posibilidades que tienen el Nuevo Liberalismo para las elecciones regionales de 2023.
El panorama para las elecciones de alcaldes y gobernadores 2023 en Colombia
¿Cómo ve el panorama para su partido en esta campaña electoral?
Tenemos claro que el 29 de octubre renace el Nuevo Liberalismo en todo el país. Hemos logrado estar presentes con candidatos a concejos, asambleas, alcaldías, gobernaciones y juntas administradoras locales en 30 departamentos. Nos faltaron Vaupés y Amazonas. Y en muchos casos vamos con candidatos propios. Y con apuestas muy importantes como la de Bogotá, con Carlos Fernando Galán.
¿Por qué dice usted que el narcotráfico sigue siendo una amenaza para las elecciones?
Desde enero hemos visitado 19 departamentos para conocer de primera mano la realidad de las comunidades. Lo que está claro es que el narcotráfico y las rentas criminales que hace 35 años enfrentó el Nuevo Liberalismo, tienen hoy un poder mucho más profundo territorialmente hablando. Tienen cooptadas alcaldías y gobernaciones y para ellos es estratégico mantener el control del poder local en las próximas elecciones.
Deme un ejemplo concreto que usted haya visto.
El clan del Golfo, en Codazzi, Cesar.
¿Qué pasa allá?
Llegó el clan del Golfo a apoderarse de las redes de microtráfico, a extorsionar a los empresarios y comerciantes, a imponer horarios de apertura y cierre a los negocios, a ejecutar la mal llamada limpieza social, que no es otra cosa que una serie de asesinatos selectivos con los cuales buscan mostrar que ellos son el orden y la justicia que se imponen en el territorio. Y también llegaron a financiar candidatos y a hacer proselitismo armado, constreñimiento a la gente para que vote por determinado candidato.
Otra vez la presión de los violentos, que en muchos casos no es la única.
Claro que no. Desde alcaldías y gobernaciones también se ejerce presión en esta campaña electoral, a través de las órdenes de prestación de servicios. Como en muchas zonas no hay empleo y no hay empresas que contraten, la gente que vive del contrato con la Alcaldía o con la Gobernación es obligada a entregar mensualmente parte del dinero de su contrato y a llevar gente a las reuniones políticas, a registrar votantes, a repartir publicidad entre sus círculos sociales y familiares so pena de perder el contrato. Otros se roban la contratación pública a través de los convenios interadministrativos, que son usados por muchas alcaldías para saltarse la ley de 80 y los pliegos tipo. Dirigen las contrataciones hacia los contratistas que quieran para sacar plata, comprar votos y hacer todo lo que hacen con la financiación que no es declarada y que es ilegal, que es criminal. En Medellín y Manizales se usan mucho los contratos interadministrativos.
¿Y usted ha denunciado con nombre propio eso que me está diciendo?
Pues tenemos a las organizaciones haciendo esa presencia territorial, documentando lo que pasa. Por ejemplo, en el caso de Codazzi, Cesar, estuve conversando con el periodista que en Radio Guatapurí se ha dedicado a hacer informes sobre la presencia del clan del Golfo, pero el tema no ha trascendido a nivel nacional. Y he presentado varias veces esa denuncia ante el gobierno y la comisión de seguimiento de garantías electorales, pero no ha habido medidas contundentes, porque la Fuerza Pública parece que estuviera maniatada por todos estos procesos de paz total.
Lo noto muy escéptico frente a la comisión de seguimiento electoral.
Pues sí. No vemos medidas acordes con el enorme desafío que estamos enfrentando. Tiene que haber un liderazgo del gobierno nacional y, sobre todo, del comandante supremo de la Fuerza Pública, que es el presidente de la República, para que tengamos garantías en las elecciones.
La pelea del Nuevo Liberalismo por dos curules en el Senado
¿En qué va el tema del litigio de ustedes para que se reconozca al Nuevo Liberalismo la condición de partido renaciente con su tesis de que los efectos del umbral no son solo para las elecciones?
Lamentablemente el Consejo Nacional Electoral hizo una interpretación limitada de la excepción que teníamos para cumplir el umbral. La limitó a mantener la personería jurídica, pero resulta que el umbral tiene otros efectos, como el de la financiación y el acceso a financiación estatal. Queremos que se aplique esa excepción para todos los efectos del umbral y que no se considere al Nuevo Liberalismo como un partido nuevo (porque en 1986 eligió congresistas). Interpusimos un incidente de desacato a la sentencia que nos restituyó la personería jurídica como un acto de reparación al exterminio que el partido sufrió y que fue la causa de su desaparición. Está en estudio en la Corte Constitucional.
¿Todavía están peleando curules para el actual Senado de la República?
Reclamamos que la interpretación de la excepción de la cual fuimos beneficiados y, que nos permitió participar en la elección de Congreso de marzo pasado, aplica también para la producción de financiación y para la distribución de las curules, según la ley 1475. Si se aplica completamente, tendría que tocar esos tres temas.
Entonces, ¿está peleando curules en el actual Senado?
Pues tendríamos derecho, pero estamos sujetos al pronunciamiento que haga la Corte sobre el incidente de desacato y hasta dónde considere que se aplica la interpretación de la excepción.
Según su interpretación, ¿a cuántas curules tendrían derecho?
Serían, por lo menos, dos en el Senado, más las dos curules que logramos a la Cámara de Representantes, ocupadas hoy por Julia Miranda y Juan Sebastián Gómez.
¿Eso significa que Mabel Lara podría ser congresista?
Algunos miembros de la lista tomaron la decisión de renunciar después de las elecciones, ya sea porque apoyaron a Gustavo Petro como candidato a la Presidencia de la República o por otros motivos personales. Pero si se aplicara el umbral para todos los efectos, como estamos pidiendo, tendríamos dos senadores.
Muy buen punto ese. Recordemos su lista al Senado: La primera era Mabel, pero renunció. Luego estaba Felipe Negret…
Quien también renunció, porque se fue a apoyar a la candidatura presidencial de Federico Gutiérrez.
Luego venía Sandra Borda.
Se fue.
¿Y qué tal que ustedes ganen el pleito jurídico pero no tengan con quién ocupar las curules?
Bueno, algunos no renunciaron. Pero para nosotros lo importante es que se acate la sentencia, porque nosotros la hemos acatado. Nos ordenaba, dentro de los seis meses siguientes a las elecciones, realizar el Congreso Nacional. Lo hicimos. También aprobamos los nuevos estatutos. Pedimos que la autoridad electoral también cumpla con la sentencia. Lo absurdo es tener que ir a la Corte Constitucional, que emitió la sentencia que nos devuelve la Personería, a decirle que pida que su sentencia sea cumplida.
No me negará que una de las razones de esa pelea es también la plata para la financiación.
Según nuestra interpretación de la excepción de cumplir con el umbral y de tener en cuenta que no somos un partido nuevo, la financiación a que tendríamos derecho para operar como partido tendría que ser mucho mayor. En este momento tenemos $260 millones para todo un año: para la nómina mensual del secretario del Partido, del contador, del tesorero, del auditor, para las redes sociales, la sede física y todos los demás gastos. Mientras que el partido Comunes, que hizo parte del proceso de paz con las Farc, se desmovilizó y entregó las armas (lo cual está muy bien) tiene $8.000 millones para funcionamiento al año. Hay una gran desproporción entre un partido víctima de un exterminio que está renaciendo y un partido que se acoge un proceso de paz, por solo citar un ejemplo.
¿Cuánto vale la actividad del partido al año?
Tendríamos que hacer toda la cuenta de los aportes que han hecho los comités territoriales, porque han sufragado de su propio bolsillo para que el partido pueda operar en las regiones. No hemos podido apoyar a las regiones financieramente.
Pero, ¿tiene las cuentas de cuánto vale el funcionamiento?
Tenemos un presupuesto mínimo, deudas acumuladas de la campaña anterior (relacionadas con la publicidad, con los espacios publicitarios que tuvimos) y hemos tratado de cubrir ese déficit.
La lista de candidatos del Nuevo Liberalismo para alcaldías, concejos y gobernaciones en las elecciones de octubre de 2023
Revisemos los candidatos avalados por usted para las elecciones regionales. ¿Caben petristas o uribistas en sus listas?
Nosotros aprobamos nuestra ruta del aval en el Congreso Nacional del partido. Cinco pasos que nuestros candidatos tenían que recorrer. Número uno, su condición personal. Todos pasaron por el Sarlaft, el sistema de prevención de lavado de activos y lucha contra el terrorismo. Todos tenían que pasar por ventanilla y mostrar que en su hoja de vida no están diciendo mentiras. A veces la gente dice que tiene un doctorado, cuando lo que ha hecho es un curso de verano o un diplomado.
Uy, ¿conoce algún caso de esos en la historia reciente del país?
(Risas). Algunos exalcaldes de Bogotá han incurrido en este tipo de afirmaciones.
¿Algún otro requisito para blindarse en materia de avales?
Mostrar que su propuesta de campaña refleja la filosofía del Nuevo Liberalismo. Una de las raíces filosóficas de este partido es la Constitución de 1863, de Rionegro, Antioquia, que es la Constitución de los Estados Unidos de Colombia y que fue la más liberal que tuvo el país. No es coincidencia que Luis Carlos Galán, en 1982, lanzó su candidatura presidencial en la plaza de Rionegro, en homenaje a esa Constitución, que proponía una Colombia federal y grandes avances en derechos. Además, es muy importante que los mismos candidatos apoyen nuestras listas a concejos y asambleas. Si vamos a reconstruir este partido de abajo hacia arriba, los concejales son lo más importante, son la base de la organización política territorial.
Pero no me contestó: ¿caben petristas o uribistas en sus listas?
Las líneas rojas son: nada con el gobierno nacional, con el petrismo, pero recibimos petristas arrepentidos. Y nada con el uribismo, pero recibimos uribistas arrepentidos.
¿Y le han llegado muchos arrepentidos?
Sabe que sí, de ambos lados, porque están decepcionados de la política de extremos.
Dígame un ejemplo.
Tenemos candidatos a concejos, tenemos candidatos en coalición, que estuvieron militando en esos partidos y que ahora regresaron.
Pero dígame un ejemplo.
Es que no quiero echar a nadie al agua.
¿No puede decir, tampoco, ni un ejemplo de uribistas arrepentidos?
Ay, Élber. Fíjese usted. En Casanare y la zona de los Llanos Orientales, que muchos han calificado como una zona netamente uribista y del Centro Democrático, estamos coavalando a César Ortiz Zorro, quien va para la Gobernación y está en contra del uribismo. Y lo mismo ocurre con el candidato a la alcaldía de Yopal, Marco Tulio Ruiz, que estamos también coavalando.
No le entendí la movida en Bucaramanga. ¿Cómo así que va con la misma candidata de Rodolfo Hernández? ¿Eso no es una contradicción?
En Bucaramanga surgió una candidata excelente en todo sentido: Consuelo Ordóñez de Rincón. En su condición humana, en lo que ha sido la historia de su familia, en su preparación académica. Fue secretaria de planeación de Santander en el gobierno de Horacio Serpa y tuvo el mejor plan de desarrollo del país, hecho por ella. Hace meses veníamos conversando con ella, pero respetábamos la decisión que tomara el Comité Territorial de Santander, que llegó a la conclusión de que era la mejor opción, pero ya la había avalado la Liga Anticorrupción, de Rodolfo Hernández. Decidimos hacer un acuerdo de coalición con la Liga, pero no estamos avalando a Rodolfo para la gobernación, a la cual vamos con Julián Silva.
¿Cuántos son los candidatos que usted avala y en cuántas ciudades tienen candidatos?
Tenemos 4.732 candidatos propios del Nuevo Liberalismo en 30 de los 32 departamentos del país. Candidatas mujeres propias tenemos 1.878 (el 40%). Queríamos más, pero no alcanzamos. De todas maneras, eso es un avance significativo frente a lo que era la participación de la mujer en política y en el mismo Nuevo Liberalismo hace 35 años. Tenemos presencia en 404 municipios y 182 candidatos propios a alcaldías, con 3.880 candidatos propios a concejos. Se han inscrito 380 listas propias en todo el país. Y tenemos otras 197 a las JAL. Y 348 coaliciones respetando esas líneas rojas que mencioné.
¿Mete las manos al fuego por esas personas?
Meto las manos al fuego por el proceso de verificación que hicimos, que tiene sus límites, obviamente. Fuimos más allá de lo que puede ser considerado como un filtro. Tuvimos, además, el acompañamiento del Consejo Nacional del Nuevo Liberalismo, en donde hubo varias discusiones sobre esos controles. El del Sarlaft, es un control adicional, que es muy importante.
Y si mañana encuentra que alguna de esas personas no cumplió, o que está metida en un lío, o tiene una inhabilidad y no la reportó, ¿usted la echa del partido?
Eso sería gravísimo, porque la sanción para un partido que inscriba un candidato inhabilitado es la pérdida de la Personería Jurídica. Nosotros tomamos muy en serio eso. Tuvimos muchas dificultades porque la ventanilla única colapsó. Esa ventanilla pedía certificación de Policía, Fiscalía, Procuraduría, Contraloría y Cancillería. Eso fue angustioso en la última semana de inscripción.
¿Pero lo sacaría del partido, sea quien sea?
Pues tomaríamos las decisiones de acuerdo con nuestros estatutos. Aplicaremos la expulsión del partido en la medida en que sea posible.
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Carlos Fernando Galán, candidato del Nuevo Liberalismo a la alcaldía de Bogotá
¿Y quién es ese Carlos Fernando Galán al que avalan como candidato a la alcaldía de Bogotá?
(Risas). Un militante del Nuevo Liberalismo.
Es la segunda vez que él va por la alcaldía y en su priemr intento quedó de segundo. ¿Quiénes más lo respaldan en esta oportunidad?
El nuevo liberalismo es el único partido que lo avala. Él decidió aspirar exclusivamente representando a su partido. Pero hay una cantidad de fuerzas que creen en él, que lo reconocen y sobre todo que lo respetan, porque no es un candidato improvisado que se levantó el sábado por la mañana para irse a inscribir a la Registraduría. Lleva más de 16 años estudiando esta ciudad, recorriéndola, fue dos veces concejal, congresista. No solamente maneja datos y estadísticas sobre Bogotá, sino que ha estado en el territorio, conoce a la gente, conoce los barrios, se ha hecho contar y ha demostrado que su proyecto y su prioridad es Bogotá.
¿A qué tema debe prestarle especial atención su candidato en Bogotá?
La inseguridad. El 70% de los encuestados manifiestan que su primer problema es la inseguridad. Tenemos que ser innovadores en las propuestas. No podemos seguir en los lugares comunes del pie de fuerza y judicializar. Claro, eso hay que hacerlo, pero hay que atacar la cadena criminal, en la cual el ladrón de la calle es el último eslabón. Carlos Fernando está diciendo algo que me parece muy importante: que hay que atacar el tema con inteligencia y con investigación criminal. Pero la mejor política criminal es la política social y hay que tratar la seguridad en Bogotá como un problema de salud pública, para darle un enfoque integral.
¿Y cómo se hace eso?
En 2010, Glasgow y Chicago tenían los índices de crimen violento más altos del hemisferio norte occidental. Decidieron que iba a ser un problema con enfoque de salud pública y que la policía iba a ir acompañada de psicólogos, trabajadores sociales, gestores en emprendimiento, gestores culturales y gestores en recreación y deporte para hacer unas intervenciones en las zonas marginales. En 10 años le dieron la vuelta al problema y tienen las estadísticas más bajas de crimen violento.
Elecciones 2023: la pelea por la alcaldía de Bogotá
En una palabra, ¿cuál es el tema que va a definir la elección en Bogotá?
Pues hay gente que dice que va a ser un plebiscito frente al gobierno nacional, frente a Petro.
¿A usted le suena eso?
Históricamente Bogotá ha querido marcar una balanza frente al gobierno nacional. ¿Por qué fue Peñalosa alcalde? Porque Juan Manuel Santos estaba desarrollando el proceso de paz en su segundo periodo. ¿Por qué fue alcaldesa Claudia López? Porque estaba Iván Duque, del uribismo, en la Presidencia de la República.
Ahora que la izquierda tiene la presidencia de la República, con Gustavo Petro, ¿que va a pasar con Bogotá?
Bogotá va a tender a ir hacia el centro.
Si esa tendencia fuera como usted la describe, ante la existencia de un presidente de izquierda el nuevo alcalde de Bogotá sería de derecha.
Creo que más bien de centro.
¿Su candidato en Bogotá va a ser un candidato anti-petrismo?
No. Es un candidato pro-Bogotá. Bogotá representa a todo el país y necesita autoestima. Nadie en Bogotá dice con orgullo “es que yo soy bogotano”. La gente dice “yo vengo del Huila”, “yo vengo de Santander”. Hay que buscar que la gente se sienta orgullosa de estar acá y de ser de acá, que quiera la ciudad. Eso se logra uniendo y no haciendo campañas anti esto o anti lo otro.
Su hermano dejó a Vargas Lleras, pero Vargas Lleras fue uno de sus principales promotores a la alcaldía.
Pero Vargas Lleras ahora tiene candidato, que es el general Vargas.
En una frase, ¿cómo le ha ido a Petro?
Se lo digo en una palabra: mal. El país no sabe para dónde va Petro, ni para dónde nos lleva Petro.
Hace casi 30 años, recién regresado de estudiar en el exterior, usted lanzó el libro que recogía el legado de su padre. Lo llamó El rojo de Galán. En esa ocasión me dijo que, a pesar de la tragedia de su familia, se sentía convencido de que esa lucha valió la pena. Hoy, cuando conoce mejor la política por dentro, ¿sigue pensando lo mismo?
Tiene más sentido hoy de lo que lo tuvo ayer, Élber, porque todos esos problemas que mi papá diagnosticó se han venido agravando. Por eso es importante ese espíritu de transformar la política, de luchar contra el clientelismo, contra el centralismo, de promover las ideas liberales entendidas como un Estado social de derecho y justicia para los colombianos en todo sentido. De igualdad de oportunidades. Todo eso está más vigente que nunca hoy en Colombia.
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Colombia reconoce el valor de la lucha de su padre, pero también hay personas que creen que lo de ustedes es un proyecto político personalista, que quieren controlar la toma de decisiones, eternizarse en las directivas y bloquear nuevos liderazgos.
Como dicen: por sus obras los conoceréis. Yo no me retiré del Partido Liberal porque sí. Lo hice cuando el Partido Liberal tomó la decisión de respaldar la candidatura presidencial de Iván Duque, el candidato uribista. Yo fui citante del debate de falsos positivos, del de Agro Ingreso Seguro, del de las interceptaciones del DAS, que nos hacía seguimientos a quienes estábamos haciéndole oposición a Álvaro Uribe. Fui coautor y ponente de la Ley de Inteligencia y Contrainteligencia, para que no interceptaran magistrados, periodistas, opositores, defensores de derechos humanos o sindicalistas, como hizo el gobierno de Álvaro Uribe. Lo que hemos hecho ha sido en consonancia con las banderas e ideas galanistas que defiendo.
Rodrigo Lara Restrepo, al igual que usted, es hijo de un gran líder del Nuevo Liberalismo asesinado por la mafia de Pablo Escobar Gaviria: el exministro de Justicia Rodrigo Lara Bonilla. ¿Cómo quedaron las relaciones entre ustedes y Lara Restrepo, quien hace un año terminó por fuera del partido que promovían su padre y el de él?
Pues yo quisiera que fueran buenas relaciones, porque yo siempre le he reconocido a él inteligencia, capacidad y audacia, pero tuvimos dificultades cuando quiso entrar al Nuevo Liberalismo. Él estaba en Cambio Radical y no podía estar en dos partidos al tiempo, porque eso es doble militancia.
Pero salieron de pelea y ahora él es uno de los rivales de su hermano en la puja por la alcaldía de Bogotá, para la cual terminó inscribiéndose por firmas.
No se logró que entrara, que acatara la sentencia de la Corte Constitucional, que respetara los acuerdos que ya habíamos suscrito con la Coalición Centro Esperanza. Pero las puertas siempre han estado abiertas. Nosotros logramos llevar a su renacer al Nuevo Liberalismo. En 2018 renuncié al Partido Liberal y mi hermano renunció a Cambio Radical, también por el apoyo que le dieron a Iván Duque en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales. Y nos fuimos al asfalto político a rescatar la personería jurídica, que mi hermano no alcanzó a tener para la pasada elección a la alcaldía. Fueron cinco años de recorrido para obtener esa personería, que nos la negaron varias veces.
👉 Lea más sobre el Congreso, el gobierno Petro y otras noticias del mundo político.
Las primeras fotografías de Juan Manuel Galán registradas por los medios de comunicación colombianos son las de un niño que viajaba de la mano de su padre mientras este hacía proselitismo por el país. Sin embargo, la que podría ser la imagen más recordada de él no pertenece a una correría política, ni a una celebración electoral, sino que es la de un muchacho que entre sollozos le entrega a César Gaviria las banderas de Luis Carlos Galán, su padre, asesinado el 19 de agosto de 1989 por orden del narcotraficante Pablo Escobar Gaviria.
Pasados 34 años del magnicidio, el país no tiene claros los detalles del complot que terminó con la vida del fundador del Nuevo Liberalismo, aunque ha habido varias condenas por el caso, entre ellas las de dos exfuncionarios públicos: el exministro Alberto Santofimio y el exdirector del ya extinto Departamento Administrativo de Seguridad, DAS, Miguel Maza Márquez.
Lea: Con su viaje a Washington, Laura Sarabia regresa al mapa político.
El adolescente Galán que lloraba frente al ataúd de su padre en ese aciago agosto de 1989 acaba de cumplir 51 años y está al frente del Nuevo Liberalismo, partido político que en 2022 recuperó su personería jurídica tras cinco años de litigio, pues tuvo que demostrar que la causa de su desaparición del mapa político colombiano fue la persecución y el literal exterminio ordenado por la mafia y no la falta de apoyo popular.
Su hermano Carlos Fernando, cinco años menor que él, es uno de los punteros en las encuestas de candidatos para la alcaldía de Bogotá, cargo al que se postuló en 2019, cuando quedó segundo con más de un millón de votos.
Treinta y cuatro años después del magnicidio, el Nuevo Liberalismo avaló más de 4.000 candidatos para las elecciones de alcaldes, gobernadores, concejales, diputados y ediles del 29 de octubre de 2023 y está en su mejor posición política de las últimas décadas de cara a las elecciones regionales. Juan Manuel Galán anda en correrías por los pueblos, como le enseñara su padre.
Curiosamente, viaja siempre con Fredy Calderón, fotógrafo, camarógrafo, editor, productor de videos y hombre con mil roles más en la campaña. Es el hijo de Jesús Calderón, la persona que acompañó también con su cámara a Luis Carlos Galán en sus campañas. Y que incluso estaba con él en Soacha, Cundinamarca, en la manifestación del 18 de agosto de 1989, el día que la mafia asesinó a Galán.
Este es el análisis de Juan Manuel Galán sobre el mapa político y las posibilidades que tienen el Nuevo Liberalismo para las elecciones regionales de 2023.
El panorama para las elecciones de alcaldes y gobernadores 2023 en Colombia
¿Cómo ve el panorama para su partido en esta campaña electoral?
Tenemos claro que el 29 de octubre renace el Nuevo Liberalismo en todo el país. Hemos logrado estar presentes con candidatos a concejos, asambleas, alcaldías, gobernaciones y juntas administradoras locales en 30 departamentos. Nos faltaron Vaupés y Amazonas. Y en muchos casos vamos con candidatos propios. Y con apuestas muy importantes como la de Bogotá, con Carlos Fernando Galán.
¿Por qué dice usted que el narcotráfico sigue siendo una amenaza para las elecciones?
Desde enero hemos visitado 19 departamentos para conocer de primera mano la realidad de las comunidades. Lo que está claro es que el narcotráfico y las rentas criminales que hace 35 años enfrentó el Nuevo Liberalismo, tienen hoy un poder mucho más profundo territorialmente hablando. Tienen cooptadas alcaldías y gobernaciones y para ellos es estratégico mantener el control del poder local en las próximas elecciones.
Deme un ejemplo concreto que usted haya visto.
El clan del Golfo, en Codazzi, Cesar.
¿Qué pasa allá?
Llegó el clan del Golfo a apoderarse de las redes de microtráfico, a extorsionar a los empresarios y comerciantes, a imponer horarios de apertura y cierre a los negocios, a ejecutar la mal llamada limpieza social, que no es otra cosa que una serie de asesinatos selectivos con los cuales buscan mostrar que ellos son el orden y la justicia que se imponen en el territorio. Y también llegaron a financiar candidatos y a hacer proselitismo armado, constreñimiento a la gente para que vote por determinado candidato.
Otra vez la presión de los violentos, que en muchos casos no es la única.
Claro que no. Desde alcaldías y gobernaciones también se ejerce presión en esta campaña electoral, a través de las órdenes de prestación de servicios. Como en muchas zonas no hay empleo y no hay empresas que contraten, la gente que vive del contrato con la Alcaldía o con la Gobernación es obligada a entregar mensualmente parte del dinero de su contrato y a llevar gente a las reuniones políticas, a registrar votantes, a repartir publicidad entre sus círculos sociales y familiares so pena de perder el contrato. Otros se roban la contratación pública a través de los convenios interadministrativos, que son usados por muchas alcaldías para saltarse la ley de 80 y los pliegos tipo. Dirigen las contrataciones hacia los contratistas que quieran para sacar plata, comprar votos y hacer todo lo que hacen con la financiación que no es declarada y que es ilegal, que es criminal. En Medellín y Manizales se usan mucho los contratos interadministrativos.
¿Y usted ha denunciado con nombre propio eso que me está diciendo?
Pues tenemos a las organizaciones haciendo esa presencia territorial, documentando lo que pasa. Por ejemplo, en el caso de Codazzi, Cesar, estuve conversando con el periodista que en Radio Guatapurí se ha dedicado a hacer informes sobre la presencia del clan del Golfo, pero el tema no ha trascendido a nivel nacional. Y he presentado varias veces esa denuncia ante el gobierno y la comisión de seguimiento de garantías electorales, pero no ha habido medidas contundentes, porque la Fuerza Pública parece que estuviera maniatada por todos estos procesos de paz total.
Lo noto muy escéptico frente a la comisión de seguimiento electoral.
Pues sí. No vemos medidas acordes con el enorme desafío que estamos enfrentando. Tiene que haber un liderazgo del gobierno nacional y, sobre todo, del comandante supremo de la Fuerza Pública, que es el presidente de la República, para que tengamos garantías en las elecciones.
La pelea del Nuevo Liberalismo por dos curules en el Senado
¿En qué va el tema del litigio de ustedes para que se reconozca al Nuevo Liberalismo la condición de partido renaciente con su tesis de que los efectos del umbral no son solo para las elecciones?
Lamentablemente el Consejo Nacional Electoral hizo una interpretación limitada de la excepción que teníamos para cumplir el umbral. La limitó a mantener la personería jurídica, pero resulta que el umbral tiene otros efectos, como el de la financiación y el acceso a financiación estatal. Queremos que se aplique esa excepción para todos los efectos del umbral y que no se considere al Nuevo Liberalismo como un partido nuevo (porque en 1986 eligió congresistas). Interpusimos un incidente de desacato a la sentencia que nos restituyó la personería jurídica como un acto de reparación al exterminio que el partido sufrió y que fue la causa de su desaparición. Está en estudio en la Corte Constitucional.
¿Todavía están peleando curules para el actual Senado de la República?
Reclamamos que la interpretación de la excepción de la cual fuimos beneficiados y, que nos permitió participar en la elección de Congreso de marzo pasado, aplica también para la producción de financiación y para la distribución de las curules, según la ley 1475. Si se aplica completamente, tendría que tocar esos tres temas.
Entonces, ¿está peleando curules en el actual Senado?
Pues tendríamos derecho, pero estamos sujetos al pronunciamiento que haga la Corte sobre el incidente de desacato y hasta dónde considere que se aplica la interpretación de la excepción.
Según su interpretación, ¿a cuántas curules tendrían derecho?
Serían, por lo menos, dos en el Senado, más las dos curules que logramos a la Cámara de Representantes, ocupadas hoy por Julia Miranda y Juan Sebastián Gómez.
¿Eso significa que Mabel Lara podría ser congresista?
Algunos miembros de la lista tomaron la decisión de renunciar después de las elecciones, ya sea porque apoyaron a Gustavo Petro como candidato a la Presidencia de la República o por otros motivos personales. Pero si se aplicara el umbral para todos los efectos, como estamos pidiendo, tendríamos dos senadores.
Muy buen punto ese. Recordemos su lista al Senado: La primera era Mabel, pero renunció. Luego estaba Felipe Negret…
Quien también renunció, porque se fue a apoyar a la candidatura presidencial de Federico Gutiérrez.
Luego venía Sandra Borda.
Se fue.
¿Y qué tal que ustedes ganen el pleito jurídico pero no tengan con quién ocupar las curules?
Bueno, algunos no renunciaron. Pero para nosotros lo importante es que se acate la sentencia, porque nosotros la hemos acatado. Nos ordenaba, dentro de los seis meses siguientes a las elecciones, realizar el Congreso Nacional. Lo hicimos. También aprobamos los nuevos estatutos. Pedimos que la autoridad electoral también cumpla con la sentencia. Lo absurdo es tener que ir a la Corte Constitucional, que emitió la sentencia que nos devuelve la Personería, a decirle que pida que su sentencia sea cumplida.
No me negará que una de las razones de esa pelea es también la plata para la financiación.
Según nuestra interpretación de la excepción de cumplir con el umbral y de tener en cuenta que no somos un partido nuevo, la financiación a que tendríamos derecho para operar como partido tendría que ser mucho mayor. En este momento tenemos $260 millones para todo un año: para la nómina mensual del secretario del Partido, del contador, del tesorero, del auditor, para las redes sociales, la sede física y todos los demás gastos. Mientras que el partido Comunes, que hizo parte del proceso de paz con las Farc, se desmovilizó y entregó las armas (lo cual está muy bien) tiene $8.000 millones para funcionamiento al año. Hay una gran desproporción entre un partido víctima de un exterminio que está renaciendo y un partido que se acoge un proceso de paz, por solo citar un ejemplo.
¿Cuánto vale la actividad del partido al año?
Tendríamos que hacer toda la cuenta de los aportes que han hecho los comités territoriales, porque han sufragado de su propio bolsillo para que el partido pueda operar en las regiones. No hemos podido apoyar a las regiones financieramente.
Pero, ¿tiene las cuentas de cuánto vale el funcionamiento?
Tenemos un presupuesto mínimo, deudas acumuladas de la campaña anterior (relacionadas con la publicidad, con los espacios publicitarios que tuvimos) y hemos tratado de cubrir ese déficit.
La lista de candidatos del Nuevo Liberalismo para alcaldías, concejos y gobernaciones en las elecciones de octubre de 2023
Revisemos los candidatos avalados por usted para las elecciones regionales. ¿Caben petristas o uribistas en sus listas?
Nosotros aprobamos nuestra ruta del aval en el Congreso Nacional del partido. Cinco pasos que nuestros candidatos tenían que recorrer. Número uno, su condición personal. Todos pasaron por el Sarlaft, el sistema de prevención de lavado de activos y lucha contra el terrorismo. Todos tenían que pasar por ventanilla y mostrar que en su hoja de vida no están diciendo mentiras. A veces la gente dice que tiene un doctorado, cuando lo que ha hecho es un curso de verano o un diplomado.
Uy, ¿conoce algún caso de esos en la historia reciente del país?
(Risas). Algunos exalcaldes de Bogotá han incurrido en este tipo de afirmaciones.
¿Algún otro requisito para blindarse en materia de avales?
Mostrar que su propuesta de campaña refleja la filosofía del Nuevo Liberalismo. Una de las raíces filosóficas de este partido es la Constitución de 1863, de Rionegro, Antioquia, que es la Constitución de los Estados Unidos de Colombia y que fue la más liberal que tuvo el país. No es coincidencia que Luis Carlos Galán, en 1982, lanzó su candidatura presidencial en la plaza de Rionegro, en homenaje a esa Constitución, que proponía una Colombia federal y grandes avances en derechos. Además, es muy importante que los mismos candidatos apoyen nuestras listas a concejos y asambleas. Si vamos a reconstruir este partido de abajo hacia arriba, los concejales son lo más importante, son la base de la organización política territorial.
Pero no me contestó: ¿caben petristas o uribistas en sus listas?
Las líneas rojas son: nada con el gobierno nacional, con el petrismo, pero recibimos petristas arrepentidos. Y nada con el uribismo, pero recibimos uribistas arrepentidos.
¿Y le han llegado muchos arrepentidos?
Sabe que sí, de ambos lados, porque están decepcionados de la política de extremos.
Dígame un ejemplo.
Tenemos candidatos a concejos, tenemos candidatos en coalición, que estuvieron militando en esos partidos y que ahora regresaron.
Pero dígame un ejemplo.
Es que no quiero echar a nadie al agua.
¿No puede decir, tampoco, ni un ejemplo de uribistas arrepentidos?
Ay, Élber. Fíjese usted. En Casanare y la zona de los Llanos Orientales, que muchos han calificado como una zona netamente uribista y del Centro Democrático, estamos coavalando a César Ortiz Zorro, quien va para la Gobernación y está en contra del uribismo. Y lo mismo ocurre con el candidato a la alcaldía de Yopal, Marco Tulio Ruiz, que estamos también coavalando.
No le entendí la movida en Bucaramanga. ¿Cómo así que va con la misma candidata de Rodolfo Hernández? ¿Eso no es una contradicción?
En Bucaramanga surgió una candidata excelente en todo sentido: Consuelo Ordóñez de Rincón. En su condición humana, en lo que ha sido la historia de su familia, en su preparación académica. Fue secretaria de planeación de Santander en el gobierno de Horacio Serpa y tuvo el mejor plan de desarrollo del país, hecho por ella. Hace meses veníamos conversando con ella, pero respetábamos la decisión que tomara el Comité Territorial de Santander, que llegó a la conclusión de que era la mejor opción, pero ya la había avalado la Liga Anticorrupción, de Rodolfo Hernández. Decidimos hacer un acuerdo de coalición con la Liga, pero no estamos avalando a Rodolfo para la gobernación, a la cual vamos con Julián Silva.
¿Cuántos son los candidatos que usted avala y en cuántas ciudades tienen candidatos?
Tenemos 4.732 candidatos propios del Nuevo Liberalismo en 30 de los 32 departamentos del país. Candidatas mujeres propias tenemos 1.878 (el 40%). Queríamos más, pero no alcanzamos. De todas maneras, eso es un avance significativo frente a lo que era la participación de la mujer en política y en el mismo Nuevo Liberalismo hace 35 años. Tenemos presencia en 404 municipios y 182 candidatos propios a alcaldías, con 3.880 candidatos propios a concejos. Se han inscrito 380 listas propias en todo el país. Y tenemos otras 197 a las JAL. Y 348 coaliciones respetando esas líneas rojas que mencioné.
¿Mete las manos al fuego por esas personas?
Meto las manos al fuego por el proceso de verificación que hicimos, que tiene sus límites, obviamente. Fuimos más allá de lo que puede ser considerado como un filtro. Tuvimos, además, el acompañamiento del Consejo Nacional del Nuevo Liberalismo, en donde hubo varias discusiones sobre esos controles. El del Sarlaft, es un control adicional, que es muy importante.
Y si mañana encuentra que alguna de esas personas no cumplió, o que está metida en un lío, o tiene una inhabilidad y no la reportó, ¿usted la echa del partido?
Eso sería gravísimo, porque la sanción para un partido que inscriba un candidato inhabilitado es la pérdida de la Personería Jurídica. Nosotros tomamos muy en serio eso. Tuvimos muchas dificultades porque la ventanilla única colapsó. Esa ventanilla pedía certificación de Policía, Fiscalía, Procuraduría, Contraloría y Cancillería. Eso fue angustioso en la última semana de inscripción.
¿Pero lo sacaría del partido, sea quien sea?
Pues tomaríamos las decisiones de acuerdo con nuestros estatutos. Aplicaremos la expulsión del partido en la medida en que sea posible.
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Carlos Fernando Galán, candidato del Nuevo Liberalismo a la alcaldía de Bogotá
¿Y quién es ese Carlos Fernando Galán al que avalan como candidato a la alcaldía de Bogotá?
(Risas). Un militante del Nuevo Liberalismo.
Es la segunda vez que él va por la alcaldía y en su priemr intento quedó de segundo. ¿Quiénes más lo respaldan en esta oportunidad?
El nuevo liberalismo es el único partido que lo avala. Él decidió aspirar exclusivamente representando a su partido. Pero hay una cantidad de fuerzas que creen en él, que lo reconocen y sobre todo que lo respetan, porque no es un candidato improvisado que se levantó el sábado por la mañana para irse a inscribir a la Registraduría. Lleva más de 16 años estudiando esta ciudad, recorriéndola, fue dos veces concejal, congresista. No solamente maneja datos y estadísticas sobre Bogotá, sino que ha estado en el territorio, conoce a la gente, conoce los barrios, se ha hecho contar y ha demostrado que su proyecto y su prioridad es Bogotá.
¿A qué tema debe prestarle especial atención su candidato en Bogotá?
La inseguridad. El 70% de los encuestados manifiestan que su primer problema es la inseguridad. Tenemos que ser innovadores en las propuestas. No podemos seguir en los lugares comunes del pie de fuerza y judicializar. Claro, eso hay que hacerlo, pero hay que atacar la cadena criminal, en la cual el ladrón de la calle es el último eslabón. Carlos Fernando está diciendo algo que me parece muy importante: que hay que atacar el tema con inteligencia y con investigación criminal. Pero la mejor política criminal es la política social y hay que tratar la seguridad en Bogotá como un problema de salud pública, para darle un enfoque integral.
¿Y cómo se hace eso?
En 2010, Glasgow y Chicago tenían los índices de crimen violento más altos del hemisferio norte occidental. Decidieron que iba a ser un problema con enfoque de salud pública y que la policía iba a ir acompañada de psicólogos, trabajadores sociales, gestores en emprendimiento, gestores culturales y gestores en recreación y deporte para hacer unas intervenciones en las zonas marginales. En 10 años le dieron la vuelta al problema y tienen las estadísticas más bajas de crimen violento.
Elecciones 2023: la pelea por la alcaldía de Bogotá
En una palabra, ¿cuál es el tema que va a definir la elección en Bogotá?
Pues hay gente que dice que va a ser un plebiscito frente al gobierno nacional, frente a Petro.
¿A usted le suena eso?
Históricamente Bogotá ha querido marcar una balanza frente al gobierno nacional. ¿Por qué fue Peñalosa alcalde? Porque Juan Manuel Santos estaba desarrollando el proceso de paz en su segundo periodo. ¿Por qué fue alcaldesa Claudia López? Porque estaba Iván Duque, del uribismo, en la Presidencia de la República.
Ahora que la izquierda tiene la presidencia de la República, con Gustavo Petro, ¿que va a pasar con Bogotá?
Bogotá va a tender a ir hacia el centro.
Si esa tendencia fuera como usted la describe, ante la existencia de un presidente de izquierda el nuevo alcalde de Bogotá sería de derecha.
Creo que más bien de centro.
¿Su candidato en Bogotá va a ser un candidato anti-petrismo?
No. Es un candidato pro-Bogotá. Bogotá representa a todo el país y necesita autoestima. Nadie en Bogotá dice con orgullo “es que yo soy bogotano”. La gente dice “yo vengo del Huila”, “yo vengo de Santander”. Hay que buscar que la gente se sienta orgullosa de estar acá y de ser de acá, que quiera la ciudad. Eso se logra uniendo y no haciendo campañas anti esto o anti lo otro.
Su hermano dejó a Vargas Lleras, pero Vargas Lleras fue uno de sus principales promotores a la alcaldía.
Pero Vargas Lleras ahora tiene candidato, que es el general Vargas.
En una frase, ¿cómo le ha ido a Petro?
Se lo digo en una palabra: mal. El país no sabe para dónde va Petro, ni para dónde nos lleva Petro.
Hace casi 30 años, recién regresado de estudiar en el exterior, usted lanzó el libro que recogía el legado de su padre. Lo llamó El rojo de Galán. En esa ocasión me dijo que, a pesar de la tragedia de su familia, se sentía convencido de que esa lucha valió la pena. Hoy, cuando conoce mejor la política por dentro, ¿sigue pensando lo mismo?
Tiene más sentido hoy de lo que lo tuvo ayer, Élber, porque todos esos problemas que mi papá diagnosticó se han venido agravando. Por eso es importante ese espíritu de transformar la política, de luchar contra el clientelismo, contra el centralismo, de promover las ideas liberales entendidas como un Estado social de derecho y justicia para los colombianos en todo sentido. De igualdad de oportunidades. Todo eso está más vigente que nunca hoy en Colombia.
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Colombia reconoce el valor de la lucha de su padre, pero también hay personas que creen que lo de ustedes es un proyecto político personalista, que quieren controlar la toma de decisiones, eternizarse en las directivas y bloquear nuevos liderazgos.
Como dicen: por sus obras los conoceréis. Yo no me retiré del Partido Liberal porque sí. Lo hice cuando el Partido Liberal tomó la decisión de respaldar la candidatura presidencial de Iván Duque, el candidato uribista. Yo fui citante del debate de falsos positivos, del de Agro Ingreso Seguro, del de las interceptaciones del DAS, que nos hacía seguimientos a quienes estábamos haciéndole oposición a Álvaro Uribe. Fui coautor y ponente de la Ley de Inteligencia y Contrainteligencia, para que no interceptaran magistrados, periodistas, opositores, defensores de derechos humanos o sindicalistas, como hizo el gobierno de Álvaro Uribe. Lo que hemos hecho ha sido en consonancia con las banderas e ideas galanistas que defiendo.
Rodrigo Lara Restrepo, al igual que usted, es hijo de un gran líder del Nuevo Liberalismo asesinado por la mafia de Pablo Escobar Gaviria: el exministro de Justicia Rodrigo Lara Bonilla. ¿Cómo quedaron las relaciones entre ustedes y Lara Restrepo, quien hace un año terminó por fuera del partido que promovían su padre y el de él?
Pues yo quisiera que fueran buenas relaciones, porque yo siempre le he reconocido a él inteligencia, capacidad y audacia, pero tuvimos dificultades cuando quiso entrar al Nuevo Liberalismo. Él estaba en Cambio Radical y no podía estar en dos partidos al tiempo, porque eso es doble militancia.
Pero salieron de pelea y ahora él es uno de los rivales de su hermano en la puja por la alcaldía de Bogotá, para la cual terminó inscribiéndose por firmas.
No se logró que entrara, que acatara la sentencia de la Corte Constitucional, que respetara los acuerdos que ya habíamos suscrito con la Coalición Centro Esperanza. Pero las puertas siempre han estado abiertas. Nosotros logramos llevar a su renacer al Nuevo Liberalismo. En 2018 renuncié al Partido Liberal y mi hermano renunció a Cambio Radical, también por el apoyo que le dieron a Iván Duque en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales. Y nos fuimos al asfalto político a rescatar la personería jurídica, que mi hermano no alcanzó a tener para la pasada elección a la alcaldía. Fueron cinco años de recorrido para obtener esa personería, que nos la negaron varias veces.
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