“Óscar Iván quiere que todos nos bajemos del bus y él quede”: Edward Rodríguez
El congresista integra el amplio ramillete de precandidatos del Centro Democrático. Dice representar el “extremo centro” y alega que hay quienes apostaron al fracaso de Duque, “aun dentro de mi propio partido”.
Con cuarenta años, tres de ellos en el Congreso, el representante Edward Rodríguez dice estar listo para dar el salto y hoy busca abrirse un espacio en la amplia baraja de precandidatos del Centro Democrático (CD) con miras a las presidenciales de 2022. El congresista, el segundo más votado de la colectividad después de Álvaro Uribe, dice ser “la perfecta combinación entre duquismo y uribismo”, representar el “extremo centro” y reclama que otros aspirantes, como el exministro Óscar Iván Zuluaga —a quien ubica en la línea dura del partido— busca que todos se bajen del bus de precandidaturas para tener el camino despejado. “No es democrático. Que conmigo no cuente”, dice.
¿A qué atribuye tanta multiplicidad de candidatos en el CD (casi diez)? ¿Crisis o exceso de liderazgos?
El partido hoy tiene de dónde escoger. Esto muestra que hay liderazgos. Pero aquí tenemos que unirnos en cuanto a unas tesis. Hemos representado, siempre, cinco lineamientos: seguridad democrática (que ahora es legalidad), confianza inversionista (emprendimiento), política social (equidad), el Estado austero, y un diálogo permanente con los colombianos. El que logre entrar en esas tesis, presentando un paquete de propuestas que unifiquen al partido y al país, será el próximo presidente de Colombia.
Lea también: ¿Crisis o exceso de liderazgos?: la baraja de precandidatos presidenciales del uribismo
Creo que el partido tiene que hablar de ideas y propuestas, y en eso estamos dispuestos a dialogar con todos los sectores del CD y a unirlo en una sola propuesta programática. Yo le llamaría justicia social, por ejemplo, que es lo que yo represento.
¿A qué se refiere con “unir al partido”? ¿Hay fraccionamientos?
No, hay tesis. Hay visiones como la de María Fernanda Cabal, la de Óscar Iván Zuluaga, Paloma Valencia, Paola Holguín o la mía, que es la social. Eso nutre al partido y ayuda a que se fortalezca, en la medida en que se habla de una plataforma programática y no de nombres. Me siento orgulloso de mi partido, porque aquí también los Rodríguez caben.
¿Cómo depurar el listado de candidatos? ¿Cuándo tendrían al ungido?
En diciembre, pero le cuento una infidencia. Le dije a Óscar Iván Zuluaga que teníamos que participar en un proceso democrático, en el que sean las bases las que escojan. Lo que se hizo con el presidente Duque. Eso se tiene que repetir. Ese mecanismo fue un 30 % correspondiente a una consulta directa con las bases y 70 % una encuesta por trece firmas certificadas. No veo un ungido per se en el CD y lo que le dije a Óscar Iván Zuluaga es lo mismo que me dijo a mí Carlos Holmes Trujillo en diciembre del año pasado. Él me dijo “voy a participar, voy a ser parte del proceso democrático y si usted gana, seré su primer soldado. Pero si yo gano, aspiro a que sea mi soldado y, en el caso de Zuluaga, que se convierta en mi ministro de Hacienda”.
Todo se va a ir depurando, pero bienvenidos todos y que nos digan por qué quieren ser presidentes. Eso es importante para mirar cómo generamos un proceso democrático. Aquí lo que vale es la democracia o si no, apague y vámonos.
¿Qué ambiente hay dentro? Se habla de una disputa entre la línea dura (en cabeza de figuras como María Fernanda Cabal) y una más de centro, con Zuluaga. ¿En cuál se ubica?
Represento el extremo centro. Aquí hay que escuchar a todos los colombianos y todos tienen algo bueno qué aportar. Hay líneas duras en el CD: ahí identifico a Óscar Iván y María Fernanda, ambos en la misma línea. Lo han sido. Han trabajado juntos y representan lo mismo. Y hay unos liderazgos nuevos que represento y que han hecho mucho por este país a través, por ejemplo, de las leyes ambientales, sociales y de educación. Eso permite que aquí en el partido existan diferentes visiones, pero ante todo que nos escuchemos y escuchemos a los colombianos y les presentemos una plataforma programática a la ciudadanía.
¿Y esas líneas duras sí están de acuerdo con su mecanismo de elección?
No lo he hablado con ellos. He tratado de hablar con María Fernanda Cabal, pero no he hablado del tema al respecto.
¿Y sí ve chances de que accedan?
Creo que sí. No veo otro mecanismo que no sea el democrático para escoger candidato a la Presidencia.
¿Ellos han hablado de otro mecanismo de elección?
A Óscar Iván lo escuché diciendo que lo que quiere es generar un proceso en el que todos nos bajemos del bus y él quede solo. Le dije que eso no es democrático y que conmigo no cuente.
También le puede interesar: Óscar Iván Zuluaga: ¿sin obstáculos para ser el candidato del uribismo?
¿Cómo están los ánimos con él? Se lo pregunto porque es quizá de los que más aglutina, no solo dentro del partido, sino exteriormente...
Es tiempo de nuevos liderazgos.
Usted es el segundo congresista más votado del partido después de Uribe; sin embargo, es menos mediático que otros. ¿Ese caudal podría imponerse?
Tengo el honor de que 105.632 ciudadanos votaron por mí en Bogotá. Es un honor y una responsabilidad. Es incluso el triple de lo que sacaron muchos congresistas que son precandidatos. Es una responsabilidad porque implica que aquí los que mandan son los ciudadanos. Nosotros nos debemos a ellos y deben definir quién es. Lo más importante es unir al CD alrededor de unas tesis, ganarse el corazón del partido y luego el de los colombianos.
¿Qué tanto influye el guiño del expresidente Uribe?
Creo que el presidente Uribe es un hombre absolutamente demócrata. Los que lo conocemos en lo privado sabemos que hay veces que uno se molesta porque no toma decisiones. Es una persona que siempre quiere generar consensos y eso es bueno. Hoy no veo que esté por uno o por el otro. Creo que va a respetar un mecanismo democrático, como él mismo me lo ha enseñado.
¿Cómo es eso de ganarse el corazón del partido? ¿Cómo armonizar las vertientes en el CD?
Al partido hay que enseñarle a que se entere qué hemos hecho. Mi llamado es a que se sienta orgulloso del gobierno Duque y todo lo que ha hecho, y que lo miren de acuerdo con sus ejecutorias. Que cojan lo que él planteó en campaña y lo que ha hecho. Verán que esos 172 logros que le planteó a Colombia ya se hicieron, por ejemplo en vivienda.
¿Se podría decir que dentro del partido usted representa ese duquismo?
No, el extremo centro. La combinación perfecta entre Uribe y Duque
Es un gran defensor de Duque, ¿por qué no erigirse como ese representante del duquismo?
Soy la perfecta combinación entre el duquismo y el uribismo. El duquismo porque lo defiendo, es mi amigo y me siento orgulloso de sus ejecutorias. Y uribista porque me he venido formando alrededor del presidente Uribe hace más de 20 años. Me siento orgulloso de haber construido el partido, haber recogido firmas, ser el congresista más votado después de Uribe y darles tantos resultados al país. Si no hubiésemos hecho eso, ¿para qué lanzarnos? Aquí hay mucho qué trabajar.
Recién acaba de cumplir 40 años, cinco menos que Duque. ¿Cómo hacer para que esa juventud no le juegue en contra, sino a favor?
Tenemos un ímpetu de trabajo, trabajo y más trabajo. Lo que queremos es trabajar, honestamente, con el ejemplo. Iván Duque ha gobernado con el ejemplo. Yo he sido un congresista de ejemplo, soy el primero en llegar y el último en irme. He sido un congresista que combatió el cartel de la toga y acabamos con la corrupción que nunca nadie se había atrevido a tocar en la justicia. Creo que los ciudadanos lo que necesitan hoy son menos discursos y más ejemplo. A uno no lo deben medir por el discurso, lo deben medir por sus ejecutorias.
Este gobierno trae un lastre de impopularidad innegable. ¿Cómo revertir esa situación y que ayude para su aspiración?
Se revierte con mucha humildad, trabajo y pedagogía. Eso es lo que nosotros tenemos que hacer para ganarnos el corazón de la ciudadanía. Mostrando cada logro, que es invaluable. En todo tenemos resultados. Tenemos el índice más bajo de inseguridad en la historia de Colombia. Para mí era un sueño lo de matrícula cero o educación gratuita para estratos 1, 2 y 3. Para mí era un sueño tener 100.000 becas para lo que hoy conocemos de nuevas tecnologías. Quiero crear un millón de becas para big data, para desarrolladores de software y análisis de datos. A eso tenemos que apuntarle.
Yo no puedo esconder la cabeza cuando hemos tenido tantos logros y hemos trabajado, pero también hay que reconocer cuando uno se equivoca. Y nos hemos equivocado, y tal vez eso nos lo cobran en las encuestas, pero a la ciudadanía le ofrecemos excusas y los invitamos a que miren nuestros resultados. Ahí es cuando podemos alzar la cabeza y decir que hemos cumplido.
¿Cree que por esa impopularidad hay quienes dentro están jugando a alejarse y hasta sacar provecho?
Me duele. Al propio Óscar Iván le decía: “Hombre, es que hemos hecho esto y esto”. Cuando lo escuché un poquito negativo le dije: “Hombre, y cómo no explicarle a la ciudadanía todos los logros, en todos los ministerios, en todas las carteras. ¿Por qué no explicamos más bien?”. Él dijo que sí. No obstante, mientras algunos le apostaron al fracaso del gobierno Duque, aun dentro de mi propio partido, yo siempre le he apostado a la esperanza y a sacar el país adelante.
En caso de que no prospere su aspiración, ¿se volvería a lanzar al Congreso?
Tengo plan a, plan b y plan c. Y todo es Presidencia de la República, 7 de agosto, 3:00 p.m. Mi único plan es servir a los colombianos en la Presidencia. Mi plan a, b y c es trabajar todos los días para ganarme el corazón de los colombianos.
¿Pero me asegura que no se volverá a lanzar al Congreso?
No me voy a lanzar a nada, ni Cámara, ni Senado. Me preparé para servirle al país y me parecería una falta de respeto mentirles a los ciudadanos.
¿Afectará su aspiración la indagación preliminar que le abrió la Corte Suprema de Justicia por el cartel de la toga?
Al contrario, me ayuda a hacer pedagogía. Y me ayuda porque combatir a los corruptos en este país vale la pena. Y si tengo que volverle a compulsar copias para que respondan los poderosos e intocables, lo volvería a hacer. A la Corte iré con humildad, pero al señor [César Augusto] Reyes le he pedido que se retire de mi proceso. Él no puede judicializar la política, ni politizar la justicia. Eso le queda mal. Por eso le digo señor Reyes y no magistrado.
¿Cree que esa indagación tiene algo que ver con que se haya lanzado a la Presidencia?
Sí, creo que sí. Uno saca la cabeza y ellos piensan que lo van a asustar a uno. No. A mí los únicos que me pueden asustar son el temor a Dios, que lo tengo, y la Constitución y la ley, a los que hago reverencia plena. El que nada debe, nada teme. Allá iré. No ante el señor Reyes, sino ante la Corte, a mirarlos a los ojos y decirles cómo he actuado con plena transparencia.
Twitter: @Currinche
jgonzalez@elespectador.com
Con cuarenta años, tres de ellos en el Congreso, el representante Edward Rodríguez dice estar listo para dar el salto y hoy busca abrirse un espacio en la amplia baraja de precandidatos del Centro Democrático (CD) con miras a las presidenciales de 2022. El congresista, el segundo más votado de la colectividad después de Álvaro Uribe, dice ser “la perfecta combinación entre duquismo y uribismo”, representar el “extremo centro” y reclama que otros aspirantes, como el exministro Óscar Iván Zuluaga —a quien ubica en la línea dura del partido— busca que todos se bajen del bus de precandidaturas para tener el camino despejado. “No es democrático. Que conmigo no cuente”, dice.
¿A qué atribuye tanta multiplicidad de candidatos en el CD (casi diez)? ¿Crisis o exceso de liderazgos?
El partido hoy tiene de dónde escoger. Esto muestra que hay liderazgos. Pero aquí tenemos que unirnos en cuanto a unas tesis. Hemos representado, siempre, cinco lineamientos: seguridad democrática (que ahora es legalidad), confianza inversionista (emprendimiento), política social (equidad), el Estado austero, y un diálogo permanente con los colombianos. El que logre entrar en esas tesis, presentando un paquete de propuestas que unifiquen al partido y al país, será el próximo presidente de Colombia.
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Creo que el partido tiene que hablar de ideas y propuestas, y en eso estamos dispuestos a dialogar con todos los sectores del CD y a unirlo en una sola propuesta programática. Yo le llamaría justicia social, por ejemplo, que es lo que yo represento.
¿A qué se refiere con “unir al partido”? ¿Hay fraccionamientos?
No, hay tesis. Hay visiones como la de María Fernanda Cabal, la de Óscar Iván Zuluaga, Paloma Valencia, Paola Holguín o la mía, que es la social. Eso nutre al partido y ayuda a que se fortalezca, en la medida en que se habla de una plataforma programática y no de nombres. Me siento orgulloso de mi partido, porque aquí también los Rodríguez caben.
¿Cómo depurar el listado de candidatos? ¿Cuándo tendrían al ungido?
En diciembre, pero le cuento una infidencia. Le dije a Óscar Iván Zuluaga que teníamos que participar en un proceso democrático, en el que sean las bases las que escojan. Lo que se hizo con el presidente Duque. Eso se tiene que repetir. Ese mecanismo fue un 30 % correspondiente a una consulta directa con las bases y 70 % una encuesta por trece firmas certificadas. No veo un ungido per se en el CD y lo que le dije a Óscar Iván Zuluaga es lo mismo que me dijo a mí Carlos Holmes Trujillo en diciembre del año pasado. Él me dijo “voy a participar, voy a ser parte del proceso democrático y si usted gana, seré su primer soldado. Pero si yo gano, aspiro a que sea mi soldado y, en el caso de Zuluaga, que se convierta en mi ministro de Hacienda”.
Todo se va a ir depurando, pero bienvenidos todos y que nos digan por qué quieren ser presidentes. Eso es importante para mirar cómo generamos un proceso democrático. Aquí lo que vale es la democracia o si no, apague y vámonos.
¿Qué ambiente hay dentro? Se habla de una disputa entre la línea dura (en cabeza de figuras como María Fernanda Cabal) y una más de centro, con Zuluaga. ¿En cuál se ubica?
Represento el extremo centro. Aquí hay que escuchar a todos los colombianos y todos tienen algo bueno qué aportar. Hay líneas duras en el CD: ahí identifico a Óscar Iván y María Fernanda, ambos en la misma línea. Lo han sido. Han trabajado juntos y representan lo mismo. Y hay unos liderazgos nuevos que represento y que han hecho mucho por este país a través, por ejemplo, de las leyes ambientales, sociales y de educación. Eso permite que aquí en el partido existan diferentes visiones, pero ante todo que nos escuchemos y escuchemos a los colombianos y les presentemos una plataforma programática a la ciudadanía.
¿Y esas líneas duras sí están de acuerdo con su mecanismo de elección?
No lo he hablado con ellos. He tratado de hablar con María Fernanda Cabal, pero no he hablado del tema al respecto.
¿Y sí ve chances de que accedan?
Creo que sí. No veo otro mecanismo que no sea el democrático para escoger candidato a la Presidencia.
¿Ellos han hablado de otro mecanismo de elección?
A Óscar Iván lo escuché diciendo que lo que quiere es generar un proceso en el que todos nos bajemos del bus y él quede solo. Le dije que eso no es democrático y que conmigo no cuente.
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¿Cómo están los ánimos con él? Se lo pregunto porque es quizá de los que más aglutina, no solo dentro del partido, sino exteriormente...
Es tiempo de nuevos liderazgos.
Usted es el segundo congresista más votado del partido después de Uribe; sin embargo, es menos mediático que otros. ¿Ese caudal podría imponerse?
Tengo el honor de que 105.632 ciudadanos votaron por mí en Bogotá. Es un honor y una responsabilidad. Es incluso el triple de lo que sacaron muchos congresistas que son precandidatos. Es una responsabilidad porque implica que aquí los que mandan son los ciudadanos. Nosotros nos debemos a ellos y deben definir quién es. Lo más importante es unir al CD alrededor de unas tesis, ganarse el corazón del partido y luego el de los colombianos.
¿Qué tanto influye el guiño del expresidente Uribe?
Creo que el presidente Uribe es un hombre absolutamente demócrata. Los que lo conocemos en lo privado sabemos que hay veces que uno se molesta porque no toma decisiones. Es una persona que siempre quiere generar consensos y eso es bueno. Hoy no veo que esté por uno o por el otro. Creo que va a respetar un mecanismo democrático, como él mismo me lo ha enseñado.
¿Cómo es eso de ganarse el corazón del partido? ¿Cómo armonizar las vertientes en el CD?
Al partido hay que enseñarle a que se entere qué hemos hecho. Mi llamado es a que se sienta orgulloso del gobierno Duque y todo lo que ha hecho, y que lo miren de acuerdo con sus ejecutorias. Que cojan lo que él planteó en campaña y lo que ha hecho. Verán que esos 172 logros que le planteó a Colombia ya se hicieron, por ejemplo en vivienda.
¿Se podría decir que dentro del partido usted representa ese duquismo?
No, el extremo centro. La combinación perfecta entre Uribe y Duque
Es un gran defensor de Duque, ¿por qué no erigirse como ese representante del duquismo?
Soy la perfecta combinación entre el duquismo y el uribismo. El duquismo porque lo defiendo, es mi amigo y me siento orgulloso de sus ejecutorias. Y uribista porque me he venido formando alrededor del presidente Uribe hace más de 20 años. Me siento orgulloso de haber construido el partido, haber recogido firmas, ser el congresista más votado después de Uribe y darles tantos resultados al país. Si no hubiésemos hecho eso, ¿para qué lanzarnos? Aquí hay mucho qué trabajar.
Recién acaba de cumplir 40 años, cinco menos que Duque. ¿Cómo hacer para que esa juventud no le juegue en contra, sino a favor?
Tenemos un ímpetu de trabajo, trabajo y más trabajo. Lo que queremos es trabajar, honestamente, con el ejemplo. Iván Duque ha gobernado con el ejemplo. Yo he sido un congresista de ejemplo, soy el primero en llegar y el último en irme. He sido un congresista que combatió el cartel de la toga y acabamos con la corrupción que nunca nadie se había atrevido a tocar en la justicia. Creo que los ciudadanos lo que necesitan hoy son menos discursos y más ejemplo. A uno no lo deben medir por el discurso, lo deben medir por sus ejecutorias.
Este gobierno trae un lastre de impopularidad innegable. ¿Cómo revertir esa situación y que ayude para su aspiración?
Se revierte con mucha humildad, trabajo y pedagogía. Eso es lo que nosotros tenemos que hacer para ganarnos el corazón de la ciudadanía. Mostrando cada logro, que es invaluable. En todo tenemos resultados. Tenemos el índice más bajo de inseguridad en la historia de Colombia. Para mí era un sueño lo de matrícula cero o educación gratuita para estratos 1, 2 y 3. Para mí era un sueño tener 100.000 becas para lo que hoy conocemos de nuevas tecnologías. Quiero crear un millón de becas para big data, para desarrolladores de software y análisis de datos. A eso tenemos que apuntarle.
Yo no puedo esconder la cabeza cuando hemos tenido tantos logros y hemos trabajado, pero también hay que reconocer cuando uno se equivoca. Y nos hemos equivocado, y tal vez eso nos lo cobran en las encuestas, pero a la ciudadanía le ofrecemos excusas y los invitamos a que miren nuestros resultados. Ahí es cuando podemos alzar la cabeza y decir que hemos cumplido.
¿Cree que por esa impopularidad hay quienes dentro están jugando a alejarse y hasta sacar provecho?
Me duele. Al propio Óscar Iván le decía: “Hombre, es que hemos hecho esto y esto”. Cuando lo escuché un poquito negativo le dije: “Hombre, y cómo no explicarle a la ciudadanía todos los logros, en todos los ministerios, en todas las carteras. ¿Por qué no explicamos más bien?”. Él dijo que sí. No obstante, mientras algunos le apostaron al fracaso del gobierno Duque, aun dentro de mi propio partido, yo siempre le he apostado a la esperanza y a sacar el país adelante.
En caso de que no prospere su aspiración, ¿se volvería a lanzar al Congreso?
Tengo plan a, plan b y plan c. Y todo es Presidencia de la República, 7 de agosto, 3:00 p.m. Mi único plan es servir a los colombianos en la Presidencia. Mi plan a, b y c es trabajar todos los días para ganarme el corazón de los colombianos.
¿Pero me asegura que no se volverá a lanzar al Congreso?
No me voy a lanzar a nada, ni Cámara, ni Senado. Me preparé para servirle al país y me parecería una falta de respeto mentirles a los ciudadanos.
¿Afectará su aspiración la indagación preliminar que le abrió la Corte Suprema de Justicia por el cartel de la toga?
Al contrario, me ayuda a hacer pedagogía. Y me ayuda porque combatir a los corruptos en este país vale la pena. Y si tengo que volverle a compulsar copias para que respondan los poderosos e intocables, lo volvería a hacer. A la Corte iré con humildad, pero al señor [César Augusto] Reyes le he pedido que se retire de mi proceso. Él no puede judicializar la política, ni politizar la justicia. Eso le queda mal. Por eso le digo señor Reyes y no magistrado.
¿Cree que esa indagación tiene algo que ver con que se haya lanzado a la Presidencia?
Sí, creo que sí. Uno saca la cabeza y ellos piensan que lo van a asustar a uno. No. A mí los únicos que me pueden asustar son el temor a Dios, que lo tengo, y la Constitución y la ley, a los que hago reverencia plena. El que nada debe, nada teme. Allá iré. No ante el señor Reyes, sino ante la Corte, a mirarlos a los ojos y decirles cómo he actuado con plena transparencia.
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